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Ha fallecido Pilar Fuentes Hernández, Catedrática  del Conservatorio Superior de Música de Valencia, profesora de Pedagogía musical  y  asesora de la Conselleria d’Educació de la Generalitat Valenciana durante los años noventa del siglo pasado.

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Una triste noticia para todos aquellos que tuvimos ocasión de conocerla y compartir con ella muchas vivencias profesionales y personales. Además una pérdida relevante. Pilar Fuentes forma parte de la historia de la educación musical valenciana por las valiosas aportaciones que realizó desde las aulas y  también desde los despachos de Campanar, 32.

Es autora de la publicación “Pedagogía y didáctica para músicos” que se convirtió en un manual imprescindible para los jóvenes estudiantes del Grado Superior del antiguo Plan 66. Pero sobre todo, asumió un gran protagonismo cuando tuvo la responsabilidad de implantar, como asesora, la reforma educativa de 1992; la conocida LOGSE.

Pilar Fuentes forma parte de una generación de músicos y técnicos que pilotaron durante años la educación musical valenciana entre los que destacaron Salvador Seguí, Pasqual Pastor, Vicente Perelló, etc. Los que eramos más jóvenes tuvimos la oportunidad de aprender con ellos y compartir la consolidación y transformación de nuestros conservatorios de música. Una aventura que hoy ya queda algo lejana pero que fue, como mínimo, apasionante.

Pilar Fuentes fué “el alma” del Decreto 151/1993 que estableció el currículo de las enseñanzas elementales y profesionales de música en la Comunitat Valencia y también de la Orden de 1994 que reguló, por primera vez, las escuelas de música valencianas. Unos textos innovadores que transformaron nuestros conservatorios, las escuelas de música y en cierta manera, a todos los que trabajabamos allí.

Además se implicó con gran enfásis en la formación del profesorado de música, visitando nuestros centros e impartiendo largas jornadas de formación a unos profesores muy voluntariosos pero con escasa formación pedagógica. Músicos formados para ser intérpretes, dedicados ahora a redactar proyectos curriculares y proyectos educativos a quienes todo aquello les “sonaba a chino mandarín”.

Menuda papeleta la de Pilar. Pero se dedicó a ello con fuerza, pasión e inteligencia, ejerciendo una espececie de sacerdocio muy acorde con su carácter castellano recio y austero. Y a pesar del reto descomunal que asumió y las reticencias que la LOGSE suscitó en aquellos años, se hizo respetar y querer.

Pilar era de un pueblo de la provincia de Valladolid. Comentaba a menudo que los valencianos eramos muy “barrocos”; ella era todo lo contrario: directa, rigurosa, honesta y sin concesiones. Pero tenía algo especial cuando fue capaz de conectar con los músicos de su generación e influir al mismo tiempo sobre todos nosotros, aquellos que cogimos el relevo en la gestión de los conservatorios valencianos y más tarde en la Conselleria d’Educació.

Era habitual en las celebraciones de Santa Cecilia organizadas en el Conservatori Professional de Torrent, donde se sentía como en su propia casa y era muy querida. Su mediación fue crucial para que lograramos la autorización del proyecto educativo “Tots músics, tots diferents”.

Además era una gran admiradora de nuestra red de sociedades musicales y sus bandas de música,  que también la apreciaban mucho.

Al final de su carrera profesional fue nombrada persona de reconocido prestigio en el Consejo Escolar Valenciano donde hizo un labor encomiable en la defensa de la educación musical. Después de muchos años retirada y víctima de una enfermedad degenerativa ha fallecido a los 80 años de edad. Como se suele decir, los músicos y los conservatorios valencianos tienen  contraida un gran deuda con ella. Comentaba con razón el director del Conservatorio de Utiel, Miguel Ángel Almonacid que Pilar marcó a toda una generación de profesores de música. Así fue.

Muchas gracias por todo. Descanse en paz.

Manuel Tomás Ludeña