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La iniciativa persigue mejorar la concentración, comunicación y habilidades sociales de alumnos de todas las edades y el actual centro  pasará a llamarse Escola de Música i Arts Escèniques Matilde Salvador 

Otros objetivos serán mejorar las capacidades tanto a nivel intelectual como emocional y social, desarrollar la empatía y explorar nuevas realidades a través del teatro y la música 

Prestigiosos estudios e investigaciones proporcionan argumentos para incorporar una mayor y eficaz presencia de las enseñanzas artísticas y la música en la educación. La UNESCO también constata la efectividad pedagógica de estas materias 

Tonetxo Pardiñas, presidente del Micalet, asegura que “esta iniciativa pretende aprovechar la práctica teatral en otros ámbitos para que generen un crecimiento personal y aprender jugando” 

Escola de teatre el Micalet ofrecerá también unos talleres monográficos intensivos en verano como el de Teatro Musical que desarrollará Núria Martin y el de Improvisación, dirigido por Fran Dawoud

La Societat Coral el Micalet amplía su oferta educativa y cultural con una escuela de teatro amateur en el centro de Valencia con un programa encaminado a mejorar la concentración, comunicación y habilidades sociales de los alumnos. El actual centro de enseñanzas no regladas de la entidad, que ya ha abierto la matrícula para el curso 2022-23, pasará a llamarse Escola de Música i Arts Escèniques Matilde Salvador. 

La Escola de teatre el Micalet, un proyecto innovador de la sociedad musical con el lema Aprendre jugant, implementará ejercicios y técnicas en forma de juegos escénicos para desarrollar la comunicación vital y el autoconocimiento, tanto a nivel corporal como vocal; trabajará la escucha para poder construir y trabajar en equipo, eliminará los miedos a expresarse y poder comunicarse desde una perspectiva lúdica que descarga al alumno de la responsabilidad y presión de obtener resultados rápidos.  

Otros objetivos de la iniciativa, que se plantea como un “working progress” [trabajo en progreso] continuo, serán mejorar las capacidades tanto a nivel intelectual como emocional y social, desarrollar la empatía, la capacidad de concentración y ofrecer la posibilidad de explorar nuevas realidades a través del teatro y la música que contribuyan al crecimiento personal del alumnado infantil, juvenil y adulto con cuatro programas de diversa complejidad según las edades: Iniciación, Sensibilización, Expresión y Dramatización. 

Numerosos estudios y prestigiosas investigaciones científicas justifican y proporcionan argumentos para incorporar una mayor y eficaz presencia de las enseñanzas artísticas y la música en la educación. Las recomendaciones de la UNESCO también constatan la efectividad pedagógica de estas materias y el Consejo de Estado, máximo órgano consultivo del Gobierno, aconsejaba en un dictamen que se pueda acceder a ellas en “condiciones de igualdad en todo el territorio nacional”.  

Tonetxo Pardiñas, presidente del Micalet, asegura que “esta iniciativa está dirigida a todas las edades, para aprovechar la práctica teatral en otros ámbitos que generen un crecimiento personal y aprender jugando”. Pardiñas considera que “venimos a ofrecer una oportunidad que no ofrece el sistema educativo, que no contempla, ni da a las artes escénicas y la música el lugar que les corresponde atendiendo a sus beneficios pedagógicos”.  

Transmitir valores
El curso iniciará al alumnado en la utilización del cuerpo, la voz, el espacio y el tiempo escénico para expresar y comunicar ideas, sentimientos y vivencias; promoverá la capacidad crítica y formará al alumnado como espectador cultural; y favorecerá la transmisión de valores sociales indispensables para la convivencia, la escuela activa, el diálogo constructivo y el respeto.  

Asimismo, el proyecto educativo del Micalet, que dará comienzo en octubre, propiciará el ocupar y valorar el tiempo libre de manera enriquecedora. La escuela de teatro contará con el Teatro Micalet para sus muestras fin de curso. 

