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La pianista búlgara, muy vinculada a Valencia y España por su labor docente y trayectoria artística, ofrecerá el Concertino para piano y orquesta de viento de Karel Husa con la University of Louisville Wind Ensemble, dirigida por Frederick Speck 

El concierto rendirá homenaje al compositor y director checo el 23 de julio, día de la clausura del Festival y Conferencia Mundial de Música de Viento que organiza la World Association for Symphonic Bands and Ensembles (WASBE) 

Petrova ha manifestado su satisfacción por poder poner en valor la obra de Husa en su país, “es un gran músico del siglo XX; hay que reivindicar y dar a conocer su obra porque no es suficientemente conocida”

Husa fue reconocido por la Universidad de Louisville que le otorgó el prestigioso Premio Grawemeyer de Composición Musical por su Concierto para Violonchelo y Orquesta en 1993 y el doctorado honorario en Bellas Artes

Petrova viene cosechando el reconocimiento de la prensa internacional en torno a su último disco Slavic Heart [Corazón Eslavo], un trabajo en el que aborda en solitario obras de Scriabin, Rachmaninoff, Prokófiev y Vladigerov

Las críticas exponen que “aquí tenemos una perla, un disco magnífico” por su interpretación “cautivadora”, por “el ritmo y la dinámica”, la “intrusión de la sensualidad, la ironía y lo grotesco” y una “exhibición virtuosa”

Valencia, 20 de julio de 2022
Anna Petrova ofrecerá el Concertino para piano y orquesta de viento de Karel Husa con la University of Louisville Wind Ensemble, dirigida por Frederick Speck. La pianista búlgara, radicada en EE UU y muy vinculada a Valencia y España por su labor docente y trayectoria artística, y la formación estadounidense actuarán en Praga el 23 de julio, día de la clausura del Festival y Conferencia Mundial de Música de Viento que organiza la World Association for Symphonic Bands and Ensembles (WASBE) del 19 al 23 de julio.

Con este concierto, Petrova rendirá homenaje al compositor y director cuyo trabajo fue reconocido por la universidad americana que le otorgó el prestigioso Premio Grawemeyer de Composición Musical por su Concierto para Violonchelo y Orquesta en 1993 y el doctorado honorario en Bellas Artes de la Universidad de Louisville. 

Husa (1921-2016) fue un prestigioso músico y profesor nacido en la República Checa, autor de numerosas obras para orquesta, banda de música, grupo de cámara, canciones… En 1954 emigró a los Estados Unidos y se convirtió en ciudadano americano, compuso Música para Praga 1968, una obra en memoria de la invasión de Checoslovaquia por parte del bloque soviético, que se convirtió en una de sus composiciones más célebres y su Cuarteto de Cuerdas nº 3 ganó el Premio Pulitzer en 1969. 

Petrova ha manifestado su satisfacción por poder poner en valor la obra de Husa en su país, “es un gran músico del siglo XX; hay que reivindicar y dar a conocer su obra porque no es suficientemente conocida”. La pianista, doctora por la Manhattan School of Music (Nueva York), profesora de piano en la Universidad de Louisville (Kentucky) y profesora invitada en Musical Arts Madrid, ha asegurado que “estoy muy ilusionada con este concierto y de actuar con la formación de la universidad donde soy docente, y bajo la batuta de Speck. Será una clausura muy especial para el Festival y Conferencia Mundial de Música de Viento de la WASBE, un acontecimiento conocido por los músicos de viento y percusión de todo el mundo”.

La Conferencia de la WASBE es un festival de música sinfónica de viento que alberga a las mejores formaciones y conjuntos de viento, directores, músicos y expertos musicales internacionales. Este evento bienal se ha llevado a cabo en diferentes ciudades y centros culturales de todo el mundo durante los últimos 40 años. 

Slavic Heart

Portada del disco Slavic Heart.

Anna Petrova viene cosechando el reconocimiento de la prensa internacional en torno a su último disco Slavic Heart [Corazón Eslavo], un trabajo en el que aborda en solitario obras de Alexander Scriabin, Sergei Rachmaninoff, Sergei Prokófiev y Pancho Vladigerov y en el que reivindica la cultura eslava “por encima del protagonista de una guerra en Europa vergonzante y responsable de miles de muertos”.

Las críticas exponen que “aquí tenemos una perla, un disco magnífico” por su interpretación “cautivadora”, “tanto en términos de la conducción del discurso como de la luminosidad de los timbres”, así como por “el ritmo y la dinámica”, la “intrusión ocasional de la sensualidad, la ironía y lo grotesco” y la alternancia de los tiempos rápidos y lentos en una “exhibición virtuosa”.

