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Fuente: docenotas.com Artículo de: Alicia Avilés Valero – 22/12/2019

En este artículo encontraremos información acerca de una afección neurológica que recibe el nombre de distonía focal. Me pareció interesante investigar sobre las posibles causas y soluciones, así como síntomas.

En el primer apartado, hablaremos un poco sobre el sistema nervioso y la relación con la música, para poder, más adelante, comprender varios de los conceptos que puedan aparecer.

La distonía puede afectar a toda la población, pero me centraré en los músicos en este caso, dado que es mi profesión.

II.  Cerebro y Música

El sistema nervioso central (SNC) es el encargado de recibir y procesar las sensaciones recogidas por los diferentes sentidos y de transmitir las órdenes de respuesta de forma precisa a los distintos efectores. Está constituido por: Encéfalo y médula espinal, que están protegidos por tres membranas: duramadre, que es la membrana externa; aracnoides, que es la membrana intermedia, y pirámide, que es la membrana interna.

Las cavidades de estos órganos están llenos de un líquido llamado encefalorraquídeo y sirve como medio de intercambio de determinadas sustancias, como sistema de eliminación de productos residuales, para mantener el equilibrio iónico adecuado y como sistema amortiguador mecánico.

El tejido nervioso es el que forma los órganos del sistema nervioso. Está constituido por los cuerpos de las células nerviosas (neuronas) y sus prolongaciones y por las células gliales.

Se reconocen tres tipos de neuronas: las sensitivas, encargadas de recibir el impulso de las células receptoras; Las motoras, que transmiten el impulso recibido al órgano efector, y las neuronas conectivas o de asociación, que vinculan la actividad de las neuronas sensitivas y las motoras.

Las células gliales se dividen en: glia central, que se encuentra en el sistema nervioso central (encéfalo y médula); glia periférica, que se encuentra en el sistema nervioso periférico (ganglios nerviosos, nervios y terminaciones nerviosas).

Las células que forman el sistema nervioso central se disponen de tal manera que dan lugar a dos formaciones muy características: la sustancia gris, constituida por los cuerpos neuronales y la sustancia blanca que está formada principalmente por las prolongaciones nerviosas (dentistas y axones).

El encéfalo es la parte superior y de mayor masa del sistema nervioso. Tiene los siguientes componentes estructurales: el cerebro, que se compone de telencéfalo con sus dos hemisferios y el diencéfalo; el tronco cerebral que a su vez, se divide en mesencéfalo, protuberancia anular y bulbo raquídeo; y cerebelo. El cerebro se divide en dos mitades, aparentemente iguales (hemisferio derecho e izquierdo).

La diferenciación entre los hemisferios cerebrales tiene una gran importancia para el desarrollo de las habilidades musicales, según han demostrados varios estudios de neurología. El hemisferio izquierdo está implicado en la regulación precisa de las acciones motoras y en el establecimiento de un orden serial de secuencias motoras repetitivas. El hemisferio izquierdo participa en el análisis temporal de las secuencias auditivas no verbales y desde hace tiempo es conocida su implicación fundamental en el procesamiento, comprensión y producción del lenguaje. El hemisferio derecho controla el lenguaje y la entonación en el canto.

En la experiencia musical esta lateralización es muy evidente. También cabría destacar la importancia del axón, ya que es la prolongación de la neurona que conduce los impulsos a partir del cuerpo celular con posible liberación de sustancias transmisoras por lo que conduce matemáticamente las conductas aprendidas por repetición, como es el caso de el aprendizaje de la ejecución de un instrumento.

Para el neurólogo Mark Jude Tramo la música jugó un rol significativo en la evolución de la humanidad.

Robert Zatorre, investigador del Instituto Neurológico de Montreal, realizó un estudio con las universidades de Harvard y McGill de Montreal, en el que, tras diversas investigaciones con voluntarios a los que expuso a exámenes radiológicos mientras escuchaban la música que más les agradaba, descubrió que con diferentes tipos de música se activan diferentes partes del cerebro, por lo que deducimos que la música nos provoca diferentes sentimientos y sensaciones. Esto podría explicar por  qué, a veces, nos trae recuerdos y emociones.

III.  Distonía

Trastorno del movimiento, debido al cual, las contracciones de los músculos son origen de movimientos involuntarios o posturas anormales; es un movimiento o espasmo prolongado de un grupo de músculos o alteración de la tensión o tonicidad de un músculo u órgano. Parece ser que la obsesión de Robert Schumann con tener una mayor independencia de sus dedos, le provocó una extraña enfermedad que después se pudo casi certificar que fuera una distonía focal a la que le llamó el cáncer del músico, por su difícil cura.