Talleres y actividades
Escola de teatre el Micalet ofrecerá también unos talleres monográficos intensivos en verano como el de Teatro Musical que desarrollará Núria Martin, del 28 de junio al 11 de julio, y está dirigido a alumnos que quieran trabajar y mejorar en el canto, la danza y la interpretación. El de Improvisación, dirigido por Fran Dawoud, tiene como objetivos generar espacios respetuosos de expresión y creación, artística; impulsar las capacidades creativas, expresivas y comunicativas y fortalecer la confianza utilizando técnicas de disciplina positiva; y se llevará a cabo del 11 de julio al 22. 

El Micalet desarrolla diversas actividades en su sede como Tristornus, una muestra artística de pintura y escultura 3D en torno al turismo masivo que estará expuesta hasta el 27 de junio; acogerá una lectura de poemas de Joan Fuster en la que los participantes leerán un texto del escritor de Sueca y otro propio para celebrar el Año Fuster el 28 de junio a las 19h; y llevará a cabo Cine a la Fresca, una iniciativa cultural en la que se ofrecerán películas en valenciano en la plaza de Pilar durante el mes de julio. 

El Micalet, desde 1893
El Micalet, una sociedad musical fundada en el año 1893, fue declarada de Utilidad Pública en 1978 y se configura como un espacio de referencia por su importante actividad educativa y cultural, así como por su papel en la articulación de la sociedad civil valenciana. La entidad, sin ánimo de lucro, cuenta con la Escola de Música i Arts Escèniques Matilde Salvador, de enseñanzas no regladas, y el centro autorizado Institut Musical Giner donde se imparten estudios oficiales de Enseñanza Elemental y Profesional.  

Es miembro de la Federación de Sociedades Musicales de la Comunidad Valenciana (FSMCV), un gran movimiento asociativo al que aporta una dilatada historia y el gran patrimonio musical que atesora desde hace 129 años.

Bajo el lema ‘Lleva a una niña al teatro. Lleva a un niño al teatro’ se pone en valor el derecho de todos los niños y niñas a acceder al arte.

Se anima a todas las salas, teatros y otros espacios a programar espectáculos infantiles durante el fin de semana del 19 al 21 de marzo coincidiendo con la celebración del Día Mundial y a difundir los mensajes oficiales.

Hacemos un llamamiento a todo el sector a visibilizar de manera conjunta la importancia de las artes escénicas para la infancia y la juventud a través de las redes sociales con los hashtags #llevaunniñoalteatro #llevaaunaniñasalteatro #ASSITEJdiaMundial

El 20 de marzo se celebra internacionalmente el Día Mundial de las Artes Escénicas para la Infancia y la Juventud. Un día en el que apoyar globalmente el derecho de todos los niños y niñas al acceso al arte de manera igualitaria, especialmente, a las artes escénicas. Con motivo de este día, ASSITEJ, la Red Internacional de Artes Escénicas para la Infancia y la Juventud, lanza un mensaje internacional en el que mostrar la importancia del teatro, la danza, el circo o los títeres en la formación de los más pequeños.

‘Lleva a una niña al teatro. Lleva a un niño al teatro’ es el lema de la campaña internacional. Con ella se anima a todo el mundo a celebrar el Día Mundial llevando a un niño o niña a disfrutar de un espectáculo.

Se ha creado una página web (diamundialdelasartesescencias.es) donde centralizar todos los materiales de comunicación y donde se puede encontrar una agenda para el mes de marzo, en la que todas aquellas compañías, salas, teatros, colectivos y resto de profesionales pueden subir su programación del mes de marzo y visibilizar así la riqueza y diversidad de las artes escénicas dirigidas a niños, niñas y jóvenes. Esta debe ser una celebración conjunta donde los protagonistas sean los niños, niñas y jóvenes. Un público presente, capaz que necesita ser reivindicado.

Hacemos un llamamiento a celebrar este día de la manera más creativa e imaginativa y compartir el mensaje a través de las redes con los hashtags #llevaaunaniñaalteatro #llevaaunniñoalteatro #takeachildtotheatre

Se realizarán distintos vídeos de profesionales destacados de las artes escénicas donde dar muestra de la importancia de que niños y niñas experimenten la magia de las artes escénicas para la infancia y la juventud.

