Por Manuel Martín Ventura.

Te envió este email para que consideres si es de interés para dar forma en algún momento en la elaboración de la futura formación.

Uno de los procesos laborales que suelo realizar es el del calado realizado con una sierra de calar que permite lograr un borde mas pulido o una curva interna en una hoja de metal que se utiliza para adecuar o fabricar piezas, pero es clave para que el trabajo se realice con efectividad la elección de la hoja correcta, la tensión correcta, y la sujeción del mango sin realizar posiciones inadecuadas para la efectividad en el trabajo. También utilizo un bloque de cera de abejas como lubricante, pasándolo por los dientes de la sierra de calar o para calentar el metal que se va a cortar, mediante la frotación sobre la superficie a modo que cree una fina película del producto sobre el metal.

 Hemos de elegir una hoja lo bastante fina para que dos dientes o mas estén en contacto con el borde del metal que deseamos cortar.

La inserción de la hoja en la sierra de calar se realiza apoyando el mango contra el pecho colocamos en un extremo en la parte delantera de la sierra con los dientes de corte hacia nosotros insertamos la parte trasera de la hoja en la clavija unos 3 mm, mediante una ligera presión cerraremos entonces la polea de cierre y lograremos la tensión adecuada de la hoja de corte.

También existe el proceso de perforación  o de hacer agujeros. Para realizar una obertura en el centro en una hoja de metal o en una bomba nueva donde va a insertarse un desagüe nuevo, se realiza una pequeña incisión previa con un sacabocados  de punción directa. Con ello conseguiremos empezar a perforar y evitar que el taladro se deslice y roce la superficie metálica más cercana.

Utilizo el taladro siempre a una velocidad muy baja para obtener un control sobre el trabajo que estoy realizando. Para moldear el metal que pretendo adaptar en una pieza que esta corroída, uso un mazo de cuero crudo  sobre una superficie de madera o metal dándole varias veces para golpearlas en todos sus lados y por las dos caras para igualar la pieza, y si necesito realizar una pieza abombada, utilizare un bloque de acero de ahuecado, utilizando los punteros de forma que nos ayudaran para dar la forma ahuecada a la pieza que queremos colocar sobre la pieza de metal que pretendemos restaurar.

Una de las técnicas que creo que son fundamentales que conozcan los futuros estudiantes del ciclo formativo, es el proceso del temple y tratamiento de los metales, ya que servirá para fabricar sus herramientas, así como para evitar que las planchas de latón u otro metal que vamos a adaptar posean una maleabilidad idónea y aprendiendo con ello a distinguir el cambio de color del metal para trabajar con seguridad.

  La llama que templara el metal deberá ser más suave que la utilizada para soldar, por lo tanto es menos probable que oxide el metal. El tono del metal a la temperatura en que queda templado es un rojo apagado, y es el momento en el que se encuentra completamente ablandado. No debemos calentarlo más o la estructura del metal se podría dañara las llamas de temple se las denomina llama reductora y a las de soldar llama de oxidación. Si queremos soldar metales, el primer paso es que los metales estén limpios, sin rebabas, limpiado el metal alrededor de la juntura para eliminar cualquier resto de grasa u oxido, con limas, lijas etc.

Para la unión de las piezas metálicas mediante soldadura, se utiliza un fundente como ejemplo podría ser el bórax, porque evita que se forme oxido al soldar y permite la rápida fluidez de la soldadura. La soldadura se clasifica según el punto de fusión y son cinco, blanda, extra blanda, media, dura, y esmaltada.

Para soldar limpiaremos las juntas a unir, y con un pincel colocaremos el fundente por toda la juntura, calentando la pieza ligeramente sin llegar a concentrar directamente el calor sobre la juntura para que ambos lados posean una igualdad de temperaturas y posteriormente concentrar el calor  sobre la juntura y aplicaremos la cinta de soldadura que consideremos, para que fluya y una la pieza retirando inmediatamente la llama de calor del punto de la juntura.

La aplicación del fundente es muy importante, si se acumula una película de oxido en la juntura será imposible soldar, el fundente tiene una vida limitada, si le proporcionamos elevadas temperaturas, el metal fundido se deteriora rápidamente y ya no resulta efectivo para la unión de piezas. Si aplicamos poco fundente a la juntura se degradara más rápido que el metal y si aplicamos demasiado se ennegrecerá la pieza. Si calentamos la pieza aparte de la juntura, se produce una reserva de calor que reduce el tiempo necesario para que la zona con fundente alcance la temperatura de fusión. Es importante que el metal que se va a soldar alcance la temperatura necesaria antes de que lo haga la soldadura. No deberemos dirigir el calor directamente al punto de la juntura, si no que lo haremos poco a poco para que el metal obtenga una temperatura adecuada hasta dirigir la llama a las partes que deseamos soldar.

Otro procedimiento que usamos muy frecuentemente es el acabado del metal mediante los procesos de pulido. La consecución de una superficie pulida se consigue usando diversos abrasivos, cada uno de ellos debe ser más fino que el anterior , debiendo mantener los limpiametales abrasivos separados y limpiar a fondo la pieza después de cada paso, para evitar que los limpiametales más finos se contaminen con los mas bastos.