Asociación de Amigos de la Música de Yecla

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La Asociación de Amigos de la Música de Yecla en colaboración con la Concejalía de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Yecla, han organizado el Ciclo “Música al Fresco”.

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Este proyecto nace con la intención de realizar una serie de micro-conciertos tipo audición y  conciertos que estarán ubicados en distintos puntos de la zona centro de nuestra ciudad y cerca de nuestra Escuela de Música, donde además el público pueda transitar de forma natural evitando las acumulaciones de personas, cumpliendo así con las medidas de distanciamiento exigidas por las autoridades sanitarias ante la situación generada por Covid-19.

Los micro-conciertos o audiciones  serán realizados por pequeños grupos con un máximo de 15 músicos pertenecientes a la Banda Sinfónica de la AAMY y/o alumnos de la Escuela de Música,  tendrán una duración que no superará  los 15 minutos,  con sesiones de no más de tres, lo cual permitirá la no aglomeración de personas en cada recital.

En el caso de los conciertos se organizarán de manera que el público asistente tenga su asiento asignado, reservado con cita  previa y en una zona acotada para tal efecto, controlando el aforo que en ningún caso sobrepasará los 200 asistentes. Para poder acceder a los conciertos, tanto a los organizados por nuestra Asociación como los incluidos en el Ciclo “Músicas del Aire” deberán de realizar sus reservas en la Conserjería de la Escuela de Música, a partir del día que anunciaremos oportunamente.

Para ello se utilizarán tres espacios de nuestra ciudad: Atrio de la Basílica, Plaza Mayor y Explanada de la Iglesia de San Francisco.

Este Ciclo de «Música al Fresco» se llevará a cabo entre los días 5 al 30 de julio, de forma intermitente. El horario será de tarde, entre las 19:00 y las 23:00 horas, salvo el sábado día 17 que se ampliará con horario de mañana entre las 10:00 y las 13:00 horas.

Las zonas de nuestra ciudad donde se va a desarrollar este Ciclo Musical son:  Plaza de España, Plaza Ripoll sita en calle Martínez Corbalán, Calle del Niño Jesús en su tramo peatonal, Teatro Concha Segura, Plaza Mayor, Explanada  de la Iglesia de San Francisco, Atrio de la Purísima y Parque de la Constitución.

Tres de estos conciertos están incluidos dentro de la programación “Músicas del Aire” que organiza la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Yecla.

Dentro de esta programación estival de conciertos habrá participación de alumnos/as de la Escuela de Música de varias especialidades: Aula Música Moderna, Lenguaje Musical, Clarinete, Trombón, Piano y Coro; así como los conciertos “De cine” interpretados por la Bandas Sinfónica AAMY.

En próximas fechas les informaremos del programa completo de audiciones y conciertos, reserva de localidades, horarios y la ubicación de cada uno de ellos.

Con esta actividad desde la Asociación de Amigos de la Música de Yecla pretendemos por un lado llenar de música las tardes-noches de julio en nuestra ciudad, ofreciendo la posibilidad de disfrutar de un concierto o recital al “fresco”, y por otra parte mostrar a toda la sociedad yeclana el trabajo que desarrolla la Asociación, a través de su Banda Sinfónica y su Escuela de Música.

Cartel del Ciclo “Música al Fresco”

 

“La vida sin música sería muy aburrida” esta es una frase muy repetida entre el alumnado de Música y Movimiento, y no pueden llevar más razón.

La asignatura de Música y movimiento se realiza en las instalaciones de la escuela de la Asociación Amigos de la Música de Yecla para niños y niñas de entre los 3 a 7 años de edad. Podríamos enumerar la larga lista de objetivos que cada año el profesorado se propone a principio de curso.

Sin embargo, nuestro principal objetivo es acercar la música a los más pequeños a través de la gamificación, término que se está haciendo muy popular dentro de la escena educativa. La gamificación es una técnica de aprendizaje que traslada la mecánica de los juegos al ámbito educativo-profesional, con el fin de conseguir mejores resultados a la hora de adquirir nuevos conocimientos, potenciar determinadas habilidades o bien recompensar acciones concretas, entre otros muchos objetivos.

En otras palabras, nuestro propósito es despertar entre los alumnos y alumnas la curiosidad, el interés y el amor por la música.

17 junio, 2021 Escrito en diapason

Dadas las circunstancias actuales, nos sentimos muy orgullosos y agradecidos de haber tenido la oportunidad de continuar un año más nuestro compromiso con esta asignatura, y aún más importante, con nuestro alumnado. En esta era digital, las clases presenciales servían de vía de escape para muchos principiantes musicales, que conocían de mano de sus profesores la belleza de la música. Por ello, la pandemia fue un revés tanto para alumnos, como para profesores. Echar la vista atrás no es tarea fácil, pero creemos que es necesario para poder apreciar el esfuerzo que como sociedad hemos realizado.

Todo empezó un 12 de marzo de 2020, cuando a pesar de tener nuestras puertas abiertas, muchos consideraron que debido a la expansión de la pandemia era mejor quedarse en casa. Ese fue el primero de muchos gestos de responsabilidad que padres y madres realizarían, que hoy apreciamos pero que por aquel entonces nos dejó con una sensación de incertidumbre y tristeza. Solo dos días más tarde entraríamos en el estado de alarma que ha durado más de un año. Durante los primeros 15 días de confinamiento la Escuela de Música, como todos los lugares no considerados como actividad esencial, permaneció cerrada. Todos manteníamos la esperanza de que a partir de esas dos primeras semanas se restableciera la normalidad, pero lamentablemente no fue así.

Ante esta situación, el profesorado y la directiva se pusieron manos a la obra para encontrar la manera de hacer llegar la música a los hogares de nuestros estudiantes. Así fue como se establecieron tareas semanales a través de aparatos electrónicos que la mayoría de las familias tienen en casa, y con los que, siendo realistas, los más pequeños se defienden a la perfección. Todas las semanas, el cuerpo educativo se reunía telemáticamente para pensar en actividades que fueran sencillas de llevar a cabo a la par que entretenidas y didácticas. La verdad que no fue una tarea nada fácil ya que, si no recordamos mal, fueron de 2 a 3 actividades durante unas 16 semanas, para cada nivel de alumnado; es decir, un total de 10 a 15 actividades semanales.

Algo que teníamos muy claro era la intención de mantener la esencia de la asignatura de Música y Movimiento. Las actividades no eran obligatorias y los alumnos podían elegir cual hacer. También se hizo así a la hora de las correcciones: los vídeos se enviaban a través del aula virtual y los profesores no podían más que apreciar el esfuerzo de todos y cada uno de sus alumnos. Los mensajes de ánimo y agradecimiento parecían quedarse cortos ante la alta participación, algo que nos dio fuerzas para seguir creyendo en el poder de la música a pesar de la pandemia.

Después de dos meses de encierro y desconcierto, llegó mayo y la esperanza de volver a las clases presenciales se materializó gracias al trabajo y esfuerzo del director de la Escuela, Ángel Hernández. La vuelta al aula se propuso bajo unas condiciones mínimas de seguridad e higiene para todos los integrantes de la escuela. Se decidió así que 6 sería el número máximo de alumnos por aula, entre los cuales habría una distancia de 2 metros. Además, se instalaron pantallas de seguridad y se impuso la mascarilla como prenda obligatoria. Todas estas medidas fueron explicadas al detalle a través de un vídeo en nuestro canal de YouTube de la mano de algunos de nuestros profesores.

Nuestras ganas de retomar las clases eran inmensas, pero también éramos conscientes de que la situación podría impedirnos volver. Para nuestra sorpresa, la aceptación y la participación fueron increíbles y queremos, una vez más, dar las gracias a las familias por el apoyo y la confianza en nosotros, ya que la reacción más normal habría sido no llevar a los niños y niñas por el miedo al contagio. Al fin, el ansiado día llegó, y la ilusión y la emoción nos inundaban. Fue complicado adaptar las actividades, juegos y metodología que usábamos antes a la nueva normalidad, sin poder tocarnos, movernos libremente ni compartir materiales. Pero una vez más la actitud de los niños fue increíble: las clases pasaban volando y la alegría en los rostros de todos se dejaba ver a pesar de la mascarilla.

