Revista Diapasón

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Ayer estuve en casa del fundidor y encargué una cadena. ¡No te alejes de mí! Una cadena. Y estuve toda la noche llorando porque me dolían las muñecas y los tobillos y, sin embargo, no la tenía puesta.”

Federico García Lorca, El público (1930).

Escrito en diapason / 27 enero, 2022

Quien conoce la música (¿contemporánea?) de los siglos XX y XXI se hará una idea aproximada de lo que puede contener este artículo. Pero, para quienes no sepan a qué me refiero, me voy a aventurar a explicar el término. Al tratar de describirlo, me dejaré muchas músicas en los márgenes e incurriré en (pretendidas) ambigüedades, pero espero no ser demasiado criticada por ello. Habrán podido imaginar, por mi precaución, que se trata de un tema no exento de polémica.

Por música contemporánea de los S. XX y S. XXI nos referimos, en un ámbito musical relativamente académico, a esa música compuesta durante estos siglos (hay quienes la sitúan especialmente a partir de la Segunda Guerra Mundial; otros a partir de 1945, fecha de la muerte del compositor Anton Webern, al que muchos consideran su precursor) y con cierta intención de vanguardia y de cambio. Habrán notado que no he querido mojarme mucho. Se hace prácticamente imposible delimitarla más porque, si por algo se caracteriza, es por la multitud de estilos, corrientes estéticas y de pensamiento, etc. que se suelen cobijar bajo este término paraguas.

Algunas de estas músicas, en ocasiones, son complejas y difíciles de entender para algunos oídos poco acostumbrados. O eso se dice. Otros, sin embargo, piensan que la música no ha de ser entendida, sino escuchada y/o vivida. Yo les voy a proponer un breve viaje por estas músicas de la mano de Lorca, poeta en el que muchos compositores relativamente recientes se han inspirado para crear sus propias obras. Si no están acostumbrados a escuchar estas músicas estoy (casi) segura de que les soprenderá. Por otra parte, quienes estén un poco más familiarizados con estas músicas, estoy (casi) segura de que les apasionará este viaje. Juzguen ustedes mismos. Allá vamos.

En 2012 el entonces director artístico del Teatro Real de Madrid, Gerard Mortier, encargó a Mauricio Sotelo (Madrid, 1961) una ópera sobre la obra El público de Lorca. Cuenta el propio Sotelo que cuando Gerard Mortier la habló de ella le dijo “amo esta obra, es una obra maravillosa, pero, sinceramente, no la entiendo. Mauricio, tú tienes la misión de revelarnos esta obra maravillosa a mí y a nuestro público”. Finalmente, Sotelo nos reveló esta obra el 25 de febrero de 2015, un año después de la muerte de Mortier, con libreto de Andrés Ibáñez y dirigida por Pablo Heras-Casado. Contó con un variado reparto en el que encontramos a Andreas Wolf, Arcángel, Jesús Méndez, Rubén Olmo, Thomas Tatz, José Antonio López, Antonio Lozano, Gun-Brit Barkmin, Erin Caves y Isabella Gaudí. La puesta en escena es de Robert Castro y la escenografía de Alexander Polzin. Musicalmente hablando, en esta obra el compositor mezcla la orquesta con sonoridades electrónicas; todo eso fusionado con el flamenco, ámbito en el que, según sus propias palabras, lleva investigando más de 25 años. Esto aparece explícitamente representado por los caballos (que simbolizan la pulsión sexual), interpretados por dos cantaores y un bailaor.

Cristóbal Halffter (Madrid, 1930), compositor al que le debemos la magnífica frase “en el arte la imaginación y la sensibilidad no basta, hace falta una técnica”, recogida en la serie documental “Imprescindibles-Cristóbal Halffter, libertad imaginada”, también compuso inspirándose en el poeta. Destacamos Elegías a la muerte de tres poetas españoles (1975), que consta de tres movimientos, el primero la elegía a Antonio Machado, el segundo a Miguel Hernández y el tercero a Federico García Lorca. En este último movimiento, de una fuerza sobrecogedora, para una enorme orquesta donde destaca la fuerza de los metales, Halffter emplea la aleatoriedad controlada, que es una manera de componer en la que el compositor realiza una propuesta más o menos abierta, dejando una parte del resultado final al azar, generalmente otorgándole ciertas licencias a los intérpretes.  Cuenta que cuando la dirigió con la Orquesta Filarmónica de Berlín y les explicaba a los intérpretes que tenían que tocar de manera independiente uno le dijo: “maestro, llevamos 250 años intentando tocar juntos y usted nos pide ahora que toquemos separados, pues nos va a costar”.

En otra obra Halffter también se inspira en algunos versos de Lorca. Esta es su segundo concierto para violonchelo No queda más que el silencio (1885). Donde los tres movimientos de los que consta la obra se titulan con versos del poeta: “I. El grito deja en el viento una sombra de ciprés”, “II. Vine a este mundo con ojos y me voy sin ellos”, “III. Si muero, dejad el balcón abierto”.

Pero no solo compositores españoles han encontrado una fuente de inspiración en Lorca. Destacan en este ámbito Luigi Nono (Venecia 1924- Venecia, 1990) y George Crumb (Charlestone 1929).

