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Hoy, en la sección “Desde el Aula” de la Revista Diapasón, conocemos más de cerca la labor pedagógica de Pedro Ángel López Sánchez, profesor de flauta travesera en la Escuela de Música de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla.

Escrito en diapason – 16 diciembre, 2021

Esto es lo que nos ha contado:

P.- Formas parte del claustro de profesores de la Escuela de Música de Yecla desde el año 1999 impartiendo Flauta Travesera, por ello, ¿qué  destacarías de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla en cuanto a labor social, actividades y valores que transmite?

R.- Realmente considero a la Asociación parte de mi familia. No conozco otra entidad sin ánimo de lucro que realice una labor social y educativa de tanto calado hacia una población.

He conocido a muchos alumnos, músicos de la banda, directivos y personal de la Escuela, sin lugar a duda, se transmite en el ambiente la pasión por la música y la complicidad de todos ellos.

P.- ¿Qué aspectos destacarías de la Flauta Travesera en cuanto a sonido y características en general?

R.- La flauta es un instrumento solista, tanto en banda como orquesta, quizás sea uno de los factores por los que tanta gente ha optado por este instrumento. La capacidad técnica y las diferentes posibilidades sonoras son su gran atractivo.

P.- ¿Qué consejos o buenos hábitos de estudio sueles recomendar a tu alumnado?

R.- Cualquier instrumento debe ser estudiado diariamente o con una habitualidad. Aquí no vale el “atracón” de última hora. Quizás es lo justo, el que trabaja diariamente ve recompensado su esfuerzo.

Como decía T. Wye; tiempo, paciencia y trabajo inteligente.    

P.- Y en el aula, ¿cómo es el día a día en las clases y cómo sueles enfocar el trabajo con el alumnado?

R.- Les hago ver que lo más importante es el estudio en casa. Es habitual en mi trabajo visionar vídeos de partes solistas de flauta o música clásica en general. Mostrarles hasta dónde se puede llegar si hacen un estudio constante. Y no me refiero a que sean profesionales, si no a cómo se puede llegar a disfrutar tocando un instrumento.          

P.- Por último y bajo tu punto de vista, nos gustaría que citaras a grandes flautistas de diferentes estilos y nos recomendaras algunas de sus obras o interpretaciones para poder verlas en los siguientes vídeos y aprender un poco más con ellas.

R.- Destacaría a flautistas como James Galway, Patrick Gallois y Emmanuel Pahud.

Creo que son los flautistas de referencia de los últimos años y con los que he crecido escuchando.

Aquí van algunos ejemplos:

Muchas gracias Pedro por tu amabilidad y por dejarnos conocer de tu mano un poco más, este instrumento.

Cecilia O.

Colaboradora AAMY.

 

Elena Romero fue una artista, intérprete, directora y musicóloga que se comprometió con la República y lucho por la incorporación de las mujeres a la música

Fuente: https://www.lasbandasdemusica.com/ –MANOLI ARACIL – 5 de junio de 2021

Comenzamos una serie de publicaciones de quizás una historia oculta, una historia ignorada, tapada por distintos aspectos, pudieran ser ideológicos o mejor definirlos como consecuencia del contexto histórico-social. El papel de la mujer siempre ha sido secundario en cualquier aspecto cultural. Se sabe que muchas de ellas tenían que firmar con seudónimos para que sus obras fueran admiradas y no rechazadas. Estos seudónimos solían ser nombres masculinos e incluso de sus propios maridos o familiares.

Como primera protagonista tenemos a Elena Romero Barbosa, una mujer que pudo disfrutar del mundo de la música gracias a su entorno social, pues hemos de tener en cuenta que una mujer dedicada a la música como hoy en día conocemos era algo inusual. Los grupos musicales o bandas de música se centraban prácticamente en los pueblos y se enfocaban a las celebraciones populares, circunstancia que todavía lo convierte en una mayor dificultad para una mujer destinada a las labores y quehaceres del hogar.

Elena nace en Madrid en 1908, en el seno de una familia acomodada, por lo que siempre estuvo rodeada de un buen entorno cultural. Su padre era un buen periodista y a su vez diputado de las Cortes Generales. El hecho de pertenecer a una familia de buen nivel social le permitió que su educación, al igual que la de su hermana Rosario, fuera muy esmerada en la práctica de la música, especialmente con el piano, instrumento fiel dentro de estos círculos sociales.

La gran destreza de Elena le hizo desarrollarse de tal forma que a los 12 años ya realizó su primer concierto en Madrid y de esta forma pudo ser respaldada por integrantes de la alta sociedad comenzando también sus estudios de composición.

Para continuar su perfeccionamiento en el aprendizaje, se traslada a Barcelona ingresando en una de las Academias más prestigiosas, la de Frank Marshall. En aquella época, España se encontraba en una situación política complicada. Monárquicos y republicanos establecían sus diferencias y ella, influida por su profesor Salvador Barcarisse,se decanta hacia el lado republicano, chocando de esta forma con la posición de su familia, aunque su padre siempre se mantuvo en una posición neutral.

Cuando estalla la Guerra Civil Elena se encontraba en Valencia en plena actuación de conciertos en la radio, por lo que regresa a Madrid, pero sus pensamientos ideológicos le hacen regresar convirtiéndose en una gran colaboradora del Ministerio de Propaganda gracias a sus conocimientos, acompañada siempre de su profesorBarcarisse. Sus ideas republicanas engrandecen sus conciertos en los campos colectivos.

Poco antes de acabar la guerra regresa a Barcelona. La academia de Marshall había desparecido, sin embargo, permanece en esta ciudad, es entonces cuando contrae matrimonio con el revolucionario Agustín Fernández. Sus padres se encontraban en Madrid y mueren en la penuria sin poder despedirse de ellos, hecho que le acompañará el resto de su vida.

Acabada la guerra, Marshallreabre la academia y ella vuelve a retomar los estudios de violín y más profundamente de composición. Una época en la que Elena sufre grandes desgracias como la muerte de su hija y varios abortos, a lo que se le une la temible enfermedad de la época: la tuberculosis;por lo que tiene que cambiar de ambiente y clima regresando a Madrid en donde comienza una nueva etapa de su vida. En 1944 nace su primer hijo varón y tres años después el segundo.

Es en esta etapa cuando se dedica totalmente a la composición con profesores como Joaquín Turina, al cual le dedica tras su muerte “Canto a Turina”una de sus composiciones más representativas de su carrera. Posteriormente continuará los estudios con Julio Gómez.

