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Jesús Rodríguez Azorín

Catedrático de Trompeta del Conservatorio Superior de Música Rafael Orozco de Córdoba.

A lo largo de la historia de la trompeta no habrá un intérprete de este instrumento que haya tenido una mayor repercusión para las generaciones posteriores que Jean Baptiste Arban.

Su famoso Método Completo de Trompeta, escrito en 1864, es todavía hoy en día una referencia para el mundo de la pedagogía de la trompeta, siendo utilizado en, prácticamente, la totalidad de los conservatorios, universidades y escuelas de música de todo el mundo.

17 febrero, 2022Escrito en diapason

Vamos a conocer, en primer lugar, algo más sobre la figura de este maravilloso intérprete y pedagogo, para después comentar algunos detalles sobre su filosofía de enseñanza del instrumento, establecida a través de su extenso método de trompeta.

J. B. Arban nace en Lyon (Francia) el 28 de febrero de 1825. Ingresó en el Conservatorio Superior de Música de París en la clase de trompeta de François Dauverné en 1841, a la edad de 16 años. Durante sus años en el conservatorio, simultaneó sus estudios con la realización de varios viajes a Londres para atender diversos compromisos profesionales en esta ciudad. Debido a estos compromisos, “solamente” obtiene el Segundo premio en el Concurso de interpretación del Conservatorio de París en 1844. No quedando satisfecho Arban con este resultado, solicita su participación al año siguiente y, esta vez sí, obtiene el Primer Premio en dicho concurso.

Tal y como nos muestra Daniel Kelly en su artículo The competition solos of J. B. Arban (ITG Journal, 2006), durante los siguientes 10 años (de 1845 a 1855), Arban realiza el servicio militar y participa en todo tipo de proyectos musicales como compositor, arreglista, director e intérprete. Unos años antes, un invento había revolucionado las posibilidades técnicas y expresivas de la trompeta: la invención del sistema de pistones que permitía, por primera vez en la historia de este instrumento, interpretar todas las notas de la escala cromática. La adaptación del sistema de pistones a la corneta, la convirtió en un instrumento ágil, versátil, expresivo y muy adaptado a los pasajes virtuosos y espectaculares que eran muy del gusto de esta época. Desde 1848 ya se tiene noticias del desarrollo de este instrumento, realizado en colaboración entre el propio Arban y el constructor de instrumentos Adolph Sax. Con la explosión de la corneta como instrumento solista, Arban inicia una carrera impresionante, actuando en las principales salas de conciertos de toda Europa.

Uno de los lugares donde la música de Arban era más apreciada fue en Rusia, donde Arban realiza cuatro giras de conciertos durante los veranos de 1873 a 1876. Tal era la popularidad de Arban en este país que en San Petersburgo se construyó un edificio con su nombre que, además, estaba situado en el llamado “Jardín de los conciertos de Arban”.

Un hecho relativamente poco conocido es la visita en diversas ocasiones de Arban a España, concretamente para realizar varios conciertos en Madrid entre 1865 y 1870. La Tesis Doctoral de Miguel Ángel Navarro Evolución de la Enseñanza del clarín y el cornetín de pistones en Madrid en el siglo XIX, nos muestra cómo fue la estancia de Arban en nuestro país en aquellos años. Los conciertos de Arban en Madrid solían celebrarse entre los meses de mayo y agosto y, para ellos, el maestro Arban reforzaba a los músicos locales con algunos de los mejores intérpretes de su orquesta de París. Tal era la fama de J. B. Arban que sus recitales contaban con un lleno absoluto como se puede ver en las crónicas periodísticas de la época. Su repertorio estaba compuesto por polkas, mazurcas, valses y todo tipo de obras donde se podía apreciar el virtuosismo de sus arreglos y su propia capacidad como intérprete con la corneta de pistones.

En lo que se refiere a su carrera como profesor, en mayo de 1857 fue nombrado profesor titular en la Escuela Militar de París. Fue durante este periodo cuando escribió su famoso método. En 1868, mientras continuaba como profesor en esta Escuela Militar, solicita al director del Conservatorio de París la incorporación de la corneta a los estudios del conservatorio, alegando el impresionante interés que despierta este instrumento en el público de la época. En enero de 1869 se incorpora Arban como profesor de corneta en el Conservatorio de París, compaginando estas clases con su actividad como concertista y director. Tras un breve periodo en que abandonó el conservatorio para atender sus múltiples compromisos profesionales, vuelve a este centro en 1880 para iniciar su segundo periodo como profesor de corneta y dedicarse exclusivamente al desarrollo de la corneta como instrumento y a su enseñanza. Arban murió el 8 de abril de 1889 en París.