El italiano compone sus Epitafios a Federico García Lorca entre 1951 y 1953obra que consta de tres movimientos: “I. España en el corazón”, “II. Y su sangre ya viene cantando” y “III. Memento. Romance de la Guardia civil española”, está escrita para orquesta, voces solistas y coro. En el primero de ellos toma un texto de Pablo Neruda, pero en el segundo y en el tercero se basa en textos del propio Lorca. El segundo movimiento se titula con un verso del poema “Llanto por al muerte de Ignacio Sánchez Mejías” y el tercero toma el texto del poema homónimo.

George Crumb, compositor estadounidense, ha tomado en muchas ocasiones textos que reproduce explícitamente en sus obras, plasmando en estas obras, además, rasgos característicos de la música española como el uso de voces de cantaores y arabescos. Como obras más representativas en las que emplea textos del propio Federico podemos destacar: Night of the four moons (1969), Ancient voices for children (1970), Federico’s little songs for Children (1986). Obras de cámara construidas cuidando cada detalle, desde las relaciones formales, de los gestos, de los intervalos hasta las cualidades tímbricas de cada sonido y del propio texto lorquiano.

Los textos de Lorca reflejan una sensibilidad sublime y especial y eso ha sido, en términos generales, lo que los diferentes autores que se han inspirado en él han tratado de inducir a sus obras, aunque cada uno con un estilo diferente.

Esther Pérez Soriano.

Me llamo Elena Martínez Serrano y pertenezco a la banda “Asociación Amigos de la Música de Yecla” desde el 2003. Hice todos mis años de estudio en la escuela y como casi todo alumno, llegó el día en el que entré a la banda.

Escrito en diapason el 20 enero, 2022

En esa época, tenía 15 años y desde entonces aquí estoy, ¡¡ya hace casi 20 años!! y claro, durante todos estos años he ido creciendo y pasando por diferentes vivencias, pero siempre teniendo claro que, aunque ya no seguía con los estudios de mi instrumento (terminando todos los años en la escuela y primer año de conservatorio) “FLAUTA Y FLAUTIN” la banda, no me la dejaba. Está claro que pasamos por épocas en las que por el trabajo, salud u ocupaciones podemos ir más o menos a los ensayos, pero yo por mi parte, siempre he podido sacar un hueco para mi querida banda (como yo le digo).

Durante todos estos años podría contaros miles de conciertos y experiencias vividas en la banda, disfrutando de la música en diferentes lugares y sitios del mundo, pero quiero centrarme en estos últimos años en los que he tenido dos hijos que a día de hoy tienen 6 y 3 años. Con mi primer hijo estuve ensayando y yendo a todos los conciertos casi hasta el último momento antes de tenerlo. Mi último concierto fue en VALENCIA, julio del 2015, un certamen, estando embarazada de 8 meses, ahí fue mi despedida hasta que pasado un tiempo en el que ya te estabilizas con el pequeño y la familia, volví a ensayar y tocar. Con el segundo, igual, estuve ensayando hasta el último momento y… ¡¡¡¡hasta me fui embarazada a KERKRADE 2017 (Holanda)!!!!, no podía perderme esa experiencia que vivimos, que nunca se me olvidará, siempre en contacto con mi marido y mi hijo que se quedaron en España, siguiéndonos la pista por las redes . Todo esto es, gracias a Ángel (Director de la banda) que siempre que le he dicho que me la dejaba por cualquier motivo, él, me ha dado ese tiempo para poder centrarme en lo que conllevaba ese momento y enseguida estar de vuelta con las pilas recargadas, y por supuesto, GRACIAS a mi marido que es el que se queda con los peques en todos los ensayos y va a verme cuando puede a todos los conciertos.

Siempre he pensado que por ser madre y tener hijos no podía dejarme mis aficiones y por eso, mi frase favorita en la que me simboliza a la hora de seguir con mis metas es:

Si quieres, puedes y si tienes una afición en la vida y te gusta, tienes que luchar por ella y seguir disfrutándola”

Elena Martínez Serrano.

Flautista Banda Sinfónica AAMY.

¿ No os pasa que escuchas una frase…

«ERA COMO EL SOL A LA MAÑANA LUNA BLANCA EN SOLEDAD»

… Y pamm, un sin fin de imágenes inunda tu mente?

Sabemos que la música nos hace liberar en nuestro cerebelo dopamina, lo que nos hace estar enganchada a ella, el arte de mezclarla con poesía hace que nuestra mente dibuje escenas en las que nos vemos o vemos reflejadas a otras personas.

Escrito en diapason / 13 enero, 2022

Existen un sin fin de frases de canciones, que carecen de sentido propio, pero que nos hacen sentir miles de emociones a la vez.

«LUCHA DE GIGANTES CONVIERTE EL AIRE EN GAS NATURAL»
«EN LOS MAPAS ME PIERDO, POR SUS HOJAS NAVEGO»

Descomponemos palabra por palabra y nos hacemos una viñeta de nuestros propios sentimientos.

Cuando me siento feliz y enamorada me gusta escuchar canciones románticas y alegres.

«CON SOLO UNA CARICIA, ME PIERDO EN ESTE MAR»
«YO AÚN NO TE CONOZCO, Y YA TE ECHABA DE MENOS»

Pero es cuando me encuentro en esos peores momentos de la vida, desamor, estrés, rabia o simplemente bajón, cuando necesito más que nunca escuchar esas letras para poner mis pensamientos en orden.