Su gran vocación le hace avanzar mucho más en sus estudios no conformándose solamente con la composición y es entonces cuando se lanza a la dirección de la mano de Ataulfo Argenta. Comienza así toda una aventura, ya que al ser profesión exclusivamente de hombres, se convierte en la primera mujer directora de orquesta en España. Se la ha llegado a definir como una pionera que logró quebrantar la desigualdad social.

Su gran carrera continúa combinando todos sus aprendizajes: composición, interpretación pianística y dirección. Es en esta etapa cuando aparecen sus mejores composiciones, recibiendo grandes premios, una de ellas es el Ballet Títeres, otorgándole el Premio Pedrell.La BBC premia igualmente sus canciones sudafricanas y viaja hasta Alemania y Francia para grabar algunas de sus obras. Por su fama de directora es reclamada en las orquestas del momento, realizando a la vez conciertos de piano y grabaciones radiofónicas. Todo ello lo compagina como crítico musical en la revistaRitmo.

El éxito y la fama habían llegado a su vida, pero la fulminante muerte de su marido le destroza de forma emocional, además de que era su propio mánager y representante. Queda así sola al cuidado de sus dos hijos y con la impotencia de administrar su propia agenda.

Su siempre profesor Barcarisse le anima a trasladarse a París, sin embargo, la preocupación por sus hijos por trasladarse a otro país, hace que su carrera caiga en decadencia y se dedique solamente a la enseñanza.

Llegados los años 70, Elena comienza a interesarse por el vanguardismo español de la época. Estas nuevas tendencias le incitan de nuevo a componer, gracias a los encargos que María Luisa Ozaita le realiza. Esta era la directora de la Asociación de Mujeres en la Música, una asociación creada en esta década y en la que le brindan la oportunidad de realizar actos y conferencias.

La carrera de Elena vuelve a resurgir con nuevas composiciones, proyectos y continuando con sus trabajos en la enseñanza hasta que muere en 1996. Desaparece así una de las mujeres más luchadoras de un tiempo nuevo en un mundo cambiante; una mujer que como cualquier artista se enfrentó a sus adversidades, pero sin olvidar que por su condición de mujer le resultó todavía más controvertida. Su carácter rebelde y rompedor dio lugar a una mujer de gran personalidad que supo luchar sin perder en ningún momento el amor por su tierra y su familia.

Gracias a la información que hemos recogido a través de la autora Blanca Alfonso Salasen la publicación de la revistaColario, sabemos que gran parte de su obra se encuentra inédita y manuscrita, depositada casi en su totalidad en la FundaciónJuan Marchy buena parte de ella en la Asociación de Mujeres en la Música, además de algunas piezas cedidas por la familia a esta esta misma autora. También se pueden escuchar grabaciones de algunas de sus obras. Blanca Alfonsonos informa que en 2003 y sin ninguna ayuda institucional se pudo sacar a la luz con mucho esfuerzo la Integral de su obra para piano. A pesar de ello todavía queda mucho por difundir de esta gran artista.

El ejemplo de Elena Romero ha sido muy significativo en el mundo de la música, por ello se han realizado investigaciones y trabajos sobre su figura. Entre muchos de ellos, destacamos el de Pilar Suárez Guaita, valenciana afincada en Madrid, el cual llevaba como título “La musa invisible”, característica que dice mucho de esta importante figura.

Como ya hemos comentado varias veces en esta sección, dentro de este género musical existen varios tipos de pasodobles: pasacalles, zarzuelas, baile, marchas, tunas, concierto, festeros, regionales, canción, etc., cuya diferencia, además de sus características técnicas musicales, radica principalmente en el motivo u origen de su composición, para qué y porqué se compone dicha obra por parte del autor.

Escrito en diapason – 9 diciembre, 2021

El pasodoble puede ser parte de una zarzuela, incluso como ya vimos, de una ópera; puede estar pensado para ser cantado como canción, formar parte de una banda sonora, ser compuesto para desfilar en una fiesta determinada; interpretado durante los festejos taurinos, estar dedicado a una ciudad, región, comarca o a sus habitantes, costumbres y tradiciones, e incluso ser escrito para homenajear a un colectivo o a una persona en concreto.

La obra de la que vamos a hablar en este artículo es una mezcla de varios de los motivos anteriores, puesto que a su vez es una obra dedicada a una persona, escrita para homenajear a un colectivo como es una banda municipal y que se ha convertido en un pasodoble utilizado para desfilar en diferentes fiestas, especialmente en el levante español, y muy concretamente en las fiestas de Moros y Cristianos, aunque no solo en estas.

Se trata del pasodoble “Francisco Bravo”, del maestro Manuel Carrascosa, obra dedicada al músico villenense y fundador en el año 1922 de la actual Banda Municipal de Villena.

Familia Bravo-Gracia en el año 1903. Francisco Bravo y su esposa Consejo aparecen en el centro de la última fila. (Foto cedida por www.villenacuentame.com)

Este es uno de los motivos por los que hoy hablaremos de dicho pasodoble, puesto que en el próximo año se cumplirá el Centenario de la banda de la vecina localidad de Villena, pero no el único, pues este pasodoble-marcha, sin saber muy bien porqué, y de una forma no escrita, -sencillamente se ha ido tocando año tras año-, se ha convertido también, en una de las bandas sonoras tradicionales de  las Fiestas Patronales de Yecla, puesto que es interpretado de una forma natural en varios momentos importantes de dicha festividad.

Francisco Bravo Gracia, nace en Villena el 1 de noviembre de 1876. Su familia era de clase media y con cierta holgura económica, dado el trabajo artesanal del padre, que por tradición familiar eran canteros y marmolistas, pero donde no existía ningún  ambiente musical.

Inicia sus estudios de primaria en la escuela de “La Tercia”, y con 9 años de edad comienza con su enseñanza musical de la mano de su primer maestro, el aguileño, Francisco Díaz Romero, fundador en 1887 de la “Juventud Musical Villenense” con la que el joven Francisco realizó su primera actuación con el oboe durante las fiestas de 1888.

En 1892, y tras la dimisión de Díaz Romero, toma el relevo hasta el año 1898 el alcoyano Camilo Pérez Laporta, prestigioso músico y compositor. Si importante fueron las enseñanzas de Díaz Romero, el magisterio de Pérez Laporta fue fundamental para que el joven Francisco descubriera su verdadera vocación musical.

