Josep Francesc Almería Serrano

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El mundo de la cultura, en general, y el de las sociedades musicales, en particular, asiste actualmente a un nuevo reto: sobrevivir al impacto de la crisis del covid-19. Sobrevivir digo, antes que reactivar, pues ya me dirán como reactivar aquello que no logró sobrevivir.

Fuente: Las Bandas de Música, JOSEP-FRNCESC ALMERIA, 31-5-2020 11:21h

Como profesional de la estrategia, me resulta complicado procesar la inmensa cantidad de información que está surgiendo, en estos momentos, para explicar el entorno de incertidumbre, volatilidad, complejidad y ambigüedad en el que estamos inmersos. Creo que actualmente no hay un escenario claro, ni tan siquiera una variedad de escenarios que se sucedan uno a otro. La realidad está siendo, más bien, la ausencia de escenarios, por cuanto esta realidad está siendo, y va a ser en el futuro, altamente cambiante. El cambio continuo es la nueva normalidad.

Estamos ante un problema complejo que requiere, necesariamente, de soluciones de complejidad. Y, en este contexto, no puedo dejar de pensar en los viejos conceptos de sinergia, cohesión grupal y gestión del conocimiento ––¿viejos conceptos?–– como posibles alternativas de solución al entorno cambiante que están viviendo nuestras sociedades musicales y toda la sociedad, en general. No obstante, creo que para hacer funcionar estos conceptos se necesita algo que actúe como nexo de unión entre ellos, como un elemento facilitador y generador de cohesión: el liderazgo.

Estoy convencido del imprescindible papel de las instituciones para abordar una situación compleja como la actual, así como del valor del conocimiento. No espero liderazgo ni inversión de recursos de la administración pública, y sería una grata sorpresa que esto sucediera, aunque me puede el escepticismo. No obstante, las sociedades musicales necesitan un liderazgo, con altura de miras, para impulsar y gestionar la innovación y la gestión del conocimiento, un conocimiento que no importa dónde se genere, a fin de que pueda ponerse al servicio de todo el colectivo al que pueda afectar. Finalmente, el conocimiento creado habrá que ponerlo en manos de las autoridades sanitarias para que, una vez validado, pueda convertirse en protocolos institucionales garantes de la continuidad de las sociedades musicales en un ámbito sanitario que proporcione confianza y seguridad para la salud colectiva.

Las sociedades que mejor resisten una situación como esta son aquellas que tienen un entramado institucional fuerte, que son capaces de interlocutar con la sociedad civil y con los agentes generadores de conocimiento, que son capaces de invertir recursos en lo importante y aprovechar el conocimiento generado para establecer protocolos que funcionen y proporcionen confianza y tranquilidad a los colectivos a los que se les aplican.

Ahora, las sociedades musicales necesitan protocolos de actuación que garanticen la seguridad sanitaria en todas sus instalaciones y actividades: sociales, educativas y artísticas. El primer paso es la reivindicación, cierto, pero todavía queda la proactividad, unir fuerzas y recursos con un mismo propósito. Alguien tiene que liderar para crear sinergias, cohesión grupal y gestión del conocimiento, en este sentido, y alguien tiene que poner los recursos necesarios para desarrollar este conocimiento, con generosidad, y sin rivalidades miserables que no aportan nada en el momento actual.   Y hay que ponerse a trabajar ya.

Josep Francesc Almeria.

*Psicólogo del trabajo y de las organizaciones. Universitat de València. Master por Middlesex University London y Universitat de Barcelona. Presidente de la Federación de Sociedades Musicales de la Comunitat Valenciana 2006-2014. Diputado de Cortes Valencianas por Podem 2015-2019

Por Josep Francesc Almería Serrano

Socio-Consultor de Studio Musicae (www.studiomusicae.es)

Expresidente de la FSMCV

Que el ser humano es un sistema abierto a su entorno próximo y repleto de contradicciones es algo que no nos viene de nuevo a nadie. Tampoco nos sorprende que haya personas con más predisposición que otras para intentar adaptarse, por propia iniciativa, a los cambios que se van sucediendo en nuestra sociedad y en nuestras organizaciones. Todavía menos nos extraña comprobar que hay mucha gente que piensa que las personas son como son, y que no van a cambiar nunca, por muchas exigencias de adaptación que surjan del contexto en donde viven o de las organizaciones que gestionan.

Sin embargo, muchas de estas personas, supuestamente ancladas en el inmovilismo, aluden constantemente al cambio y al progreso de las organizaciones como una forma de desarrollo deseable, sin caer en la cuenta de que, probablemente, cualquier evolución o progreso de tipo estructural en estas organizaciones, o en la sociedad misma, tendrá que ser provocado necesariamente por personas que deberán haber experimentado antes un cambio personal que les motive a este propósito.

