Escrito en diapason / 16 marzo, 2023

Juan José Pérez Camus

La primera vez que mi hijo Ismael se fue a tocar con la banda de música de Yecla a unas Fiestas de Moros y Cristianos cuando lo recogimos llevaba las partituras que había utilizado para el desfile y como lectora compulsiva y por curiosidad personal allí vi la pieza “Borosko” de J. J. Pérez Camús, me sorprendió y tuve que cerciorarme que esa era la transcripción de su nombre en las partituras, Juan José Pérez Camús, para confirmar que era aquel amigo de mi padre con el que compartía el gusto por la música cantada y por ello alguna que otra noche de sábado en “El maset dels Estudiants”, el local de la comparsa de Estudiantes de las Fiestas de Moros y Cristianos de Banyeres de Mariola, donde se juntaban a cantar tangos, boleros, canción ligera y las propias composiciones que Pérez Camús fue creando a lo largo de su vida.

Banda de Música de Banyeres de Mariola (Primeras décadas del Siglo XX)

J. Pérez Camús, como se ve escrito en las partituras que se interpretan en las bandas de música, fue una persona autodidacta que no se dedicó exclusivamente a la música hasta que se jubiló de su trabajo de tejedor, eso no le impidió componer en el año 1956 el pasodoble “El Bon Humor” dedicado a la Comparsa de Estudiantes de Banyeres de Mariola a la que pertenecía y, hoy en día, uno de los pasodobles que identifican mejor las fiestas de todo un pueblo, sus estrofas en valenciano perfectamente pueden servir para describir la alegría y el buen ambiente de cualquier tipo de fiesta: “Ja s’acosten les Festes del Poble/Festes plenes de molta il·lusió/ tots desitgem aquests bons quatre dies/ per la fartera, xamera i “El Bon Humor…”(Ya se acercan las fiestas del pueblo/ unas fiestas de mucha ilusión/ todos deseamos estos buenos cuatro días/ por la hartura de comida, bebida y Buen Humor…)

Pérez Camus, con el uniforme de la Banda de Banyeres

Aunque había nacido en Camp de Mirra (1916) con pocos años ya vivía en Banyeres y a los diez asistía a la academia de la “Música Vella” llamada entonces “Unión Musical” dirigida por don Silvestre Vicent Doménech, estudiaba solfeo y después de iniciarse en los dos primeros cursos del “Eslava” le dieron el clarinete que junto con el saxofón serían los instrumentos de su vida. Además tenía una gran voz de tenor que hizo que se dedicara también a cantar desde los quince años, haciendo su primera actuación con diecisiete años, acompañado de un piano, en la sala Aitana de Alicante, donde también cantaron músicos famosos como “Machín”, también quedó finalista en un concurso regional en la Plaza de Toros de Valencia y cantó en orquestas de aquella época como “La Rister”, en la que tocaba el contrabajo y con las que amenizaban las verbenas y fiestas que se organizaban por los pueblos, todo ello sin dejar de pertenecer a la banda. En su faceta de compositor de canciones, y cantadas por él mismo en celebraciones, galas y conciertos, estrenó: “Soy Estudiante”, “Queremos volver”, “Toda la vida es muy bella”, “Guitarra, guitarra, guitarra”, “Voy en busca de un amor”, “Una noche abrileña”,… además hacía arreglos de canciones de otros compositores para su orquesta y colaboraba con Don Godofredo Garrigues Perucho, director de la banda de Banyeres en esos tiempos, cuando se requería su faceta de cantante para las actuaciones y los conciertos. Junto a este director al piano grabó un disco con dieciséis canciones y con un pianista de Alicante otro con 9 tangos. También se recuerda su voz en la grabación de “El Himne a la Festa” dedicado a Banyeres que había compuesto Don Godofredo con letra de Modesto Micó.