La Escuela fue retomando las clases presenciales a mitad de junio aproximadamente. Fuimos los primeros en realizar una apuesta tan arriesgada en plena pandemia, no sólo en nuestro municipio, sino a nivel nacional también. Tanto la escuela como institución, como los alumnos y alumnas, fuimos un ejemplo de cómo poder hacer clases presenciales sin riesgo. Todo ello no habría sido posible sin el descomunal esfuerzo del claustro de profesores, la junta directiva y de su director Ángel Hernández Azorín, que como se dice vulgarmente, se dejó los cuernos para que pudiéramos volver a nuestras queridas aulas.

A día de hoy, las clases no han dejado de ser presenciales durante este curso. La reducción de casos y nuestro mayor conocimiento del virus nos permitieron reestructurar algunos grupos en los que se pudo llegar a un máximo de ocho alumnos por aula. El gran cambio vino en la creación de tres niveles en los que agrupar a los alumnos: nivel A, para los más pequeños; nivel B, los medianos; y nivel C, los mayores.

Para finalizar, queríamos volver a agradecer a las familias el tremendo esfuerzo que hicieron durante la pandemia, no solo por la gran participación y aceptación, sino por los continuos mensajes de ánimo que recibíamos, ya que esto a nosotros nos daba la fuerza necesaria para no dejar de trabajar, pues como dijimos al principio, nuestro mayor objetivo es que sus hijos e hijas amen la música tanto como la amamos nosotros. Muchas gracias por todo.

Daniel García Lara e Inmaculada Rubio Ibáñez

Profesores de Música y Movimiento de la Escuela de Música de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla.

La Escuela de Música de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla, informa que por motivos de agenda de los músicos que debían de participar en los siguientes conciertos de la XIX edición del Ciclo “Aula de Conciertos”, hay una modificación en la programación.

Yecla, 10 de junio de 2021

Los conciertos se realizarán, en la Sala de Audiciones de la Escuela de Música, con aforo limitado, y ofrecido en directo vía streaming a través del canal Youtube de la Asociación, en las siguientes fechas:

 

 JUEVES 8 DE JULIO, 20:30 Horas.

CONCIERTO SAXOFÓN Y PIANO

Paula Soriano Ibáñez  saxofón y

Francisco Martí Hernández  piano.

 

SÁBADO 10 DE JULIO, 19:30 Horas.

FOUR HANDS’ HORIZON

Syntagma Piano Duo

Carolina Santiago & Francisco Martí

 

SÁBADO 17 DE JULIO, 19:30 Horas.

YakkaBrass
(Ensemble de Metales)

Alejandro Pacheco Juan, trompeta; David Pérez Giménez, trompeta; José Antonio Rodríguez Vergara, trompeta; Liborio Ruiz García, trompa; Francisco José Zárate Lorente, trombón: Vicente Ibáñez Martínez, trombón y Sergio Muñoz Palao, tuba.

El XIX Ciclo “Aula de Conciertos” está organizado por la Escuela de Música de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla y la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de nuestra ciudad, y cuenta con la colaboración de Dúo-Graph, Familia Castaño, Digicol, Iberpiano, Juan Palao Peña, Autobuses Pelotón, Daemon 4, YeclaGrafic, Davó, Visual Rotulación y Frutas y verduras Hermanos Juan Ortuño. Y como en otras ediciones anteriores también cuenta con la colaboración de los medios de comunicación locales: Onda Regional de Murcia, elperiodicodeyecla.com, Teleyecla, Onda Cero Yecla, Cope Yecla, Siete Días Yecla y Ser Arco Norte.

Cartel del XIX Ciclo “Aula de Conciertos”

Corría el año 1993 cuando, después de cruzar muchas cartas, se reúnen en Altea los responsables de las distintas Federaciones.

Definida en los Estatutos como:

Artículo 4º.-

La Confederación Española de Sociedades Musicales es una Entidad de ámbito estatal, que reúne a las Federaciones de las Comunidades Autónomas, regionales o provinciales, de carácter amateur. Tiene personalidad jurídica propia, gozando de plena capacidad para actuar, contratar y obligarse, de conformidad con la legislación vigente, para el desarrollo de las funciones y cumplimiento de sus fines.

Tiene el carácter de unión entre las federaciones independientes que la integran, y por su naturaleza cultural y prioritariamente musical, no persigue ningún fin lucrativo.”

10 junio, 2021 Escrito en diapason

 

 

 

 

 

 

Pero no fue en este año la primera vez que se hablaba de la creación de una organización nacional de sociedades musicales. Para concretar este hecho nos remontaremos a 1967.

Llíria el municipio escogido para celebrar los Festivales de España. Éstos estaban patrocinados por el Ministerio de Información y Turismo y la Unión Musical de Llíria fue la anfitriona y organizadora del programa de actos.

En este contexto, se estableció una ponencia el 10 de septiembre de 1967 bajo el nombre “Las bandas de música y sus problemas” con el objetivo de tratar las cuestiones que preocupaban a las sociedades musicales en aquel momento.

Una de las conclusiones fue:

“La creación de una Federación Nacional de Sociedades Musicales Amateurs”

De estas reuniones salió la decisión de formalizar la fundación de la Federación Regional Valenciana de Sociedades Musicales en 1968.

Sigamos, 25 años después se consumó la fundación de la Confederación Española de Sociedades Musicales (CESM).

En aquel 1993, durante los días 13 y 14 de noviembre, se reunieron el Presidente de la Federación Castellano Manchega, Don Alfonso Rodríguez; Presidente de la Federación Guipuzcoana, Don Juan Antonio Lecuona; Presidente de la Federación Balear, Don Josep Clement; Presidente de la Federación Catalana, Don Joaquín Urquizu; Presidente de la Federación Andaluza, Don Andrés Valero; Presidente de la Federación Gallega, Don Emilio Vázquez; Presidente de la Banda de Música de Teruel, Don José Martínez; Presidente de la Federación de Murcia, Don Isidoro Jesús Martínez; Presidente de la Federación de Asturias, Don José Antonio González y Presidente de la Federación de Valencia, Don Ángel Asunción.

“Tras varias reuniones maratonianas” según palabras que me confesó Ángel Asunción, se firmó el acta constitucional y redactaron los primeros Estatutos, con las siguientes Federaciones fundadoras:

De estas federaciones se disolvieron:

  • Federación de Bandas Civiles del Principado de Asturias
  • Federación Guipuzcoana de Bandas de Música/Guipuzkuako Banden Biltzarra

Con el paso del tiempo se formarían las Federaciones:

 

 

Los datos se acercan a los que pública el Ministerio de Cultura en su anuario 2019, donde dice que hay 1.485 bandas y que se reparten por comunidades de la siguiente manera:

Esto no quiere decir que todas las Federaciones están en la Confederación, ya que, aparte de las que se disolvieron, algunas la abandonaron, ya sea por motivos económicos, ya sea por otros motivos, aunque no se pierde la esperanza de que algún día estemos todos juntos otra vez.

En los primeros años de andadura de la Confederación, sus esfuerzos se centraron en dar a conocer la organización e intentar tener una línea de ayuda del Ministerio para poder cumplir con mayor facilidad sus fines, objetivo que se cumplió, con el paso de los años esa línea directa pasó a ser una ayuda del INAEM para realizar proyectos.

Y en una frase hecha que he adaptado: “Las Instituciones están por encima de las personas, pero son las personas las que dirigen las instituciones y con sus decisiones hacen que una institución sea buena o mala, esto que parece un trabalenguas, es la cruda realidad.”

Han habido muchos años que la Confederación se ha limitado hacer su Asamblea General, de 3 y 4 días, con sus respectivos Festivales de Bandas y hasta el año que siguiente, con las celebres y buenas frases de “se debería hacer”, “se habría que hacer”, “se tendría que hacer” y así pasaron demasiados años.