Además, se ha lanzado a la comunidad educativa un concurso de carteles en el que los estudiantes de primaria y secundaria podrán participar haciendo llegar su visión de lo que significa ir al teatro. La participación es también a través de las redes sociales bajo el hashtag #yovoyalteatro

Todos los materiales de comunicación y comunicados se traducirán a las lenguas cooficiales para compartir y difundir y se podrán encontrar en diamundialdelasartesescencias.es

Invitamos a teatros, salas, y otros espacios con programación a ofrecer “entradas suspendidas” para que durante el mes de marzo todos los espectadores que acudan a espectáculos puedan comprar entradas que se destinen el día 20 de marzo a niños y niñas en riesgo de inclusión.

Para colaborar en la difusión del Día Mundial de las Artes Escénicas para la Infancia y la Juventud sugerimos la posibilidad de realizar entrevistas o recoger testimonios de:

  • Companyia de Comediants La Baldufa, Premio Nacional de las Artes Escénicas para la Infancia y la Juventud 2020. (Compañía miembro de la Junta Directica de ASSITEJ España)
  • Eulàlia Ribera, presidenta de ASSITEJ España, Artes Escénicas para la Infancia y la Juventud
  • Yvette Hardie, presidenta de ASSITEJ.
  • Itziar Pascual, Premio Nacional de las Artes Escénicas para la Infancia y la Juventud 2019
  • Marie de Jongh. Premio Nacional de las Artes Escénicas para la Infancia y la Juventud 2018

El Día Mundial de las Artes Escénicas para la Infancia y a Juventud es una iniciativa creada en 2001 de la mano de ASSITEJ Internacional que se celebra al mismo tiempo en los más de 90 países de todo el mundo.

Hace unos días, un músico compartía una conversación mantenida con un conocido suyo, médico, cuando éste regresaba de una extenuante jornada de trabajo en un hospital público, saturado por la emergencia sanitaria del COVID-19. El músico le decía: “No sabes cuánto admiro vuestro trabajo: a diferencia de nosotros, vosotros salváis vidas”, a lo que el médico respondió: “Sin embargo, yo sí que admiro y agradezco el vuestro: muchos no podríamos aguantar estos días si no fuese porque, al final de una jornada infernal, es vuestra música la que nos hace reconciliarnos con el mundo, la que nos devuelve la fe en el futuro y la que nos permite dormir y renovar fuerzas y energía para volver a enfrentarnos a esta locura”. Y es que, incluso en el terrible contexto de esta pandemia asesina, no podemos olvidar que la cultura, las artes y la imaginación humana no se reducen a un mero ejercicio ornamental de prescindible entretenimiento: son, y han sido siempre, herramientas esenciales para nuestra supervivencia. Para los confinados, los enfermos, los sanitarios, los transportistas, las fuerzas de seguridad, los trabajadores de todas aquellas industrias consideradas hoy esenciales, y para el conjunto de la ciudadanía, la cultura es el combustible que nos permite resistir anímicamente los embates del miedo, el agotamiento y la incertidumbre y, fundamentalmente, lo que nos permite soñar con un futuro mejor.

Sin embargo, la reflexión que está totalmente ausente del tormentoso debate público de estos días es que si las artes llegan a la ciudadanía, lo hacen únicamente gracias al trabajo de multitud de personas con nombres, apellidos y familias a su cargo; profesionales que también sufren de manera evidente viendo cómo esta crisis sanitaria está desarmando día a día las endebles estructuras del sector que les da de comer. Un sector, el cultural, frágil y desprotegido, cuyos eslabones más débiles –sus pequeñas empresas sin asalariados y sus trabajadores intermitentes, sin salario fijo, sin contrato estable y huérfanos de un marco legal que contemple las especificidades de su actividad en los ámbitos laboral, tributario y de protección social– miran al futuro con una inseguridad aterradora, preguntándose cómo van a subsistir.