Aunque las composiciones de Arban abarcan todo tipo de piezas para corneta solista y piano y diversas obras de carácter didáctico (como L´art de chanter y L´art de phraser, por ejemplo), toda su producción musical queda eclipsada ante la magnitud de su célebre método Grande méthode complète pour cornet à pistons et de saxhorn, escrito como hemos dicho, hacia 1864, según diversas fuentes.

En esta extensa obra se trabajan todos los fundamentos de la mayoría de aspectos técnicos y musicales que necesita conocer el intérprete de trompeta. Entre los apartados del libro podemos destacar los ejercicios de emisión del sonido, sincopas, ligados, escalas, notas de adorno, intervalos, arpegios, cadencias y el doble y triple picado. Además, en la última parte de este libro aparecen estudios característicos de gran dificultad y una selección de obras basadas en temas y variaciones que requieren de una gran musicalidad y virtuosismo.

Desde la época de Arban hasta nuestros días, la técnica de la trompeta ha evolucionado mucho, incorporando nuevos elementos técnicos, como la ampliación de la flexibilidad, el registro pedal y sobreagudo, el bending, el estudio de la boquilla, etc. A pesar de esto, un gran número de aspectos básicos de su obra se mantienen plenamente vigentes hoy en día. Es el caso de sus ejercicios sobre la emisión del sonido (establecida en sus Primeros estudios), el trabajo general de la técnica (como vemos en sus páginas dedicadas a las escalas, arpegios e intervalos), la práctica del doble y triple picado (que todavía hoy en día sigue siendo la principal fuente de aprendizaje de cualquier estudiante) o los estudios y obras del final del libro (que continúan siendo incluidos en las programaciones de todo el mundo en los últimos cursos de nivel medio o en grado superior).

Portada de la 3ª edición, realizada en 1894.

Multitud de pedagogos de la trompeta han realizado todo tipo de ediciones, transcripciones para otros instrumentos e incluso ampliaciones y modificaciones de esta colosal obra, como es el caso de autores como Clint McLaughlin o Eric Bolwin. Es increíble que una obra con más de 150 años de existencia, todavía forme parte obligada del material de estudio de cualquier trompetista amateur o profesional en la actualidad.

Las obras que aparecen en la parte final del libro de Arban han sido grabadas por la mayoría de intérpretes de renombre de todo el mundo. Es el caso de Maurice André, Winton Marsalis, Serguei Nakariakov, Allen Vizzutti, etc. La obra con la que cierra su método, el famoso Carnaval de Venecia, es todo un reto para cualquier intérprete y se incluye en la actualidad de manera habitual en los programas de concierto para trompeta y piano, en ocasiones como bis, para acabar el recital de una manera brillante y espectacular.

Por último, me gustaría comentar de qué manera se produjo la incorporación del Método de Arban en la enseñanza de la trompeta en España. Los brillantes conciertos interpretados por Arban en Madrid supusieron un gran impacto en la vida musical de la ciudad. Su capacidad de virtuosismo con el instrumento, especialmente su ágil interpretación del doble y triple picado, supusieron un antes y un después en lo que se refiere a las posibilidades interpretativas de la corneta de pistones. Animado por sus éxitos en la capital de España, en 1865, Arban presenta al director del Real Conservatorio de Música y Declamación de Madrid su método completo como material didáctico para que pueda ser incorporado a las clases. Tras ser analizada dicha obra por una comisión de expertos formada por seis profesores del centro, se aprueba su incorporación como material didáctico apto para la enseñanza y se autoriza su publicación.

Como curiosidad diré que uno de los integrantes de esta comisión que aprobó el método de Arban era D. Hilarión Eslava, autor del célebre Método de solfeo con el que yo mismo y mis compañeros de la escuela de música de Yecla, nos iniciamos en el estudio de la música con el maestro D. José Ortuño hace ya “algunos” años.

La epidemia del coronavirus que ha asolado el mundo entero y que ha tenido una especial virulencia en nuestro país, además de una tragedia, ha supuesto un cambio radical en la sociedad y, por supuesto, en la música.

Los músicos, tanto docentes como intérpretes, han tenido que adaptarse a la nueva situación.