Recomendable la lectura del libro “XX Años de Historia” editado por la CESM, para entender de dónde venimos, si es que se quiere entender, claro.

Cuando una organización no ocupa el espacio que le corresponde, ese lugar es ocupado por otros y cuesta tiempo y recursos volver a recuperar el espacio perdido.

En el año 2016 me presenté a Presidente con un programa electoral concreto y con acciones concretas, como la reactivación de relaciones institucionales, crear un gabinete de comunicación, una web operativa, una base de datos nacional de Sociedades Musicales (SSMM), una mejora del marco normativo para SSMM, así hasta 14 puntos, en el primer año se habían cumplido 12 de ellos.

En el 2018 a raíz de una nota de prensa sobre la bajada del IVA a los instrumentos musicales, nos llevó a reunirnos con todos los grupos parlamentarios del Congreso de Diputados en Madrid y en 2020 que se apruebe en el Senado una Moción que Insta al Gobierno que revise el tramo de IVA aplicado a los instrumentos musicales. En el expediente presentado había una declaración institucional de una Diputación y el acuerdo de 10 ayuntamientos, que triste.

Pero la Confederación, ¿para qué sirve?

Para estar asociados y dar representación ante las instituciones estatales, donde se reivindica y pone en valor los tres apartados que más nos identifican al colectivo como son el educativo, el cultural y el social, porque en ocasiones, la respuesta que dan nuestros gobernantes a nuestras demandas es:

Insuficiente, Incorrecta, Injusta o lo que es peor, Inexistente

Frente a estas 4 I nosotros debemos ofrecer  Las 5 C.

  • La C de Confiabilidad: Desarrollo de la cultura del cumplimiento de nuestras obligaciones (pienso que solo quien cumple sus obligaciones está legitimado para exigir a los demás que cumplan las suyas).
  • La C de ser Creativos, explorando las escasas opciones que ofrece el actual marco normativo (Ej. declaración BIC, ley del Voluntariado, convenio colectivo, utilidad pública, ley de Propiedad Intelectual).
  • C de Comunicación: lo que no se comunica no se conoce.
  • La C de No Conformarse, reivindicando que el marco normativo mejore y reconozca nuestra aportación a la sociedad.

Y por encima de todas la C de CONVICCIÓN:

Debemos convencer a los nuestros, a nuestro entorno, al resto de la sociedad y a los políticos de la importancia de tratar como se merece lo que hacemos. Sin que se cree ese estado de opinión favorable no será fácil conseguir ni cambios normativos ni casi nada.

Las 4 I y las 5 C, son de mi amigo Luis Vidal, que se han convertido en una frase mantra de nuestras acciones.

De la 5 C, las que más hay que reforzar son No Conformarnos y estar Convencidos de lo que hacemos. Aquí dos ejemplos.

No Conformarnos

El año y pico de pandemia que estamos viviendo, ha desnudado por completo a muchas organizaciones y sistemas de gobierno, pero también ha puesto en valor otras.

Mientras duró el Estado de Alarma en 2020, solo había una voz, acertada o desacertada no es mi intención juzgarla, pero solo una voz y un solo interlocutor. Cuando empezó la desescalada, pasamos de una sola voz a 20, las 17 Comunidades Autónomas, las 2 Ciudades Autónomas y el Ministerio de turno, esto llevó a que cada Comunidad haya aplicado las mismas normas marcadas por el Ministerio, pero en diferentes tiempos y a diferentes colectivos.

Pero esto también ha ocurrido con las federaciones, donde cada una ha ido a su ritmo y a la voluntad de su Comunidad Autónoma.

Estar Convencidos.

Un ejemplo fue la solicitud que hizo la CESM al Ministerio de Sanidad para que se actualizara la Estrategia de vacunación frente a la covid-19 en España, con la inclusión de un subgrupo adicional (Grupo 6D) para los docentes y personal de las Escuelas de Música y Escuelas de Música y Danza dependientes de corporaciones locales o de entidades privadas sin ánimo de lucro y al mismo tiempo se instaba a las Federaciones que lo hicieran en su propia Comunidad.

Resultado, algunas lo habían hecho antes y no dijeron nada, otras lo hicieron como si fueran ellas las que lo pedian, otras nada y otras en su escrito ponían “como lo ha hecho la CESM al Ministerio”, juzguen ustedes mismos las diferencias de actuación.

La pandemia nos ha enseñado que juntos somos más fuertes y se pueden conseguir más cosas, si no siempre ganan los más famosos o los que más padrinos tienen.

Así y todo es una responsabilidad y un reto, si en los 5 primeros años de la Confederación se pudieron hacer muchas cosas, simplemente aplicando la frase de “Quien no conoce la historia está condenado a repetirla”, en mi presidencia ni chupipandi ni olvidar la historia, con unos pocos menos palos en las ruedas y estar más convencidos, se podrían conseguir los objetivos, ahora que cada cual analice sus acciones.

Si no estuviera la Confederación, se tendría que crear, pues como la tenemos, aprovechémosla.

Yo no me Conformo y estoy Convencido y ¿Tú?

Vicente Cerdá García
Presidente de la CESM

Quiero dedicar este pequeño artículo a todas aquellas personas que nos marcaron el camino a seguir dentro de cada una de nuestras sociedades musicales.

A esos hombres y mujeres que, prácticamente sin medios pero cargados de muchos sueños e ilusión, hicieron posible que hoy seamos lo que somos.

A nuestros veteranos, a los que nunca estaremos lo suficientemente agradecidos por el trabajo que desarrollaron.

https://blogs.laverdad.es/febandasrmurcia/ – Martes, 8 junio 2021

Ahora estamos viviendo una época convulsa para todos, donde las dificultades crecen e incluso a veces también crece la desilusión. Pero no debemos caer en el desánimo y, como ellos hicieron en otros tiempos, tenemos que luchar con todas nuestras fuerzas para sobrepasar todos los obstáculos e inconvenientes que vayan surgiendo.

Hace algunos días finalizó la Semana Santa, festividad religiosa con un ingente trabajo y protagonismo para los músicos que formamos parte de las bandas de música de España, y sobre todo de zonas como la Región de Murcia por su gran tradición procesional. Pero este año, ante la consabida situación sanitaria, no ha habido procesiones, aunque sí muchos actos y conciertos dedicados a la música escrita específicamente para estas fechas en prácticamente todas las localidades de nuestra Comunidad Autónoma.

La palabra procesión, dentro de sus acepciones, tiene una con la que, coloquialmente, creo que el mundo bandístico está muy identificado: “acto de ir ordenadamente de un lugar a otro muchas personas con algún fin público y solemne, frecuentemente religioso”. Esto es lo que todos hacemos; seguir nuestro CAMINO, unidos y ordenadamente, para conseguir un fin público que, en este caso, no es religioso, sino educativo, social y cultural: el fomento y conocimiento de la Música. Y ese camino, como ya dije al principio, se lo debemos a todos nuestros mayores por inculcarnos el amor por lo que hacemos, por demostrarnos con su ejemplo cómo debemos comportarnos, por hacernos sentir miembros de pleno en nuestros colectivos, por motivarnos para luchar sin descanso por nuestros proyectos, por educarnos en el respeto y la tolerancia, por darnos el ejemplo que nos dan de compromiso y responsabilidad, y, sobre todo, por habernos transmitido quizás lo más importante, que es el AMOR por la MÚSICA.

Ellos, nuestros mayores, nos enseñaron que en una sociedad musical cabemos todos: los que piensan de una forma o de otra, hombres y mujeres, jóvenes y veteranos, creyentes o no, del Madrid o del Barcelona…, pero siempre unidos por el respeto a este bello arte. Gracias a ellos hemos aprendido que el trabajo que realizamos para el resto de la sociedad es fundamental, puesto que en muchas poblaciones somos la única posibilidad que existe para que sus habitantes, sobre todo la parte infantil y juvenil, puedan acceder a la educación musical con todas las ventajas que conlleva; no solo las artísticas, sino también aquellas que son todavía más importantes que las anteriores, las que contribuyen a la formación integral de las personas, que son los valores que se transmiten: educación, respeto, tolerancia, trabajo en equipo, organización, compromiso, responsabilidad, superación… Además, y en esto puede ser en lo que más estemos fallando, con su ejemplo nos han demostrado que todos somos útiles, que cualquier persona, aunque en un momento determinado no piense exactamente igual que los dirigentes del momento, es totalmente válida para conseguir el objetivo final, ya que la suma de todos los pensamientos e ideas, sean o no convergentes, nos harán con el transcurrir del tiempo mucho más fuertes. Nadie sobra, todos hacemos falta.