Hay canciones, frases, sonidos o simplemente palabras que me ayudan a sobrellevar esos duros momentos.

«NO SE SECAN AL AIRE, CICATRICES DE AMOR»
«SALTE A UN VACÍO, DONDE SIGO ESTANDO EN PIE»
«DEJÓ DE SER O SERÁ, PORQUE EL DIABLO ES COMO ES JUEGA  CONTIGO AL ESCONDER»
«NO SE RESTAR, TU MITAD A MI CORAZÓN»

Utilizamos estas frases para expresarnos en redes sociales, necesitamos mostrar a los demás nuestros sentimientos, pero a la vez,  nos puede la vergüenza de hacerlo  directamente,  por lo que utilizamos estas canciones como modo de comunicación.

«RECHAZASTE SER LA FLOR PARA MI VIDA, POR SER SOLO UN PÉTALO EN LA DE ESE TIPO»
«COMO TE ATRVES A VOLVER, Y A TUS CENIZAS CONVERTIR EN FUEGO»
«TODO ARDE,SI LE APLICAS LA CHISPA ADECUADA»

Incluso los grandes compositores utilizan estas frases en sus propias composiciones.

«CANTAS, DE SOBRA SABES QUE TU ERES LA PRIMERA, Y YO QUE A SABINA LE BAILÉ MÁS DE UNA LETRA, HOY ME CUIDO EL ALMA EN LOS BRAZOS DE OTRO NOMBRE»
«Y ASI PASAN LOS DÍAS DE LUNES A VIERNES, COMO LAS GOLONDRINAS DEL POEMA DE BÉCQUER»

Por eso me ha fascinado siempre el mundo de la composición y desde mi posición de amateur, también he intentado hacer esta pequeña Magia en mis canciones.

«SUEÑO CON VOLVER, A CAMINAR DESCALZA POR TU PIEL»
«RESPIRO PROFUNDO Y CAMINO HACIA TI, MIS LATIDOS ME MARCAN EL RITMO A SEGUIR»

Nos pasamos una quinta parte de nuestra vida escuchando música, las canciones se han convertido en un modo de interacción social para el ser humano, por su facilidad de detallarnos un sin fin de información y sentimientos, nos hace estar felices, tristes, cambiar de cometido o simplemente desconectar y relajarnos.

Es por todo esto que le debemos tanto a las canciones.

Me despido de vosotros esperando haber sido capaz de contagiaros un poco de mi pasión por la composición, me encantaría saber que muchos de vosotros habéis leído estas frases en el relato y las habéis entonado cantándolas.

Solo me queda deciros:

«THE SHOW MUST GO ON»

Beatriz González Arellano.

Alumna de Canto Escuela de Música AAM Yecla.

¿Qué relación podríamos hallar entre una ópera alemana, una canción popularizada en los 50’ por Louis Armstrong (entre otros), Rubén Blades con su “Pedro Navaja” y una ópera-balada Barroca? Son casi 300 años de diferencia, pero todo gira en torno a una historia que se repite una y otra vez.

Los protagonistas de este artículo tienen distinto nombre, pero aun así todos ellos no son más que un mismo personaje a través de un largo recorrido por la historia de la música.

Escrito en diapason, 30 diciembre, 2021 

El primero que apareció fue Macheath, allá por 1728, dándose a conocer por primera vez en Londres a través de una “ópera-balada” escrita por John Gay y cuya música se atribuye a J.Ch. Pepush. La obra lleva el título de The Beggar’s Operaque se traduce como “La ópera del mendigo” o “La ópera del vagabundo”, y nos cuenta la historia de Macheath, un asaltador de caminos que trabaja para la banda de Peachum, padre de Polly, con la que Macheath se había casado en secreto. Cuando Peachum se entera, decide entregarlo a las autoridades. Macheath es arrestado y trasladado a la prisión de Newgate, donde se encuentra con Lucy, hija del carcelero y ex-amante suya, y aunque sigue rencorosa le ayuda a escapar, pero pronto es arrestado de nuevo. Al regresar a la cárcel es condenado a muerte, y mientras Polly y Lucy suplican por el indulto, aparecen cuatro mujeres más que aseguran ser también sus esposas, a lo que Macheath responde que ante tal situación, prefiere ser ahorcado. Es entonces cuando se corta la escena (algo poco habitual en la época) y aparecen dos personajes, que ya habían aparecido al principio, diciendo que para que la ópera no se convierta en tragedia, tiene que acabar con un final feliz. Entonces se retoma la escena final y Macheath es perdonado y declara su amor a Polly.

 

Kurt Weill y Lotte Lenya.

Fue 200 años después cuando esta historia, que a priori puede parecer bastante sorprendente y “moderna” para una ópera Barroca, inspiraría a Bertolt Brecht para escribir el libreto de su ópera Die Dreigroschenoper o “La ópera de los tres peniques”, a la que Kurt Weill puso música. Y en ella encontramos la canción conocida como “Die Moritat von Mackie Messer”, algo así como la “balada de Mackie Navaja”.

