Entradas

Por José Miguel Ibáñez Lax, AAM Yecla.

Una pregunta compleja y realmente difícil de contestar, porque además de su complejidad, seguro que habría una respuesta por cada una de las escuelas de música; según su tipología, pueden ser públicas o privadas, estar situadas en ciudades grandes o pequeñas, gestionadas por los Ayuntamientos, las sociedades musicales, por los propios profesores, etc.

Yo hoy voy a centrarme en lo que realmente conozco, y de lo que con el paso del tiempo he observado que es beneficioso para el funcionamiento de una escuela de música, puesto que llevo trabajando en una de ellas desde el año 1995.

En primer lugar remarcar que, como ya dije al principio, no hay ningún sistema ni mejor ni peor, sino el método que cada centro por sus propias características se ha ido creando, siempre que por supuesto este funcione.

Dentro de un centro educativo como es una escuela de música nos encontramos con varias partes implicadas: profesores, alumnos, padres, gestores; todos ellos son importantes para que todo se desarrolle correctamente, cada uno tiene su responsabilidad para que el proyecto funcione correctamente, así como sus derechos y por supuesto sus obligaciones.

Para que todo se desenvuelva con normalidad y se obtengan los resultados más óptimos, a las personas implicadas se les debe de dotar de los medios adecuados para que se cumplan los objetivos planteados como fines principales de la escuela de música.

Quizás este es uno de los dilemas más peliagudos con el que nos podemos encontrar, sobre todo si como es nuestro caso somos una “academia” de una sociedad musical. Hay que determinar entre centrar la enseñanza que impartimos en instrumentos específicos para las bandas de música o abrir nuestra enseñanza a otro tipo de instrumentos que no formarán parte de la plantilla de dichas agrupaciones.

Desde nuestra experiencia, y tuvimos la misma duda hace ya algunos años, esto fue lo que se decidió. Pero para entenderlo mejor primero les vamos a explicar cómo está constituida nuestra Escuela. Pertenecemos a una Sociedad Musical que desde el año 1974 hasta 1994 mantuvo una academia en la que se podía estudiar instrumentos enfocados a ingresar en la Banda, asimismo el Ayuntamiento tenía su propia Escuela Municipal donde se impartía piano y solfeo. En el año 1995 y tras conversaciones con el Ayuntamiento, y reconocer que éramos las personas más preparadas para ello, se firmó un Convenio entre ambos por el que ambas escuelas se fusionaron en una que fue gestionada totalmente por nuestra Sociedad Musical.

Desde el primer momento vimos que no podíamos centrarnos en ofrecer solamente la posibilidad de enseñar, además del Lenguaje Musical, instrumentos de viento-madera, viento-metal y percusión, entre otras cosas porque aunque la directrices del centro las marcábamos nosotros ya no era sólo nuestra academia para la banda sino que era la escuela de música de toda la ciudad, y por tanto nos abrimos a otras especialidades que nos demandaba la sociedad, como piano, guitarra, cuerda, y con posterioridad, y debido a la demanda que nos iban solicitando los jóvenes de la localidad se creó el Aula de Música Moderna donde poder estudiar instrumentos como guitarra y bajo eléctrico, batería, teclado, combos, composición de canciones, producción musical…, con sus correspondientes teóricas; y hace algunos años, también tras una fuerte demanda, se implantó la asignatura de canto.

Asimismo desde los inicios nos planteamos que la enseñanza que se ofreciera desde nuestra Escuela, no sólo estuviera enfocada para personas cuyo objetivo fuera dedicarse profesionalmente a la música continuando sus estudios en Conservatorios, sino por el contrario que estuviese abierta a todo el mundo que quisiera acercarse a este bello arte, desde los niños de 3 a 7 años a través de Música y Movimiento, y hasta grupos para Adultos, y por supuesto para cualquier alumno que simplemente deseará aprender música como parte de su formación personal, aprendizaje que como todos ustedes sabrán aporta una gran cantidad de aspectos positivos: disciplina, responsabilidad, trabajo en equipo, solidaridad, respeto, inclusión, etc.

Para conseguir que todo esto llegara a buen puerto necesitábamos varias cosas. Un claustro de profesores motivado e implicado con nuestra filosofía, para lo que desde el primer momento estuvo claro que para conseguirlo lo primero que había que darles era una estabilidad laboral. Todos nuestros trabajadores, profesores y personal auxiliar, han contado desde el primer día con su contrato de trabajo; la mayoría de ellos llevan con nosotros más de 15 años, incluso algunos algo más, lo que les hace estar totalmente implicados en el proyecto. Para su elección, además de su formación, siempre que ha sido posible hemos contado con personas de nuestra ciudad, y en muchos casos los mismos alumnos que han empezado estudiando en el centro han vuelto al mismo como profesores, con lo que damos un gran sentido a nuestro proyecto.

También ha sido prioritario el tema de las instalaciones, tras estar durante varios años en diversos locales no lo suficientemente apropiados, sobre todo por el tema de la acústica y el espacio, y después de años de dialogo con las autoridades locales, y ante el aumento de alumnos que se producía curso a curso, nuestro Ayuntamiento decidió construir una nueva Escuela de Música, para lo cual desde el primer momento contaron con nuestra opinión y consejo para que de esta manera fuera lo más practica y funcional posible. Puesto que para que tanto el profesor como el alumno consigan el mejor rendimiento, necesitan: aulas amplias, aulas de estudio, salas de ensayo para las diferentes agrupaciones (banda titular, banda escuela, orquesta de cuerda, coro, combos, etc.) una sala de audiciones donde poder mostrar a los padres, amigos, familiares, socios, etc, el trabajo que durante el día a día se realiza. Además de esto que suele ser lo más básico e imprescindible actualmente también contamos con vestíbulo, conserjería, cafetería, biblioteca, almacén….