Los profesionales del mundo de la cultura somos perfectamente conscientes del estado de emergencia sanitaria y social que esta pandemia está provocando en nuestra sociedad. Nunca hemos querido, ni mucho menos, que se antepongan las necesidades de nuestro sector a las de ningún otro, y no lo queremos ahora que tantos se juegan valientemente la vida por la salud de los demás. Hoy, más que nunca, lo primero es indiscutiblemente lo primero. Sin embargo, lo que sí es pertinente demandar es que la cultura y sus trabajadores no sean relegados a la anécdota política, degradando a la categoría de ornamental una actividad que es socioeconómicamente estructural y -estos días especialmente- humanamente imprescindible. Por ello, es fundamental que gobierno central, comunidades autónomas y ayuntamientos asuman sus responsabilidades, actúen coordinadamente y no se queden esperando a un “día después” (sic.) que nadie puede fechar para preocuparse por quienes hacen posible que, justo ahora, en momentos de tanta fragilidad, no caigamos en la desesperación, la depresión o la locura. Si eluden hoy la urgencia de esta tarea, cuando decidan despertar, para muchas familias, para muchos proyectos culturales y para muchas pequeñas empresas y trabajadores freelance del sector, será demasiado tarde.

Hemos visto estos días a multitud de cargos políticos, cuya responsabilidad institucional es gestionar la sostenibilidad del universo cultural del país, aplaudir la generosidad de los artistas que comparten estos días su creatividad por las redes y en los balcones; hemos visto como, en sus redes sociales, recomiendan y se dejan recomendar libros, películas, exposiciones online, discos y series, e incluso les hemos leído y oído en diversos medios de comunicación alabar públicamente la importancia de la cultura en nuestras vidas. Eso está muy bien, sin duda, pero señoras y señores con responsabilidades políticas en el ámbito de la cultura: esa no es la tarea que le encomendamos los ciudadanos democráticamente. Su misión fundamental, como servidores púbicos, es garantizar que el tejido cultural no se gangrene como consecuencia de esta crisis sanitaria, tomando para ello medidas urgentes, inmediatas y dotadas de concreción presupuestaria. Las cerca de un millón de familias que en este país viven y comen directamente de las industrias culturales, más que sus aplausos, sus artículos de prensa, sus tweets y sus recomendaciones, lo que necesitan es que ustedes se pongan manos a la obra. Y, si bien es cierto que el Ministerio de Cultura ha comenzado a dar, tras semanas de preocupante inacción, las primeras señales de reconocer –¡finalmente!– que las industrias culturales de este país necesitan un tratamiento específico y una consideración en pie de igualdad con otros sectores productivos (representan un 3,2% del PIB, su aportación al VAB es del 3,4% y condicionan entre el 15%-20% de los movimientos turísticos), lo evidente es que muchas comunidades autónomas y ayuntamientos permanecen absolutamente inactivos y que, verdaderamente, aún estamos a años luz de nuestros vecinos europeos. De hecho, la mayoría de los gobiernos de nuestro entorno han tomado ya decisiones de mucho mayor calado para atajar esta crisis, dotadas de partidas presupuestarias concretas. Portugal ha liberado ya un fondo para apoyar a los muchos trabajadores de la cultura que queden –como aún ocurrirá aquí, a pesar de las tímidas medidas recientemente anunciadas– fuera de las líneas de ayuda generales, Italia destinará más de 130 millones de euros a las artes escénicas y al audiovisual, Francia revisará todas las obligaciones tributarias y de seguridad social de los trabajadores intermitentes de la cultura y destinará un fondo inicial de 20 millones a ayudas para intermitentes del mundo del libro, las artes escénicas y la música, el Arts Council de Reino Unido destinará 160 millones de libras para paliar específicamente los efectos de la crisis en el sector y el Ministerio de Cultura de la República Federal de Alemania ha anunciado un paquete de 50.000 millones de euros —sí, lo han oído bien—, para apoyar al mundo de la cultura. La Ministra de Cultura alemana, Monika Grütters, ha dotado así de contenido real a sus declaraciones, en las que afirmaba que “una sociedad democrática necesita un paisaje cultural diverso” y que “los artistas no sólo son indispensables, sino vitales, en momentos como este”, anunciando, además, un presupuesto específico para alquileres de locales culturales y la exención total de los pagos a la seguridad social para artistas y creadores freelance.