La canción original, con letra en alemán, nos habla del personaje Mackie y de algunos de sus crímenes. En este enlace pueden escucharla cantada por Lotte Lenya, mujer de Kurt Weill:

Años después, Lotte Lenya grabó una versión con el famoso trompetista Louis Armstrong, pero en esta ocasión con una sonoridad mucho más jazzística y bajo el título de “Mack the Knife»:

Ella Fitzferald, Bobby Darin, Robbie Williams, Sinatra, Tony Bennet, Miguel Ríos… son otros de los numerosos artistas que han versionado la canción de Mack, pero fue el panameño Rubén Blades, junto con Willie Colon, quien la hizo más “suya”, adaptándola a sus ritmos latinos allá por 1978, convirtiendo a Mack the Knife en Pedro Navaja, haciendo a su vez que esta se convirtiera en uno de los mayores éxitos de la historia de la salsa. Observen como en la siguiente versión comienza cantando el tema de Mackie y luego lo enlaza con su “Pedro Navaja”:

 

En ella nos describe a Pedro Barrios, conocido como Pedro Navaja, (sombrero de ala ancha, largo gabán, diente de oro…) en una noche en la que se dispone a atracar y matar a una mujer prostituta, que luego descubriremos que es conocida como Josefina. Pero la historia da un giro  cuando Pedro se acerca a ella, y, tras apuñalarla, la mujer le dispara con su revólver, cayendo herido de muerte al suelo, acabando la canción con un borracho que se encuentra con los 2 cuerpos y recoge “el revólver, el puñal y los pesos” y desaparece en la noche cantando el coro de la canción…

…La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida…

Y fue precisamente con “Sorpresas”, canción que Rubén Blades estrenó en 1985, con la que nos cuenta toda una trama con nuevos personajes y una investigación policial en la que se descubre que Pedro Navaja en realidad sigue vivo (mala hierba…).

Paula Soriano Ibáñez.

Armonía

  1. f. Unión y combinación de sonidos simultáneos y diferentes, pero acordes.

  2. f. Mús. Arte de formar y enlazar los acordes.

Estas son dos de las acepciones que podemos encontrar en la RAE si buscamos el término armonía.

23 diciembre, 2021 / Escrito en diapason

Quizá no sean plenamente clarificadoras, o al menos, no nos transmitan la profunda importancia de esta palabra y el impacto que ha tenido en la música occidental, pero lo cierto es que en casi cualquier estilo musical o época en la que podamos pensar, se han aplicado y desarrollado los fundamentos de esta conjunción de sonidos convertida en disciplina con el paso de los siglos.

Cierto es que las reglas están para romperse y que gracias a este principio, los preceptos artísticos evolucionan y originan nuevas formas de expresión y/o cambios en el lenguaje que adaptan los sistemas establecidos a los gustos del momento. Pero no es menos cierto que para conseguir moldear nuestro elemento de trabajo (música, escultura, pintura, etc.) debemos entender cómo está formada esa materia prima que vamos a manipular, debemos conocer el medio en el que nos estamos moviendo.

Esto es, pues, el estudio de la armonía: no sólo es saber formar un acorde, si no saber cómo se comporta ese acorde dentro de una progresión; no sólo es saber ponerle nombre a un conjunto de sonidos, es saber cómo crear tensión con ellos para luego resolverla; no sólo es aprender unas normas que puedan parecernos, en ocasiones, anticuadas, es entender esas normas para aplicarlas o romperlas (según nos interese) y de esta manera hablar nuestro propio lenguaje. En definitiva, hablar música.

Pero ¿qué ocurre con aquellos músicos que sólo quieren tocar un instrumento y consideran que estas cuestiones teóricas están reservadas exclusivamente para los compositores?

Es innegable que a partir de la imitación, la repetición y la práctica se pueden alcanzar buenos resultados dentro de la interpretación.

¿Entonces?

Sería como recitar a Shakespeare a partir de la imitación, la repetición y la práctica, pero sin saber inglés.

Diego Corraliza Azorín.

Profesor Guitarra Escuela de Música AAMY.

Hoy, en la sección “Desde el Aula” de la Revista Diapasón, conocemos más de cerca la labor pedagógica de Pedro Ángel López Sánchez, profesor de flauta travesera en la Escuela de Música de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla.

Escrito en diapason – 16 diciembre, 2021

Esto es lo que nos ha contado:

P.- Formas parte del claustro de profesores de la Escuela de Música de Yecla desde el año 1999 impartiendo Flauta Travesera, por ello, ¿qué  destacarías de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla en cuanto a labor social, actividades y valores que transmite?

R.- Realmente considero a la Asociación parte de mi familia. No conozco otra entidad sin ánimo de lucro que realice una labor social y educativa de tanto calado hacia una población.

He conocido a muchos alumnos, músicos de la banda, directivos y personal de la Escuela, sin lugar a duda, se transmite en el ambiente la pasión por la música y la complicidad de todos ellos.

P.- ¿Qué aspectos destacarías de la Flauta Travesera en cuanto a sonido y características en general?

R.- La flauta es un instrumento solista, tanto en banda como orquesta, quizás sea uno de los factores por los que tanta gente ha optado por este instrumento. La capacidad técnica y las diferentes posibilidades sonoras son su gran atractivo.

P.- ¿Qué consejos o buenos hábitos de estudio sueles recomendar a tu alumnado?

