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¿Sabes que Carabanchel también tuvo su Banda de Música?
“Y para hablar de todo, en el pueblo hay una banda de música que presta su servicio, amenizando las funciones del mismo o anunciando la inauguración de alguna tienda”.
En 1891, Ildefonso González y Valencia, profesor de instrucción primaria en Carabanchel Bajo, escribió una extensa crónica que termina con la frase con la que se abre este artículo.
Es la primera mención que existe a una banda de música en Carabanchel. Esta fue la pista que me hizo tirar de la cuerda para profundizar en la historia de las bandas de música en nuestro barrio.
Aunque Ildefonso González hace esa mención, apenas hay información sobre la existencia de la banda de Carabanchel Bajo hasta 1908, año en que sí sabemos, según la prensa de la época, que había una banda en el pueblo que actuaba en diferentes eventos y festividades. Incluso, en esos años, Carabanchel Alto tuvo también su banda.
Se funda oficialmente en 1912
Mariano Gómez Camarero
Sin embargo, hay que esperar hasta abril de 1912, momento en que nace la Banda de Música de Carabanchel Bajo, con el amparo de su ayuntamiento. En ese momento, Mariano Gómez Camarero, un reconocido y joven músico toledano, consiguió ganar la plaza de director ante 17 aspirantes. Bajo su batuta, la banda disfrutó de sus mejores años y consiguió su premio más destacado, imponiéndose a las bandas de Leganés, Colmenar de Oreja y San Martín de Valdeiglesias en un importante concurso celebrado en el Parque del Retiro en 1915. La foto que abre este artículo muestra a la banda en plena actuación. Dicen las crónicas de la época que fue tal la asistencia de público a este concurso que las autoridades tuvieron que poner orden porque el aforo estaba más que completo.
Desde ese momento, la banda de Carabanchel gana mucho prestigio, actuando en diferentes municipios de Madrid e incluso en Toledo, donde va invitada por el ayuntamiento de la ciudad por ser la cuna de su director. En esos años, la banda es muy activa y actúa en multitud de eventos y fiestas de Carabanchel: desde las tradicionales fiestas de Santiago (25 julio) a las celebraciones por el fin de curso de la Escuela de Reforma Santa Rita; la inauguración de comercios o las corridas de toros de la plaza de Vista Alegre, que se inauguró en 1908. En ese momento se afirmaba con rotundidad que, tras la Banda Municipal de Madrid, la de Carabanchel era la mejor banda de toda la región. Y estaba formada por trabajadores, todos obreros, entre 30 y 40 músicos en total.
La partida de Gómez Camarero
En 1925, Gómez Camarero deja la banda para trasladarse a Córdoba, donde refundaría la banda municipal de esta ciudad. La mudanza la hizo con su familia, su mujer Trinidad Muñoz Grandes, hermana del capitán general Agustín Muñoz Grandes y junto a su pequeño hijo Mariano Muñoz, que había nacido en 1919.
La pareja se conoció y se casó en Carabanchel, acomodándose en la casa de los Muñoz Grandes, situada en la actual calle Eugenia de Montijo (por aquel entonces, Marqués de Salamanca). En esa casa, situada frente al ya desaparecido pub Chaiz, nació su hijo Mariano.
La actividad de Gómez Camarero en Córdoba fue muy prolífica, pero fue herido en la guerra civil, quedando inválido y muriendo en 1938. Su viuda, Trinidad, volvió a Carabanchel donde murió en 1976, siendo enterrada junto a su hermano Agustín en el cementerio de San Sebastián.
Segundo director: Victorino Echevarría
Tras un paréntesis después de la partida de Gómez Camarero, en que se suceden algunos directores con menor reconocimiento (maestro Linares y Francisco Gómez), asume la dirección de la banda de Carabanchel, al menos desde 1933, el maestro y compositor palentino Victorino Echevarría López, prestigioso compositor y director que llegaba de Berlín tras disfrutar de una importante beca de estudios.
Bajo su dirección estalla la guerra civil, momento histórico en que la banda de Carabanchel juega un papel clave. El argentino Víctor de Frutos relata en su libro “Los que no perdieron la guerra” cómo Victorino Echevarría se acercó al cuartel de reclutamiento de milicianos, situado en Campamento, para ofrecer a su banda al ejército republicano.