Ahora la obligación de todos los que formamos parte de las sociedades musicales de la Región de Murcia (dirigentes, socios, músicos, padres, alumnos, simpatizantes…) es continuar con ese CAMINO que ellos nos marcaron. Debemos seguir transmitiendo a los que vayan llegando todos esos valores que nos inculcaron, y, sobre todo, CREER firmemente y sin fisuras en lo que hacemos.

Son tiempos difíciles, pero los suyos también los fueron, y ellos los afrontaron con una actitud y decisión inquebrantable, superando todas las adversidades con las que se fueron encontrando. Las sociedades musicales nunca lo hemos tenido fácil, siempre nos han faltado recursos, apoyos, ayudas…, lo que nos ha forzado en muchas ocasiones a trabajar bajo mínimos, situación que hemos superado con trabajo, ideas, esfuerzo, ilusión, optimismo…. Y volveremos a hacerlo porque lo llevamos en nuestra identidad como colectivo.

Por todo esto, muchas gracias a todos ellos, a los mayores, a los veteranos. Supongo que en cada lugar tendréis los vuestros, pero yo, en esta ocasión, quiero dedicar estas palabras a los de mi banda, a los que están y a los que ya nos dejaron: a Luis, el maestro Ortuño, Perico el flauta, Martín, Pepe, Ángel, Andrés, Galiano, Noño, Perete, Cayetano, Pepe el Pintor… (Perdón por los que seguro me dejo en el olvido). Y también a los que formamos mi generación que ya estamos casi llegando a ser los semiveteranos: Bartolo, Ernesto, Carpena, Manolo, Vicente…, porque ahora nos toca a nosotros ser los trasmisores de todos estos valores a los que nos siguen, ni más ni menos que EL CAMINO A SEGUIR.

José Miguel Ibáñez Lax

Por motivos de agenda de los músicos que debían de participar en los siguientes conciertos de la XIX edición del Ciclo “Aula de Conciertos”, hay una modificación en la programación.

Yecla, 08/06/2021

Los conciertos se realizarán, en la Sala de Audiciones de la Escuela de Música, con aforo limitado, y ofrecido en directo vía streaming a través del canal Youtube de la Asociación, en las siguientes fechas:

 

 JUEVES 8 DE Julio, 20:30 Horas.

CONCIERTO SAXOFÓN Y PIANO

Paula Soriano Ibáñez  saxofón y

Francisco Martí Hernández  piano.

 

 SÁBADO 10 DE Julio, 19:30 Horas.

FOUR HANDS’ HORIZON

Syntagma Piano Duo

Carolina Santiago & Francisco Martí

 

SÁBADO 17 DE Junio, 19:30 Horas.

YakkaBrass
(Ensemble de Metales)

Alejandro Pacheco Juan, trompeta; David Pérez Giménez, trompeta; José Antonio Rodríguez Vergara, trompeta; Liborio Ruiz García, trompa; Francisco José Zárate Lorente, trombón: Vicente Ibáñez Martínez, trombón y Sergio Muñoz Palao, tuba.

El XIX Ciclo “Aula de Conciertos” está organizado por la Escuela de Música de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla y la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de nuestra ciudad, y cuenta con la colaboración de Dúo-Graph, Familia Castaño, Digicol, Iberpiano, Juan Palao Peña, Autobuses Pelotón, Daemon 4, YeclaGrafic, Davó, Visual Rotulación y Frutas y verduras Hermanos Juan Ortuño. Y como en otras ediciones anteriores también cuenta con la colaboración de los medios de comunicación locales: Onda Regional de Murcia, elperiodicodeyecla.com, Teleyecla, Onda Cero Yecla, Cope Yecla, Siete Días Yecla y Ser Arco Norte.

El próximo sábado 5 de junio de 2021, se realizará, el octavo de los conciertos, programado dentro del XIX Ciclo “Aula de Conciertos” y organizado por la Escuela de Música de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla y la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de nuestra ciudad.

Esta decimonovena edición cuenta con la colaboración de Dúo-Graph, Familia Castaño, Digicol, Iberpiano, Juan Palao Peña, Autobuses Pelotón, Daemon 4, YeclaGrafic, Davó, Visual Rotulación y Frutas y Verduras Hermanos Juan Ortuño, y como en otras ediciones anteriores también cuenta con el apoyo de los medios de comunicación locales: Onda Regional de Murcia, elperiodicodeyecla.com, TeleYecla, Onda Cero Yecla, Cope Yecla, Siete Días Yecla y Ser Arco Norte.

Yecla, 2 de junio de 2021

Este nuevo concierto del Ciclo se celebrará en la Sala de Audiciones de la Escuela de Música a las 19:30 horas, con aforo limitado y reserva de sillas; y en esta ocasión consistirá en un concierto de percusión, ofrecido por los músicos yeclanos y miembros de la Banda Sinfónica AAMY, Juan Manuel Palao Pérez y Arturo Palao Rubio.

Será emitido en directo, como el resto de los conciertos de la programación de este año 2021, vía streaming a través del Canal YouTube de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla.

https://www.youtube.com/channel/UCKtttm7ckVnlm2vkHMl4-aw

Actualmente, ambos se encuentra preparando las pruebas de acceso al Conservatorio Superior en las especialidades de Percusión y Composición; y el programa que interpretarán será el siguiente:

“Estudio nº3” Nick WOUD

“Michi” Keiko ABE

“Impromptu Zeta” Andrés VALERO-CASTELLS

“Festival Songs” Eckhard KOPETZKI

“Somewhere over the Rainbow” David FRIEDMAN

“Wind Sketch” Keiko ABE

“Canned Heat” Eckhard KOPETZKI

“Blues for Gilbert” Mark GLENTWORTH

“My Dear Friend” Ney ROSAURO

Cartel del concierto

Para poder realizar estos conciertos vamos a seguir todas las pautas que nos indican desde las autoridades sanitarias:

1º. Aforo reducido.

2º. Reserva de localidad con cita previa.

3º. Itinerario diferente de entrada y de salida.

4ª. Toma de temperatura al entrar al edificio.

5ª. Se dispondrá de material de higiene y protección tanto a la entrada del edificio como en la propia Sala de Audiciones.

6º. Uso obligatorio de mascarilla durante toda la estancia en las instalaciones de la Escuela de Música, incluido en dicha Sala durante  desarrollo del concierto.

7º. Distancia de seguridad entre las sillas.

Debido a la limitación de la ocupación de la sala de audiciones, que estará sujeta a las indicaciones de las autoridades sanitarias, se deberá de reservar (hasta completar el aforo),  en la Conserjería de la Escuela de Música en horario de 16:30 a 20:30 horas.

Un poco más sobre ellos:

Juan Manuel Palao Pérez. Nace en Yecla en 2001. A la edad de 8 años comenzó sus estudios de Percusión en la Escuela de Música de la AAMY con el profesor Antonio Lajara y de Lenguaje Musical con Conchi Chinchilla y, posteriormente, con Isabel Rico.

Más tarde, en 2016 ingresó en el Conservatorio Profesional de Música «Julián Santos» de Jumilla, donde continuó especializándose en Percusión con Jesús González. Ese mismo año, pasó a formar parte de la Banda de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla, con la que ha tenido la oportunidad de tocar en distintos lugares como en Coslada (Madrid), la Escuela Superior de Arte Dramático de Málaga, el Auditorio «Víctor Villegas» de Murcia y en el WMC Contest de Kerkrade (Holanda). En el mes de julio de 2016, ganó el Tercer Premio en el Concurso Internacional de Percusión «Percufest». Dos años después, participó en el Concurso «Jóvenes Intérpretes» de Molina de Segura, quedando Finalista.