R.- Cualquier instrumento debe ser estudiado diariamente o con una habitualidad. Aquí no vale el “atracón” de última hora. Quizás es lo justo, el que trabaja diariamente ve recompensado su esfuerzo.

Como decía T. Wye; tiempo, paciencia y trabajo inteligente.    

P.- Y en el aula, ¿cómo es el día a día en las clases y cómo sueles enfocar el trabajo con el alumnado?

R.- Les hago ver que lo más importante es el estudio en casa. Es habitual en mi trabajo visionar vídeos de partes solistas de flauta o música clásica en general. Mostrarles hasta dónde se puede llegar si hacen un estudio constante. Y no me refiero a que sean profesionales, si no a cómo se puede llegar a disfrutar tocando un instrumento.          

P.- Por último y bajo tu punto de vista, nos gustaría que citaras a grandes flautistas de diferentes estilos y nos recomendaras algunas de sus obras o interpretaciones para poder verlas en los siguientes vídeos y aprender un poco más con ellas.

R.- Destacaría a flautistas como James Galway, Patrick Gallois y Emmanuel Pahud.

Creo que son los flautistas de referencia de los últimos años y con los que he crecido escuchando.

Aquí van algunos ejemplos:

Muchas gracias Pedro por tu amabilidad y por dejarnos conocer de tu mano un poco más, este instrumento.

Cecilia O.

Colaboradora AAMY.

 

Como ya hemos comentado varias veces en esta sección, dentro de este género musical existen varios tipos de pasodobles: pasacalles, zarzuelas, baile, marchas, tunas, concierto, festeros, regionales, canción, etc., cuya diferencia, además de sus características técnicas musicales, radica principalmente en el motivo u origen de su composición, para qué y porqué se compone dicha obra por parte del autor.

Escrito en diapason – 9 diciembre, 2021

El pasodoble puede ser parte de una zarzuela, incluso como ya vimos, de una ópera; puede estar pensado para ser cantado como canción, formar parte de una banda sonora, ser compuesto para desfilar en una fiesta determinada; interpretado durante los festejos taurinos, estar dedicado a una ciudad, región, comarca o a sus habitantes, costumbres y tradiciones, e incluso ser escrito para homenajear a un colectivo o a una persona en concreto.

La obra de la que vamos a hablar en este artículo es una mezcla de varios de los motivos anteriores, puesto que a su vez es una obra dedicada a una persona, escrita para homenajear a un colectivo como es una banda municipal y que se ha convertido en un pasodoble utilizado para desfilar en diferentes fiestas, especialmente en el levante español, y muy concretamente en las fiestas de Moros y Cristianos, aunque no solo en estas.

Se trata del pasodoble “Francisco Bravo”, del maestro Manuel Carrascosa, obra dedicada al músico villenense y fundador en el año 1922 de la actual Banda Municipal de Villena.

Familia Bravo-Gracia en el año 1903. Francisco Bravo y su esposa Consejo aparecen en el centro de la última fila. (Foto cedida por www.villenacuentame.com)

Este es uno de los motivos por los que hoy hablaremos de dicho pasodoble, puesto que en el próximo año se cumplirá el Centenario de la banda de la vecina localidad de Villena, pero no el único, pues este pasodoble-marcha, sin saber muy bien porqué, y de una forma no escrita, -sencillamente se ha ido tocando año tras año-, se ha convertido también, en una de las bandas sonoras tradicionales de  las Fiestas Patronales de Yecla, puesto que es interpretado de una forma natural en varios momentos importantes de dicha festividad.

Francisco Bravo Gracia, nace en Villena el 1 de noviembre de 1876. Su familia era de clase media y con cierta holgura económica, dado el trabajo artesanal del padre, que por tradición familiar eran canteros y marmolistas, pero donde no existía ningún  ambiente musical.

Inicia sus estudios de primaria en la escuela de “La Tercia”, y con 9 años de edad comienza con su enseñanza musical de la mano de su primer maestro, el aguileño, Francisco Díaz Romero, fundador en 1887 de la “Juventud Musical Villenense” con la que el joven Francisco realizó su primera actuación con el oboe durante las fiestas de 1888.

En 1892, y tras la dimisión de Díaz Romero, toma el relevo hasta el año 1898 el alcoyano Camilo Pérez Laporta, prestigioso músico y compositor. Si importante fueron las enseñanzas de Díaz Romero, el magisterio de Pérez Laporta fue fundamental para que el joven Francisco descubriera su verdadera vocación musical.

Banda “Juventud Musical Villenense” 1988.  Director: Francisco Díaz Romero. Francisco Bravo es el cuarto de la tercera fila por la izquierda. (Foto cedida por www.villenacuentame.com)

En el año 1900, tras unos años difíciles en el que a punto estuvo de desaparecer la banda, Francisco Bravo, animado por sus compañeros, y a propuesta del Ayuntamiento se hace cargo de la dirección de la banda que en aquel momento estaba integrada por 18 músicos, puesto por el que no recibiría ningún tipo de retribución durante más de 11 años.

Se casó en 1902 con la villenense Consejo Crespo Marco, que tenía estudios musicales y una bonita voz de soprano, y con la que, y para poder mantener a su familia, impartían clases de música en su propio domicilio, encargándose Consejo del solfeo; academia a la que asistían cada vez más niños, y que luego ingresaban en la banda que llegó a contar por esta época con cerca de 45 miembros.

