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La escritora, cuya obra en castellano y valenciano ha sido reconocida con diversos premios, incluye 20 poemas agrupados en dos bloques en un libro que forma parte de la Colección Marte de Ediciones Contrabando

Andrés, que expone la tristeza y la celebración de la vida, indica que “los Uno son trozos de lo que percibo en mí”, en una obra sin concesiones, entre la contemplación y los actos, que muestra de manera enigmática y cabalística

Las críticas destacan que el libro “es poesía en estado puro, natural”, y que “como los grandes representantes de la poesía moderna” se sumerge en “un estrato de dolor y conocimiento”, regresando a las fuentes del idioma con formas expresivas que “enlazan el minimalismo y el expresionismo alemán”

de Uno llega seis años después de Travesía, cuya tercera edición vio la luz en 2021 junto a las pinturas del artista catalán Pere Salinas en una cuidada edición de la editorial Contrabando

Andrés ha publicado también Moléculas y astros, (Premio Gerardo Diego de la Diputación de Soria, 2002); Jocs de llum (Premio Alfons el Magnànim Ciutat de València de poesía en valenciano, 2006); y Materia (Primer accésit del Premio de Poesía Ciudad de las Palmas de Gran Canaria, 2007), entre otros

Valencia, 31 de agosto de 2022

Portada del libro de Uno

Lola Andrés ha publicado de Uno, su último libro de poesía en el que reflexiona sobre un sentimiento ambivalente: la mirada y la acción, la tristeza y la alegría de la vida. La escritora, cuya obra en castellano y valenciano ha sido reconocida con diversos premios, incluye 20 poemas agrupados en dos bloques: Versión y El Poema, en un libro que forma parte de la Colección Marte de Ediciones Contrabando. 

Andrés indica que “los Uno son trozos de lo que percibo en mí. Tal vez por ello, la fiereza y la debilidad crezcan en la palabra de la misma semilla”. El poeta José Luís Falcó, profesor de Teoría de la Literatura de la Universidad de Valencia, proporcionó el título a la autora, a la que la palabra Uno “por su escarpado riesgo de contener lo disgregado, vino a revolver mi (in)capacidad de intentar mostrar la pesadumbre y la celebración de la vida”.

Una obra sin concesiones para el lector, “no entra dentro del buenismo poético”; pone el foco en la herencia religiosa, en la dicotomía entre la contemplación y los actos en medio de un mundo complejo que la autora expone de manera enigmática, cabalística y quizás hermética. Estrofas desnudas y desprovistas de artificios, “poesía del hueso”, en las que encuentran espacio dos “deidades accesibles” y contrapuestas: una vigilante, observadora, “cómo miramos”; otra invertida, transformadora, que altera la lengua, “cómo actuamos”. 

La poeta subraya que “el libro es un compendio de lo que yo observo, del bagaje que llevamos de la tradición, de los espantos, terrores… que tienes; pero también de lo bonita que puede ser la existencia”. Asimismo, es una crítica social al mundo actual y también a “lo que Uno es”, aunque la unidad “se puede romper, partir, disgregar…”, dentro de un mundo patriarcal, masculino, desde el que ella escribe “para darle la vuelta”. Sobre su lectura, indica que cuando lo terminó lo dispuso físicamente como fue concebido; sin embargo, siempre sospechó que El Poema fue el germen de una versión “más dilatada y promiscua” del libro.  

Las primeras críticas y reseñas destacan que el libro “es poesía en estado puro, natural”, en un mundo “plagado de instantes que hay que poetizar, desafío que acepta y logra, y los eleva a la categoría de poesía señera” (Enrique Villagrasa). Para la prensa especializada, tiene una estructura “fuertemente cohesionada” que recurre a “formas de discurso alejadas de la lógica habitual como son el mito o los diálogos” y que como “los grandes representantes de la poesía moderna acaba sumergiéndose en ese estrato de dolor y conocimiento que Nietzsche denominaba “espíritu dionisíaco”.

En de Uno desde el principio “aflora lo mítico” y la elipsis, “lo no dicho representa un papel fundamental”; se subraya que “frente a los usos cotidianos de la lengua (a menudo tendenciosos, mercantiles o acomodaticios), la poesía de Lola Andrés regresa a las fuentes del idioma. En su escritura suena un manar cristalino”, así como que sus formas expresivas “enlazan el minimalismo y el expresionismo alemán”, su estética “con las obras de Samuel Becket” y la palabra “se abre sin cesar a la plurisignificación: su ambigüedad no permite detener el flujo de sentidos” (Marcos Ávila).

Poesía y riesgo

Andrés encuentra en la poesía el canal idóneo de comunicación con los demás, “es una forma de  ser y de relacionarse”, y considera que es minoritaria pero llena de entusiasmo y de riesgo, aunque no descarta otros géneros. Desarrolla diversos proyectos entre los que cabe destacar una traducción, con Anacleto Ferrer, del alemán al catalán de la obra Mutterland / Màtria, un libro de poesía de Rose Ausländer para Vincle Editorial; además de un libro de conversaciones; un nuevo, y muy personal, poemario; y unos diarios y reflexiones en los que lleva trabajando varios años. 

La obra de Uno llega seis años después de Travesía, cuya tercera edición vio la luz en 2021 junto a las pinturas de Pere Salinas en una cuidada edición de la editorial Contrabando. El artista catalán, que ha expuesto en galerías de Alemania, Austria, España, Finlandia, Holanda, Israel y Suiza, aporta 19 obras al libro con las que “entra en la respiración que los poemas dejaron abierta para él”. Andrés formó parte del proyecto SonEn4 junto a la violinista Ester Vidal, la violista Pilar Parreño y la artista sonora, Ramona Rodríguez, que realizó una potente propuesta de videoarte para la presentación de este poemario.

Obras y premios
Lola Andrés (Valencia), licenciada en Filología por la Universitat de València, ha publicado también los siguientes libros de poemas: Moléculas y astros, (Premio Gerardo Diego de la Diputación de Soria, 2002); Jocs de llum, Edicions Bromera, 2006 (Premio Alfons el Magnànim Ciutat de València de poesía en valenciano, 2006); Materia (Primer accésit del Premio de Poesía Ciudad de las Palmas de Gran Canaria, 2007); Cielo líquido, Amargord, 2015; y Travesía (2021).

También ha publicado las plaquettes de Pendiente del aire, junto a la artista multidisciplinar madrileña Eva Hiernaux, en Ecuaciones de segundo grado (2013); cómo / sucede (en Silencio, varios autores), (2016); Poemes, catálogo y exposición Angles del buit en el Centre del Carme de València con las pintoras Carolina Ferrer y Encarna Sepúlveda (2016); Brecha, Poética y peatonal (edición y pinturas de Gabriel Viñals), ejemplar único, 2017 y Ho(yo) de hueso, en Las Hojas de Baobab, edición a cargo de Uberto Stabile y Gema Estudillo (2018).

Andrés ha traducido del catalán al castellano a poetas como Joan Navarro, Teresa Pascual, Jaume Pérez Montaner, Begonya Pozo o Josep Checa. También ha traducido al catalán, junto a Anacleto Ferrer, la poesía de Hannah Arendt, publicada en Edicions del Buc en 2018. Asimismo, sus poemas han aparecido en diferentes publicaciones nacionales e internacionales, ha sido incluida en diversas antologías y ha formado parte de diversos proyectos interdisciplinarios de poesía, música, danza y pintura.