“Los músicos se hicieron presentes; sin poderlo afirmar, no eran menos de treinta, portando sus imprescindibles instrumentos. Fueron alojados en un pabellón independiente donde pudieran ensayar a su gusto, sintiéndose cómodos en la nueva situación”, señala De Frutos.
La alegría de los soldados fue inmensa. «Tendríamos a la Banda Municipal de Carabanchel, que era considerada la segunda en categoría después de la Banda Municipal de Madrid. Su director, al pedir un fusil, no dejaba dudas de que interpretaba el deseo del resto de los integrantes de aquella institución», narra De Frutos en su libro.
Y concluye: «Es difícil imaginarse la emoción que sentimos los responsables improvisados de aquella organización cuando vimos desfilar a la Banda Municipal de Carabanchel al frente y, de cuatro en fondo, a los carabancheleros del Batallón Primero de Mayo».
Retrato de Victorino Echevarría, por el pintor Rafael de Infantes
El fin de la banda
Victorino Echevarría fue director durante al menos siete años, pues tras la guerra civil, la banda de Carabanchel se disolvió y no volvió a actuar o, al menos, no he encontrado ninguna referencia.
De hecho, en enero de 1948, momento de la reapertura de la parroquia de San Sebastián tras los daños sufridos en la contienda bélica, actúa en la Plaza Mayor de Carabanchel la Banda Municipal de Madrid, dirigida por Jesús Arámbarri.
En ese mismo año, Victorino Echevarría se convirtió en director suplente de la Banda Municipal de Madrid, que fue la única que sobrevivió a la contienda y a la anexión de los pueblos que circundaban Madrid a la capital. Al final, en 1953 se convertiría en director adjunto de la banda madrileña y en 1961 en director titular, consiguiendo también importantes éxitos con esta formación.
La Banda Municipal de Madrid durante la reinauguración de la Parroquia de San Sebastián (20 de enero de 1948)
La cuarta edición del ‘Ciclo de conciertos CaixaBank de Orquestas’ ofrecerá diez recitales en la Comunitat Valenciana
El ciclo dará comienzo este próximo domingo, 24 de octubre, con un concierto ofrecido por la Unión Musical de Benaguasil, y se prolongará hasta marzo de 2022.
Esta iniciativa se enmarca dentro de las actividades de ‘CaixaBank Escolta València’ que promueve la entidad financiera con la colaboración del Institut Valencià de Cultura (IVC) y la FSMCV.
Valencia, 21/10/2021.
Cartel Cicle Caixabank concierto en Benaguasil
El IV ‘Ciclo de conciertos CaixaBank de Orquestas de la Comunitat Valenciana’, patrocinado por la entidad financiera, con la colaboración de la Federación de Sociedades Musicales de la Comunitat Valenciana (FSMCV) y el Institut Valencià de Cultura (IVC), arranca este fin de semana con el primero de los diez conciertos que se celebrarán en esta edición y que recorrerán toda la Comunitat hasta marzo de 2022.
El ciclo será inaugurado por la Unión Musical de Benaguasil, en un concierto que se celebrará este domingo 24 de octubre en la sede de la sociedad musical a las 19:00 horas. La programación continuará en el mes de diciembre con los conciertos de la Sociedad Musical ‘La Paz’ de San Juan de Alicante (4 de diciembre), la Societat Musical d’Alboraia (11 de diciembre), la Societat Musical D’Alzira (18 de diciembre), la Societat Musical l’Artesana de Catarroja (19 de diciembre), la Unió Musical d’Alaquàs (22 de diciembre), la Unió Musical de Llíria (29 de diciembre) y el Ateneo Musical y de Enseñanza ‘Banda Primitiva’ de Llíria (30 de diciembre). Ya en 2022, el ciclo concluirá con dos actuaciones a cargo del Ateneo Musical Schola Cantorum de la Vall d’Uixò, el 20 de febrero, y la Sociedad Musical ‘La Primitiva’ de Rafelbunyol, el 26 de marzo.
Todas las orquestas participantes forman parte de sociedades musicales federadas y han participado con anterioridad en las tres ediciones del ‘Concurso de Orquestas CaixaBank’. Cada una de ellas recibirá una ayuda económica de 1.500 euros por la organización del concierto, que se enmarca en el proyecto general ‘CaixaBank Escolta Valencia’, la línea de patrocinio privado más importante con la que cuentan las sociedades musicales de la Comunitat Valenciana.