Orquesta “Los Rister”

Cuando se jubiló es cuando afianzó su vocación de compositor con un buen repertorio registrado en la Sociedad General de Autores, entre sus pasodobles se cuentan los ya citados “El Bon Humor” y “Borosko”, además de “Juanielen” (dedicado a sus dos hijas mellizas Juanita y Mª Elena,) “Pilarina” (dedicado a su mujer y a su hija mayor), “Joper” (autodedicado), “Roger”, “Charles” (dedicado a su nieto Juan Carlos), “Elvi” (dedicado a su nieta Mª Elvira), “Benjamín”, “Festero”, “Saleroso”, “Soilon”, “Edward” (dedicado a su nieto Eduardo), “Marchando”, “Poloperete”, “Vicentlar”, “Chaume”, “La Falla”, “Beneixama, Beneixama”, “Compasa Tarik de Biar”, “Comparsa Ka-Mil”, “La Amistad”, “Els Cristians” (música, himno de la Comparsa de Cristians de Banyeres), “Califas” (letra y música, himno de la Comparsa de Califas de Banyeres), “Moro Nou” (música, himno de la Comparsa de Moros Nous de Banyeres), Els “Jordians” (letra y música, himno de la Comparsa de Jordians de Banyeres), “Maruja Calatayud”, “Juanín” (el último que escribió cuando ya estaba enfermo, dedicado a su nieto Juan Antonio),… junto a “Abdulá”, la única marcha mora que compuso. Como se puede ver hay muchos dedicados a su familia, otros son los himnos de distintas comparsas de Moros y Cristianosen varios pueblos de la comarca y, muchos de ellos, se ven en las partituras de las bandas porque se suelen interpretar en ofrendas, desfiles y cabalgatas de Fiestas de Moros y Cristianos, y de otros tipos de fiestas como las Fallas, o en los paseos festivos deFerias o romerías. Actualmente en las redes se pueden encontraralgunos de sus pasodobles grabados en conciertos o actuaciones de diferentes bandas:“El Bon Humor”, “Edward”, “Borosko”…

Partitura “Borosko” Archivo AAMY.

En 1990 “La Unión Musical Pobla de Farnals” le dedicó un homenaje interpretando, en un concierto especial, diez de sus pasodobles, J. J. Pérez Camús también estuvo en el homenaje de la UNDEF y la “Asociación San Jorge” a los compositores de música festera que se realizó en el Círculo Industrial” de Alcoy en 1981… y la “Sociedad Musical Banyerense” dirigida por Juan Iznardo Colom grabó en 1993 el cassette “Homenatge. Pasodobles Festeros” con una portada en la que destaca “La Torre del Homenaje” del castillo de Banyeres de Mariola y cuyos beneficios fueron donados por el autor a la “Asociación de Amigos de los Reyes Magos de Banyeres de Mariola”, una grabación en la que la producción corrió a su cargo, que se difundió localmente y que se presentó el 4 de abril de 1993 en los actos preliminares de la Fiestas grandes de Moros y Cristianos que se celebran en abril, pocos meses antes de su muerte acaecida en “La Reliquia”, las otras Fiestas de Moros y Cristianos del primer fin de semana de septiembre con las que se completa el ciclo festivo del pueblo. Un cassette en el que se recopilan algunos de sus pasodobles más interpretados por las bandas, su única marcha mora y el himno de la Comparsa de Estudiantes de Banyeres que tanto lo identifica: “Edward”, “Saleroso”, “Juanielen”, “Pilarina”, “Joper”, “Soilon”, “Benjamín”, “Maruja Calatayud”, “Borosko”, “Marchando”, “Charles”, “Juanín”, “Elvi”, “Festero”, “Abdúla” y “El Bon Humor”. Todo un recuerdo, difícil de encontrar actualmente, del trabajo de un compositor autodidacta que no dudó nunca en colaborar para orquestar composiciones adaptándolas a las bandas o a las orquestas en las que participó, o en cantar en galas conciertos y actuaciones de la banda, siempre demostrando su gran amor por la música.

Portada Cassete “Homenatge. Pasodobles Festeros”

M. Esperanza Esplugues M.

El 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, que conmemora la lucha de las mujeres por su participación en la sociedad y su desarrollo íntegro como persona, en pie de igualdad con el hombre

Coincidiendo con esta fecha, vamos a ofrecer nuestro artículo de la sección dedicada a los pasodobles, a uno compuesto por una mujer, concretamente “La Puerta Grande”, escrito por la conquense Elvira Checa Agüero en el año 1992

Escrito en diapason / 9 marzo, 2023

Sección: A dos por cuatro / Por José Miguel Ibáñez Lax

Aunque es verdad que cada vez son más las mujeres que se dedican al mundo de la composición, esta actividad ha sido históricamente un trabajo realizado en su mayoría por hombres, no porque no existieran grandes mujeres con talento, sino porque lamentablemente para ellas era un espacio muy restringido y controlado por los varones.

Clara Schumann, pianista y compositora (Leipzig, 1819-Fráncfort del Meno, 1896).