Banda “Juventud Musical Villenense” 1988.  Director: Francisco Díaz Romero. Francisco Bravo es el cuarto de la tercera fila por la izquierda. (Foto cedida por www.villenacuentame.com)

En el año 1900, tras unos años difíciles en el que a punto estuvo de desaparecer la banda, Francisco Bravo, animado por sus compañeros, y a propuesta del Ayuntamiento se hace cargo de la dirección de la banda que en aquel momento estaba integrada por 18 músicos, puesto por el que no recibiría ningún tipo de retribución durante más de 11 años.

Se casó en 1902 con la villenense Consejo Crespo Marco, que tenía estudios musicales y una bonita voz de soprano, y con la que, y para poder mantener a su familia, impartían clases de música en su propio domicilio, encargándose Consejo del solfeo; academia a la que asistían cada vez más niños, y que luego ingresaban en la banda que llegó a contar por esta época con cerca de 45 miembros.

En 1909 organiza en el Teatro del Circulo Artístico, junto al maestro José Serra Dalmau, un extraordinario homenaje en honor a Ruperto Chapí, por el éxito obtenido con el estreno de «Margarita la Tornera». Formando parte unos pocos días después en la comitiva oficial, desde Villena se desplaza a Madrid para asistir a los funerales del compositor.

A partir del año 1911 el Ayuntamiento de Villena le asignaría un sueldo de 40 pesetas, que tuvo que complementar con la enseñanza en la academia que tenía en su domicilio. Tras unos años, la falta de apoyo, de estímulos, de ilusión, hicieron que la banda fuera a menos poco a poco hasta su desaparición en 1920.

Año y medio estuvo la ciudad de Villena sin banda de música, teniendo que ser contratadas para las fiestas las de las localidades vecinas de Caudete, Sax, Benejama o Biar, hasta que, y por iniciativa del alcalde Pedro Menor García, en el año 1921 se toma la decisión de crear una banda de música formada por niños de entre 8 y 14 años, para lo que se pone al frente a Francisco Bravo.

Banda Municipal de Música de Villena en 1922 año de su fundación. Director Francisco Bravo Gracia.  (Foto cedida por www.villenacuentame.com)

Este sería sin duda el mayor reto al que se enfrentó el maestro, puesto que había que crear una nueva banda de música desde cero. En junio de 1921 se puso en marcha la academia para formar a los futuros músicos, con la ayuda de su esposa Consejo, ciento sesenta niños educandos se matricularon en la misma. El 5 de septiembre de 1922 fue la presentación oficial de la joven Banda Municipal de Villena, compuesta por 65 componentes y que el próximo año celebrará su Centenario.

Francisco Bravo Gracia, fue además de un gran docente, un excelente instrumentista, llegando a ser un virtuoso del oboe, pero tocando también con cierta desenvoltura el piano. Su labor  como compositor es menos conocida, estando actualmente la mayoría de su obra desaparecida. Se sabe que compuso bastantes pasodobles del que sólo nos ha llegado hasta hoy el titulado “Julito”, dedicado a su hijo, así como polcas, mazurcas y demás bailables de la época, y por supuesto varias marchas moras.

Falleció en Villena el 24 de noviembre de 1934.

Sus hermanos también eran músicos. Julio tocaba la trompeta, Mario el fliscorno y Silverio era percusionista, los tres llegaron a pertenecer en algún momento a las bandas que dirigió el hermano mayor.

Varios de sus hijos estudiaron música. Francisco, el mayor, tocaba la flauta y también el piano, y era además compositor. Sucedió a su padre tras su muerte por un breve tiempo como director de la Banda Municipal. Julio era pianista y maestro concertador de la «Coral Ilicitana» de Elche. Su hija Boni también tocaba el piano, aunque sólo en las veladas de la familia.

Francisco Bravo Gracía. 1930. (Foto cedida por www.villenacuentame.com)

El Ayuntamiento de Villena, como reconocimiento a toda una vida en pro de la música en la ciudad, siendo alcalde Pascasio Arenas, rotuló una calle con su nombre. Asimismo como homenaje al maestro Bravo, el buñolero Manuel Carrascosa, director durante más de 40 años de la Banda Municipal en Villena,  le dedicó un pasodoble de ritmo airoso, con el nombre de “Francisco Bravo” que fue estrenado el 5 de septiembre de 1941.

Del autor Manuel Carrascosa García, del que hablaremos con más amplitud en esta sección en próximas entregas, -puesto que fue un prolífico compositor sobre todo de música festera-, destacamos que nació en Buñol el 17 de noviembre de 1911, siendo nombrado director de la Banda Municipal de Villena en 1939, dirigiendo la misma hasta el día de su jubilación en 1978.  En el año 1965 el Ayuntamiento de Villena le concedió el Título de Hijo Adoptivo de la ciudad. Falleció en Villena  el 10 de mayo de 1997. Por acuerdo del Pleno Municipal sus restos mortales fueron trasladados en 2013 al  Panteón Municipal de Personas Ilustres de Villena, ubicado en el Cementerio Nuevo.

Manuel Carrascosa García. 1977. (Foto cedida por www.villenacuentame.com)

Es autor de numerosas composiciones, de las que una gran mayoría son pasodobles y marchas dedicadas en gran parte a las comparsas de Moros y Cristianos de Villena, y que son consideradas por estas como su obra oficial. De todo su catálogo vamos a destacar, por la gran resonancia que tiene en su ciudad adoptiva, el pasodoble “La Morenica”.

Y como ya dijimos al inicio de este artículo, hemos elegido el pasodoble “Francisco Bravo” por ser una obra dedicada al fundador de la Banda Municipal de Villena, agrupación que el próximo año 2022 celebrará su centenario, como un granito de arena dentro de los actos de homenaje a nuestros compañeros y amigos villeneros.

“Francisco Bravo” pasodoble. Guion del director.

Además, y coincidiendo con las fechas en las que durante más de tres siglos y medio se celebran las fiestas patronales de Yecla, puesto que como ya indicamos este pasodoble se ha convertido, por costumbre, -pues no está reflejado en ningún documento escrito-, en una de las obras que los músicos que acompañan a las Mayordomías de nuestras fiestas, interpretan durante ciertos actos del protocolo que marca las ordenanzas de las festividades en Honor a la Purísima Concepción, Patrona de Yecla.