La cultura no es un lujo, pero tampoco es gratis. Como responsables de su gestión pública, ustedes no deben confundirse: trabajar para hacerla accesible y aplaudir la genuina generosidad de sus profesionales en el contexto actual no implica dar por supuesto que éstos viven del aire que desciende del Parnaso. Y algunas de las declaraciones públicas que ustedes han hecho recientemente contribuyen a crear un peligroso clima de opinión en el que se puede llegar a pensar que los artistas se autoabastecen de la belleza y del bienestar que contribuyen a crear. Nada más lejos de la realidad: las musas, si es que existen, no dan de comer y, sin embargo, las herramientas institucionales, legislativas, presupuestarias y tributarias que ustedes tienen a su disposición como gestores públicos sí pueden evitar la debacle de un sector en plena zozobra. España –representada democráticamente por sus instituciones– no puede quedarse impávida viendo cómo naufraga el futuro de aquellos que nos permiten emocionarnos y reecontrarnos con la verdadera esencia de nuestra humanidad, alimentando nuestra imaginación y nuestra capacidad de soñar. Como responsables institucionales del tejido cultural, escuchen y sigan las recomendaciones de los profesionales, reúnanse con sus homólogos europeos y estudien la aplicación de sus propuestas, habiliten espacios de colaboración institucional entre los diferentes niveles de la administración y profundicen en su acción, tomando medidas más valientes, de auténtico calado estructural. Transformen las palabras en hechos. Las crisis hacen emerger a los verdaderos líderes y retratan a quienes decidieron esconderse ante la adversidad. Ejerzan pues su liderazgo en el ámbito cultural, que es, en democracia, el liderazgo que los ciudadanos les hemos encomendado, y no defrauden nuestra confianza e hipotequen el futuro de toda la ciudadanía. Porque una sociedad que no cuida su cultura, abandonando a su suerte a quienes la producen, es una sociedad abocada al oscuro abismo de la barbarie. Y la democracia no resistirá semejante cataclismo.