Si esto ha sido así en la música en general, se acentúa más en los compositores que han escrito algún pasodoble, puesto que, en nuestro país, por desgracia, la participación de la mujer en cualquier actividad profesional, y aún más en las artísticas, todavía se realizó con algo más de retardo que en el resto de Europa, situación que por suerte está cambiando a una velocidad de vértigo, lo que nos permite poder disfrutar cada vez más con obras escritas y compuestas por mujeres.

ELVIRA CHECA AGÜERO:

Elvira Checa Agüero nació el 29 de abril de 1943 en Beteta (Cuenca). Sus primeras enseñanzas en el ámbito de la música las recibió de su padre quien le enseñó los primeros acordes con la guitarra. Continuó su formación musical recibiendo clases de guitarra clásica con el maestro Piñero y música folk con la profesora Blanca Negri.

Siendo muy joven se trasladó a residir a Barcelona, pero nunca olvidó sus raíces visitando con frecuencia la villa conquense donde nació. Se casó con Luis María Gibert, que fue presidente de la Federación de Entidades Taurinas de Cataluña y cronista en Radio Hospitalet.

Elvira Checa Agüero (Beteta, Cuenca 1943).

Cantante y compositora con un amplio catálogo de obras, durante su dilatada carrera profesional ha editado tres trabajos discográficos y ha obtenido diferentes premios y reconocimientos, del que destaca el de mejor intérprete en la I Edición del Festival Cançó Marinera de Palamós. Asimismo, destaca su intervención en el año 1972 en el Festival de Canción Melódica “El Caserío”.

Ha grabado para sellos discográficos como Columbia, Horus o Gramophone Records. El Álbum “Pasodobles 92” se convirtió en el primer disco de pasodobles sinfónicos, distribuido por todo el mundo y siendo reeditado en tres ocasiones con el nombre del popular pasodoble “Puerta Grande”. Fue interpretado por la The National Symphony Orchestra bajo la dirección de Enric Colomer.

Álbum “Pasodobles 92” de Elvira Checa Agüero.

Es autora del libro Piel de barro, del que el escritor Fernando Claramunt destacó: “Elvira Checa, a través de la exquisitez poética alaba y magnifica la voluntad del hombre en búsqueda de la verdad de su existencia, describiendo con maestría al hombre del campo, al que trabaja empapando su piel de sudor hasta convertirla en piel de barro”.

Como ya hemos comentado, es autora del pasodoble taurino La Puerta Grande, pero además tiene compuestos las siguientes obras: Casta torera dedicado a José Cubero Sánchez El Yiyo, y que se estrenó  en el año 1985, pocos días después de la trágica muerte en los ruedos del torero; Duende de Triana dedicado al torero sevillano Emilio Muñoz Vázquez; Junco Carabanchelero dedicado al espada madrileño Lucio Sandín; La Monumental dedicada a la Plaza de Toros de Barcelona; “Las arenas de Nimes” dedicado al coso de la ciudad francesa; Lejos de mi Madrid, Himno de la Casa de Madrid en Barcelona; Sol del Mediterráneo dedicado al maestro alicantino Luís Francisco Esplá; Sueño de Las Marismas dedicado al diestro sanluqueño Paco Ojeda; Luz de Llanos escrito para conmemorar el centenario de la plaza de Toros de Albacete.

“La Monumental” pasodoble de Elvira Checa dedicado a la Plaza de Toros de Barcelona.

Otra de sus facetas, aunque quizás sea menos conocida fue su faceta como cantautora, donde según sus propias palabras disfruté muchos años de mi vida  con el leguaje de las canciones y el haber publicado varios trabajos discográficos ha sido un  inmenso regalo para mí”. 

Dentro de esta actividad como cantautora, su primer disco publicado fue “Piel de barro” Iberia (1981), trabajo donde sus canciones hablan del campo, de la tierra, del amor, del esfuerzo del ser humano, canciones que cantó acompañándose con guitarra y formando dúo con Rafael Rico, gran guitarrista con el que hizo numerosos conciertos en la década de los 80.

En 1985, publicó un segundo disco con la discográfica HORUS: “Marco de una ausencia, Elvira Checa Canta a Miguel Hernández”, fue un disco donde pudo profundizar en la obra del gran poeta, adentrarse en su universo y expresar alguno de sus poemas a través de la música

“Cantaré” canción que pertenece al disco «Marco de una Ausencia». (1985) publicado en 1985.