Para la presidenta de la FSMCV, Daniela González, “gracias a la apuesta de CaixaBank por este programa de apoyo a las sociedades musicales, el movimiento orquestal de la Comunitat Valenciana recibe un impulso directo, motivando a nuestros alumnos y profesores, algo especialmente necesario en estos momentos a consecuencia de la crisis”. “Por ello, nos alegra volver a contar este año, una vez más, con el ciclo de conciertos de orquestas, que vertebran además la Comunitat y están abiertos a todos los públicos”, ha apuntado González.
El director territorial de CaixaBank en la Comunitat Valenciana, Xicu Costa, ha destacado su satisfacción por “la consolidación de este proyecto creado para apoyar e impulsar a las orquestas de las sociedades musicales que, gracias a este ciclo y a otras líneas como el Festival o el ‘Concurso de Orquestas CaixaBank’, tienen garantizada una agenda de actividades a lo largo del año”. “Un ciclo que, además, acerca la música de orquesta a numerosos municipios de nuestro territorio”, ha añadido.
Para la directora adjunta de Música y Cultura Popular del Institut Valencià de Cultura, Marga Landete, “esta nueva edición del ciclo de conciertos representa la consolidación de un esfuerzo común de las tres entidades y de todas las sociedades musicales que participan, un trabajo constante, pero que da sus frutos, por la motivación y la visibilidad de las orquestas valencianas también en un contexto complicado como el que hemos vivido este último año”.
‘CaixaBank escolta València’
Es una iniciativa puesta en marcha en 2014 por CaixaBank en colaboración con la Federación de Sociedades Musicales de la Comunitat Valenciana, FSMCV y el Institut València de Cultura, IVC, dirigida a apoyar a las sociedades musicales valencianas y a promover la actividad musical y educativa en el territorio.
Entre sus líneas destacan la convocatoria anual de becas para estudiantes de las escuelas de música; los concursos, festivales y ciclos de conciertos de orquestas de la Comunitat Valenciana; los ‘Premios al Talento musical’; el proyecto de recuperación de patrimonio ‘Música a la Llum’; y, l`Alqueria Julià-Casa de la Música, rehabilitada por CaixaBank y que alberga desde finales de 2020 la sede de la FSMCV.
Las sociedades musicales en la Comunitat Valenciana representan un fenómeno social y cultural de enorme envergadura que vertebra el territorio a través de una numerosa comunidad musical repartida sin distinción entre pueblos pequeños y ciudades, entre comarcas y provincias. Un fenómeno que los valencianos viven desde niños, porque la música se aprende desde la infancia y se comparte a lo largo de una vida.
En la Comunitat Valenciana están presentes el 50% de las sociedades musicales y escuelas de España. Un total de 550 Sociedades Musicales federadas, con más de 1.100 bandas de música, más de 43.000 músicos, 60.000 alumnos, 200.000 socios, 600 centros educativos y más de 5.000 profesores. Fueron declaradas ‘Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial’ en el mes de marzo de 2021.
X la Jurado
Masterclasses de piano con el Maestro Vincenzo Balzani
Se celebrarán los días 7-8-9 de enero 2022 en la Sala Eutherpe calle Alfonso V nº 10, León (España)
Las clases han sido organizadas por:
Associazione Pianofriends: http://www.pianofriends.eu y
Fundación Eutherpe: www.fundacioneutherpe.com
Desde la barra de navegación de la Web Eutherpe, se puede acceder a estas clases fácilmente pulsando sobre «Cursos y Enseñanza».
O pulsar directamente en esta dirección:
https://www.fundacioneutherpe.com/cursos/curso-con-vincenzo-balzani
y encontrareis toda la información. El domingo 9, a las 16:30h. se tendrá el concierto de clausura en la Sala Eutherpe
Sala Eutherpe en calle Alfonso V nº 10, León (España)
Los premios Orpheo regresaron tras la pandemia
El domingo 3 de octubre se celebró en el Parque de la Canaleta de Faura la VI Gala de la Música del Camp de Morvedre organizada por la Junta Comarcal de Sociedades Musicales Federadas del Camp de Morvedre.
En el acontecimiento se entregaron los Premios Orpheo 2020-2021.
Fue una edición especial y más reducida de lo habitual obligados por las circunstancias sanitarias después de estos tiempos difíciles por el COVID-19 que todos hemos pasado, pero que especialmente a afectado a estas organizaciones al impedirlas desarrollar sus actividades habituales con normalidad.