En 1909 organiza en el Teatro del Circulo Artístico, junto al maestro José Serra Dalmau, un extraordinario homenaje en honor a Ruperto Chapí, por el éxito obtenido con el estreno de «Margarita la Tornera». Formando parte unos pocos días después en la comitiva oficial, desde Villena se desplaza a Madrid para asistir a los funerales del compositor.

A partir del año 1911 el Ayuntamiento de Villena le asignaría un sueldo de 40 pesetas, que tuvo que complementar con la enseñanza en la academia que tenía en su domicilio. Tras unos años, la falta de apoyo, de estímulos, de ilusión, hicieron que la banda fuera a menos poco a poco hasta su desaparición en 1920.

Año y medio estuvo la ciudad de Villena sin banda de música, teniendo que ser contratadas para las fiestas las de las localidades vecinas de Caudete, Sax, Benejama o Biar, hasta que, y por iniciativa del alcalde Pedro Menor García, en el año 1921 se toma la decisión de crear una banda de música formada por niños de entre 8 y 14 años, para lo que se pone al frente a Francisco Bravo.

Banda Municipal de Música de Villena en 1922 año de su fundación. Director Francisco Bravo Gracia.  (Foto cedida por www.villenacuentame.com)

Este sería sin duda el mayor reto al que se enfrentó el maestro, puesto que había que crear una nueva banda de música desde cero. En junio de 1921 se puso en marcha la academia para formar a los futuros músicos, con la ayuda de su esposa Consejo, ciento sesenta niños educandos se matricularon en la misma. El 5 de septiembre de 1922 fue la presentación oficial de la joven Banda Municipal de Villena, compuesta por 65 componentes y que el próximo año celebrará su Centenario.

Francisco Bravo Gracia, fue además de un gran docente, un excelente instrumentista, llegando a ser un virtuoso del oboe, pero tocando también con cierta desenvoltura el piano. Su labor  como compositor es menos conocida, estando actualmente la mayoría de su obra desaparecida. Se sabe que compuso bastantes pasodobles del que sólo nos ha llegado hasta hoy el titulado “Julito”, dedicado a su hijo, así como polcas, mazurcas y demás bailables de la época, y por supuesto varias marchas moras.

Falleció en Villena el 24 de noviembre de 1934.

Sus hermanos también eran músicos. Julio tocaba la trompeta, Mario el fliscorno y Silverio era percusionista, los tres llegaron a pertenecer en algún momento a las bandas que dirigió el hermano mayor.

Varios de sus hijos estudiaron música. Francisco, el mayor, tocaba la flauta y también el piano, y era además compositor. Sucedió a su padre tras su muerte por un breve tiempo como director de la Banda Municipal. Julio era pianista y maestro concertador de la «Coral Ilicitana» de Elche. Su hija Boni también tocaba el piano, aunque sólo en las veladas de la familia.

Francisco Bravo Gracía. 1930. (Foto cedida por www.villenacuentame.com)

El Ayuntamiento de Villena, como reconocimiento a toda una vida en pro de la música en la ciudad, siendo alcalde Pascasio Arenas, rotuló una calle con su nombre. Asimismo como homenaje al maestro Bravo, el buñolero Manuel Carrascosa, director durante más de 40 años de la Banda Municipal en Villena,  le dedicó un pasodoble de ritmo airoso, con el nombre de “Francisco Bravo” que fue estrenado el 5 de septiembre de 1941.

Del autor Manuel Carrascosa García, del que hablaremos con más amplitud en esta sección en próximas entregas, -puesto que fue un prolífico compositor sobre todo de música festera-, destacamos que nació en Buñol el 17 de noviembre de 1911, siendo nombrado director de la Banda Municipal de Villena en 1939, dirigiendo la misma hasta el día de su jubilación en 1978.  En el año 1965 el Ayuntamiento de Villena le concedió el Título de Hijo Adoptivo de la ciudad. Falleció en Villena  el 10 de mayo de 1997. Por acuerdo del Pleno Municipal sus restos mortales fueron trasladados en 2013 al  Panteón Municipal de Personas Ilustres de Villena, ubicado en el Cementerio Nuevo.

Manuel Carrascosa García. 1977. (Foto cedida por www.villenacuentame.com)

Es autor de numerosas composiciones, de las que una gran mayoría son pasodobles y marchas dedicadas en gran parte a las comparsas de Moros y Cristianos de Villena, y que son consideradas por estas como su obra oficial. De todo su catálogo vamos a destacar, por la gran resonancia que tiene en su ciudad adoptiva, el pasodoble “La Morenica”.

Y como ya dijimos al inicio de este artículo, hemos elegido el pasodoble “Francisco Bravo” por ser una obra dedicada al fundador de la Banda Municipal de Villena, agrupación que el próximo año 2022 celebrará su centenario, como un granito de arena dentro de los actos de homenaje a nuestros compañeros y amigos villeneros.

“Francisco Bravo” pasodoble. Guion del director.