LA PUERTA GRANDE:

Este pasodoble taurino fue compuesto por Elvira Checa en el año 1992. Se hizo muy popular a raíz de su utilización durante varias temporadas como la sintonía de la retransmisión de las corridas de toros por TVE.

La compositora conquense definía en una ocasión así su pasodoble: La Puerta Grande : “Está dedicado a todos y cada uno de nosotros, pues todo el mundo en su trabajo quiere salir por la puerta grande. No es, y sí también, la puerta grande de los toreros, como es la nuestra, la de todos”.

“La Puerta Grande” (1992) Elvira Checa.

Pasodoble taurino son todos aquellos que están dedicados a diestros, personajes de la Fiesta, o que hacen referencia directamente a temas relacionados con ella. La puerta grande es la puerta de la plaza por la que sale un torero tras realizar una gran actuación, lo que en el vocabulario taurino se denomina abrir la puerta grande.

La presencia de las bandas de músicas en las plazas de toros se ha convertido en un elemento esencial del espectáculo, siendo sus toques una parte fundamental de la Fiesta, variando su forma de intervención según la Plaza. En la de Madrid la Banda solo acompaña en el paseíllo y en el entreacto, sin embargo, en la mayoría de los otros cosos la música resalta y acompaña la faena del diestro.

Puerta Grande de la Plaza de Toros de Las Ventas de Madrid.

Con el paso del tiempo este pasodoble escrito para ser interpretado principalmente durante los festejos taurinos, ha ido adquiriendo cada vez más popularidad, siendo escuchado en multitud de fiestas populares de toda la geografía española, e incluso su fama ha cruzado nuestras fronteras.

Actualmente forma parte de la banda sonora, ya no de la fiesta de los toros, sino de cualquier otro festejo público (Pasacalles, Moros y Cristianos, Fallas, Hogueras, etc.) estando su melodía muy unida por ejemplo a los desfiles de Moros y Cristianos, sobre todo en las comparsas de tipo Andaluces, Contrabandistas, Bandoleros, etc.

En las fiestas patronales de nuestra localidad, también en uno de los pasodobles más solicitados por las Agrupaciones de Escuadras de Arcabuceros para acompañar su desfile por las calles, sobre todo durante el acto de la Ofrenda de Flores, el día 7 de diciembre por la tarde.

Para finalizar este nuevo artículo de la sección “A dos por cuatro”, les ofrecemos una versión del pasodoble La Puerta Grande de Elvira Checa Agüero, interpretado en esta ocasión por la Banda de Música del Maestro Tejera, agrupación titular de la Plaza de Toros de la Maestranza de Sevilla. La misma forma parte del disco Grada 9 – Pasodobles Taurinos, editado en el año 1998 por Ediciones Senador S. L.


Agradecimientos:

A nuestra colaboradora Silvia Olivero Anarte, compositora, directora y profesora malagueña, por su ayuda para este artículo como cada vez que se lo solicitamos.

Bibliografía:

https://www.elviracheca.com/, consulta en línea el 8 de enero de 2023.

https://www.musicamorosycristianos.com/, consulta en línea el 8 de enero de 2023.

https://cadenaser.com/emisora/2017/10/10/ser_cuenca/1507647349_891381.html, consulta en línea el 8 de enero de 2023.

Archivo Asociación de Amigos de la Música de Yecla.

Como todos sabemos, un intérprete realiza una ejecución de una obra aportando su sonido, su fraseo, su intención e incluso su articulación.

Teniendo en cuenta estas cuestiones, podemos afirmar que la interpretación de una partitura es un trabajo subjetivo por parte del artista.

Vamos por tanto a realizar un breve estudio de cuáles son los elementos que un músico utiliza a la hora de interpretar una pieza y cómo esto provoca diferencias enormes entre algunas interpretaciones de una misma obra, dependiendo también de los diferentes análisis que estos realizan.

10 febrero, 2022 Escrito en diapason

En esta ocasión utilizaré la sonata de P. Hindemith para trompeta ya que es algo que he estudiado recientemente.

Mi interpretación del primer movimiento comienza con el tema A, con carácter fuerte y decidido.  Para conseguir este carácter, utilizo una articulación bastante dura y un sonido potente pero centrado, para no perder la elegancia.