Se entregaron diplomas a todos los alumnos de la comarca que habían acabado sus estudios al conservatorio de grado profesional y superior durante el año 2020 (año que no se pudo celebrar la Gala por la Covid-19) y en 2021. También se entregaron 4 Premios Orpheo a los mejores expedientes académicos tanto de grado profesional como superior de esos dos años.
Fina Gómez, Presidenta Comarcal, quiso recordar en su parlamento a todas las personas que nos han dejado durante la pandemia. También comentó que volver a hacer la Gala era una muestra más del trabajo constante que se hace a las sociedades musicales y del espíritu de superación que tienen especialmente en tiempo difíciles.
Al evento asistieron, además de los presidentes de las Sociedades Musicales de la comarca y representantes de sus directivas, gran número de autoridades. Entre ellas el alcalde de Faura y presidente de la Diputación de Valencia Toni Gaspar y prácticamente todo el resto de alcaldes de la comarca y numerosos regidores que no se quisieron perder el acontecimiento.
El público asistente apoyó de nuevo esta iniciativa y la música volvió a sonar de nuevo de la mano de la banda anfitriona, la Sociedad Juventud Musical de Faura, unas actuaciones que se intercalaron con las entregas de premios. Al final del acontecimiento la banda hizo el estreno de la fanfarria titulada ”Premios Orpheo Camp de Morvedre” compuesta para la ocasión por Juan Bautista Meseguer, y dedicada a las bandas de música de la comarca y a la gala que organizan como acto de entrega de los premios Orpheo.
Foto de familia de Premiados
Premio Orpheo a la mejor trayectoria acadèmica de grado profesional i superior 2020
Angela Foved Uribe, saxofón Mejor expediente grado profesional
Pedro José Cases Sánchez, trompeta Mejor expediente grado superior
Premio Orpheo a la mejo trayectoria acadèmica de grado profesional i superior 2021
Joan Tarazona Berzosa, oboé Mejor expediente grado profesional
Ferran Mechó Pérez, percussión Mejor expediente grado superior
Los archivos, esos grandes desconocidos
Hablar de los archivos de las bandas de música es referirnos a una de las partes quizás más desconocidas y menos valoradas de las sociedades musicales, pero que a la vez son fundamentales para descubrir el funcionamiento, tanto de la parte artística como social de estas asociaciones, puesto que analizando su constitución se puede valorar históricamente desde qué obras se interpretaban en cada época, para quién se actuaba y porqué se realizaba.
Blog la Verdad/febandasrmurcia/ – Miércoles, 20 octubre 2021
La musicología española y los estudios históricos apenas han dedicado atención a las bandas de música y todo lo que las rodean, al considerarlas siempre una cuestión más popular que culta, sufriendo durante el siglo XX una fuerte marginalidad respecto a los mecanismos de distribución y circulación de la música en las grandes ciudades de nuestro país, unido a que estas entidades tuvieron un gran desarrollo durante el siglo XIX, un periodo complejo y hasta no hace mucho tiempo descuidado de nuestra historia musical, o a la vinculación general que se tenía de las bandas de música con fiestas y ceremonias populares, que si bien contaban con una gran relevancia social, les privaba de la consideración artística que dio prestigio a otras formaciones y estilos musicales durante tiempos pasados.
Por supuesto que cuando nos referimos a estos registros, no sólo lo hacemos enfocado, a pesar de su gran importancia, al archivo musical, sino también al que componen toda la documentación administrativa e histórica de cada entidad cultural.
La historia de la música, y por ende la de sus bandas de música, -yo me centraré en la de Yecla que es lo que más conozco-, se remonta a varios siglos de antigüedad, teniendo periodos donde han habido más de una banda de música que se han alternado con otros donde no ha existido ninguna, y vinculados sobre todo desde el siglo XIX a linajes familiares que han sido los que han transmitido e impulsado el amor por la música en sus ciudades, como por ejemplo los Ortuño en Yecla o la familia Santos en Jumilla.
Según un documento encontrado en el Archivo Municipal de Yecla, en el año 1869 hay constancia de la existencia de una banda de música, al frente de la cual estaba D. Francisco Antonio Martínez, quien por medio de una carta que remite al Ayuntamiento, alegaba que al bajar el presupuesto que se dedicaba a la enseñanza musical, ese año, el nivel de la academia, era inferior al de años anteriores, curiosamente un problema que con el tiempo se ha hecho crónico. Los primeros datos sobre la existencia en la comarca del Altiplano de bandas de música, con un formato semejante al actual se remonta a principios del siglo XIX, pero eso no quiere decir que antes de esta fecha no existieran formaciones o agrupaciones musicales con participación de músicos locales.