La prensa especializada destaca su “gran técnica en un himno a la música eslava” y el “brillante y magistral recital de la pianista” en el que la intérprete toca “con un dominio impresionante de todos los obstáculos técnicos. Incluso los pasajes más difíciles se tocan con una precisión impresionante y claridad de textura”. Asimismo, recomiendan este disco y subrayan que “la grabación es soberbia, una muestra maravillosa del espléndido pianismo y arte de Petrova”.

Discos reconocidos

La discografía de Petrova incluye discos reconocidos por la crítica como Les Noces de Ígor Stravinsky con la Virginia Symphony Orchestra, dirigida por JoAnn Falletta, editado por Naxos; Novel Voices con obras de Rebecca Clarke, Mieczyslaw Weinberg, Aram Khachaturian y Fernando Arroyo con el Carr-Petrova Duo, junto con la violista estadounidense Molly Carr, publicado por el sello Melos; y Homage and Inspiration con piezas de Robert Schumann, György Kurtág, Wolfgang Amadeus Mozart y Christof Johannes Weiss, con Iris Trio, junto a Carr y la clarinetista canadiense Christine Carter, con Coviello Classics. Slavic Heart fue grabado en el Conservatorio de Catarroja (Valencia, España), con Jorge Bastidas, ingeniero de grabación, y Leonie Wagner, productora; y ve la luz tras la pandemia y grave crisis sanitaria provocada por el Covid-19.

La pianista, con una intensa agenda de conciertos y proyectos, ha participado durante tres semanas como profesora y en recitales y conciertos que ha acogido la Escuela de Música Meadowmount (Westport, Nueva York), fundada en 1944 por el violinista armenio Ivan Galamian. El centro educativo, con el festival de música de cámara más antiguo de EE UU, se mantiene fiel a la visión de Galamian para alcanzar “la excelencia en la interpretación musical» con profesores de renombre internacional y jóvenes de todo el mundo. Asimismo, actuará e impartirá clases en el Festival de Música Charles Ives (Ridgefield, Connecticut). El 3 de agosto interpretará obras para piano solo de la compositora Eleanor Alberga, Sergei Rachmaninoff y Chris Rogerson, entre otros. 

Anna Petrova
Anna Petrova ha colaborado como solista con prestigiosas orquestas y directores como Jonathan Pasternack, Horia Andreescu, Bruno Aprea, y los valencianos Ramón Tébar y Francisco Valero-Terribas. Ha obtenido importantes premios y reconocimientos en numerosos concursos internacionales como el XI José Roca (España), I Bösendorfer (Bulgaria), VI Maria Yudina (Rusia), y el Concurso Internacional de Piano Queen Elisabeth en Bélgica. Petrova ha ofrecido conciertos en Amsterdam (Concertgebouw), Nueva York (Carnegie Hall, Museo Metropolitano de Arte), Chile (Teatro Municipal), Monterey, California (Sunset Center), España (Palau de la Música de Valencia y Auditorio de León), Oslo Concert Hall (Noruega) y Tianjin Grand Theatre (China), entre otros.

La pianista búlgara, muy vinculada a Valencia y España por su labor docente y trayectoria artística, aborda en el trabajo, editado por Solo Música y grabado en el Conservatorio de Catarroja, obras de los compositores eslavos: dos rusos, un ucraniano y un búlgaro 

La intérprete incluye en el cd las obras Sonata para piano nº 2 de Scriabin; Variaciones sobre un tema de Corelli, op. 42 de Rachmaninoff; Sonata para piano nº 6 de Prokófiev; y Acuarelas para piano op. 37 nº 6 de Vladigerov

Las composiciones están ordenadas cronológicamente y entre la primera y la última solo transcurren 50 años y suponen un viaje musical a caballo entre el siglo XIX y el XX, en concreto desde 1892 hasta 1942

La pianista expone en el libreto que se refiere a un “corazón musical eslavo” y que la cultura común que le interesa es la que tiene que ver con las artes, “y específicamente con la música. Estoy hablando de cultura y nunca de etnicidad”

Petrova: “El cd rinde homenaje a músicos y músicas que forman parte de una cultura, la eslava, a reivindicar; por encima del protagonista de una guerra en Europa vergonzante y responsable de miles de muertos”

Valencia, 18 de mayo de 2022 

Anna Petrova ha lanzado internacionalmente Slavic Heart [Corazón Eslavo], un disco en el que aborda obras de Alexander Scriabin, Sergei Rachmaninoff, Sergei Prokófiev y Pancho Vladigerov. La pianista búlgara, radicada en EE UU y muy vinculada a Valencia y España por su labor docente y trayectoria artística, presenta su cuarto trabajo discográfico, el primero que afronta en solitario, editado por el reputado sello alemán Solo Música y grabado en el Conservatorio de Catarroja.  