Ha realizado cursos de perfeccionamiento musical con artistas de renombre internacional como Eric Sammut (Francia), Nicolas Martynciow (Francia), Roland Dénes (Hungría), Marinus Komst (Holanda) y Bence Major (Holanda); y nacionales como Carolina Alcaraz, Antonio Sola, Rafa Mayans, Adrián García, Rafa Navarro, Josep Furió, Paco Díaz, Verónica Cagigao, entre otros.

En su faceta compositiva, recibe clases de Composición con Juan García y de Orquestación e Instrumentación con Diego Corraliza. Ha compuesto obras para distintas formaciones como solista, grupo de cámara o banda sinfónica. En el año 2020, es galardonado con el Segundo Premio en la tercera edición del Concurso «Jóvenes Compositores de la Región de Murcia», con su obra para saxofón y piano «Impresiones sobre una vida pasada».

Actualmente, se encuentra preparando las pruebas de acceso al Conservatorio Superior para continuar con sus estudios de Composición.

Arturo Palao Rubio. Nace en Yecla  en 1999. A la edad de 10 comienza sus estudios de percusión en la Escuela de Música de la AAMY con Antonio Lajara Marco y de lenguaje Musical Antonia M. López.

En 2015 ingresa en el Conservatorio Profesional de Música de Música de «Julián Santos» de Jumilla, donde recibe clases de Jesús González Pastor. Ese mismo año pasa a formar parte de la Banda Sinfónica de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla, teniendo la oportunidad de tocar en lugares como Coslada, Málaga o en el WMC Contest de Kerkrade, entre otros.

En cuanto a música moderna, ha tocado por gran parte del territorio nacional con la banda Metallica Tributo. Además, tiene la oportunidad de participar en musicales como «Jesucristo Superstar» y «El Fantasma de la Ópera» en el teatro Calderón de Alcoy.

“Summertime and the livin’ is easy, fish are jumpin’ and the cotton is high…”

Tenía unos catorce años la primera vez que escuché la versión que Janis Joplin hizo del Summertime de George Gershwin.

Recuerdo que me invadió una sensación extraña, me suele pasar cuando descubro algo que me emociona, una especie de taquicardia que hace que mi cerebro bulla dentro de mi cráneo y mi corazón palpite.

La voz rasgada y doliente de Janis Joplin cambió mi vida para siempre.

3 junio, 2021 Escrito por diapason

Parece un tópico, pero en mi caso es completamente cierto, la música cambió mi manera de percibir la realidad y se transformó en el hilo conductor que ha guiado mis pasos de una u otra manera a través de los años.

Mi adolescencia estuvo marcada por artistas de los 60s y 70s, que me hicieron conocer la buena música, las letras salvajes y despertaron en mí un amor exacerbado por las guitarras eléctricas del que Jimi Hendrix es el único y exclusivo culpable.

La pasión y el fuego que surgían de la guitarra de Hendrix me transformaron en ferviente devota del rock &roll y comprendí que debía ampliar mis horizontes musicales más allá de los artistas y grupos de mi generación.

Led Zeppelin, Pink Floyd, The Rolling Stones… fueron la banda sonora de mi primera juventud, pero The Beatles se transformaron, desde el primer momento, en mi grupo de cabecera, y de entre ellos, sin duda, yo siempre estuve en el equipo de John.

Sus letras, su espíritu luchador, su amor por Yoko Ono…inclinaron la balanza de mi beatlemanía hacía Lennon, aunque George Harrison tenía casi la mitad de mi corazoncito de fan.

Con el transcurso de los años fui creciendo y transformándome, y allí fue donde me encontré con él, con mi amado poeta James Douglas Morrison, descubrí un lugar donde sus versos se abrieron paso a través de mí y me volaron la tapa de los sesos.

Janis, Jimi, Jim y John, cuatro iconos de la música moderna, cuatro artistas que para mí han sido cuatro pilares indiscutibles en la formación de mi personalidad artística, y que representan la esencia del arte, en la gran amplitud de la palabra. Seres sensibles (tal vez demasiado) que desnudaban su alma y que hacían participe de sus sentimientos a todo aquel que se acercase a su obra.

A lo largo de los años han caído en mis manos algunas biografías de estos artistas cuya lectura me ha demostrado que tenían mucho más en común que su amor por el Johnny Walker.

Todos pertenecían a familias que no se correspondían con el estándar de la época, o habían sufrido problemas de aceptación durante su infancia y adolescencia, vivencias que les marcaron desde el principio y se verían reflejadas en sus letras, en su forma de cantar y de desgranar su dolor sobre un escenario.

Janis Joplin creció en medio de un fervor religioso que no compartía en absoluto, su familia pertenecía a una especie de secta religiosa denominada Iglesia de Cristo, un movimiento religioso que tiene por objeto restaurar la Iglesia tal como se muestra en el Nuevo Testamento de la Biblia.

Su adolescencia fue dura, nació en Port Arthur, Texas, una comunidad en la que la segregación racial tenía profundas raíces. Sufrió las burlas de sus compañeros por no seguir la norma, le gustaba leer, pintaba, tocaba el autoharp y sobre todo no odiaba a los negros.

Fue a la Universidad de Texas, donde las bromas de otros estudiantes sobre su aspecto físico eran continuas (incluso la llegaron a inscribir en el concurso “El hombre más feo de todos los campus”) Viajó a Los Ángeles, comenzó a cantar en bares, y, aunque volvió brevemente a su hogar en busca de una estabilidad que no encontró terminó regresando a California.

Su imagen como cantante comenzó a crecer y a partir de ahí todo es historia de la música

El maltrato psicológico al que se enfrentó, incluso fuera de su comunidad, marcaría la vorágine autodestructiva y adictiva en la que la cantante desarrolló su carrera y su inmensa voz.

Siempre que veo la grabación de alguna de sus actuaciones entreveo la tristeza en sus ojos, como el vaho que empaña una ventana y se me nubla un poco el corazón.

Jimi Hendrix, un negro en mitad de una época convulsa, racista, ultraconservadora y llena de cambios, que nunca conoció un hogar convencional.

Nació en Seattle, hijo de un matrimonio que pasaba más tiempo separado que junto y en el que ambos tenían problemas con el alcohol, fue el primero de cinco hermanos, los tres más pequeños fueron dados en adopción por sus padres.

La familia se mudaba con frecuencia y a veces se quedaban en hoteles baratos o apartamentos de la zona de Seattle. Solían llevar a Hendrix a Vancouver para quedarse con su abuela.

Jimi era un niño sensible y tímido y se vio muy afectado por sus experiencias familiares que marcarían su adolescencia y juventud.

Cuando le arrestaron por segunda vez en un coche robado, le ofrecieron el trato habitual: cárcel o alistarse en el Ejército. Jimi no tenía madera de militar y consiguió salir del Ejército.

Se mudó a Nueva York y allí fusionó el mundo de la cultura negra, del blues Little Richard y Solomon Burke, con sus influencias provenientes de su admiración por Dylan o Eric Clapton, y ahí el mundo de la música cambió tal y como era conocido hasta el momento.

Su adicción a los barbitúricos, y puede que la tristeza infinita, lo llevaron a la muerte.

Jim Morrison también se vio afectado por la vida militar, pero en su caso debido a que su padre George Stephen Morrison fue almirante del primer navío nuclear del ejército de EEUU.

Los continuos cambios de residencia y este tipo de vida sin apego a lugares o personas, caló profundamente en su forma de ser y provocó que gestase un carácter rebelde y desafiante hacia la autoridad, y también un espíritu crítico con el cual se cuestionaba absolutamente todo.