Después de repetirse este mismo tema transportado, comienza una parte que muchos interpretan como tema B, aunque mi opinión es que esta parte se trata de una transición hacia el tema B que aparecerá más adelante. Esta visión particular hace que dote esta parte de un carácter confundido y dudoso, lo cual provoca al oyente una sensación de inquietud ya que no se sabe muy bien hacia dónde va esta parte. Para conseguir este efecto, busco balancear ciertas notas durante el crescendo, desordenando levemente la dirección de la frase.

La transición desemboca en el tema B, muy lirico, lo cual contrasta a la perfección con el tema A. En mi interpretación busco que esta diferencia sea todo lo pronunciada posible. Utilizo un legato muy intenso entre las notas, todo lo contrario que en el tema A.

Después de repetirse el tema B en el piano, el compositor coge el motivo principal del tema B y lo va repitiendo y acortando en la trompeta, lo cual produce sensación de agobio. Este breve puente acaba desembocando otra vez en el tema A, transportado más agudo y con todavía más fuerza. En este caso, bajo mi punto de vista, creo que el intérprete debe manejar y administrar de una manera muy controlada el crescendo progresivo, para conseguir en el público este efecto de agobio que “explota” en el tema A.

Más tarde, aparecerá una cadencia que cerrará toda la Exposición y dará paso al Desarrollo.

¿La partitura en sí es una obra, o para que llegue a serlo necesita de un intérprete?

Bajo mi punto de vista, una obra musical no llega a completarse como tal hasta que un intérprete la ejecuta. No obstante, no creo que no se le pueda llamar obra al manojo de partituras que ha escrito un compositor, ya que esto les desprestigiaría y la música a ejecutar, al fin y al cabo, está plasmada ahí. Mi explicación es la siguiente: una obra musical no llega a ser obra de arte hasta que un músico la interpreta.

Para explicarme mejor pondría un ejemplo comparando con el arte de la poesía.

Un escritor escribe un poema como obra artística, pero donde de verdad se produce el arte es cuando ésta se recita.

David Pérez Giménez

Profesor Superior de Trompeta
Trompeta de la Banda Sinfónica AAMY

Hace unos días subía en el ascensor que une el Casco Viejo de Bilbao con la calle Solokoetxe, hablando con un ascensorista que estudia violonchelo y con el cual siempre comento partituras, solistas que vienen al Euskalduna… Una compañera de viaje me dice: “Es usted el director de la banda, ¿verdad? Qué bien que sigan tocando y haciendo conciertos. No sabe cuánto se lo agradecemos…”. Salí del ascensor camino del ensayo pensando que somos afortunados de poder hacer lo que hacemos. Tal vez seamos un bien material y, posiblemente, de necesidad para cierta parte de la sociedad.

Ayer, el Consejo de Ministros, a propuesta del ministro de Cultura y Deporte, José Manuel Rodríguez Uribes, declaró a las Sociedades Musicales de la Comunidad Valenciana como Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial. En un principio me he sentido contento como músico de banda y como valenciano. Sin embargo, no he podido dejar de pensar en las bandas de otros territorios con la misma tradición que la nuestra, el mismo tejido social y educativo, con las mismas problemáticas que las bandas que rodean nuestra tradición más autóctona. Humildemente creo que el Ministerio de Cultura ha perdido una oportunidad para reconocer el valor de las bandas de música en general, de darle el lugar que merecen por historia y por realidad, sobre todo después de un período tan difícil como el que estamos viviendo y en el cual la cultura está luchando por sobrevivir.

Humildemente creo que el Ministerio de Cultura ha perdido una oportunidad para reconocer el valor de las bandas de música en general, de darle el lugar que merecen por historia y por realidad Share on X

El fenómeno bandístico de nuestro estado empezó a gestarse entre finales del siglo XVIII e inicios del siglo XIX. Mientras en Europa los movimientos de Harmoniemusik se convirtieron en grupos de viento de moda, amenizando igual salones aristocráticos como serenatas callejeras, procesiones religiosas o protocolos, la crisis económica en los cuerpos de música militares españoles, dio origen a la aparición de bandas de milicianos. Estos grupos de músicos eran iniciados, en su mayoría, por músicos militares retirados que al volver a sus núcleos de población, empezaron a organizar bandas de música que imitaban ceremonias y funciones de los grupos militares. Durante el siglo XIX, estas bandas evolucionaron de forma diversa, tanto en el ámbito estructural como en el social. Desde Galicia a Andalucía, pasando por ambas Castillas, Cantabria, Asturias, Euskadi, La Rioja, Navarra, Aragón, Cataluña, Madrid, Extremadura, Comunidad Valenciana, Murcia, Baleares, Canarias… la realidad bandística es un fenómeno sociocultural de una riqueza extraordinaria al cual siempre se le ha dado la espalda y se le ha juzgado con estereotipos anticuados y nada justos con su historia, en ocasiones de manera intencionada y en otros casos por pura ignorancia.