A continuación podremos visionar un vídeo, realizado como homenaje al maestro Manuel Carrascosa, y donde se puede escuchar su pasodoble “Francisco Bravo” interpretado por la Banda Municipal de Música de Villena dirigida por Pedro Ángel López Sánchez.

Fuentes:

– Archivo Banda Municipal de Villena.

– Archivo de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla (AAMY).

– http://www.villenacuentame.com/

 

José Miguel Ibáñez Lax.

Martes, 7 de diciembre de 2021 – Auditorio Maestro Padilla

1ª PARTE

Quanto e bella …………………….…… G. Donizetti, L´elisir d´amore

O figli…Ah, la paterna mano …………..G.Verdi,Macbeth

E lucevan le stelle…………………………..G.Puccini,Tosca

Una furtiva lágrima ……………….……G. Donizetti, L´elisir d´amore

Dalla sua pace …………………………….. W.A.Mozart, Don Giovanni

Tenor, Javier Palacios

2ª PARTE

Symphony No. 5 en Mi menor Op.64……………..P.I.Tchaikovsky

1.Andante – Scherzo: Allegro con anima

2.Andante cantabile, con alcuna licenza

3.Valse: Allegro moderato con patrioso

4.Andante maestoso – Allegro vivace – Molto meno mosso

Dirigido por los 4 finalistas del I Concurso Internacional de Dirección de Orquesta “Universidad de Almería”

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Si nos acogemos a la definición más convencional de la palabra “música”: sucesión de sonidos ordenados en el tiempo (Oxford Dictionary), a priori es indudable que es una explicación correcta y categórica, pero al mismo tiempo es simplista. ¿Las experiencias musicales se completan con las emociones producidas solamente por esos sonidos? ¿No necesito ningún elemento más? ¿Sólo puedo escuchar?

Escrito en diapason – 2 diciembre, 2021

Entre los años 60 y 70 surgió un nuevo tipo de arte escénica aplicable a otras disciplinas artísticas: la performance. Dentro del ámbito musical, la performance incluye como medio de expresión los sonidos a parte del dramatismo, creando así una dependencia interdisciplinar en la que la música no se entendería sin la actuación y la actuación no se entendería sin la música. Con el paso de los años, este concepto ha ido evolucionando, creando distintas variantes como el teatro musical o la música para medios audiovisuales.

Como todos podemos saber, en esta última década ha habido un boom en el uso de las nuevas tecnologías debido a su abaratamiento y al desarrollo de una cultura audiovisual en la sociedad actual. Como consecuencia, gran parte de los compositores actuales (jóvenes y no tan jóvenes) se ven atraídos e interesados por utilizar las herramientas del humano contemporáneo para la creación de sus obras, alejándose en cierta parte del instrumento tradicional. De esta forma, resolviendo las cuestiones anteriores, tanto creador como intérprete como oyente se ven sumergidos en una experiencia artística que va más allá de lo sonoro; necesitamos una imagen, un vídeo, un espacio para poder dar sentido a la escucha. Por lo tanto, no sólo escuchamos, como diría Michel Chion, compositor francés, en su libro L’audio-vision (1993): “estamos audioviendo”.

Además, este concepto se puede llevar mucho más atrás en el tiempo sin necesidad de acogernos al arte multimedia. En otros contextos como, por ejemplo, un concierto de piano de música clásica parece una obviedad que el único elemento para conseguir el deleite sea el sonido porque este tipo de obras no necesitan ningún apoyo adicional, pero esto no es del todo cierto. Cuando escuchamos, nos vemos obligados a crear imágenes en nuestra cabeza que nos acompañan en esa sucesión de sonidos, el espacio en el que nos encontramos también es determinante para producir más o menos emoción. Por otro lado, es un factor importante la gestualidad del intérprete, que nos va a ayudar a entender mejor la dirección musical. Este concepto se describe muy bien en el libro El gesto expresivo del pianista: “La gestualidad potencia el canal de comunicación, el flujo de emociones y sensaciones que se establece entre el intérprete y el público, un proceso mágico que se puede denominar el espíritu del directo” (Albert Nieto, 2016). Por medio de las grabaciones, una canción, una obra nos produce distintas sensaciones según el lugar y el estado anímico en el que nos encontremos. Reafirmando lo anterior, no sólo estamos escuchando, estamos audioviendo. El ser humano está en constante pensamiento, necesita ver para poder escuchar y viceversa.

Por otro lado, los compositores desde aproximadamente el siglo XIX hasta la actualidad tienen la necesidad de reflejar su individualidad, con mayor o menor grado, en sus obras y, para ello, se aferran a algo más grande para determinar sus emociones personales y hacerla, en la medida de lo posible, más entendible y cercana al oyente. Es decir, buscan recursos más allá de lo sonoro, como un poema o un texto, un cuadro, una historia, una imagen o un vídeo. Por estas razones, el compositor actual ve cada vez más complicado escribir música totalmente pura, teniendo a su fácil alcance tantos recursos, elementos u otras disciplinas artísticas con las que poder coger ideas y trabajar en sus creaciones. Esto no sólo se puede referir a los compositores, todas las personas necesitamos apoyarnos en algo mayor a nosotros para evolucionar y moldar cada vez más concretamente la respuesta a quién soy yo.

Para terminar, me gustaría decir, en relación a la temática del artículo, que una de las cosas más mágicas de la composición es el de poder transmitir, mediante los sonidos ordenados en el tiempo, un mayor grado de emoción sobre los actos más mundanos, afirmando que existen. Escribir sobre algo que no suena, pero se siente.

 

Juan Manuel Palao Pérez

Empleado de la Caja de Ahorros del Sureste de España, en 1964 Antonio Gonzálvez Albertos, fue trasladado a Villena para desempeñar el puesto de Interventor en la oficina de la localidad, y pese a haber tenido una experiencia laboral muy grata en Calasparra, fue a su nuevo destino ilusionado, tanto por la categoría de la plaza, como por encontrarse dicha ciudad muy próxima a su pueblo natal, Yecla.

Escrito en diapason – 25 noviembre, 2021

Desde el inicio de sus días en Villena la familia formada por Antonio, su esposa Tomasa y sus dos hijos mayores, Juan Carlos y Mª Dolores, a los que pronto se unirían sus hermanos Pedro y Conchi, supo participar como una familia más en la sociedad villenense, asumiendo y participando de sus costumbres y de sus instituciones, de sus anhelos, sus problemas y sus satisfacciones, y lo supieron hacer sin olvidar nunca sus orígenes.