En una ocasión llegó a decir que su familia había muerto en un accidente de tráfico, cosa que no era en absoluto cierta y que puede que fuese una muestra de lo “huérfano” y solo que se sentía

Jim era persona tremendamente culta y un empedernido lector de poesía, un amante de los Poetas Malditos y un excelente escritor, que deseaba ser Rimbaud, y que tuvo que conformarse con ser una rockstar, cosa que detestaba, y que lo empujó hacía los límites en incontable número de ocasiones.

Cambió de aspecto, engordó deliberadamente e intentó acabar con ese “sex simbol” en que los medios lo habían transformado, para que la gente se centrase en sus letras, en sus poemas, pero sus propios fantasmas lo atraparon y se lo llevaron consigo al otro lado en un antro de París.

Lennon, John Winston Lennon, el más fabuloso de los Fab Four, tampoco se queda atrás…

Se crio con su tía Mimi y su marido George Smith, su madre Julia (John llamaría a su primer hijo Julian en honor a ella) lo dejó al cargo de su hermana puesto que su situación tanto personal como económica era bastante precaria.

El padre de Lennon, Alfred, era un marino mercante que tuvo que ejercer como soldado en la II Guerra Mundial. Fue bastante díscolo y estuvo siempre ausente, dejó de enviar dinero a su hijo y a Julia, y esta se vio abocada a dejar a su hijo en manos de Mimi.

Así pues, John Lennon nunca tuvo la sensación de tener una “verdadera” familia y eso hizo de él un joven contestatario e irreverente, en sus propias palabras: “Yo era un alborotador. Sabían que no iba a ser un conformista y que influenciaría a sus hijos, que es lo que luego sucedió realmente. Hice todo lo posible por causar problemas en la casa de los amigos que tuve, en parte por envidia, porque yo no tenía eso que llaman hogar. Aunque en realidad lo tenía…”.

Sus años en el Liverpool College of Art estuvieron llenos de afrentas a los profesores que acabaron con su expulsión antes del último año.

Más tarde, en 1960, comenzó a tocar en Hamburgo con la primera formación de The Beatles (Pete Best en lugar de Ringo y Stuart Sutcliff al bajo) y a partir de ahí dio rienda suelta a su creatividad, contando a través de sus canciones sus traumas, sus anhelos y su compromiso con la paz y la justicia, hasta que en 1980 un loco llamado M.D. Chapman decidió acabar con su vida disparándole cinco tiros, de los cuales cuatro le dieron de lleno.

He tratado de exponer como estos cuatro artistas no lo tuvieron precisamente fácil en la primera etapa de sus vidas, como fueron víctimas de sus circunstancias y más tarde de sí mismos.

He reflexionado muchas veces sobre esto y me he planteado sí tal vez, es el sufrimiento y el dolor lo que hace al artista y de esos sentimientos nace el genio creativo que trata de liberar al monstruo a través de sus letras, de sus versos, de su música o de sus cuadros, y busca una catarsis, o más bien, un fuego expiatorio donde aliviar aunque sea de una forma fugaz, todo aquello lo que atormenta.

Como diría mi admirado Jeff Buckley “Nacemos para vivir, nacemos para comprender, nacemos para llevar un patrón maldito y ser transformados por el dolor».

Así pues, descubrir como la música, el arte en general, tiene ese poder curativo que ayuda tanto al que lo crea como al que lo siente, es algo maravilloso.

Somos animales dotados con la capacidad de hacer perceptibles nuestros sentimientos y de trasladarlos a los demás y, ese don es algo que debemos cuidar y fomentar cada día.

Proteger la cultura, la música, que contiene legados tan maravillosos como los de estos cuatro artistas, es una obligación con la que todas las sociedades que se consideren desarrolladas deberían cumplir.

Para despedirme me gustaría compartir unas palabras del pintor Marcel Proust “Sólo a través del arte podemos emerger de nosotros mismos y saber lo que otros ven”.

Hasta pronto.

Conchi Silvestre

Profesora de Canto de la Escuela de Música de Yecla.

Una Cosa Rara – La música curiosa

Por Nacho Cotobal

Esos señores relegados a la última fila de la orquesta y hasta separados a veces con metacrilatos desde antes de la pandemia, que atraviesan largos y yermos pasajes de tacet armados con mazas y palos como para ir a Mordor, dispuestos a intervenir con contundencia cuando se les requiere… Si usted tiene algún problema y se los encuentra, quizá pueda contratarlos.

27 mayo, 2021 publicado en diapason

Sí, hablamos de los percusionistas, todo un arsenal de parches, láminas y cacharros varios al servicio de la emoción y el clímax musical. Ya pueden los violinistas hacer virguerías en la cuerda de sol, los clarinetistas vertiginosos arpegios o coloraturas endiabladas las sopranos que, cuando nuestros héroes deciden intervenir, puede arder Troya.

Aunque están ahí desde la época de las cavernas, durante mucho tiempo su presencia en la orquesta se limita a un par de calderos mágicos llamados timbales de los que el druida extrae su pócima sonora de dos ingredientes: agua tónica y elixir dominante. Paulatinamente se incorporarán otros artefactos como la percusión turca. A finales del siglo XVIII los compositores pusieron su mirada en Estambul, no para hacerse un injerto capilar que nadie necesitaba, ya que todo el mundo llevaba peluca, sino para adoptar bombos, platillos y triángulos como exóticos timbres que nos transportaban al palacio del Pachá Selim en El rapto en el serrallo de Mozart (1782) o daban un aire marcial a los versos de Schilller en una de las secciones de la Oda a la alegría de la Novena de Beethoven (1824).

El siglo XIX seguirá cociendo y enriqueciendo la sección con instrumentos de láminas que, gracias a su afinación determinada, alcanzarán papeles solistas: las campanas tubulares de Berlioz en la Sinfonía fantástica (1830), el xilófono de Saint-Saëns en su Danza macabra (1875), la celesta de Tchaikovsky en Harry Potter -no, perdón, en El cascanueces (1892)- …y ya, en el siglo XX, ni te cuento. La percusión es esa fiesta del ático a la que cualquiera puede entrar sin invitación, venga de China, África o el Caribe, mientras los vecinos de abajo protestan por el ruido y golpean el techo con la escoba o con el talón del arco. Se componen las primeras obras para grupos de percusión sola, como Ionisation (1929-1931) de Edgard Varèse, que utiliza nada menos que treinta y siete instrumentos para trece percusionistas, que a ver en qué ático metemos todo eso, ni en el de Rouco. Incluso los instrumentos de afinación indeterminada pueden tener prolongadas y lucidas intervenciones protagonistas dentro de la orquesta, como la del ¿cajero?, ¿cajista? …el que toca la caja en el Bolero de Ravel (1928) durante un cuarto de hora:

 

Vale, no era el Bolero, lo han descubierto. Se trata de Four organs, una obra de 1970 de Steve Reich para los cuatro órganos electrónicos que se nombran y un pobre percusionista castigado a agitar con pulso constante unas maracas que ni siquiera salen en el título. Lo llaman Minimalismo, pero es bullying musical, ¡no me fastidies, Steve! Este es un buen ejemplo de que, en esto de los papeles para percusión, es mejor calidad que cantidad y que, más allá de Varèse, Boulez y la música contemporánea, lo más habitual históricamente es que el compositor reserve ese bombo, ese gong o esos platos combinados para momentos puntuales. Y, mientras, ¡venga a contar compases! Algunas obras deben buena parte de su fama a un solo porrazo dado a tiempo, o a unos pocos. Y de esas obras va nuestro tema de hoy, comenzando con un hit que no puede faltar:

SORPRESA, SORPRESA

Acompáñame, déjate llevar, hasta el Hanover Square Rooms de Londres un 23 de marzo de 1792, porque un austriaco llamado Franz Joseph Haydn está a punto de dirigir desde el pianoforte su sinfonía número 94 para la flemática concurrencia British. Tras el primer movimiento en forma sonata -como Dios manda- suena ahora un tema simplísimo en tempo andante… la clásica frasecita de ocho compases. Y, encima, la repite pianissimo… perfecto para un ratillo de siesta, hasta que…

(Nota: como ha sido imposible encontrar ningún inglés de 1792 disponible, habrán observado que en el vídeo anterior se ha sustituido el público original por niños de primaria, no vayan diciendo luego que les engaño).