Otro pilar fundamental es el de dar la oportunidad de interpretar su música a los propios alumnos y profesores, para lo cual desde al año 2002 creamos un Ciclo de Conciertos, donde los auténticos protagonistas somos todos, desde los propios músicos que los ofrecen, dándoles una oportunidad de tocar ante el público que en otras circunstancias sería muy complicado; a los demás miembros del centro a los que se les ofrece la posibilidad de asistir a estos conciertos en directo y de forma gratuita; al resto de la sociedad a la que invitamos a asistir a dichos conciertos donde mostramos el fruto de nuestro trabajo.

Por supuesto no todo ha sido un camino de rosas, hemos tenido que probar, improvisar, inventar, fracasar, volver a probar, muchas veces. En definitiva, y volviendo a incidir que cada Escuela es un ente propio y tiene su situación y sus propias circunstancias, me he expresado simplemente desde mi experiencia, yo no soy músico profesional, estoy más relacionado con la gestión, que es lo que nos ha funcionado bien a nosotros.

 

Fuente: blogs.laverdad.es, por José Miguel Ibáñez Lax

En primer lugar, quisiera presentarme. Tengo 50 y algunos años; soy administrativo; trabajo en la Escuela de Música de mi Asociación; estoy casado; tengo un niño de 12 años que estudia Tuba; soy músico aficionado en mi Banda de Música desde el año 1976, además de estar ligado a la Asociación de Amigos de la Música de Yecla desde el año 1974, prácticamente toda mi vida.

En el año 1988 tuve mi primer contacto con la Junta Directiva de dicha Asociación, de la que he sido miembro durante varios años. Y desde entonces hasta la actualidad, siempre he escuchado una pregunta muy curiosa ¿Para qué sirve ser socio de una Sociedad musical? Imagino que, en gran medida, esa duda generalizada de la población la hemos creado nosotros mismos al no saber transmitir con claridad para qué sirve apoyar como socio a estas asociaciones culturales.

Las Sociedades musicales son entidades privadas, compuestas por socios, que realizan una actividad cultural sin ánimo de lucro, y que han sido creadas básicamente para fomentar el conocimiento y disfrute de la música.

Los socios, al ingresar en las mismas, se comprometen a abonar una cuota, con la que se ayuda a cubrir en parte los gastos originados por el funcionamiento de la Asociación, y que a su vez son complementados con otros ingresos obtenidos por otros cauces: subvenciones de Organismos Públicos, convenios, actuaciones, conciertos, donativos, patrocinios, etc.

Es verdad que, en la actualidad, en la mayoría de las Asociaciones, la parte que aportan los socios no es la mayor aportación económica obtenida por la entidad, como sucedía en el pasado, aunque toda ayuda es bienvenida para poder sufragar los numerosos gastos que conllevan estas sociedades culturales; pero a veces es mucho más importante para el colectivo de personas que integran y trabajan por la misma, siempre de una forma totalmente altruista, el sentirse arropados por una masa social que los apoye y anime, haciéndoles sentir que su duro esfuerzo del día a día tiene un reconocimiento por parte de nuestros asociados.

No obstante, y volviendo a la pregunta del principio ¿para qué sirve ser socio de una Sociedad musical? Tras todos estos años de experiencia, y en mi humilde opinión, pienso que ser Socio sirve para:

Apoyar a una entidad cultural sin ánimo de lucro, dedicada a fomentar el amor por la música, y que en muchos lugares ha sido y es la única manera de poder acceder a este bello arte.

Ayudar al mantenimiento de sus Escuelas de Música, en las que se suelen matricular personas de cualquier edad, desde niños que inician aquí su formación, llegando muchos de ellos a dar el salto a un Conservatorio donde finalizan con un Título Profesional de Música, así como a personas que simplemente desean formarse de una forma amateur, como afición y disfrute de la misma.

Alentar a las Bandas de Música, y otras agrupaciones, surgidas en el seno de las Sociedades Musicales, colectivos donde un gran número de músicos/as de todas las edades, y esta es otra de las particularidades de estas formaciones, puesto que se funden en ellas varias generaciones que trabajan unidas por un mismo objetivo.

Respaldar las actividades de dichas Bandas, acompañándoles y animándoles, sobre todo cuando participan en algún Festival o Certamen, a nivel Regional, Nacional e incluso Internacional, ejerciendo como grandes Embajadoras de cada uno de nuestros pueblos, Región y País.

Ayudar en la adquisición de instrumentos, trajes, partituras, material, etc.

Asimismo con su contribución, se pueden realizar muchas más actividades culturales: Ciclos de Conciertos, Cursos de Formación y Perfeccionamiento, Conferencias, Edición de libros, Partituras, Grabación de discos compactos, etc.

En definitiva, ser socio de una Sociedad Musical es algo más que pagar una cuota sin saber muchas veces por qué; es sentirse orgulloso de que con ello se apoya la cultura musical de un pueblo, consiguiendo que, a través de sus escuelas, niños, jóvenes y adultos reciban una formación adecuada que a muchos de ellos, con el tiempo, les suele incluso proporcionar una salida profesional; es estar junto a los miembros de la Banda de Música, para que nuestros músicos/as sientan nuestro ánimo cada vez que participan en un desfile, concierto, Festival, Certamen…; es ayudar al desarrollo de todas las actividades enfocadas hacia la Sociedad que, como ya apunté antes, en pequeñas poblaciones muchas veces son las únicas que se realizan; y sobre todo es apoyar a este colectivo de personas, de cualquier condición, sexo y edad, a seguir FOMENTANDO LA MÚSICA EN NUESTRA REGIÓN.