La primera consecuencia que ha tenido para los profesores de música ha sido la proliferación de las clases online. No cabe duda de que hay una grandísima diferencia entre dar clases de forma presencial y online.

Fuente: Escrito por diapason – 5 noviembre, 2020

En las clases por vídeollamada el alumno no puede apreciar la calidad de sonido del profesor, cuestión ésta muy importante para el aprendizaje de un instrumento puesto que la imitación del sonido nos permitirá desarrollar una sonoridad relajada, flexible y musical, y esto es muy difícil de apreciar a través de una clase no presencial, ya que la calidad del audio no tiene nada que ver con la de una clase real.

Otro inconveniente que surge en las clases online es la dificultad para interactuar con el alumno. El profesor no puede tocar un dúo con él ni, incluso, ponerle el metrónomo, puesto que el retardo que se produce en el sonido dificulta el sincronizar la interpretación musical en conjunto. Además, a la hora de mostrar algún ejemplo de ejercicio técnico o musical a los alumnos se pierde mucho tiempo mientras tienes que mostrar alguna partitura en Pdf a través de la pantalla. El solo hecho de realizar alguna anotación en la partitura, que antes era un proceso rápido e intuitivo, se convierte en una odisea al tener que dar instrucciones a través de la pantalla.

Para intentar paliar estos inconvenientes, los profesores recurren a un esquema más estático de enseñanza: primero toca el alumno y, a continuación, el profesor explica las correcciones pertinentes o toca los pasajes él mismo. Este proceso se repite varias veces hasta que la interpretación de la pieza va mejorando, aunque las interactuaciones entre profesor y alumno se ven reducidas al máximo.

Por supuesto, el impartir clases online es mucho más difícil para los niños más pequeños y también para los grupos de alumnos. Mantener la atención de todo un grupo, sobre todo en edades tempranas, es una tarea muy difícil a través de la pantalla del ordenador o la Tablet. Además, es bastante difícil recurrir a la interpretación conjunta de todo el grupo por el tema ya mencionado del retardo en el sonido.

En el caso de las clases de instrumento a los alumnos más mayores, las clases no presenciales pueden ser más provechosas, especialmente cuando la materia a trabajar es muy específica. Por ejemplo, para mostrar una rutina de ejercicios a los alumnos, para explicar cómo trabajar una obra, etc. De hecho, con esta pandemia, un gran número de profesionales (pertenecientes a orquestas profesionales, sobre todo), han realizado numerosas aportaciones a través de YouTube o de otros canales, sobre diferentes prácticas instrumentales o grabaciones musicales, así como la realización de clases online.

A pesar de todos estos inconvenientes, no cabe duda de que las clases online han permitido a las escuelas de música y conservatorios continuar con su actividad, cosa que no se ha podido hacer en muchos otros trabajos. Dependiendo del número y la edad de los alumnos, así como del tipo de enseñanza musical de la que estemos hablando, las clases se han podido seguir con mayor o menor éxito, pero han permitido al alumnado continuar con sus estudios y a los centros educativos mantener una actividad con la que han podido mantener su función educativa y social.

Mientras el mundo de la docencia musical ha podido de alguna manera capear el temporal que ha supuesto la epidemia de coronavirus, para los músicos dedicados a la interpretación, ha supuesto una autentica hecatombe. Desde los grandes concertistas e intérpretes de todo tipo de música, hasta las orquestas y bandas profesionales o las agrupaciones musicales de todo tipo (bandas, coros, orquestas de música ligera, etc.), todos han sufrido una parálisis total de su actividad a nivel de ensayos y conciertos, ya que sin el público la música no puede existir.

Los músicos de las orquestas y bandas profesionales están aprendiendo a utilizar la mascarilla, a tocar separados de sus compañeros e incorporar todas las precauciones a su trabajo habitual de tocar música de conjunto. Estos músicos han tenido que adaptarse e incorporar otras actividades de manera online, como clases particulares, realización de arreglos musicales, agrupaciones virtuales, autopromoción en redes sociales o, en el caso de algunas orquestas profesionales, conciertos en streaming tanto de pago como en abierto.

También para las bandas no profesionales, ha supuesto un parón total en su actividad musical y una merma importante en los ingresos generados por las actuaciones y conciertos, con el consiguiente perjuicio para el mantenimiento de sus actividades de formación de músicos y de dinamización de la cultura de tantos pueblos y ciudades.