Relación de firmantes por áreas de los Premios Nacionales de Cultura

PREMIOS NACIONALES FIRMANTES

Daniel Abreu (Danza, 2014)
Joaquín Achúcarro (Música-Interpretación, 1992)
José Luis Alcaine (Cinematografía, 1989)
Carlos Álvarez (Música-Interpretación, 2003)
Alfredo Aracil (Música-Composición, 2015)
Santiago Auserón (Músicas Actuales, 2011)
Ramón Barea (Teatro, 2013)
María Bayo (Música-Interpretación, 2009)
Justo Beramendi (Ensayo, 2008)
Cecilia Bercovich, Trío Arbós (Música-Interpretación, 2013)
Jonathan Brown, Cuarteto Casals (Música-Interpretación, 2006)
Jordi Buxó, Teatro Kamikaze (Teatro, 2017)
Antonio Canales (Danza, 1995)
Benet Casablancas (Música-Composición, 2013)
Antón Castro (Periodismo Cultural, 2013)
Teresa Catalán (Música-Composición, 2017)
Josep Colom (Música-Interpretación, 1998)
Alberto Corazón (Diseño, 1989)
Javier Darias (Música-Composición, 2018)
María De Alvear (Música-Composición, 2014)
Manuel De Blas (Teatro, 1992)
Suso De Toro (Narrativa, 2003)
Miguel Del Arco, Teatro Kamikaze (Teatro, 2017)
David Del Puerto (Música-Composición, 2005)
Israel Elejalde, Teatro Kamikaze (Teatro, 2017)
Jose Ramón Fernández (Literatura dramática, 2011)
Jorge Fernández Guerra (Música-Composición, 2007)
Diego Fernández Magdaleno (Música-Interpretación, 2010)
Josep María Flotats (Teatro, 1989)
Esther García (Cinematografía, 2018)
Juan Carlos Garvayo, Trío Arbós (Música-Interpretación, 2013)
Almudena Grandes (Narrativa, 2018)
Jose Luis Gómez (Teatro, 1988)
Jose Miguel Gómez, Trío Arbós (Música-Interpretación, 2013)
Manuel Gutiérrez Aragón (Cinematografía, 2005)
Aitor Hevia, Cuarteto Quiroga (Música-Interpretación, 2018)
Félix Ibarrondo (Música-Composición, 2019)
Andrés Lima (Teatro, 2019)
Elvira Lindo (Literatura infantil y juvenil, 1998)
Eduardo López Banzo, Al Ayre Español (Música-Interpretación, 2004)
Jose Manuel López-López (Música-Composición, 2000)
Diego A. Manrique (Periodismo Cultural, 2014)
Tomás Marco (Música-Composición, 1969 y 2002)
Jose Carlos Martínez (Danza, 1999)
Federico Martínez, Sax Ensemble (Música-Interpretación, 1997)
Vera Martínez-Mehner, Cuarteto Casals (Música-Interpretación, 2006)
Martirio (Músicas Actuales, 2016)
Juanjo Mena (Música-Interpretación, 2016)
Elena Mendoza (Música-Composición, 2010)
Josefina Molina (Cinematografía, 2019)
MªJosé Montiel (Música-Interpretación, 2015)
Antonio Muñoz-Molina (Narrativa 1988, 1992)
Xose Manoel Núñez-Seixas (Ensayo, 2019)
Alex Ollé, La Fura dels Baus (Teatro, 1993)
Víctor Pablo Pérez (Música-Interpretación, 1995)
Jorge Pardo (Músicas Actuales, 2015)
Marisa Paredes (Cinematografía, 1996)
Antoni Parera (Música-Composición, 2017)
Lluís Pasqual (Teatro, 1984 y 1991)
Vicky Peña (Teatro, 2009)
Javier Perianes (Música-Interpretación, 2012)
Helena Poggio, Cuarteto Quiroga (Música-Interpretación, 2018)
Asier Polo (Música-Interpretación, 2019)
Josep Pons (Música-Interpretación, 1999)
Alberto Posadas (Música-Composición, 2011)
Josep Maria Pou (Teatro, 2006)
Josep Puchades, Cuarteto Quiroga (Música-Interpretación, 2018)
Ventura Rico, Orquesta Barroca de Sevilla (Música-Interpretación, 2011)
Manuel Rivas (Narrativa, 1996)
Xesús Ron, Grupo Chévere (Teatro, 2014)
Antoni Ros Marbá (Música-Interpretación, 1989)
Cristina Rosenvinge (Músicas Actuales, 2018)
Jesús Rueda (Música-Composición, 2004)
Javier Ruibal (Músicas Actuales, 2017)
Jose Antonio Ruiz De la Cruz (Danza, 1997)
Alberto Sanjuán, Animalario (Teatro, 2005)
José María Sánchez-Verdú (Música-Composición, 2003)
Jordi Savall (Música-Interpretación*, 2014)
Julieta Serrano (Teatro, 2018)
Cibrán Sierra, Cuarteto Quiroga (Música-Interpretación, 2018)
Mauricio Sotelo (Música-Composición, 2001)
Arturo Tamayo (Música-Interpretación, 2002)
Aitor Tejada, Teatro Kamikaze (Teatro, 2017)
Abel Tomàs, Cuarteto Casals (Música-Interpretación, 2006)
Arnau Tomàs, Cuarteto Casals (Música-Interpretación, 2006)
Jesús Torres (Música-Composición, 2012)
Rosa Torres Pardo (Música-Interpretación, 2017)
Jose Luis Turina (Música-Composición, 1996)
Kiko Veneno (Músicas Actuales, 2012)
Gerardo Vera (Teatro, 1988)