En el desarrollo de su trabajo en la Caja de Ahorros, unos periodos como Interventor, y otros como Director, Antonio tuvo ocasión de relacionarse con numerosos villeneros, pero también lo hizo como vecino de las dos fincas que habitó la familia durante su estancia en Villena en la calles Joaquín María López y General Mola (hoy calle Navarro Santafé), o en su condición de miembro de las Asociaciones de Padres de Alumnos del Colegio Salesianos, del Instituto Hermanos Amorós y de las Carmelitas (asociación de la que fue Secretario cuando se proyectó y decidió la construcción del actual colegio).

Y a otros muchos vecinos de Villena conoció en su día a día, como socio del Casino Villenense y del Círculo Agrícola Mercantil, como socio protector de la comparsa de Moros Viejos, o como miembro que fue durante varios años, del jurado de los premios que otorga la Junta Central en las fiestas de Moros y Cristianos, fiestas que vivía con tanta alegría, como devoción profesaba a la Virgen de las Virtudes, a la que en numerosas ocasiones visitaba con su mujer hasta bien poco antes de su fallecimiento.

Antonio y Tomasa durante los días de Fiestas de Villena en su domicilio de la calle José María López (Foto cedida por www.villenacuentame.com)

Antonio Gonzálvez fue un villenero más, pero nunca dejó de ser yeclano; lo fue tanto como el que más, y así lo demostró a lo largo de toda su vida. En Yecla quisieron Antonio y Tomasa que nacieran sus cuatro hijos a pesar de residir en otras poblaciones, y aquí mantuvieron siempre una vivienda donde acudían cada vez que tenían oportunidad, ya fuera en el Chicharra, en autobús o en el coche de algún pariente, y finalmente, cuando pudo ser, con vehículo propio. Antonio fue durante muchos años “yeclano ausente”, pero en realidad nunca tuvo tal condición, pues siempre estaba presente en su pueblo, cuando podía, físicamente, y cuanto no podía, con el pensamiento.

Fiestas de la Virgen 1968. Antonio Gonzálvez junto al Maestro Carrascosa, director de la Banda Municipal de Música de Villena (Foto cedida por www.villenacuentame.com)

Por eso, al tiempo que era parte de la sociedad villenera, nunca abandonó su yeclanía, participando con gran sentimiento e intensidad, entre otras, en dos de los hechos colectivos o instituciones más arraigadas en la sociedad yeclana, las Fiestas de la Virgen  y el Yeclano, C.F. Antonio fue toda su vida seguidor incondicional del Yeclano, en los buenos momentos, y en los malos también, como cantan ahora los de la peña “Curvabar”. Y fue también “tiraor” desde su más pronta juventud hasta que las fuerzas ya no le acompañaron. Desempeñó el cargo de Cronista de las Fiestas en el mandato de D. Salvador Muñoz, y fue el inspirador y promotor del acto del Beneplácito tal y como en la actualidad se desarrolla, desde que fuera instaurado por la Asociación de Mayordomos y el Excmo. Ayuntamiento siendo Presidente el Sr. Muñoz y Alcalde de la ciudad, D. Domingo Carpena.

Antonio Gonzálvez en el Acto del Benepláctio del año 2001, junto a su hijo Juan Carlos Gonzálvez (Foto archivo Juan Carlos Gonzálvez)

Pero si, junto a la Virgen del Castillo algo llevaba Antonio en el corazón, ese algo era la Escuadra de la Retaguardia “Los Luna”, Escuadra de la que por razones familiares, fue miembro refundador, y a la que dedicó muchísimo esfuerzo y trabajo y muchísimo amor, que (es justo reconocerlo y agradecerlo) fue correspondido por la Escuadra, que con el tiempo lo nombró Socio de Honor y lo distinguió con el Premio Capitán Mora, premio éste que él mismo contribuyó a crear en su día.

Día de la Bajada. 7 de diciembre de 1991 (Foto archivo Juan Carlos Gonzálvez)

Cuando sobre el año 1990, la Escuadra de “Los Luna” decidió adoptar una composición musical que pudiera sonar a su paso en los diversos desfiles de las Fiestas de la Virgen, Antonio pensó enseguida en una de esas amistades que hizo en Villena, el Maestro Carrascosa, que fue Director durante más de cuarenta años de la Banda de Música Municipal de la vecina ciudad, y autor del afamado pasodoble “La Morenica” y de muchos otros pasodobles y marchas moras dedicadas a las comparsas de Villena. Antonio Gonzálvez comentó el proyecto D. Manuel Carrascosa, que de inmediato pensó en componer un pasodoble, acaso por ser eso lo acostumbrado en las comparsas de cristianos de Villena. Sin embargo, lo que “Los Luna” buscaban no era tanto un pasodoble, como un himno al uso de los que identifican a las Escuadras de las Fiestas de la Virgen, himno que finalmente compusieron con gran acierto Juan J. Ruiz Molina y Alfonso Hernández Cutillas, autores de la música y letra, respetivamente.

Dedicatoria del Maestro Carrascosa a Antonio Gonzálvez. Diciembre 1968 (Foto cedida por www.villenacuentame.com)

La cosa no quedó ahí sin embargo, pues el Maestro Carrascosa decidió entonces dedicar a su amigo Antonio ese pasodoble que quizás tenía ya en la cabeza, pasodoble de honda inspiración yeclana en el que se pueden escuchar, enlazados con singular maestría, los sones más reconocibles de nuestro folklore.

Programa Acto Homenaje a D. José Ortuño Ortuño. Teatro Regio de Yecla. 1 de julio de 1983 (Archivo AAMY)

Este es el pasodoble “Antonio Gonzálvez”, que podemos oír y visionar el día de su estreno bajo la batuta del inolvidable Maestro, que tuvo lugar en el Teatro Concha Segura de Yecla, el 1 de julio de 1983, en un acto de homenaje al músico yeclano D. José Ortuño, y que es interpretado en numerosas ocasiones por la Banda de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla por constituir una de las piezas musicales más representativas de nuestra ciudad.

VIDEO DEL ESTRENO DEL PASODOBLE: 7 DE JULIO DE 1983

El próximo domingo 28 de noviembre a las 18:00h. se estrenará en L’Auditori de Barcelona la obra Wichahpi, para banda sinfónica, compuesta por el profesor de guitarra de nuestra escuela de música Diego Corraliza Azorín.