Ahora que las bandas valencianas han sido declaradas Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial, confiemos que tal consideración se amplíe al resto de bandas de nuestro estado y que sirva de ayuda para visibilizar las necesidades del colectivo. Tal vez con este emolumento distintivo sea más fácil adecuar la situación de las escuelas de música de nuestras bandas, ofreciendo sueldos dignos para su profesorado, reconociendo su labor educativa y su dignidad para recibir la vacuna COVID igual que los profesores de conservatorios y de educación general. Seguro que después de tan importante condecoración las bandas de música que están teniendo problemas con sus partidas presupuestarias, recibirán ayudas para el pago de alquileres y gastos varios de sus sedes. Si el estado reconoce que somos patrimonio inmaterial, es momento que los Auditorios y Festivales subvencionados con fondos públicos adecuen sus programaciones con actuaciones de bandas con la misma regularidad con la que se programan otras formaciones artísticas y en igualdad de condiciones. Si realmente las bandas ya se consideran importantes para la cultura actual, es hora de generar proyectos educativos que ayuden a conocer su historia, a publicar sus obras originales, a grabarlas, a difundirlas, a crear currículos de formación en los cuales los futuros músicos profesionales vean en las bandas una salida laboral y artística de igual consideración que las orquestas sinfónicas, los grupos de cámara o los ensembles más diversos. Tras esta definición sería adecuado normalizar la visibilidad de las bandas en los medios de comunicación, no solo en su ámbito popular y/o tradicional, sino en su heterogénea vertiente artística y en su propuesta idiomática para el mundo de la creación musical contemporánea.

Después de una noticia tan singular para las bandas, confiamos en que nuestros representantes vean en estas instituciones musicales y sociales, un patrimonio único y diferenciador, en donde conviven distintas generaciones, se trabaja por un objetivo común, y se educa en la tolerancia y en el respeto por el papel que cada uno ejerce en la tarea colectiva. Invertir en las bandas de música es toda una inversión de futuro. El auténtico patrimonio de las bandas, sea o no inmaterial, son las mujeres y los hombres que las forman, con historias distintas, con credos diferentes, que hablan diversos idiomas y que piensan de formas muy diversas. La música sirve de amalgama a tal diversidad, y se convierte en alimento artístico de primer orden.

Esperemos que ser bien inmaterial no frene el flujo de materiales necesarios que permitan seguir funcionando a las bandas de música sean de donde sean.

José R. Pascual-Vilaplana

Cocentaina, 31 de marzo de 2021

Fuente: https://www.pascualvilaplana.com/

Artículo original

“Todos hemos tenido un año difícil, muy difícil. Sin embargo, seguimos creyendo en el mensaje de la Música.

Los músicos tienen en su poder flores en lugar de armas, flores que nos traen alegría, esperanza, paz, hermandad, AMOR. Por lo tanto, la Música no solo es importante por ser un entretenimiento, la Música no solo es una profesión, la Música es una MISIÓN.

Por eso hacemos este trabajo: para lograr a través de esa misión una sociedad mejor.

Pensemos que las nuevas generaciones se han visto privadas durante todo este año de la reflexión profunda y crítica por atender, casi exclusivamente, a la salud y por supuesto que la salud es lo primero y más importante, pero también importa la salud mental y la Música ayuda a ello.

Por eso, mi mensaje a los gobernantes, presidentes y primeros ministros de todo el mundo es: consideren siempre la cultura como uno de los elementos primordiales para tener una sociedad mejor en el futuro”.

