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Desde noviembre, las Bandas de Música del País Vasco no profesionales están paradas. «Va a ser muy difícil retomar la actividad», dice Pedro Ignacio Adrián

Fuente: https://www.noticiasdealava.eus/cultura/ – ARACELI OIARZABAL  – 03.05.2021 

Un año, un mes, tres semanas y seis días. Ese es, ni más ni menos, el tiempo que llevan sin poder ensayar los integrantes de la Agrupación Musical San Roque de Llodio; cuya escuela, además, lleva también doce meses sin recibir formación, ni siquiera individual, con el impacto que ello está teniendo y tendrá en la creación de cantera.

Cerca de medio centenar de músicos, de calidad reconocida aunque sin el apelativo de «profesionales», que están viendo peligrar la continuidad de una entidad con 120 años de trayectoria, como consecuencia del decreto del Gobierno Vasco que, desde noviembre del año pasado, prohíbe reunirse para ensayar a las bandas de música y las masas corales no profesionales de Euskadi. Una medida, ésta última, adoptada para hacer frente a la pandemia, pese a que existe un amplio y detallado protocolo redactado por la Federación Vasca de Bandas de Música y la Asociación de Masas Corales de Euskal Herria, en colaboración con el departamento de Salud Laboral del Gobierno Vasco. En este sentido, solicitan que les dejen volver a los ensayos porque, de lo contrario, van a desaparecer. DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA se ha reunido con su director, Pedro Ignacio Adrián, para que dé cuenta de una situación que califica de «gravísima» y, muy posiblemente, «irreversible».

¿Cuándo fue su último concierto?

–En agosto y si lo sé, no lo hacemos. Fue de prisa y corriendo, interrumpiendo vacaciones, y con ensayos en la calle, que hasta nos llovió, porque dentro de nuestro local de Zubiko Etxea no hay espacio suficiente para guardar las distancias de seguridad. Además, el ruido del paso continuo de los trenes, porque estamos en las inmediaciones de la estación, no nos permitió hacerlo en condiciones. La gente está muy cabreada. Tenemos músicos que han recibido hasta denuncias de vecinos, porque han optado por ensayar en casa, ante la imposibilidad de acceder al local.

¿Cómo es eso?

–Durante la mayor parte de la pandemia nuestro local ha estado cerrado y, cuando se ha abierto, solo se ha podido entrar de forma individual y en un horario muy restringido que, por cierto, no lo recoge el decreto del Gobierno Vasco por el que, desde el 6 de noviembre, esta prohibido reunirse para ensayar a las bandas de música y las masas corales no profesionales de Euskadi. Algo que tampoco entendemos y nos parece hasta inconstitucional, porque en el resto del Estado español las bandas sí están tocando y hasta, en marzo, se las declaró Patrimonio Cultural, por parte del Consejo de Ministros. ¿Aquí por qué no? Esto es una crisis sanitaria y somos los primeros que queremos unas medidas de seguridad, pero ¿qué pasa, que el virus ataca más a los no profesionales? Que me río yo de tal calificativo, porque en esta banda todos tenemos el título de profesionales, la única diferencia es que no hay un contrato de por medio ni ningún convenio firmado, y por eso solo tocan los que tienen pagados, ¡que encantado por ellos, eh!

Se le nota enfadado. ¿Considera que están siendo objeto de un trato discriminatorio?

–Total y absolutamente. Ayer domingo se manifestaron las masas corales, por lo mismo, todos queremos volver a ensayar, porque la situación es insostenible y gravísima. Ya no sabemos ni qué hacer, es muy posible que todo se vaya a la mierda. No hemos querido hacer como los hosteleros y recurrir a la Justicia, pero esto ya no es normal. Sí se ha reunido la Federación con el Gobierno Vasco para fijar un protocolo que no discrimine entre profesional y no profesional. Hay que poner un poco de cabeza en este asunto y hacer entender que las bandas somos un patrimonio a defender, porque somos transmisores de cultura y vehículos de integridad y cohesión de un pueblo. Pero parece que no lo ven. Hay pueblos que como tienen escuela municipal, su banda sí puede tocar, y en otros, porque así lo ha facilitado su ayuntamiento, pero aquí no nos han llamado ni para el programa Kultudaberri. En la agenda de mayo tampoco estamos. El problema tiene muy mala salida, el mal está hecho y va a ser muy difícil retomar actividad.

En Llodio no existe…

–No, ni escuela municipal de música, ni teatro –aunque está en proyecto– ni nada por el estilo. Sí tenemos nuestra escuela y de la que se nutre la propia banda que, como nosotros, solo ha podido ensayar dos de los últimos 15 meses, los de septiembre y octubre de 2020, antes de la llegada del citado decreto de noviembre. En esta situación es muy difícil mantenerse, cuando las clases de instrumento son individuales y manteniendo distancias, y tampoco nos dejan, no se entiende esto. Es decir, llevan casi dos años de cursos perdidos, cuando teníamos ya ocho chavales preparados para dar el salto a la banda y que, ahora, posiblemente lo dejen.