La intérprete incluye en el cd las obras Sonata para piano nº 2 en sol sostenido menor, Op 19 de Scriabin; Variaciones sobre un tema de Corelli, op. 42 de Rachmaninoff; Sonata para piano nº6 en la mayor, op. 82 de Prokófiev; y Acuarelas para piano op. 37 nº 6 de Vladigerov. Las composiciones están ordenadas cronológicamente y cabe destacar la cercanía temporal entre ellas. Entre la primera y la última solo transcurren 50 años y suponen un viaje musical a caballo entre el siglo XIX y el XX, en concreto desde 1892 hasta 1942. 

El álbum presenta la música de cuatro relevantes compositores eslavos: los tres primeros son rusos, aunque Prokófiev nace Sóntsovka (actual Ucrania), y el búlgaro Vladigerov es el que cierra el cd. Sobre el título, Petrova aclara en las notas del libreto que el corazón es “el núcleo de mi existencia como música y ser humano”, por eso lo titula Slavic Heart, “en sentido metafórico es eslavo, y me representa”.  

Una especificidad que supone una comunión de Oriente y Occidente y en su identidad musical, “una mezcla fértil de dos tradiciones culturales muy diferentes, una especie de encrucijada cultural, un crisol de diferentes corrientes de civilización unidas por idiomas, religiones y otros rasgos culturales compartidos”. Petrova expone que se refiere a un “corazón musical eslavo” y que la cultura común que le interesa es la que tiene que ver con las artes, “y específicamente con la música”. La intérprete, que escribió estos textos antes del inicio de la guerra de Ucrania, considera que “es crucial señalar que estoy hablando de cultura y nunca de etnicidad”. 

Petrova subraya que “estoy muy ilusionada y satisfecha con este disco en solitario, ha sido una bonita experiencia y un viaje musical distinto a los que he realizado en trabajos con los grupos de cámara Iris Trio o con el Carr-Petrova Duo”. La pianista destaca que “este proyecto rinde homenaje a músicos y músicas que forman parte de una cultura, la eslava, a reivindicar; por encima del protagonista de una guerra en Europa vergonzante, responsable de miles de muertos y unos graves desastres humanitarios que nos entristecen mucho”.  

El mar como icono sonoro
En relación con las composiciones, la intérprete búlgara las describe y contextualiza el momento en el que son creadas. Alexander Scriabin (1872-1915) escribe la Sonata n.º 2, dividida en dos movimientos (andante y presto), durante cinco años, de 1892 a 1897, y forma parte de una tradición de obras de arte que se inspiran en el mundo del agua. En esta pieza, “el mar es visto tanto como un icono sonoro del infinito, de nuestro útero ancestral, el agua cósmica, como también como una metáfora de un entorno hostil y peligroso, un espejo de nuestras propias corrientes psíquicas subterráneas”. 

Sergei Rachmaninoff (1873-1943) escribió sus Variaciones sobre un tema de Corelli en 1931, casi 35 años después de la sonata de Scriabin, y lo hizo en poco más de tres semanas cerca de París. La tonada Folia, un tema anónimo originario del siglo XV, fue la catalizadora de esta obra con 20 variaciones, un Intermezzo “que ofrece un respiro nostálgico”; y una Coda oscura “que cierra la obra trágicamente y casi en silencio, como resignada al juicio impenetrable del destino”. El compositor reemplaza en este trabajo “la antigua confianza en la melodía, el vocalismo exaltado y el romance por su interés en el color, la textura y los contrastes rítmicos incisivos, así como por el humor, el sarcasmo y el ingenio seco”. 

Lo fantástico y el ballet
En 1940 y nueve años más tarde, Sergei Prokófiev (1891-1953) compone su Sexta sonata para piano, escrita cuando el mundo estaba sumido en la Segunda Guerra Mundial. El nombre de Sonata de guerra con el que se la conoce hace poca justicia “al contenido poético de la obra, que habita el mundo de lo fantástico y el ballet”. La obra está dividida en cuatro movimientos (allegro moderato, allegretto, tempo di valzer lentissimo y vivace): el primero posee un ritmo muy dramático; el segundo es una parodia humorística del ballet del militarismo; el tercero es un vals lírico que recuerda los pasajes lentos del ballet Cenicienta; el último comienza con urgencia obsesiva y se desarrolla con un aumento de energía aterrador para llegar a un final dramático, lleno de sonoridades de campanas que chocan entre sí en pura agonía y heroísmo. 