Riccardo Muti. Transcripción del discurso realizado en el transcurso del Concierto de Año Nuevo en la Sala Dorada de la Filarmónica de Viena, 1 de enero de 2021

Fuente: https://blogs.laverdad.es/febandasrmurcia/ – Martes, 23 febrero 2021

Como casi siempre, la mañana del primer día del año mantengo el mismo ritual: ver y escuchar el famosísimo Concierto de Año Nuevo, unos años con más atención y otros, los que quizás la Nochevieja ha sido más intensa, la escucha ha mermado por culpa de la somnolencia. Este año no era el caso puesto que por desgracia, la Nochevieja de 2020, no pasará a la historia precisamente por la cantidad de horas bailando al son de las canciones del momento o los repetidos “brindis” con cava catalán, por lo tanto, en esta ocasión, mi atención estaba plenamente dirigida hacia lo que, con cierta curiosidad, iba a ser el primer concierto del 2021; digo con cierta curiosidad porque tenía la duda de cómo sería ver a la orquesta más famosa en el auditorio más televisado de la historia -¡sin público asistente!- espectadores, por otra parte, de cierta élite y que en esta ocasión, se quedarían al igual que yo año tras año, sin poder asistir a este magnífico evento; lo cual, tengo que decir, me producía cierto placer puesto que de esa manera y por una vez, todos los oyentes del mundo íbamos a ver este Concierto en las mismas condiciones -al fin éramos todos y todas iguales-. Sin embargo, ese extraño placer se fue al traste cuando vi el primer plano del auditorio vacío; en ese momento me recorrió una enorme tristeza y desolación: no era justo escuchar esa maravillosa orquesta tocando para un montón de asientos vacíos, carentes de japoneses, chinos, rusos, alemanes, austríacos, españoles, franceses….. Aquello tenía un aspecto extraño, fantasmagórico y desolador; solo la maravillosa decoración floral del auditorio lo hacía bello y esperanzador. A la estética floral se unió esplendorosamente la dirección con la que el Maestro comenzó a dar forma a la música. Por mencionar una de las interpretaciones, retengo en mi cabeza los ecos de una en particular – ¡qué Poeta y Aldeano interpretaron dios mío!, ¡Qué solo de violonchelo! – Esta composición fue una obra que no hace muchos años formaba parte del repertorio bandístico. El resto del concierto, sencillamente, estuvo maravilloso. Muti fue “Il Capo” absolutamente.

Además de todo esto, resulta que un murciano era el coreógrafo de los típicos bailes que todos los años intervienen en un momento de la retrasmisión: ¡qué más se podía pedir!

Pues sí, se podía pedir más, todavía quedaba lo mejor de la mañana. Antes de los tradicionales bises se produjo el milagro; el Maestro, Riccardo Muti, con la experiencia y sabiduría de sus 79 años, agarró con fuerza el micrófono y lanzó a los cuatro vientos el deseo para el Nuevo Año. Su alocución hecha en un inglés fácilmente entendible y con una maravillosa claridad, retumbó, no solo en la vacía Sala Dorada si no que hizo vibrar las paredes de los salones de todas las casas del mundo. Conforme el Maestro iba diciendo frase tras frase, mi corazón latía cada vez más fuerte y no era una fuerza cualquiera, era una fuerza enérgica, de ánimo y de alegría. Al mismo tiempo, mis ojos se humedecían y mi piel se erizaba. Ya con su magistral dirección a lo largo del concierto y a través de los sonidos producidos por la Filarmónica Vienesa esa sensación había hecho su aparición, sin embargo, en este instante, el estremecimiento era distinto; tenía otro cariz. Por fin, alguien y no cualquiera; el Maestro Muti y ante millones de espectadores, decía lo que yo – y sospecho que mucha más gente- pensaba, pienso y pensaré. Les puedo prometer que hubo un momento que mi loca imaginación me hizo ver una especie de alucinación: escuchando a uno de los más prestigiosos directores del mundo veía en él miles de bocas y voces a la vez expresando un único pensamiento. Es como si telepáticamente todos los músicos del mundo hablaran a través de la voz del maestro. Es como si la humilde labor que los músicos realizamos día tras día apareciera de repente en un gran luminoso de letras de luz en un color pleno de esperanza, dejando un mensaje que debemos trasmitir todos los días de nuestra vida: ¡La Música construye una sociedad mejor y esa debe ser nuestra misión!

Pocos días después recibía la siguiente noticia: la Asociación de Amigos de la Música de Yecla, su Escuela y su Banda eran reconocidas por el Ministerio del Interior como Entidad de Utilidad Pública. Casi cincuenta años de trabajo intenso se veían recompensados por el Gobierno de España, dos años después de iniciar el expediente se conseguía esa declaración. Resulta que el Maestro Muti tenía razón, resulta que los músicos tenemos la misión de hacer la sociedad mejor. Resulta que si trabajamos intensamente conseguiremos hacer entender a los demás que la Música es absolutamente necesaria. Resulta que si nos empeñamos, las asociaciones musicales, escuelas y bandas, con su labor sin ánimo de lucro, con su actividad altruista y sacrificada ayudan a mejorar el futuro y el presente de nuestra gente. Nuestros jóvenes y nuestros mayores tendrán una existencia más confortable y en definitiva más saludable. Nuestro cuerpo y alma andarán más felices por el camino de la vida.