Además, y al igual que en otras muchas profesiones, la vuelta a la actividad se prevé muy lenta y volver a alcanzar un nivel similar al anterior a la pandemia, en lo que se refiere a conciertos y actividades musicales, se ve ahora mismo como algo muy lejano.

Durante todo el período de confinamiento, una de las cosas que nos ayudó a sobrellevar este difícil período fue la Cultura. Los conciertos desde los balcones, el cine, las series, la música de todo tipo, etc. Ahora, esos mismos artistas necesitan de todos nosotros para volver a realizar lo que mejor saben hacer.

Al igual que en muchos otros campos de nuestra vida cotidiana, necesitamos recuperar, con precaución, pero con determinación, la vida social y cultural que tan importante es para las relaciones humanas y el enriquecimiento personal.

Jesús Rodríguez Azorín

Catedrático de Trompeta del Conservatorio Superior de Música Rafael Orozco de Córdoba.

Fuente: Revista Diapasón 21 enero, 2020 Escrito por diapason

Jesús Rodríguez Azorín

Catedrático de Trompeta del Conservatorio Superior

de Música Rafael Orozco de Córdoba.

Encantado de colaborar de nuevo con la Revista Diapasón. En esta ocasión, he decidido comentar algunos aspectos relacionados con los estudios de música, tanto a nivel amateur como profesional, que puedan resultar interesantes para los alumnos de estas enseñanzas y para sus padres.

No es mi intención establecer ningún tipo de juicio sobre la manera en que los padres deben de encauzar los estudios de música de sus hijos. Solamente pretendo hacer alguna reflexión en voz alta sobre estas enseñanzas desde el punto de vista de quien también es padre y a la vez se dedica profesionalmente al mundo de la música.

Empezaremos por la edad más temprana en la que un niño o niña puede aproximarse a la música. Estamos hablado del periodo de tiempo que comprende desde los 3 hasta los 7 años, aproximadamente. Es lo que se conoce en las escuelas o academias de música como “Música y Movimiento” o “Iniciación Musical”.

En primer lugar, me gustaría decir que se puede ser un profesional de la música, o simplemente disfrutar de ésta de forma amateur, sin pasar por esta etapa. De hecho, el que les habla comenzó sus estudios musicales a edad de 9 años y creo haber llegado a tiempo de formarme para hacer de la música mi profesión. Digo esto para que los padres de niños que no han empezado a esa edad tan temprana no tengan la sensación de que su hijo ya llega tarde a estos estudios. ¡El director del conservatorio donde yo trabajo comenzó a estudiar música con 18 años!

Ahora bien. Una vez hecha esta puntualización, no cabe duda de que es en esta etapa cuando el niño absorbe como una esponja todo lo que significa el sentido del ritmo, de la entonación y de la coordinación del cuerpo para hacer música. Por supuesto que cuando un alumno ha realizado esta etapa, la iniciación en el instrumento musical tiene lugar de una manera mucho más fácil y natural. Además, la aproximación a la música se produce desde un punto de vista más lúdico y divertido para el menor al realizarse a través de actividades en grupo.

Por otra parte, no olvidemos todas las ventajas que puede aportar este tipo de actividad colectiva al comportamiento o a la socialización del niño: integración en el grupo, aceptación de las normas de convivencia, superación del sentido del ridículo y la timidez, etc.

La siguiente etapa en los estudios musicales suele producirse alrededor de los 8 años y en ella el niño comienza a practicar con el instrumento de su elección. Para poder elegir un instrumento, sería ideal que el alumno pudiera ver y escuchar antes varios de ellos con el fin de saber más exactamente el sonido que produce o el tipo de música que se puede hacer con él.

También hay que tener en cuenta que hay instrumentos más solitarios pero que pueden hacer melodía y acompañamiento a la vez por sí mismos (es el caso de la guitarra o el piano), mientras que los instrumentos sinfónicos (flauta, violín, trompeta, clarinete, trombón, etc.), necesitan de un grupo para interpretar música. Todo tiene sus pros y sus contras: unos pueden tocar cualquier música ellos solos, lo que les permite disfrutar de una forma completa de la interpretación, mientras que otros disfrutan del hecho de tocar en grupo y de la vida social de las agrupaciones musicales (bandas, orquestas, etc.).