¿A qué se refiere?

–Hay alumnos que ya nos han comunicado que no van a volver. Dedicarse a la música es algo muy duro y exigente, y están optando por otras disciplinas de ámbito deportivo que, mal o bien, están pudiendo entrenar algo. Les entiendo, aunque no lo comparta. Va a ser muy difícil hasta para la banda retomar actividad. El no poder acceder al local de ensayo también nos ha traído otros problemas como el hecho de haberse estropeado el ordenador y no poder atender el archivo; es decir, hemos perdido dinámicas de intercambio con otras bandas y tenemos muy claro que, a partir de ahora, al que quiera una actuación nuestra le costará dinero. Lo raro es que en este pueblo haya una banda de música, y no mala, cuando no hay ni escuela de música municipal. Cuesta mucho gestionar esto y se agradece muy poco o nada.

¿Mala relación con el Ayuntamiento?

–Digamos que no hay feeling. Además, con esta legislación tan ambigua, porque ya no sirve la excusa del desconocimiento ante el virus, se está castigando a la gente que más cumple. Somos los primeros interesados en que haya y se cumpla un protocolo, pero no uno discriminatorio. Esto tiene que cambiar y que, como en el resto del Estado, insisto, podamos ensayar y tocar cuando se puede, en base a la evolución de la pandemia. Sí espero que el dinero que no se está gastando, se invierta en la escuela. Soñar es gratis, dicen, porque la verdad es que no se entiende que en un municipio del tamaño de Llodio, no haya un local apto para que ensaye una banda guardando las distancias.

¿Esperanzas con el anuncio de la desaparición del Estado de Alarma a partir del día 9?

–Pocas, porque a ver qué hace finalmente el Gobierno Vasco con la Ley del Estado de Emergencia. De todas formas, sigo sin entender porqué se han cebado con la música con todo lo que aporta a la educación de los chavales. Desde luego, la situación en la que nos encontramos no es un buen mensaje para la juventud que quiere dedicarse a la música, les han quitado la ilusión, cuando hemos llegado a tener hasta cuatro miembros de la banda en la EIO (Euskadiko Ikasleen Orkestra). Algo bueno haremos.

De hecho, algún alumno de su escuela ha obtenido un galardón en fechas recientes y no es el único en los últimos años.

–Así es. Ibai Adrián Codesal, trombonista y producto genuino de la cantera de la Banda de Música de Laudio, acaba de cosechar el segundo premio en la categoría de Jazz y Música Moderna en el Concurso de Jóvenes Músicos de Euskadi 2021. Un certamen que también ha premiado, en la categoría de grupos instrumentales, al joven pianista laudioarra, Asier Pagazaortundua Pérez. Sin embargo, como decía, llevan sin poder recibir su formación musical 12 de los últimos 15 meses, y está en peligro nuestra cantera y, por consiguiente, nuestro futuro. Temo que la situación sea irreversible.

Fuente: https://www.diariovasco.com/ FCO. JAVIER AGUADO GOÑI Urretxu.

Tras una mirada fugaz hacia el pasado podemos encontrarnos con facilidad la presencia de agrupaciones musicales en Urretxu, lugar donde la música y los músicos cuentan con un peso específico notable, un valor sociocultural inestimable. En la historia contemporánea de la música en Urretxu otro día nos podremos centrar en muchos de sus aspectos y de sus personajes más relevantes, desde quienes la enseñaron a quienes construyeron artísticamente instrumentos, desde quienes triunfaron más allá de nuestras montañas a quienes consiguieron triunfar entre nosotros recibiendo el cariño y el reconocimiento popular.

Hoy nos trae aquí la reciente noticia de la formación de una Federación Vasca de Bandas de Música en la que se encuentra la Banda del Taller Iparragirre Balerdi de Urretxu.

La llegada de la pandemia vino a cebarse cruelmente con todos nosotros, confinados en nuestras casas quien más y quien menos ocupó sus horas ociosas con música y quien más y quien menos tuvo la oportunidad de bellos gestos de vecindad escuchando tocar algún músico en momentos determinados del día. Una compañía gratificante y un gesto intelectual generoso que desde el aislamiento nos estimulaba el ánimo.

Todos evolucionamos durante 2020 pero los músicos no profesionales fueron situados fuera de cualquier expectativa de actividad y las bandas de música no fueron la excepción. El tiempo pasa y nadie da respuesta a un colectivo cultural, patrimonio indudable de nuestra sociedad y nuestra cultura.