Gary Graffman y Leon Freiser, dos de los pianistas más importantes de la década de los ochenta, hicieron público que padecían distonía focal. Tuvieron que abandonar el piano, debido al desconocimiento que existía sobre esta afección. Estas declaraciones motivaron que se instaurara lo que posteriormente se llamó medicina del Arte, afectando positivamente al diagnóstico en pacientes y músicos, bailarines, cantantes o actores.

Síntomas

Los primeros síntomas que sabemos de la distonía percibidos en los músicos, son el descontrol de los movimientos voluntarios manuales sobre el instrumento, dificultad digital, tensión o rigidez en ella mano o brazo, debilidad de la mano, temblor o dolor en los dedos, dolor intenso debido a las contracciones musculares.

Posibles causas

Estas dificultades no escogen momentos de aparecer durante la ejecución, es decir, que en pacientes aparece al comenzar la ejecución con las primeras notas, en otros al estar dentro del desarrollo de la ejecución, y otros en cuanto van a iniciar la ejecución. Al igual que se han podido catalogar con intensidades estas afecciones, llamando intensidad alta a aquel que resulta imposible tocar su instrumento; intensidad media, al que puede llegar a tocar, pero con un tratamiento severo para paliarlo y como intensidad baja al que no le afecta a la hora de tocar el instrumento, aunque ninguna de estas debería dejar de ser tratada.

La mayoría de casos de distonía aparecen en personas mayores que tocan más horas o durante muchos años, de manera, que la parte psicomotriz se puede ver afectada, al fin y al cabo, no es lo mismo un joven realizando horas de esfuerzo físico y mental, como una persona de avanzada edad que realiza el mismo esfuerzo durante años, sin rebajar la cantidad de horas del mismo, por lo que se puede ver saturado y en definitiva, bloqueado temporalmente (distonía parcial) o incluso irreversible en algunos casos de distonía focal.

Aunque no se pueden esclarecer las causas concretas por las que aparece la distonía, se podría decir que algunos factores que intervienen en la aparición de dicha lesión, son psicológicos también y en algunos casos, por predisposición a tenerla. Otro factor de riesgo puede ser el sexo, es decir, se ha concluido que la mayoría de casos tratados de distonía, eran varones.

Otro dato importante e interesante es el del predominio de los pianistas y guitarristas entre los distónicos tratados, aunque se podría decir que los más afectados por estadística serían en este caso los guitarristas, ya que en proporción, ciertamente hay más pianistas que guitarristas.

También encontramos otros factores derivados, como por ejemplo, la forma de tocar el instrumento. A veces, no nos tomamos en serio la manera de tocar y nos colocamos con la postura que más cómodo nos haga sentir el día concreto de estudio, pero nuestro cuerpo necesita un hábito. Ha habido casos de autores que han realizado estudios sobre las diferentes distonías, teniendo en cuenta los diferentes instrumentistas al igual que diferentes dedos afectados en cada caso, ya que en ocasiones, los dedos pueden extenderse por esta parología, mientras que otros se flexionan y viceversa.

Es un dato curioso el hecho de que a los afectados por la distonía a la hora de tocar su instrumento, no les condicione para tocar cualquier otro instrumento.

Tratamientos

A lo largo de los años, y tras grandes fracasos al intentar paliar la afección, se intentó utilizar otros medios como la acupuntura, relajación, hipnosis, homeopatía, intervenciones quirúrgicas incluidas, pero ninguno de estos métodos ha proporcionado un efecto consistente o duradero. También se utilizó la toxina butolínica, que es un medicamento que introduce de forma intramuscular, que ha sido de hecho bastante útil en otro tipo de distonías, como la distonía del escritor, también conocida como calambre del escritor, pero en músicos resulta poco eficaz.

En Francia se consiguieron grandes logros con un mínimo de casos, intentando reprogramar el cerebro distónico. Es un tratamiento muy largo y no asegura una cura segura.

Se trata de intentar crear otros movimientos para conseguir el mismo resultado, intentando que el recorrido hecho por los axones y saturado por la sobrecarga, realizando otro recorrido mandando una orden diferente para llegar al mismo sitio.

La Universidad de Konstanz (Alemania) buscó nuevas alternativas y llegaron a la conclusión de que una de las mejores formas de combatir esta afección por alta energía neuronal debería paliarse de la misma forma que se ocasionó, de forma repetitiva y constante, incluso crearon unos programas de trabajo sobre el propio instrumentos en los que limitaban el movimiento de alguno de los dedos de manera que el cerebro obligara al dedo afectado a suplir lo que otros dedos no podían por impedimento de los mismos. Este tratamiento daba resultado pero solo en un 40 por ciento, aunque eran cifras bastante alentadoras.