Una cosa más sobre este tema. Tras un año solfeando con mi maestro D. José Ortuño en la Escuela de la AAM de Yecla cuando empecé a estudiar música, yo quería tocar el saxofón, pero en aquel momento solamente estaba libre la trompeta. Tras el disgusto inicial, comencé a estudiarla y con ella he seguido hasta ahora. Por supuesto,no la cambiaría por ningún otro instrumento. Quiero decir que, si te gusta la música, el instrumento a elegir puede no tener una importancia tan trascendental.

Cuando los chicos comienzan a tocar un instrumento es fundamental que el repertorio que vayan a tocar sea motivador. Tenemos que pensar que lo cómodo para ellos es jugar con la tablet o ver vídeos de YouTube y que competir con esto es difícil. La práctica con el instrumento es laboriosa, sobre todo al principio, y esto hace que algunos de ellos abandonen.

Un buen aliciente para esta etapa es la participación en actividades donde pueda tocarse en grupo, como audiciones o música de cámara, etc. Es muy estimulante el tocar junto a otros compañeros y disfrutar de la interpretación de conjunto. Por supuesto, la incorporación a una banda de música también es muy motivadora, aunque sería conveniente que el alumno tenga ya un cierto nivel.

A partir de aquí, se abre un abanico de posibilidades para disfrutar de la música. En el caso de la guitarra o el piano: tocar piezas de diferentes estilos musicales (clásico, moderno, flamenco, rock…) y eventualmente participar en agrupaciones. En el caso de los instrumentos de viento, percusión o cuerda: incorporarse a una banda u orquesta o simplemente disfrutar de la interpretación y del aspecto más lúdico de la música.

Para cualquiera de estas actividades no hay límite de edad y el aprendiz de música adulto, puede disfrutar de la interpretación musical con otras personas y de participar en las actividades musicales y sociales de una agrupación. Que le pregunten si no a cualquier cantante amateur de un coro, por ejemplo, cuanto puede llegar a divertirse haciendo música con otros compañeros.

En definitiva, es importante que la música y el tocar un instrumento se realice de forma divertida y nos proporcione una buena dosis de felicidad. Afortunadamente, con la Escuela de Música de la AAM, tenemos una grandísima oferta musical que incluye enseñanzas para todo tipo de instrumentos, todo tipo de estilos musicales y para todas las edades.

Por último, me gustaría hacer una pequeña reflexión sobre algo de lo que no hemos hablado: la dedicación profesional a la música.

En ocasiones, he hablado con padres que han vivido con cierta desilusión el abandono de los estudios de música por parte de sus hijos o el hecho de que no se hayan dedicado a estudiar música de una manera profesional. Creo que esto es un error. Es absolutamente normal que muchos chicos y chicas abandonen sus estudios de música una vez que aparecen nuevos intereses en relación a otras carreras o trabajos. Forma parte de su evolución natural. Por supuesto, los beneficios que la música ya ha proporcionado a los estudiantes que han abandonado los estudios musicales son innumerables: desarrollo auditivo (por ejemplo, para aprender idiomas), coordinación y sentido del ritmo, disciplina de estudio y trabajo, relaciones sociales, etc. Además, la opción de participar de la interpretación de una forma lúdica y amateur, siempre estará ahí.

Suelo decirles a estos padres que para que alguien se dedique profesionalmente a la música tienen que darse necesariamente dos cosas: en primer lugar, tener una cierta facilidad a la hora de tocar el instrumento. Esto nos va allanar bastante el complicado camino en el que se adentran estos alumnos. En segundo lugar, que los futuros estudiantes de música tengan un gran amor e interés por estos estudios. Es un recorrido largo y la motivación debe de partir de uno mismo para lanzarse con determinación a conseguirlo, al igual que sucede con otras carreras.

Para terminar, un par de consejos para estos alumnos de estudios superiores de música. Toda la información está ahí, en Internet: oportunidades laborales, cursos, opciones para ir de Erasmus, profesores, ejercicios técnicos, clases online, vídeos de intérpretes, etc. Hay que ser activos y abrir la mente. No basta solo con tocar muy bien en casa. Hay que ir a cursos (a ver y a que te vean), hay que presentarse a pruebas (para ir poco a poco subiendo de nivel), hay que buscar cualquier información relevante sobre tu instrumento, tu repertorio o cualquier cosa que pueda ayudarte en tu carrera.

A todo esto, hay que añadirle voluntad y esfuerzo. En esto no hay diferencia con cualquier otra actividad profesional: para avanzar tiene que haber pasión por lo que estás haciendo.