Finalmente surge la iniciativa mencionada que los hace visibles y les lleva a sostener una primera reunión con Gobierno Vasco. En nuestra comunidad se censan unas cincuenta bandas.

«Ahora nos tienen en cuenta»

Jesús Castillejo, director de la Banda del Taller Iparragirre Balerdi de Urretxu, forma parte de la junta directiva como representante territorial, habiendo sido nombrado presidente Aritz Labrador, director de la banda de Zornotza. La Federación viene a cristalizar un deseo durante mucho tiempo expresado en el sector y la actual situación de pandemia que ha dejado en shock a 50 agrupaciones musicales en la Comunidad Autonómica Vasca ha precipitado algo que no terminaba de llegar. «Defender y cuidar el patrimonio cultural vasco con el deseo de reivindicar el gran aporte social, cultural, pedagógico y artístico que representan», expresaron el día de su presentación como capítulo de intenciones esencial e inmediato. «Es que ni siquiera depende de los Ayuntamientos», explica Jesús Castillejo, director de la Banda del Taller en Urretxu, «y en el Gobierno Vasco han agradecido tener conocimiento de la situación actual de las bandas de música. Ahora nos tienen en cuenta, pues hemos elaborado un protocolo sanitario específico muy elaborado habiéndonos fijado en países como Japón, Austria, Corea del Sur…».

«No queremos tocar a cualquier precio», explica Castillejo, «tal vez por desconocimiento se han hecho afirmaciones que no son exactas, como que contaminamos con los instrumentos de viento, la voz contamina muchísimo más».

Con los protocolos sanitarios que se han elaborado es seguro ejercitar ensayos presenciales y recuperar las actividades perdidas. «El daño no es irreparable, estamos a tiempo de salvar de su desaparición a un buen número de bandas, un patrimonio que nos caracteriza desde tiempo inmemorial. Por mucho que se trabaje por internet, la clase presencial es imprescindible, el factor de socialización que supone actuar en grupo es indudable, los músicos están necesitados de tocar y tenemos que evitar en ellos el desánimo y el paso del tiempo es crucial para toda una generación que puede renunciar a su actividad, tenemos una gran responsabilidad cultural», explica Castillejo.

Como los deportistas

Los músicos necesitan ensayar, practicar, «somos como los deportistas, hemos de ejercitar nuestra musculatura y pulmones, así como nuestro cerebro, aspectos que son esenciales y que nos pueden alejar de una correcta interpretación».

Además las bandas de música son el crisol en el que se forjan los estudiantes de escuelas de música y de músicos de toda procedencia, allí tienen cobijo y desarrollo.

Sí, esa es la expresión correcta, puesto que en 1985 y un grupo de músicos veteranos fueron convocados por el Ayuntamiento de Urretxu para conocer su opinión sobre la posibilidad de formar un taller de música y recuperar de alguna manera la ancestral tradición que en la villa había existido con su banda de música. El ciclo anterior se había cerrado con Urrestarazu, el último director de la banda municipal.

El taller de música ofrece al vecindario la posibilidad de practicar un instrumento, se enseña a manejarlo y poder practicar lo aprendido juntos con los otros miembros poniendo color y alegría en el pueblo en fechas determinadas del año.

Taller musical que también contó en su dirección con el añorado Ramón Esnaola. Al cumplirse sus primeros diez años de andadura, más de 60 alumnos habían pasado ya por el taller, que ya contaba con un local, con instrumentos y uniformes para las actuaciones.

El año 1992 resultó crítico para el proyecto por un parón presupuestario. Lejos de cruzarse de brazos, en complicidad con los padres de los componentes del taller y los propios participantes se creó una comisión que negoció y volvió a obtener la atención debida por parte de la comisión municipal de Cultura. Esto supuso un replanteamiento y una mejora de la actividad.

En la actualidad su director, Jesús Castillejo, es el máximo representante. «Empezar a practicar en el taller no implica edad, pues se puede descubrir o retomar la práctica musical con cualquier edad, tenemos personas desde los diez años, hasta gente que supera los setenta». «Personalmente estoy volcado con la banda del taller, porque mantenemos el espíritu inicial y hemos conseguido crecer y sonar muy bien, en medio de un excelente ambiente de puertas abiertas tanto a los chicos y chicas que se incorporan tras sus clases de Musika Eskola, como a quienes no quieren dejar de tocar aquello que aprendieron».