Con la llegada del inesperado acorde fortissimo de toda la orquesta, subrayado por el porrazo de timbal, más de una peluca debió de saltar por los aires dejando a la vista alguna cabeza monda y lironda, que ya hemos dicho que aún no iba nadie a lo de los injertos capilares turcos. Como buen humorista -y Haydn lo era- el compositor no repite la misma gracia y, una vez captada la atención del auditorio, el inocente tema se transforma en deliciosas variaciones. Aquí va el movimiento completo en la misma versión que ha sobresaltado a los tiernos infantes del otro vídeo (menos al del polo verde en la primera fila):

 

Como Franz Joseph Haydn era un poco el Julio Iglesias del Clasicismo, porque le llamaban “el padre de la sinfonía” y no se sabe cuántas tenía exactamente, pero más de cien, buena parte de estas composiciones fueron bautizadas con nombres como El reloj, La gallina, Los adioses, Chábeli… Así que la n.º 94 no iba a ser menos y lleva por subtítulo La sorpresa, si bien en alemán hacen spoiler y la llaman directamente “la del golpe de timbal” (Mit dem Paukenschlag). Alguien bastante cursi dijo que la sorpresa del Andante podría compararse con la que sentiría “…una hermosa pastora a quien el murmullo lejano de una cascada hubiera adormecido y se despierta sobresaltada por el disparo de un cazador” Al parecer, si la pastora no hubiera sido hermosa, habría reaccionado como el niño del polo verde.

EL DESPERTAR DE LOS MUERTOS

BERLIOZ DIRIGIENDO. Caricatura de Anton Elfinger “Cajetan”, hacia 1850.

A finales del siglo XVIII era fácil sorprender con un golpe de timbal, pero en el XIX, el siglo del Romanticismo, las pasiones desatadas y las orquestas hipertrofiadas, el público estaba ya maleao y las sorpresas sonoras tenían que ser a lo bestia. A Hector Berlioz se le llegó a caricaturizar al frente de una orquesta que disparaba con cañones, cosa que Tchaikovsky hizo de verdad en 1880, en el final de su famosa Obertura 1812:

Volvamos a Berlioz, ese malote que soñaba con ver arder un teatro repleto de rossinianos y, si dentro estaba el propio Rossini, mejor. De que el francés era un pelín exagerado no queda ninguna duda: su Réquiem (Grande messe des morts) fue estrenado el 5 de diciembre de 1837 en la iglesia de los Inválidos de París por un “discreto” grupo de 450 intérpretes entre cantantes e instrumentistas, si bien el músico había sugerido un coro ideal de 700 a 800 voces. Y ahora pensemos un momento: si Haydn con su orquesta clásica y su golpe de timbal despierta a la hermosa pastora dormida junto a la cascada, ¿qué no hará el bestia de Berlioz para resucitar a todos los muertos de la tierra y levantarlos de sus tumbas a lo George A. Romero? Porque eso es lo que se cuenta en la apocalíptica secuencia Dies Irae del Réquiem: el fin del mundo con su Juicio Universal a vivos y difuntos. Para empezar, están los ángeles trompeteros que convocan al Juicio en el Tuba Mirum. En el Réquiem de Mozart se apañan con un trombón de lo más resultón, pero Berlioz coloca cuatro grupos de metales separados en las tribunas del templo. Bien, hasta aquí no está mal pero tampoco es nuevo; ya lo hicieron siglos atrás los Gabrielli y Monteverdi en San Marcos de Venecia. Pero, ahora que tenemos a todo el público mirando para arriba, a los trompeteros, y no se entera de lo que pasa en la orquesta, llega el rock and roll: el terremoto del día de la ira en el que el mundo quedará reducido a cenizas. Y en ese cataclismo, que provocó la espantada de algunos asistentes al estreno pensando que la basílica se les caía encima (una misa de muertos en los inválidos no da mucha confianza para salir ileso, la verdad), Berlioz utiliza nada menos que 16 timbales tocados por un total de 10 timbaleros, amén de otra decena de platos, un par de bombos y cuatro tamtams.

EL PODER DE THOR

Pero si hay una obra en la que un buen porrazo acapara toda la atención y se convierte en efímero y heroico protagonista de la orquesta, esa es la sexta sinfonía, Trágica (1904), de Gustav Mahler. El austriaco usa una instrumentación bastante variada en la sección de percusión, incluyendo unos cencerros que harían las delicias de nuestra hermosa pastora amodorrada, pero la estrella es el llamado martillo de Mahler, un gran mazo de madera que debe golpear una mesa del mismo material tres veces. Como Gustav era mazo supersticioso, suprimió el tercer mazazo en la versión final de 1906, ya que, según cuenta Alma Mahler, los leñazos vienen a representar los golpes del trágico destino sobre el héroe y, al tercero, se lo carga (“lo hace caer como si fuera un árbol”), ¿Recuerdan esa película de terror en la que si decías cinco veces “Candyman” delante del espejo se aparecía Tony Todd y te enganchaba con su garfio?, pues Mahler no pasaría de la cuarta. Como el martillo no es un instrumento convencional, cada orquesta se las ingenia para crear el efecto solicitado por el sinfonista: “los golpes han de sonar breves y potentes, con una resonancia sorda, no metálica, como un golpe de hacha”. Así que cada martillo es de su padre y de su madre, como este “modelo guillotina” …

…aunque lo propio es un monumental mazo y, si se quiere dar más espectáculo, unos polvos de talco sobre la superficie a golpear para crear una nube que un amigo mío llama, no sé por qué, “efecto Guindaleta”:

En esta comparativa de seis orquestas diferentes se solapan imagen y sonido (con los lógicos desfases) hasta converger en el emocionante martillazo:

EL HOMBRE QUE NO TOCABA DEMASIADO

Para ir terminando con esta colección de golpes de efecto sinfónicos, vámonos al cine a ver una película cuyo cartel está encabezado por James Stewart y Doris Day (que aquí canta su célebre “¿Qué será, será?”), pero donde el verdadero protagonista es un señor calvo que toca los platillos. Se trata de El hombre que sabía demasiado (The man who knew too much), película estadounidense de 1956 dirigida por el gran Alfred Hitchcock, que es un remake de su propio filme rodado un par de décadas antes en su etapa británica. Gracias a François Truffaut, que entrevistó al inglés montones de veces y publicó las conversaciones en forma de libro (El cine según Hitchcock, 1974), es muy conocida esta explicación que nos viene al pelo:

«La diferencia entre el suspense y la sorpresa es muy simple (…) Nosotros estamos hablando, acaso hay una bomba debajo de esta mesa y nuestra conversación es muy anodina, no sucede nada especial y de repente: ¡bum!, explosión. El público queda sorprendido, pero antes de estarlo se le ha mostrado una escena completamente anodina, desprovista de interés. Examinemos ahora el suspense. La bomba está debajo de la mesa y el público lo sabe, probablemente porque ha visto que el anarquista la ponía. El público sabe que la bomba estallará a la una y sabe que es la una menos cuarto (hay un reloj en el decorado); la misma conversación anodina se vuelve de pronto muy interesante porque el público participa en la escena. (…) En el primer caso, se han ofrecido al público quince segundos de sorpresa en el momento de la explosión. En el segundo caso, le hemos ofrecido quince minutos de suspense.»