El estreno correrá a cargo de la Banda Municipal de Música de Barcelona dirigida por  el Maestro Salvador Brotons, reconocido internacionalmente como director y compositor de referencia.

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Wichahpi fue un encargo que el propio Brotons le hizo a Diego hace ya más de dos años y que debido a la pandemia no había podido ver la luz todavía.

Durante el concierto, además de la obra del profesor de guitarra de la Escuela de Música AAMY, podrán escucharse otras de compositores tan importantes para la historia de la música como Grofé, Rachmaninoff o Gershwin.

Diego nos cuenta que este estreno es especialmente importante para él, no sólo por la relevancia del lugar del estreno, de los intérpretes y del director, sino también porque Wichahpi está dedicada a su madre, quien llegó a tener noticia de este encargo y en cuya obra pictórica, Diego se inspiró para escribir esta pieza.

Enhorabuena Diego.

Información y reserva de entradas:

https://www.auditori.cat/es/un-americano-en-paris-21

Ha fallecido Pilar Fuentes Hernández, Catedrática  del Conservatorio Superior de Música de Valencia, profesora de Pedagogía musical  y  asesora de la Conselleria d’Educació de la Generalitat Valenciana durante los años noventa del siglo pasado.

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Una triste noticia para todos aquellos que tuvimos ocasión de conocerla y compartir con ella muchas vivencias profesionales y personales. Además una pérdida relevante. Pilar Fuentes forma parte de la historia de la educación musical valenciana por las valiosas aportaciones que realizó desde las aulas y  también desde los despachos de Campanar, 32.

Es autora de la publicación “Pedagogía y didáctica para músicos” que se convirtió en un manual imprescindible para los jóvenes estudiantes del Grado Superior del antiguo Plan 66. Pero sobre todo, asumió un gran protagonismo cuando tuvo la responsabilidad de implantar, como asesora, la reforma educativa de 1992; la conocida LOGSE.

Pilar Fuentes forma parte de una generación de músicos y técnicos que pilotaron durante años la educación musical valenciana entre los que destacaron Salvador Seguí, Pasqual Pastor, Vicente Perelló, etc. Los que eramos más jóvenes tuvimos la oportunidad de aprender con ellos y compartir la consolidación y transformación de nuestros conservatorios de música. Una aventura que hoy ya queda algo lejana pero que fue, como mínimo, apasionante.

Pilar Fuentes fué “el alma” del Decreto 151/1993 que estableció el currículo de las enseñanzas elementales y profesionales de música en la Comunitat Valencia y también de la Orden de 1994 que reguló, por primera vez, las escuelas de música valencianas. Unos textos innovadores que transformaron nuestros conservatorios, las escuelas de música y en cierta manera, a todos los que trabajabamos allí.

Además se implicó con gran enfásis en la formación del profesorado de música, visitando nuestros centros e impartiendo largas jornadas de formación a unos profesores muy voluntariosos pero con escasa formación pedagógica. Músicos formados para ser intérpretes, dedicados ahora a redactar proyectos curriculares y proyectos educativos a quienes todo aquello les “sonaba a chino mandarín”.

Menuda papeleta la de Pilar. Pero se dedicó a ello con fuerza, pasión e inteligencia, ejerciendo una espececie de sacerdocio muy acorde con su carácter castellano recio y austero. Y a pesar del reto descomunal que asumió y las reticencias que la LOGSE suscitó en aquellos años, se hizo respetar y querer.

Pilar era de un pueblo de la provincia de Valladolid. Comentaba a menudo que los valencianos eramos muy “barrocos”; ella era todo lo contrario: directa, rigurosa, honesta y sin concesiones. Pero tenía algo especial cuando fue capaz de conectar con los músicos de su generación e influir al mismo tiempo sobre todos nosotros, aquellos que cogimos el relevo en la gestión de los conservatorios valencianos y más tarde en la Conselleria d’Educació.

Era habitual en las celebraciones de Santa Cecilia organizadas en el Conservatori Professional de Torrent, donde se sentía como en su propia casa y era muy querida. Su mediación fue crucial para que lograramos la autorización del proyecto educativo “Tots músics, tots diferents”.

Además era una gran admiradora de nuestra red de sociedades musicales y sus bandas de música,  que también la apreciaban mucho.

Al final de su carrera profesional fue nombrada persona de reconocido prestigio en el Consejo Escolar Valenciano donde hizo un labor encomiable en la defensa de la educación musical. Después de muchos años retirada y víctima de una enfermedad degenerativa ha fallecido a los 80 años de edad. Como se suele decir, los músicos y los conservatorios valencianos tienen  contraida un gran deuda con ella. Comentaba con razón el director del Conservatorio de Utiel, Miguel Ángel Almonacid que Pilar marcó a toda una generación de profesores de música. Así fue.

Muchas gracias por todo. Descanse en paz.

Manuel Tomás Ludeña

La música del compositor de Amposta Lionel Beltrán-Cecilia regresa tras una parada por culpa de la pandemia en tierras Portuguesas.

El compositor de Amposta Lionel Beltrán-Cecil

Después de dos años grabando con la banda de Força aérea Portuguesa, Wikings the Legend (2019) y Wild West (2020). Este 2021 la editorial Molenaar Edition sigue su fuerte apuesta por este compositor con la grabación de dos nuevas obras, ampliando su repertorio con Blue Hörn divertimento para trompa y banda, que fue interpretado por el maestro Pedro Marinho y la fantasía épica medieval The Royal Crown.

La grabación corrió a cargo de una de las bandas más prestigiosas de todo el territorio Portugués, bajo la dirección del Major Antònio Rosado y el director/supervisor Artur Rouquina que junto con el equipo técnico de Afinaudio, Paulo e Irene que se encargaron de que cada nota del compositor fuera una realidad, para que estas dos nuevas composiciones acaben viajando por todo el mundo, de la mano de la prestigiosa editorial Holandesa Molenaar Edition.

The Royal Crown tendrá su estreno mundial el sábado 20 de Noviembre en la ciudad de Amposta, a las 20h en el auditorio de la Unión Filarmónica a cargo de la banda de esta sociedad y dirigida por el propio compositor.

“Siempre es un placer y orgullo estrenar una obra en casa, rodeado de tu gente y compañeros de banda que han realizado un excelente trabajo. Después de casi dos años de inactividad de la banda por la pandemia, hacer el primer concierto en el auditorio y que te brinden la oportunidad de poder dirigir tu propia composición es casi un sueño, con el que se reanudará la música a nuestra sociedad”.