Según D. Miguel Ortuño, antiguo Cronista oficial de la Ciudad de Yecla, en los primeros años del siglo XVIII, ya hubo fiestas con participación de músicos. Estas fiestas eran un interesante precedente de las que ahora tanto abundan con el nombre de “moros y cristianos”, se celebraron en la festividad de San Roque del año 1608, con la denominación de “africanos y cristianos”, en donde cada bando tenía su capitán, su alférez y su sargento. No tuvieron continuidad, aún cuando en el siglo XVIII se intentó resucitarlas, esta vez con el nombre de “turcos y cristianos”; fue en septiembre de 1746, con motivo de la proclamación de Fernando VI como rey, destacando el aspecto musical que fue extraordinario, ya que no solo actuó la música de Yecla, aumentada con “violines, violón, bajo y chirimías”, sino que se reforzó con la Banda de Música de Onteniente, que trajo también “dulzainas y danzas de valencianos”.
Por dicho motivo, estos archivos, tanto de partituras como documentos, sean públicos, privados, eclesiásticos o de las propias sociedades musicales, son un tesoro que hay que recuperar, cuidar y poner en valor, promoviendo su estudio en profundidad y posterior catalogación, con el objetivo final de poner a disposición de estudiosos, investigadores y público en general, todos los recursos musicales de cada ciudad que se vayan descubriendo, y que además se deberían de ir complementando con información bibliográfica, discográfica y audiovisual.
Banda Municipal Yecla 1927.
Ni que decir tiene que además de toda la documentación histórica alojada en los archivos municipales, notariales, eclesiásticos, etc., habría que unir la gran cantidad de información no publicada en propiedad de las propias bandas, como son los archivos administrativos, los libros de actas, las partituras manuscritas, información sobre compositores locales y sus obras, las fotografías, los diplomas, los registros sonoros y audiovisuales, los instrumentos tanto en uso como antiguos, documentos y material que sin lugar a duda nos ayudaran a poder construir argumentos tanto históricos como científicos, y que se ha ido generando durante todos estos años de historia de la música en nuestra región.
Como ejemplo y centrándonos en el legado de las partituras, en la ciudad de Yecla nos encontramos con las obras de los miembros de la familia Ortuño, más concretamente con las de José Juan Ortuño Rubio, así como con todo el archivo de obras manuscritas que fue cedida por la familia de D. José Ortuño a la Asociación de Amigos de la Música de Yecla, y de la que casi por casualidad, puesto que aún no se ha investigado a fondo, se descubrió una obra que fue grabada en el Cd “Huellas y Memorias” editada en Bassus Ediciones por Pedro Rubio Olivares, que resultó ser la obra más antigua del archivo yeclano, y que es una «Fantasía obligada de clarinete», una pieza compuesta alrededor de 1860, de autor anónimo, y con una instrumentación de reducidas dimensiones en la que todavía no aparecen los saxofones.
Concluyendo, para las sociedades musicales de la región de Murcia, sus archivos son un patrimonio que hay que estudiar y proteger, porque además de la importancia de la función actual, como base de todas las partituras que con el trascurrir del tiempo son interpretadas por sus bandas de música, -siempre supervisadas por el archivero, ese personaje al que siempre deberemos de estar infinitamente agradecidos por su encomiable trabajo- estos registros son el testigo de la historia de la música en cada uno de nuestros pueblos.
Cuidar, estudiar, proteger los archivos tanto municipales como privados de nuestras asociaciones no es un punto de llegada, sino un inicio del camino; una herramienta pensada para facilitar el trabajo a los investigadores e historiadores, mostrándoles la documentación que vayamos recuperando, poniéndola a su servicio, así como al de cualquier persona interesada en la historia tanto de la música como de cada una de nuestras localidades.
Es obligación de todos proteger este inmenso legado. Sé que los presupuestos de las Sociedades Musicales están muy limitados, por lo que espero y deseo que esta labor sea apoyada por quien corresponda, al igual que se ha hecho en otros lugares como la Comunidad Valenciana, y no se pierda toda esta información tan fundamental para preservar nuestra historia y a la vez afianzar nuestro futuro.
José Miguel Ibáñez Lax