Estudios

Tras un estudio realizado en el Servicio de Neurología Fundaçió Manresa, (Barcelona) y siendo como objetivo describir las características clínicas de la distonía focal en los músico se utilizan los siguientes métodos y se obtienen los siguientes resultados:

Se analizan 658 músicos en un centro especializado en la atención de artistas escénicos durante cuatro años. De éstos, 86 fueron diagnosticados de distonía focal (13 por ciento). Como factores de riesgo para la distonía, se intensifican el hecho de tocar la guitarra (representa el 42 por ciento de los casos, seguido de los pianistas con un 21 por ciento y de los violinistas con un 6 por ciento), ser varón (proporción de 7 entre 1) y haber acumulado una cantidad de horas de ensayo superior a la media. La distonía aparece en músicos de 33,1 años de edad media que tocan 4,8 horas diarias, mientras que en otras patologías se presentan a los 26,5 años de edad en músicos que tocan 3,5 horas al día.

Otro estudio realizado por el Instituto de Fisiología y Medicina de Tarrasa (Barcelona) se determina que la distonía focal en el músico parece la consecuencia de un trabajo manual repetitivo, intenso y refinado durante muchos años sobre el instrumento musical a lo que se añaden otros factores como por ejemplo el sexo.

Esta afección no tiene una causa esclarecida, pero parte de su aparición la debemos a la predisposición personal, a la práctica instrumental intensiva o estresante. A veces aparece como una pérdida gradual de coordinación a la hora de tocar el instrumento al que se dedica en cuestión el afectado, por otro lado, después de aparecer otro tipo de síntomas como pueden ser tensión en los dedos, agarrotamientos, falta de disciplina a la hora de mandar una orden y no ser realizada por nuestro cuerpo, e incluso en el antebrazo o labio, dependiendo del instrumento que se toca.

El Instituto de Fisiología y Medicina de L’Art de Tarrasa es uno de los pocos centros especializados en la atención de artistas escénicos existentes en el sur de Europa. Ellos revisaron todos los casos de distonía que se habían registrado desde 1999 y de los 658 pacientes, 86 padecían una distonía focal. 34 fueron tratados con la técnica de neurorehabilitación, conocida como Sensory Motor Retuning (SMR), basada en la repetición constante y repetida de movimientos sobre el instrumento intentando modificar la respuesta motora, inmovilizando correlativamente los dedos, excepto el distónico. Este es el resultado del estudio realizado por el instituto de Tarrasa:

Un total de 86 músicos fueron diagnosticados de distonía focal, predominando varones y los músicos profesionales, El instrumento más tocado entre los no afectados por la distonía es el piano, mientras que en los más afectados son los guitarristas. Entre los 36 guitarristas afectados, 22 tocaban la guitarra clásica y los 14 restantes la guitarra flamenca. Se desconoce esta distribución en guitarristas no distónicos o el la población general, y las variables sexo e instrumento son estadísticamente independientes, Los músicos diagnosticados de distonía habían iniciado la práctica instrumental a los 12,4 años y tocaban de media 4,8 horas diarias justo antes de iniciarse el problema. En los músicos no distónicos la media de inicio fue a los 11 años de edad y tocaban de media 3,5 horas diarias. En el momento que fueron atendidos, los pacientes distónicos tenían 35,4 años y los no distónicos 28,6.

Tras realizar estos estudios, se concluye en la importancia de un estudio sano, sin ningún tipo de sobre saturación, para poder evitar en la medida de lo posible que aparezca

Conclusión

Tras realizar este estudio sobre esta afección, me reitero en la idea de que la importancia de realizar un estudio con los descansos necesarios, a nivel físico y mental, puede prevenir la aparición de esa sobrecarga neuronal. Es cierto que no se conocen las causas esclarecidas por las que puede aparecer, pero tras ver los estudios realizados, estamos seguros de que, podría ser un gran condicionante el hecho de, estudiar con una mala higiene postural y demasiado tiempo sin descanso, durante un largo periodo de tiempo.

Autora

Alicia Avilés Valero, 36 años. Profesora de violonchelo y ayudante de solista en la Orquesta sinfónica de Torrevieja (Alicante). Componente titular del Dúo Valero.

Bibliografía

  • Micheli Sorticati-Cerósimo (2002): “ Vivir con dístonía.”
  • Entrenamiento y Neuroplasticidad. Rehabilitación de distonías. Joaquín Farias

Webgrafía