Además, y coincidiendo con las fechas en las que durante más de tres siglos y medio se celebran las fiestas patronales de Yecla, puesto que como ya indicamos este pasodoble se ha convertido, por costumbre, -pues no está reflejado en ningún documento escrito-, en una de las obras que los músicos que acompañan a las Mayordomías de nuestras fiestas, interpretan durante ciertos actos del protocolo que marca las ordenanzas de las festividades en Honor a la Purísima Concepción, Patrona de Yecla.

A continuación podremos visionar un vídeo, realizado como homenaje al maestro Manuel Carrascosa, y donde se puede escuchar su pasodoble “Francisco Bravo” interpretado por la Banda Municipal de Música de Villena dirigida por Pedro Ángel López Sánchez.

Fuentes:

– Archivo Banda Municipal de Villena.

– Archivo de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla (AAMY).

– http://www.villenacuentame.com/

 

José Miguel Ibáñez Lax.

Si nos acogemos a la definición más convencional de la palabra “música”: sucesión de sonidos ordenados en el tiempo (Oxford Dictionary), a priori es indudable que es una explicación correcta y categórica, pero al mismo tiempo es simplista. ¿Las experiencias musicales se completan con las emociones producidas solamente por esos sonidos? ¿No necesito ningún elemento más? ¿Sólo puedo escuchar?

Escrito en diapason – 2 diciembre, 2021

Entre los años 60 y 70 surgió un nuevo tipo de arte escénica aplicable a otras disciplinas artísticas: la performance. Dentro del ámbito musical, la performance incluye como medio de expresión los sonidos a parte del dramatismo, creando así una dependencia interdisciplinar en la que la música no se entendería sin la actuación y la actuación no se entendería sin la música. Con el paso de los años, este concepto ha ido evolucionando, creando distintas variantes como el teatro musical o la música para medios audiovisuales.

Como todos podemos saber, en esta última década ha habido un boom en el uso de las nuevas tecnologías debido a su abaratamiento y al desarrollo de una cultura audiovisual en la sociedad actual. Como consecuencia, gran parte de los compositores actuales (jóvenes y no tan jóvenes) se ven atraídos e interesados por utilizar las herramientas del humano contemporáneo para la creación de sus obras, alejándose en cierta parte del instrumento tradicional. De esta forma, resolviendo las cuestiones anteriores, tanto creador como intérprete como oyente se ven sumergidos en una experiencia artística que va más allá de lo sonoro; necesitamos una imagen, un vídeo, un espacio para poder dar sentido a la escucha. Por lo tanto, no sólo escuchamos, como diría Michel Chion, compositor francés, en su libro L’audio-vision (1993): “estamos audioviendo”.

Además, este concepto se puede llevar mucho más atrás en el tiempo sin necesidad de acogernos al arte multimedia. En otros contextos como, por ejemplo, un concierto de piano de música clásica parece una obviedad que el único elemento para conseguir el deleite sea el sonido porque este tipo de obras no necesitan ningún apoyo adicional, pero esto no es del todo cierto. Cuando escuchamos, nos vemos obligados a crear imágenes en nuestra cabeza que nos acompañan en esa sucesión de sonidos, el espacio en el que nos encontramos también es determinante para producir más o menos emoción. Por otro lado, es un factor importante la gestualidad del intérprete, que nos va a ayudar a entender mejor la dirección musical. Este concepto se describe muy bien en el libro El gesto expresivo del pianista: “La gestualidad potencia el canal de comunicación, el flujo de emociones y sensaciones que se establece entre el intérprete y el público, un proceso mágico que se puede denominar el espíritu del directo” (Albert Nieto, 2016). Por medio de las grabaciones, una canción, una obra nos produce distintas sensaciones según el lugar y el estado anímico en el que nos encontremos. Reafirmando lo anterior, no sólo estamos escuchando, estamos audioviendo. El ser humano está en constante pensamiento, necesita ver para poder escuchar y viceversa.

Por otro lado, los compositores desde aproximadamente el siglo XIX hasta la actualidad tienen la necesidad de reflejar su individualidad, con mayor o menor grado, en sus obras y, para ello, se aferran a algo más grande para determinar sus emociones personales y hacerla, en la medida de lo posible, más entendible y cercana al oyente. Es decir, buscan recursos más allá de lo sonoro, como un poema o un texto, un cuadro, una historia, una imagen o un vídeo. Por estas razones, el compositor actual ve cada vez más complicado escribir música totalmente pura, teniendo a su fácil alcance tantos recursos, elementos u otras disciplinas artísticas con las que poder coger ideas y trabajar en sus creaciones. Esto no sólo se puede referir a los compositores, todas las personas necesitamos apoyarnos en algo mayor a nosotros para evolucionar y moldar cada vez más concretamente la respuesta a quién soy yo.

Para terminar, me gustaría decir, en relación a la temática del artículo, que una de las cosas más mágicas de la composición es el de poder transmitir, mediante los sonidos ordenados en el tiempo, un mayor grado de emoción sobre los actos más mundanos, afirmando que existen. Escribir sobre algo que no suena, pero se siente.

 

Juan Manuel Palao Pérez

Empleado de la Caja de Ahorros del Sureste de España, en 1964 Antonio Gonzálvez Albertos, fue trasladado a Villena para desempeñar el puesto de Interventor en la oficina de la localidad, y pese a haber tenido una experiencia laboral muy grata en Calasparra, fue a su nuevo destino ilusionado, tanto por la categoría de la plaza, como por encontrarse dicha ciudad muy próxima a su pueblo natal, Yecla.