Foto grupal

La historia de la música ha invisibilizado la presencia de las compositoras, que han compartido espacio y tiempo con los grandes artistas que conocemos en el presente.

Las mujeres no lo han tenido fácil para poder desarrollar una carrera profesional en la música, y más aún en especialidades como la composición, que se ubica en el ámbito de la creación, reservada en exclusividad para los hombres.

Escrito en diapason – 18 noviembre, 2021

Por ello, la historiografía ha borrado de los libros, o más bien ni siquiera ha escrito, la presencia de las mujeres que, gracias al contexto familiar, personal, geográfico y/o político han tenido la oportunidad y han luchado por hacerse un hueco en el espacio cultural de su existencia.  Este es el caso de la excelente compositora Marianna Von Martinez, reconocida en su época por su talento, su extraordinaria ética y su diligencia, contemporánea de Mozart, Haydn y el poeta Pietro Metastasio, que tuvo la fortuna de crecer y educarse en un ambiente ilustrado que potenció su talento y le dio alas para desarrollar una vida profesional alrededor de la música, rodeada de los artistas más reconocidos de Viena y sus visitantes.

Sonata para teclado nº 3 en La M

Nicolás Martínez, español exiliado en Nápoles tras la guerra de sucesión española se afincó en Viena en 1730, ejerciendo de maestro de ceremonias del nuncio papal. Allí se casó con Maria Theresia, de origen alemán y 24 años menor que él, con quien tuvo trece hijos, de los que seis llegaron a edad adulta y fueron educados en el pensamiento ilustrado. La quinta de estos seis era Marianna Martínez, nacida el 4 de mayo de 1744. Nacer y residir en la culta ciudad de Viena, centro del Imperio, cuna musical de Mozart, Haydn y Beethoven, fue uno de los factores que le propiciaron las posibilidades de vivir por y para la música.

Por otro lado, la residencia de Martínez constituyó una gran oportunidad para el desarrollo artístico de Marianna, pues la antigua casa Michaerlerhaus hizo coincidir en el tiempo y el espacio a Marianna, Metastasio y J. Haydn, contribuyendo al desarrollo y proyección de la compositora. La familia Martínez ocupaba el tercer piso de la Michaelerhaus, en esta misma planta, se alojó el poeta y famoso libretista Metastasio, que había sido nombrado poeta imperial.  La profunda amistad que se creó entre ambos tuvo sus consecuencias en el desarrollo de Mariana, al tomar este la decisión de ejercer el papel de mecenas y mentor de la pequeña, a la que llamaba mi Santa Cecilia. Adoptándola como un proyecto artístico, contactó con Niccolò Porpora para que le impartiera clases de canto y composición e influyó para que también contribuyeran a la educación musical de Mariana Giuseppe Bonno y Johann Adolf Hasse. Este último comentaba que la cantidad de horas que Mariana dedicaba a la composición le perjudicaba la voz en el canto por la posición de la cabeza inclinada hacia la partitura. Mariana era considerada una niña prodigio, que no se conformaba con la interpretación musical, estudiando concienzudamente para convertirse en una gran compositora. Así mismo, el compositor Joseph Haydn, instalado en el último piso de la casa de los Martínez tras ser despedido del Coro de San Esteban, contribuyó a su formación musical impartiendo clases de clave, así como de composición, a cambio de estancia y manutención. Haydn llamaba a Marianna la pequeña española y su amistad duró el resto de sus vidas.

Metastasio estuvo presente en la vida de la compositora hasta su fallecimiento, aconsejándola y apoyándola constantemente. Charles Burney describe a Martínez como el “alter idem” de Metastasio. Así mismo, Charles Burney, a su paso por Viena la describe “recibida por los asistentes con enorme respeto” y, tras pedirle la interpretación de una obra valoró “su actuación superó, en verdad, todas mis expectativas. Cantó dos arias compuestas por ella misma sobre poemas de Metastasio acompañándose al clavecín de manera juiciosa y magistral”, a lo que sigue un aprecio por su técnica al instrumento, la voz y “un dominio extraordinario del contrapunto”.

Desde el punto de vista político, la emperatriz María Teresa de Austria vivió durante los primeros 36 años de vida de Marianna y esto favoreció a la compositora, pues alentó su proyección artística dado que, para la emperatriz, una mujer no dañaba la imagen pública del reinado, lo cual favorecía su aparición en público y la posibilidad de presentar sus composiciones. De este modo, se convirtió en una joven intérprete famosa en su tiempo reconocida por la corte, siendo una de las favoritas de la emperatriz, que la reclamaba frecuentemente para actuar frente a ella. Su manera de tocar el clave fue comparada con la de C. Ph. E. Bach y su interpretación vocal y su composición era apreciada por sus difíciles saltos, su ornamentación, la imaginación melódica y su exquisito uso del contrapunto.

Como Francesca Caccini y Barbara Strozzi, se dedicó paralelamente a la interpretación y la composición.

A los 16 años compuso la Misa en Do para la Misa Mayor en el día de San Miguel, en la que fue reconocida como una de las compositoras más preparadas de su tiempo. En la década de 1760 y 1770 compuso misas, conciertos, sonatas para teclado -de las 31 que compuso sólo se han conservado tres-, arias italianas y cantatas. Destacan la Obertura en Do M, llamada sinfonía al contener tres movimientos, compuesta en 1770, de estilo galante, con algunos elementos expresivos que se pueden ubicar en el empfindsamkeit, la Cantata La Tempesta y el Miserere mei Deus, adaptación musical de salmos para coro, solistas y bajo continuo. Como era costumbre en la época, se dudaba de las capacidades creadoras de las mujeres, por lo que ciertas voces cuestionaban la capacidad de conseguir logros de una persona de esa edad y sexo, planteando que su obra era compuesta realmente por un hombre, lo cual refleja la calidad de su obra.

Obertura/Sinfonía en Do M

Colaboró con el poeta Saverio Mattei, que la buscó tras el fallecimiento de J.A. Hasse sobre 1770. Su colaboración dio de sí obras que fueron interpretadas en Nápoles en Cuaresma, como el Miserere interpretado a inicios de abril de 1772. María Carolina de Austria, reina de Nápoles, quedó encantada con Marianna. Se conservan en Nápoles la Selección de arias compuestas para el deleite de Su Majestad de Marianna Martines. Mattei decía de Martines: “metempsícoris divina nos ha dado en la señora Marianna, si se me permite decirlo de este modo, a la hermana de Moisés”. Marianna fue invitada a viajar Nápoles, mas no acudió a la tierra natal de Mattei, con lo que finalizó la colaboración entre ambos.