Sigamos creyendo pues en nuestra MISIÓN. Continuemos luchando como hasta ahora por la MÚSICA. Ella debe seguir sonando en todos los rincones del mundo a pesar de esta traicionera y maldita pandemia. Esforcémonos al máximo en superar cualquier adversidad.

Ángel Hernández Azorín (2021)
Director de la Banda y Escuela de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla.
Director de la Banda “Asociación Jumillana de Amigos de la Música” de Jumilla.

Siempre se ha dicho que tocar algún instrumento es bueno para un niño, que si es símbolo de inteligencia, que si despierta la mente, que si tal… La verdad es que mi señora madre intentó que yo mismo tocara algún tipo de instrumento, pero como soy un cabezota aquí estamos, que no se me da bien ni tocar la flauta. Pero bueno, siguiendo con lo dicho, y dejando el tema inteligencia aparte, lo que si se ha descubierto es que el cerebro de los músicos llega mejor a la vejez. Es decir, que aprender a tocar un instrumento y seguir practicando es beneficioso a largo plazo.

Así se desprende de un estudio publicado en la edición de julio de 2012 de Frontiers in Human Neuroscience, el cual dice que la práctica con un instrumento musical puede reducir los efectos del deterioro mental asociado al envejecimiento. Según la investigación llevada a cabo, los adultos mayores que habían aprendido a tocar algún instrumento musical en la infancia y que continuaron tocando al menos 10 años, superaban a los no músicos en pruebas de memoria y de capacidad cognitiva.

Y no solo había beneficios en estas pruebas, sino que también se reveló que la actividad musical en la vejez puede mejorar las capacidades para pensar o neutralizar impactos negativos de la edad o la falta de educación. Eso sí, la investigación solo proporciona datos de personas que tocaban instrumentos en la infancia, no se sabe si estos beneficios a nivel mental se darían en personas que empezaran a tocar en la edad adulta directamente.

Pero la duda es, ¿por qué sucede esto? Bueno, según este estudio en la infancia nuestro cerebro aún está en desarrollo (y, según otro artículo del que os hablé, podría seguir madurando hasta los 24 años). Por eso, el aprendizaje de un instrumento musical y su practica continuada durante 10 años o más pueden sentar las bases para los beneficios a largo plazo, según explica Brenda Hanna-Pladdy, profesora de neurología, radiología y ciencias de la imagen de la Universidad Emory, en Atlanta, y autora principal del este estudio.

Para el estudio se hizo una encuesta sobre el estilo de vida y diferentes pruebas neuropsicológicas a 70 músicos y no músicos de entre 59 y 80 años. Como ya habréis adivinado, los músicos obtuvieron mejor nota en las pruebas de agudeza mental, juicio visual-espacial, memoria verbal y destreza motora.

Como curiosidad, parece ser que Hanna-Pladdy es flautista, y su interés por un estudio sobre la educación musical viene a raíz de la facilidad para cuantificar los años que una persona dedica al estudio de un instrumento o las horas de práctica dedicada durante esos años, en comparación con la dificultad de cuantificar el tiempo dedicado a otras actividades como leer, hacer crucigramas o jugar a videojuegos (aunque conozco varias personas que seguro que saben cuantas horas se pasan delante de una videoconsola diariamente…). Como dice Hanna-Pladdy, la música requiere años de práctica y es un ejercicio cognitivo complicado.

De todas formas, como señala Cheryl Grady, la científico senior del Instituto de Investigación Rotman en el Centro Baycrest de Torontono se sabe realmente como funciona el sistema causa-efecto para que suceda esto respecto al cerebro de un músico. Ella cree que estos resultados se deben a la estimulación continua del cerebro, a la práctica continuada. Sinceramente, yo pienso lo mismo, pero lo dicho, se sabe que hay una asociación entre actividad musical y una mente “fuerte”, pero no hay ninguna prueba causa-efecto. Puede que en los próximos años sepamos algo nuevo al respecto.

Fuente: Omicrono (Roberto Mendez)