Que las actuaciones públicas de las bandas de música, están prácticamente desaparecidas de la vida y de la cultura murcianas, es un hecho que, desgraciadamente estamos constatando desde el 14 de marzo pasado.

Entrevista con Antonio García Gil.
Director de la Unión Musical de Torre Pacheco.

Miércoles, 2 diciembre 2020 – Fuente: https://blogs.laverdad.es/febandasrmurcia/

Más de siete meses sin actuaciones de las cincuenta formaciones musicales de una de las Comunidades Autónomas con más nivel bandístico de España, es un déficit cultural que hemos tenido que soportar y que seguiremos soportando los aficionados todavía muchos meses.

Pero eso no es tampoco lo más importante. Por cada hora de actuación ante el público, hay diez, quince, veinte, treinta horas de ensayo y eso no ha cambiado ni siquiera durante los más duras de la pandemia.

Los directores y los músicos saben que más pronto que tarde se volverán a abrir los auditorios y las plazas públicas y la gente de nuestros pueblos volverá a disfrutar con los conciertos de las bandas y en esto de la música, pasa como en el futbol: no se puede dejar de entrenar ni dar un balón por perdido.

Pero, ¿Cómo mantener el adecuado nivel de ensayo bregando, al tiempo con las dificultades, con los cierres, con las limitaciones de horarios y sobre todo, con el miedo al contagio?

Pues lo han hecho. Cada cual con su sistema y todos con su ilusión. Podríamos traer aquí hasta medio centenar de planeas de trabajo (tantos como bandas y como directores), pero sería excesivo. Les pondremos una como ejemplo: la Unión Musical de Torre Pacheco y su director titular: Antonio García Gil, que aborda así las dificultades que plantea en este tiempo, ensayar como Dios manda

• Maestro. Vamos a empezar por el principio. Cuándo el 14 de marzo se decreta el confinamiento, ¿cuál es la primera decisión que tomas, cara a la actividad de la banda?

• Bueno, pues pocas decisiones se podían tomar en ese momento. Había que irse a casa sin más remedio y encima, con un disgusto grande, porque justo dos semanas después, teníamos un encuentro de bandas en Torre Pacheco.
Se dictaron unas cuantas pautas de trabajo en casa, repartimos mucho animo a través de las redes sociales, se realizaron una serie de acciones tutoriales a distancia y así hasta que fueron pasado las fases de la desescalada

• … Y con la desescalada, mejoraron las cosas, supongo.

• Pues sí. Después del parón del confinamiento, empezamos al trabajo presencial durante la segunda mitad de junio y el mes de julio. En ese mes y medio estuvimos haciendo lo que se llaman grupos de cámara, que son pequeños grupos o divididos por cuerdas, es decir agrupando clarinetes, metales, saxofones o percusión; grupos que nunca tenían más de diez o quince músicos y siempre guardando con el mayor rigor las medidas de seguridad. Así, con medidas llenas de ilusión, de entusiasmo y ante todo, de precaución, llegaron las vacaciones de agosto.

• Pero en septiembre llegó la segunda oleada de la pandemia, seguramente cuando a lo mejor ya estabais acariciando la posibilidad de actuar ante el público en el tradicional concierto de Santa Cecilia….

• Claro que teníamos la ilusión de poder actuar en Santa Cecilia (y, en nuestro caso, además, en las Fiestas de Torre Pacheco, que son a primeros de Octubre), pero en seguida se vió que no iba a poder ser; así es que decidimos seguir aprovechando el tiempo con el programa de ensayos, pero dando siempre la máxima prioridad a las medidas de seguridad.

Así es que, desde septiembre y hasta hoy hemos venido trabajando con la banda dividida en dos grupos estanco –o grupos burbuja, como se dice ahora- de alrededor de treinta músicos cada uno, que los cuales solo ensayan veinticinco como máximo siempre separados, e incluso en días distintos, y sin que jamás miembros de uno de los grupos participen en el otro y procurando que ni siquiera los músicos se relacionen a nivel social más allá de lo imprescindible. Así pretendemos evitar que si hubiera contagios en uno de los grupos, pudiera afectar al otro.

Además estamos ensayando siempre al aire libre, en el patio de nuestra sede aún a día de hoy, y por esa razón estamos haciendo ensayos sábados por la tarde para evitar pasar frio por las noches.

• Es evidente que vuestra prioridad ha sido mantener al mismo tiempo la actividad y la seguridad a pesar de todas las limitaciones a las que os habéis enfrentado, pero, estas mismas limitaciones, ¿han afectado al nivel de dificultad de las composiciones que habéis ensayado en estas semanas?

• A nivel artístico, por decirlo de alguna manera, ha habido que rebajar un poco la dificultad de las obras, ya que hemos tenido que elegir obras para grupos reducidos. Además y en algunos casos en las cuerdas estaban con los músicos justos, además de que en cada grupo había que acoplar a músicos de diversos niveles. Por eso digo que el nivel de las obras ha habido que bajarlo bastante respecto de antes de la pandemia.

Estamos trabajando sobre todo música de película; música pop y también música de zarzuela, con arreglos que no requieren una instrumentación muy amplia, así como música española, que a veces tampoco necesita mucha instrumentación.

• Por supuesto, para los músicos, es importante ensayar, ensayar y ensayar, de una manera callada, constante y oscura, pero el músico tampoco puede vivir sin el contacto con el público. Supongo que la Unión Musical de Torre Pacheco, también ha visto interrumpido su programa de actuaciones

• Cuando llegó pandemia nuestra banda tenía previsto un encuentro de bandas aquí, en Torre Pacheco;, un concierto en el auditorio Víctor Villegas y nuestro tradicional concierto en el Molino del Pasico.

Viendo que nada de eso era posible pensamos en realizar una actuación sin público, grabarla en el Espacio Joven ubicado en el antiguo Colegio del Rosario para distribuirla por las redes sociales, pero justamente fue la época en que los contagios se dispararon y resultaba completamente desaconsejable realizarla.

En resumen, que desde el concierto de Navidad, que interpretamos a finales del 2019, no hemos hecho nada cara al público, si exceptuamos un pequeño concierto que hicimos en nuestras instalaciones para 7RM y algún montaje de video a través de redes sociales.

Aún así me gustaría resaltar el trabajo de la Junta Directiva y sobretodo la actitud de los músicos, que sin una programación más allá del siguiente ensayo, están acudiendo de forma mayoritaria, dando un ejemplo de responsabilidad, de compromiso para con su banda, y de intentar seguir adelante con este proyecto tan bonito y enriquecedor para la sociedad de un pueblo como es su banda de música.

Desde aquí les doy las gracias a todos y les envío mi ánimo para seguir adelante con mucha ilusión en estos momentos tan difíciles.

Esto lo dice Antonio García Gil con un poco de nostalgia, pero también, de esperanza, porque su banda y todas las bandas de la Región han hecho su trabajo en unas circunstancias muy difíciles para todos y también para ellos.

JAA.

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