Proyectos

Ahora con la Federación se ha creado un espacio de diálogo que nos da visibilidad ante las instituciones, hemos abanderado 20 agrupaciones, esta iniciativa, las que estábamos legalmente constituidas y llegarán en cascada el resto hasta el medio centenar existente. Hay proyectos como potenciar el rico tejido de bandas, conectarlas, compartir proyectos como la Banda federal Vasca, una Banda Joven Vasca, recuperación de partituras antiguas vascas, publicaciones, grabaciones y actuaciones e intercambios.

Su objetivo es dar visibilidad a la labor que desarrollan las bandas y reivindicar su importancia en el panorama musical.

La federación busca ser una plataforma donde las bandas puedan, además de colaborar, compartir sus avances, ideas, experiencias y proyectos.

Fuente: KLASSIKBIDEA – 22 MARZO, 2021

Un total de veinte bandas de música de varias poblaciones vascas se han unido con el propósito de poner en valor la labor que estas formaciones desarrollan desde sus inicios en el panorama musical del país, siendo como son un referente imprescindible del patrimonio sonoro. 

La federación surge con el propósito de defender y cuidar este patrimonio cultural vasco y con el deseo de reivindicar el gran aporte social, cultural, pedagógico y artístico que representan. Tal y como explica el presidente de la fundación, Aritz Labrador, “nuestros principales objetivos, además de desbloquear la situación actual agravada por la pandemia, y actuar como interlocutores, es resaltar la importancia y relevancia que tiene la cultura popular en el día a día de nuestra sociedad”. 

En palabras del maestro Pascual-Vilaplana, director titular de la Banda Municipal de Bilbao, “crear una federación como un espacio de diálogo y de cooperación entre ellas puede ser del todo eficaz para la difusión, promoción y dignificación de su actividad.” 

Euskadi cuenta con un rico tejido bandístico compuesto por 46 formaciones. En ellas participan más de 3000 miembros de diversas edades. Durante el año 2019, han ofrecido alrededor de 600 conciertos y pasacalles, generando toda esta actividad un impacto económico indirecto de más de 1.000.000 de euros. 

Proyectos futuros 

Entre los proyectos a futuro de la entidad se encuentran la futura Banda Federal –que formarán miembros de las bandas federadas–, así como una Banda Joven Vasca –que contará con la participación de alumnado de música del País Vasco–. “Otra de las metas es visibilizar el patrimonio que representa el conjunto de bandas y contribuir a él, a través de la recuperación de partituras antiguas, publicaciones, nuevas comisiones e incluso grabaciones” añade Labrador. 

Miembros de la Federación Vasca de Bandas de Música 

Asoc. Musical German Maria Landazabal (Araia) 

Legazpi Musika Banda Elkartea – LMB (Legazpi) 

Asoc. Iparraguirre Balerdi Musika Tailerra (Urretxu) 

Zumaiako Musika Banda ZUMB Elkartea (Zumaia) 

Miguel Gonzalez Bastida Bergarako Musika Banda Elkartea (Bergara) 

Ordizia Musika Banda Elkartea (Ordizia) 

Asoc. Musical La Lira de Laguardia (Laguardia) 

Asociación Cultural Musical Marrate (Labastida) 

Asoc. Agrupación Musical San Roque San Roke Musika Elkartea (Laudio) 

Hernaniko Musika Banda Hermuba Elkartea (Hernani) 

Santurtziko Musika Banda Unión Musical Vizcaina (Santurtzi) 

Zornotzako Musika Banda Elkartea Musikaband (Amorebieta-Etxano) 

Asoc. Banda de Música de Elgoibar (Elgoibar) 

Andres Isasi Musikalia Elkartea (Getxo) 

Leioako Musika Banda 97 Banda de Música de Leioa 97 (Leioa) 

Azpeitiko Musika Banda Elkartea (Azpeitia) 

Mutrikuko Musika Banda MMB (Mutriku) 

Asoc. Banda de Música Local de Zestoa (Zestoa) 

Zumarragako Musika Banda (Zumarraga) 

Agrupación Musical Areatza (Areatza). 

Hoy ha nacido la Federación Vasca de Bandas de Música!

Se han juntado 20 bandas mostrando solidaridad, para avanzar juntos!

07/02/2020

«En los próximos meses seré presidente de la Federación y hemos montado un gran equipo de trabajo para desbloquear la situación actual, dar a las banderas del pueblo (y la cultura) y poner en marcha la estrategia de crecimiento a largo plazo.» ha comentad Aritz Labrador

Los 20 miembros fundadores:

Araba: Laguardia, Labastida, Araia, Llodio.

Bizkaia: Santurtzi, Getxo, Leioa, Amorebieta, Areatza, Galdakao.

Gipuzkoa: Mutriku, Zestoa, Urretxu, Legazpi, Zumarraga, Zumaia, Bergara, Elgoibar, Azpeitia y Hernani.

Y las bandas de música de varios pueblos que aún se unirán