Pues bien, esta diferencia entre sorpresa y suspense es, precisamente, la que hay entre la sinfonía-despierta-pastoras de Haydn, con explosión precedida de una conversación anodina (el tema simple del Andante) y la obra de la que vamos a hablar a continuación, compuesta específicamente para crear tensión. Se trata de una obra sinfónico-coral titulada Storm Clouds Cantata -algo así como Cantata de las nubes de tormenta– que el australiano Arthur Benjamin escribió para la primera versión de la película (1934) y que Hitchcock recicló para su remake de 1956, arreglada por su compositor de cabecera, Bernard Herrmann (el autor de los ¡Ñi, ñi, ñi, ñi…! de la ducha en Psicosis). Hermann, que sale en la película interpretándose a sí mismo como director del concierto, alargó la cantata con más repeticiones y progresiones para aumentar la tensión. Para quien no conozca el argumento, digamos solo que esta escena que transcurre en el Royal Albert Hall de Londres es un ejemplo perfecto de suspense, ya que los espectadores conocemos que unos terroristas van a atentar contra un importante diplomático. También lo sabe la rubia (Doris Day), que llora porque han secuestrado a su hijo. Los malos están en un palco siguiendo la partitura, ya que van a matar al pez gordo de un disparo aprovechando el ¡único! platillazo de la obra. Sí, han oído bien; la cantata de las nubes tormentosas esas solo tiene un golpe de platillo. Aquí está la partitura, si no se lo creen:

En la vida real, excepto el timbalero, que tiene que estar ahí removiendo los calderos para que no se pegue la pócima, los demás percusionistas están un poco a todo, de acá para allá, con su furgoneta de construcciones y reformas en general: ahora hago un ¡plin! con el triángulo, después un ¡booom! con el bombo, luego la caja (-Ve tú, que yo ya ando malamente) ¡tra-tra!… lo que se dice un sin vivir. Pero, amigos, esto es cine, y eso de que un señor calvo tenga 176 compases de espera y se pase todo el concierto de brazos cruzados, mirando de vez en cuando los dorados címbalos, es una genialidad de Hitchcock, que crea una tensión pocas veces superada, ¡puro suspense!

CODA

El grito de Doris Day me parecía el mejor punto final para este artículo, pero luego me ha dado por pensar que lo mismo algún percusionista se molesta por poner algunos ejemplos en los que parece que no trabajan mucho. Como no quiero que eso suceda -porque no es verdad, porque tengo amigos percusionistas y porque no es conveniente hacer enfadar a gente que va por ahí con mazas y palos- pongo un último vídeo para mostrar mi admiración por el gremio y me quedo más tranquilo que el niño del polo verde. Se trata de una grabación subjetiva del percusionista estadounidense Joe Martone, que se ha puesto una cámara en la cabeza para que veamos su estresante desempeño en el foso de la orquesta durante una representación del musical West Side Story de Leonard Bernstein. Que lo disfruten y ¡hasta la próxima!

El próximo sábado 29 de mayo de 2021, se realizará, el séptimo de los conciertos, de la programación del XIX Ciclo “Aula de Conciertos” organizado por la Escuela de Música de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla y la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de nuestra ciudad.

Esta decimonovena edición cuenta con la colaboración de Dúo-Graph, Familia Castaño, Digicol, Iberpiano, Juan Palao Peña, Autobuses Pelotón, Daemon 4, YeclaGrafic, Davó, Visual Rotulación y Frutas y Verduras Hermanos Juan Ortuño, y como en otras ediciones anteriores también cuenta con el apoyo de los medios de comunicación locales: Onda Regional de Murcia, elperiodicodeyecla.com, TeleYecla, Onda Cero Yecla, Cope Yecla, Siete Días Yecla y Ser Arco Norte

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Este nuevo recital del Ciclo se celebrará en la Sala de Audiciones de la Escuela de Música a las 19:30 horas, con aforo limitado y reserva de sillas, y consistirá en un concierto de Piano interpretado por el profesor Luis Cantó Cuadrado.

Será emitido en directovía streaming a través del Canal YouTube de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla.

https://www.youtube.com/channel/UCKtttm7ckVnlm2vkHMl4-aw

Cartel del Concierto

El programa que nos ofrecerá será el siguiente:

CONCIERTO LA ARTESANÍA DEL PIANO

BOURRÉ I – II (Suite Inglesa II, BWV 807)   J.S. Bach (1685-1750)

SUITE INGLESA III (BWV 808)   J.S. Bach (1685-1750)

SONATA EN RE   Mateo Albéniz (1755-1831)

SONATA HOBXVI: 52   J. Haydn (1732-1809)

RONDEÑA Suite Iberia   Isaac Albéniz (1860-1909)

VALSEDE MÉPHISTOF   Liszt (1811-1886)

Para poder realizar estos conciertos vamos a seguir todas las pautas que nos indican desde las autoridades sanitarias:

1º. Aforo reducido.

2º. Reserva de localidad con cita previa.

3º. Itinerario diferente de entrada y de salida.

4ª. Toma de temperatura al entrar al edificio.

5ª. Se dispondrá de material de higiene y protección tanto a la entrada del edificio como en la propia Sala de Audiciones.

6º. Uso obligatorio de mascarilla durante toda la estancia en las instalaciones de la Escuela de Música, incluido en dicha Sala durante  desarrollo del concierto.

7º. Distancia de seguridad entre las sillas.

Debido a la limitación de la ocupación de la sala de audiciones, que estará sujeta a las indicaciones de las autoridades sanitarias, se deberá de reservar (hasta completar el aforo),  en la Conserjería de la Escuela de Música a partir del martes 25 de mayo en horario de 16:30 a 20:30 horas.

Un poco más sobre Luis Cantó Cuadrado:

Luis Cantó Cuadrado. Nacido el 20 de Marzo de 1995 en Caravaca de la Cruz (Murcia), comienza sus estudios musicales a la edad de 6 años de mano de su padre y profesor D. Luis V. Cantó Sánchez.

Realiza sus estudios correspondientes de Enseñanzas profesionales de piano, en el conservatorio de Caravaca de la Cruz “Leandro Martínez Romero” con el profesor D. Enrique Castiñeiras Torres.

En el periodo comprendido entre 2004 y 2021 recibe clases de la prestigiosa profesora Dña. Tamara Harutyunyán Ter-Petrossián, fiel promotora de la escuela pianística rusa.

En el año 2007 recibe “Mención interregional de piano Ruperto Chapí” de Villena (Alicante).

En el año 2007 queda finalista en el concurso “Regional Entre Cuerdas y Metales” de Cartagena (Murcia).

En el año 2013 consigue el segundo premio del concurso “Regional Entre Cuerdas y Metales” de Cartagena (Murcia). Participa en el XXXVII, XXXVIII, XXXIX, XL y XLI Curso Internacional de Música Antigua de Daroca (Zaragoza), en la especialidad de Órgano, recibiendo clases de D. José Luis González Uriol, Catedrático Emérito de Órgano y Clavicémbalo del Conservatorio Superior de Zaragoza y de Javier Artigas Pina, de Órgano y Clave del Conservatorio Superior de Música de Murcia.

En el año 2017 finaliza sus estudios de piano en el Conservatorio Superior de Música de Murcia “Manuel Massotti Littel” con el prestigioso pianista, compositor e investigador, D. Antonio Narejos.

En 2018 realiza el Máster de Investigación Musical de la Universidad de Murcia “Alfonso X El Sabio”. Así mismo ha realizado varios conciertos de órgano como solista y como organista colaborador en grupos de música antigua, participando junto al Ensemble ECOS en el Festival Internacional Murcia Tres Culturas y el Festival Internacional de Música Antigua de Sierra Espuña.

Organista de los Ministriles de San Miguel, ha participado junto a ellos en II y III Ciclo Tersiano de Caravaca de la Cruz (Murcia), así como en las I Jornadas Teresianas de Beas de Segura (Jaén).

Durante el curso 2017-2018 trabaja como profesor de piano y pianista acompañante en los conservatorios profesionales de Jumilla “Julián Santos” y de Cieza “Maestro Gómez Villa”.

Su labor de profesor de piano y pianista acompañante la sigue ejerciendo durante los cursos 2019-2020 y 2020-2021 en el Conservatorio Profesional de Caravaca “Leandro Martínez Romero”.

Actualmente compagina sus estudios de órgano en el Conservatorio Profesional de Música de Murcia bajo la tutela de D. Alfonso Sáez Docón, con su labor de profesor de piano y pianista acompañante en el Conservatorio Profesional de Cieza “Maestro Gómez Villa”.