Su educación fue, por lo tanto, exquisita, participando de la vida artística vienesa, como las veladas musicales en la casa veraniega de los Ployer, donde compartía con personalidades como Leopold Mozart, W. A. Mozart, Haydn, Albrechtberger y Josef Weigl. Uno de sus grandes reconocimientos fue ser admitida, por unanimidad, como miembro de la Academia Filarmónica de Bolonia como miembro de honor, en 1773, con el título Accademia filarmónica Onorata, siendo citada como “su aliento genial, la nobleza de la expresión y la asombrosa precisión de sus composiciones”. Fue la primera mujer, tras 108 años de existencia de la entidad, en ser admitida, siendo reconocida como un símbolo de la superioridad alemana. La Gaceta di Bolognna escribe: “¡Y qué raro y especial honor se rinde aquí al bello sexo, que ahora cuenta entre sus miembros a una mujer a quien tantas ciudades tienen razón para envidiar!”. Marianna escribió para la Academia la adaptación del Dixit Dominus, salmo 109, ante el que la Academia expresó el asombro de la belleza, ingenio y nobleza de expresión, sin embargo, no se interpretó la obra por la renuncia de Marianna de viajar al estreno de su obra.

Retrato: Anton von Marons (pintor de la emperatriz María Teresa). El pie del cuadro indica: Maria anna Martines. Pupila de Pierto Metastasio, nacida en Viena, el cuatro día antes de las nonas de mayo, 1744, [miembro] de la Sociedad Académica Filarmónica.

Coincide en el tiempo su ingreso en la academia con el ascenso social de sus hermanos, nombrados Caballeros, lo cual la ubicó en aristocracia, pasando a llamarse Marianna Von Martinez. Otro gran reconocimiento que obtuvo fue el haber sido nombrada Doctora honoris causa por la Universidad de Pavia por su contribución al mundo de la música.

La composición, relativamente aceptada en las mujeres, abarcaba plantillas de pequeño formato como sonatas a solo, arias, o pequeñas agrupaciones de cámara, aceptándose el clave, el arpa, o la voz y rechazándose los instrumentos de viento y de la percusión y las agrupaciones de gran formato. En ese momento, el acceso al teatro -ópera- estaba vetado a las mujeres que ejercían la composición, por lo que Marianna, en su afán de escribir obras que exigen de una gran plantilla, abordó otros géneros musicales como oratorios, misas y oberturas.

En marzo de 1782 la Tonkünstler-Societät de Viena ofreció la interpretación del ambicioso Oratorio Isacco figura del Redentore, cuyo texto pertenece a Metastasio, en el Kärtnertotheater, en Viena. La plantilla reunía a una orquesta compuesta por la cuerda, oboes, flautas, fagotes, trompetas, trompas y timbales, más un coro de unas doscientas personas. El estreno estaba acompañado de la interpretación de obras de J. Haydn, W.A. Mozart, L. Beethoven y G. F. Haendl.

Otras obras de gran formato son In exitu Israel para solistas, coro y orquesta, Psalm 112 para coro y orquesta y los Tres Conciertos para clave y orquesta en Do M, en La M y en Sol M.

Tras la muerte de sus padres y el fallecimiento de Metastasio, en 1782 hubo una serie de cambios en su actividad musical. El poeta, que siempre había prestado su ayuda a la familia, contribuyendo a su ascenso social, dejó su herencia a la familia Martínez, incluyendo dinero, su clavecín y sus partituras. Con la comodidad económica que se encontraron, Marianna y su hermana convirtieron su hogar, junto a sus hermanos y ubicado en un núcleo frecuentado por la élite, en lugar de reunión para artistas de la época, con veladas semanales de gran afluencia de personalidades, que se hicieron famosas en Viena. Esto generó para ellas una importante vida social vienesa en las que participaban músicos como Mozart, Haydn y el joven Beethoven. En estas veladas Mariana, dama soltera que contaba ya con 40 años, maestra de ceremonias de los conciertos que organizaba, participaba como intérprete y tocaba frecuentemente a cuatro manos con W. A. Mozart: el tenor Michel J. Kelly, que estaba muy impresionado por la musicalidad vienesa, afirmó haber visto tocar a Mariana junto con Mozart una sonata del compositor al piano a cuatro manos.

En 1790 fundó en su casa una escuela de canto “para su entretenimiento y por amor al arte” de la que salieron grandes voces del momento. El calendario de la vida artística de Viena y Praga de 1796 menciona a Mariana “ha compuesto misas y muchas arias que están muy cerca del estilo musical de Jommelli. Es una gran ayuda para la vida musical de Viena”

Mariana falleció en Viena a los 68 años de edad, el 13 de diciembre de 1812, en su propia casa habiendo sido la compositora más prolífica en Viena, con más de doscientas obras en su haber, pero pagó caro su prudencia y el no haber salido de Viena, en un momento en que los músicos viajaban a Londres, Praga, Milán y París para proyectar y desarrollar su arte, quedando en el olvido. No ayudó su conservadurismo, su respeto por las normas del decoro de la época, y su extrema precaución en aceptar las imposiciones de su contexto social. A pesar del éxito y la calidad de sus veladas musicales, este tipo de encuentros musicales pasaron desapercibidos para la historia de la música, y, con ello, la figura de Marianna Von Martinez. Otro elemento que no pasa desapercibido es que, aunque obtuvo reconocimiento como compositora, ninguna de sus obras fue publicada en vida. Hoy en día las obras que se conservan se hallan en los archivos de Munich, Bolonia, Berlín y Viena.

Dixit Dominus

Bibliografía/Webgrafía

Beer, Anna (2019) Armonías y suaves cantos. Barcelona, Acantilado

Rice, John (2013) La música en el siglo XVIII. Madrid, Akal

Capdepón Verdú, Paulino. Mariana de Martínez https://dbe.rah.es/biografias/31966/mariana-de-martinez

Marianne von Martinez http://www.revistadeartes.com.ar/xiv-mujeres-comp.html

Mariana Martínez, una hispana en el reino de Mozart https://elpais.com/diario/2003/11/01/babelia/1067645180_850215.html

Banco de partituras https://imslp.org/wiki/Category:Martinez,_Marianne

Silvia Olivero Anarte.