Llegados a este punto, podemos asegurar que no hemos visto nunca cambios tan espectaculares, a nivel personal, como aquellos producidos por el impacto de la formación y la información, dos procesos que, obviamente, no son la misma cosa, aunque tengan puntos de solapamiento. La formación es una herramienta de cambio, un potente mecanismo de desarrollo personal que, a su vez, impacta en las organizaciones gestionadas por las personas que se han formado, haciéndolas progresar al compás de su propio crecimiento personal o profesional y de aquellas exigencias que emanan de su entorno próximo.

Hay muchos sectores que demandan a gritos una mayor capacitación de sus gestores y dirigentes. Uno de estos sectores es el de las sociedades musicales españolas, entidades con pocos recursos, fundamentalmente sin ánimo de lucro y que, muchas veces, han de combinar las aportaciones de personas voluntarias con la gestión de algunas personas profesionales, en perfecta armonía, lo que supone una coyuntura nada sencilla. Por este motivo, es imprescindible que las personas que gestionen, dirijan o aspiren a dirigir y gestionar nuestras sociedades musicales adquieran la formación necesaria para hacerlo con solvencia, de forma que se asegure el cumplimiento de sus fines sociales y se garantice su sostenibilidad. No obstante, somos conscientes de las dificultades que entraña la formación, en un mundo regido por la inmediatez, el incremento de las exigencias laborales, la precariedad en el empleo y la escasez de tiempo y de recursos.

Por este motivo, la formación online ha pasado a ser el presente y el futuro de la educación en todos los ámbitos, y cada vez existe una mayor variedad de posibilidades para utilizar herramientas digitales que puedan sustituir o dar apoyo a las clases que se imparten en un aula. No queremos obviar los beneficios que aporta a la experiencia educativa el contacto directo entre el profesorado y el alumnado, pero constatamos que existen ciertas barreras para la formación presencial, por distancia geográfica, falta de tiempo o ahorro de costes, convirtiéndose el e-learning en una alternativa perfecta para continuar formándose.

En principio, la capacidad de especialización de esta modalidad formativa hace que sea prácticamente imposible que no se encuentre un curso a la medida de las necesidades y posibilidades del alumnado. Además, la formación online evita la realización de largos y costosos desplazamientos, ya que tan solo se necesita de una conexión a internet para llevarlo a cabo. Otra de las grandes ventajas de los cursos online es la flexibilidad y amplitud en el calendario de los cursos, así como de los horarios en los que se puede seguir la programación. Existe una gran libertad para decidir cuándo se va a estudiar un tema concreto y cuánto tiempo se le va a dedicar, volviendo sobre los contenidos cada vez que se quiera.

La modalidad de formación online supone la personalización del proceso de aprendizaje, ya que el alumnado dispone de diferentes tutores a los que acceder para realizar sus consultas o resolver dudas. Se dispone de webinars en directo, cuyas grabaciones podrán ser consultados posteriormente, textos, artículos y otros materiales escritos de soporte, acceso a foros y chats con el alumnado y el profesorado e, incluso, la posibilidad de concertar videoconferencias individualizadas para el tratamiento de temas específicos.

Por otra parte, la formación online genera redes de contactos entre el alumnado de un mismo curso, para el intercambio de experiencias que, de otra forma, sería harto difícil obtener, así como para generar nuevas oportunidades de empleo y formación en diferentes ámbitos de interés del alumnado.

Finalmente, cabe destacar que, desde una entidad asociativa como la Confederación Española de Sociedades Musicales, se promuevan acciones formativas online dirigidas a sus entidades asociadas, ya que esto ayudará a mejorar las competencias de las personas gestoras y dirigentes e incrementará su empleabilidad, lo que con toda seguridad redundará en la mejora del modelo de gestión y en la sostenibilidad de las propias sociedades musicales.

Las iniciativas del expresidente de la FSMCV en las Corts han supuesto 7,3 millones de euros para las sociedades musicales

Alexis Moya, Las Bandas de Música, 13-4-2019 12:47h

Josep F. Almería, diputado independiente por el grupo parlamentario Podemos en las Cortes Valencianas y expresidente de la Federación de Sociedades Musicales de la Comunidad Valenciana (FSMCV), informaba mediante un comunicado de su desvinculación de esta formación política una vez “cumplido mi compromiso” en la legislatura que ha finalizado recientemente con la disolución de la cámara.
Almería expone que “mi trayectoria política en Podemos finaliza aquí, con estas líneas, desde las que quiero agradecer al Consejo Ciudadano Valenciano su invitación a participar activamente en la vida política autonómica, formando parte de la lista del partido en las elecciones a Corts Valencianes de 2015”, agradecimiento que hace extensible “a todas las personas que han ocupado cargos orgánicos y/o institucionales, por su apoyo y colaboración” y en especial a “a todas las personas que, desde sus puestos de asesoramiento y colaboración, han permitido que nuestro trabajo haya sido importante, de calidad y con impacto social”.
En estos cuatro años la experiencia parlamentaria en las Corts Valencianes ha sido “intensa, enriquecedora y muy satisfactoria la mayoría de las veces, aunque también ha habido sinsabores en algunas ocasiones, algo consustancial en el ámbito político” pero ello no es óbice para hacer una lectura positiva de la labor desarrollada y expresa su “gratitud y reconocimiento, por haberme dado la posibilidad de aportar mi grano de arena a sectores, entidades y personas que tanto necesitan de la ayuda institucional”.
En este periodo ha trabajado en varias áreas: presidencia de la comisión de Radiotelevisión Valenciana y del Espacio Audiovisual, en la última época; portavoz de las comisiones de Industria y de la especial de investigación de las Instituciones Feriales y miembro de las comisiones de Economía y Presupuestos, Obras Públicas y de Educación y Cultura: desde las que ha planteado numerosos proyectos y propuestas “para una acción institucional que, pienso sinceramente, ha tenido resultados positivos tangibles que han mejorado, y mejorarán más en el futuro, la vida de nuestra gente, las personas, la ciudadanía de la Comunitat Valenciana”.