Pancho Vladigerov (1899-1978) escribió sus Seis acuarelas Op. 37 en Sofía (Bulgaria), en 1942, en el ecuador de la Segunda Guerra Mundial. La música del compositor, pedagogo y pianista búlgaro, que sigue siendo un gran desconocido excepto en su país, ha sido reconocida y admirada por  Richard Strauss, Dmitri Shostakovich y Aram Khachaturian. La obra que cierra el disco, Movimiento Rítmico, es una danza folclórica búlgara con su característica métrica construida alrededor de varias combinaciones de ritmos rápidos y lentos. Vladigerov es el músico búlgaro más influyente de todos los tiempos y uno de los primeros en conjugar con éxito los modismos de lo tradicional y popular con la música clásica, elementos que confluyen en esta pieza. 

La discografía de Petrova incluye los discos Les Noces de Ígor Stravinsky con la Virginia Symphony Orchestra, dirigida por JoAnn Falletta, editado por Naxos; Novel Voices con obras de Rebecca Clarke, Mieczyslaw Weinberg, Aram Khachaturian y Fernando Arroyo con el Carr-Petrova Duo, junto con la violista estadounidense Molly Carr, publicado por el sello Melos; y Hommage and Inspiration con piezas de Robert Schumann, György Kurtág, Wolfgang Amadeus Mozart y Christof Johannes Weiss, con Iris Trio, junto a Carr y la clarinetista canadiense Christine Carter, con Coviello Classics. Slavic Heart fue grabado en el Conservatorio de Catarroja (Valencia), con Jorge Bastidas, ingeniero de grabación, y Leonie Wagner, productora; y ve la luz tras la pandemia y grave crisis sanitaria provocada por el Covid-19. 

Anna Petrova

Anna Petrova.

Anna Petrova es doctora por la Manhattan School of Music (Nueva York), profesora asistente de piano en la Universidad de Louisville (Kentucky) y profesora en Musical Arts Madrid. La revista Ritmo eligió el álbum Novel Voices del dúo Carr-Petrova Duo como el mejor álbum del año, elogiando la interpretación de la Sonata de Rebecca Clarke como “la mejor interpretación de esta sonata hasta la fecha”, mientras que Canadian Broadcasting Company (CBC) seleccionó el álbum debut de Iris Trio, Homage and Inspiration, como uno de “Los 10 mejores cds para entusiasmarse”. 

La pianista ha colaborado como solista con prestigiosas orquestas y directores como Jonathan Pasternack, Horia Andreescu, Bruno Aprea, y los valencianos Ramón Tébar y Francisco Valero-Terribas. Ha ganado numerosos concursos internacionales como el XI José Roca (España), I Bösendorfer (Bulgaria), VI Maria Yudina (Rusia), y fue semifinalista en el Concurso Internacional de Piano Queen Elizabeth en Bélgica. Petrova ha ofrecido conciertos en Amsterdam (Concertgebouw), Nueva York (Carnegie Hall, Museo Metropolitano de Arte), Chile (Teatro Municipal), Monterey, California (Sunset Center), España (Palau de la Música de Valencia y Auditorio de León), Oslo Concert Hall (Noruega) y Tianjin Grand Theatre (China), entre otros. 

Reconocimiento de la ONU

En octubre de 2018, Petrova fue elegida como una de las principales «Mujeres creativas» de EE UU. Junto con Carr fue honrada en las Naciones Unidas por su trabajo con los refugiados de todo el mundo a través del proyecto de ayuda Novel Voices del Carr-Petrova Duo. Las intérpretes tomaron de su Proyecto Nuevas Voces el título para su disco, que pretende dar voz y visibilidad a los refugiados y poblaciones desplazadas a través de la música y el cine. La labor de esta organización sin ánimo de lucro también fue reconocida por la ONU. 

La obra Novel Voices de Fernando Arroyo Lascurian, que cierra el disco homónimo de Carr y Petrova, es una composición inspirada en los viajes realizados por ellas a campamentos de refugiados y programas de apoyo en EE UU, Europa y Oriente Medio, en el que realizaron conciertos y talleres, además de escuchar, aprender, documentar y grabar sus historias. Arroyo, un joven compositor mexicano, utilizó las conversaciones y encuentros como base para una magnífica obra musical para viola y piano en la que entrelaza diferentes paisajes sonoros, a modo de mosaico, de las culturas ancestrales de los niños que conocieron en Afganistán, Bulgaria, Chechenia, Irak, Irán, Kuwait, Siria, y su México natal.