Transversalidad
No comparte el actual proyecto político de Podemos “muy alejado de la transversalidad que nos ilusionó a muchas personas” y constata que esta situación “aconseja desvincularse del mismo” porque  “es público y notorio que ha ido experimentando un fuerte viraje ideológico en los dos últimos años”; no obstante, desea suerte y “buen hacer”.
Almería se despide en su comunicado asegurando que “la lucha siempre continúa para las personas que trabajamos por objetivos que consideramos justos, y así lo seguiré haciendo en el futuro, desde cualquier ámbito que me permita continuar ofreciendo mi aportación para la mejora de nuestra sociedad”.
El diputado autonómico detalla, en un dossier adjunto al comunicado, su actividad parlamentaria que ha desarrollado,  fundamentalmente, “con la relación institucional con entidades de la sociedad civil, la elaboración, registro y defensa de iniciativas parlamentarias, el estudio y gestión de iniciativas legislativas, la gestión y tramitación anual del presupuesto de la Generalitat Valenciana y la participación en las comisiones de las que he formado parte y en el pleno de Las Cortes Valencianas”.
Ha participado en la tramitación y negociación de los cuatro presupuestos de la legislatura del Pacto del Botánico y ha sido miembro de diversas comisiones y aunque en la de Educación y Cultura estaba como suplente su presencia ha sido activa en la presentación y defensa de iniciativas parlamentarias para el sector cultural.
BIC y sede de la FSMCV
En cuatro años ha registrado y defendido debates de la toma en consideración de diversas Proposiciones No de Ley (PNL) en las que ha conseguido la aprobación de 18 (78%) de las 23 propuestas presentadas entre las que cabe destacar  la declaración del movimiento asociativo de las sociedades musicales de la Comunidad Valenciana como Bien de Interés Cultural (BIC) y sobre la declaración de la FSMCV como entidad protectora del patrimonio cultural valenciano, aprobada por unanimidad el 3 de agosto de 2015; y la que instaba a la rehabilitación de la Alquería Julià de Valencia, futura sede de la Federación, en la que también concitó el consenso de todos los partidos políticos para instar al Ayuntamiento de Valencia a agilizar los trámites para la rehabilitación y a dar la licencia de actividad (lo que se ha producido hace unos días) para iniciar unas obras que se pretendía haber finalizado en 2018 con ocasión del 50 aniversario de la FSMCV, tal y como se anunció en 2016.

7,3 millones para el colectivo
En relación con la elaboración de los  cuatro presupuestos anuales de la Generalitat Valenciana (de 2016 a 2019) la participación de Almería ha sido relevante en la negociación de las propuestas presupuestarias y de enmiendas, consiguiendo importantes dotaciones para las áreas de su responsabilidad. De las que es posible cuantificar económicamente (Institutos Tecnológicos, Plan de Industrialización, Economía Social…) el importe total asciende a 73,8 millones de los que 6 han tenido como destinarias a las escuelas de música y 1,3 las sociedades musicales y la FSMCV, un total de 7,3 millones para el colectivo.
Para otras iniciativas cuyas derivadas son ahora intangibles o difícilmente cuantificables habrá que evaluar su impacto a medio y largo plazo. Un ejemplo ilustrativo es que la declaración BIC puede suponer muchos beneficios para las sociedades musicales y abre las puertas a diversas medidas de acompañamiento que beneficiarán al colectivo, en un marco legislativo y competencial coherente y eficaz, como las bonificaciones en el IBI o en la financiación asignada en los futuros presupuestos del Consell.
En palabras de Almería “que genere un marco institucional de futuro para garantizar la estabilidad y el desarrollo de un fenómeno único en el mundo, un movimiento asociativo envidiado y tomado como referencia por muchos gobiernos que desearían tener una realidad similar en su país”.

De los 7,3 millones para el colectivo 6 han sido para las escuelas de música y 1,3 para sociedades musicales y la FSMCV