Escrito en diapason – 25 noviembre, 2021

Desde el inicio de sus días en Villena la familia formada por Antonio, su esposa Tomasa y sus dos hijos mayores, Juan Carlos y Mª Dolores, a los que pronto se unirían sus hermanos Pedro y Conchi, supo participar como una familia más en la sociedad villenense, asumiendo y participando de sus costumbres y de sus instituciones, de sus anhelos, sus problemas y sus satisfacciones, y lo supieron hacer sin olvidar nunca sus orígenes.

En el desarrollo de su trabajo en la Caja de Ahorros, unos periodos como Interventor, y otros como Director, Antonio tuvo ocasión de relacionarse con numerosos villeneros, pero también lo hizo como vecino de las dos fincas que habitó la familia durante su estancia en Villena en la calles Joaquín María López y General Mola (hoy calle Navarro Santafé), o en su condición de miembro de las Asociaciones de Padres de Alumnos del Colegio Salesianos, del Instituto Hermanos Amorós y de las Carmelitas (asociación de la que fue Secretario cuando se proyectó y decidió la construcción del actual colegio).

Y a otros muchos vecinos de Villena conoció en su día a día, como socio del Casino Villenense y del Círculo Agrícola Mercantil, como socio protector de la comparsa de Moros Viejos, o como miembro que fue durante varios años, del jurado de los premios que otorga la Junta Central en las fiestas de Moros y Cristianos, fiestas que vivía con tanta alegría, como devoción profesaba a la Virgen de las Virtudes, a la que en numerosas ocasiones visitaba con su mujer hasta bien poco antes de su fallecimiento.

Antonio y Tomasa durante los días de Fiestas de Villena en su domicilio de la calle José María López (Foto cedida por www.villenacuentame.com)

Antonio Gonzálvez fue un villenero más, pero nunca dejó de ser yeclano; lo fue tanto como el que más, y así lo demostró a lo largo de toda su vida. En Yecla quisieron Antonio y Tomasa que nacieran sus cuatro hijos a pesar de residir en otras poblaciones, y aquí mantuvieron siempre una vivienda donde acudían cada vez que tenían oportunidad, ya fuera en el Chicharra, en autobús o en el coche de algún pariente, y finalmente, cuando pudo ser, con vehículo propio. Antonio fue durante muchos años “yeclano ausente”, pero en realidad nunca tuvo tal condición, pues siempre estaba presente en su pueblo, cuando podía, físicamente, y cuanto no podía, con el pensamiento.

Fiestas de la Virgen 1968. Antonio Gonzálvez junto al Maestro Carrascosa, director de la Banda Municipal de Música de Villena (Foto cedida por www.villenacuentame.com)

Por eso, al tiempo que era parte de la sociedad villenera, nunca abandonó su yeclanía, participando con gran sentimiento e intensidad, entre otras, en dos de los hechos colectivos o instituciones más arraigadas en la sociedad yeclana, las Fiestas de la Virgen  y el Yeclano, C.F. Antonio fue toda su vida seguidor incondicional del Yeclano, en los buenos momentos, y en los malos también, como cantan ahora los de la peña “Curvabar”. Y fue también “tiraor” desde su más pronta juventud hasta que las fuerzas ya no le acompañaron. Desempeñó el cargo de Cronista de las Fiestas en el mandato de D. Salvador Muñoz, y fue el inspirador y promotor del acto del Beneplácito tal y como en la actualidad se desarrolla, desde que fuera instaurado por la Asociación de Mayordomos y el Excmo. Ayuntamiento siendo Presidente el Sr. Muñoz y Alcalde de la ciudad, D. Domingo Carpena.

Antonio Gonzálvez en el Acto del Benepláctio del año 2001, junto a su hijo Juan Carlos Gonzálvez (Foto archivo Juan Carlos Gonzálvez)

Pero si, junto a la Virgen del Castillo algo llevaba Antonio en el corazón, ese algo era la Escuadra de la Retaguardia “Los Luna”, Escuadra de la que por razones familiares, fue miembro refundador, y a la que dedicó muchísimo esfuerzo y trabajo y muchísimo amor, que (es justo reconocerlo y agradecerlo) fue correspondido por la Escuadra, que con el tiempo lo nombró Socio de Honor y lo distinguió con el Premio Capitán Mora, premio éste que él mismo contribuyó a crear en su día.

Día de la Bajada. 7 de diciembre de 1991 (Foto archivo Juan Carlos Gonzálvez)

Cuando sobre el año 1990, la Escuadra de “Los Luna” decidió adoptar una composición musical que pudiera sonar a su paso en los diversos desfiles de las Fiestas de la Virgen, Antonio pensó enseguida en una de esas amistades que hizo en Villena, el Maestro Carrascosa, que fue Director durante más de cuarenta años de la Banda de Música Municipal de la vecina ciudad, y autor del afamado pasodoble “La Morenica” y de muchos otros pasodobles y marchas moras dedicadas a las comparsas de Villena. Antonio Gonzálvez comentó el proyecto D. Manuel Carrascosa, que de inmediato pensó en componer un pasodoble, acaso por ser eso lo acostumbrado en las comparsas de cristianos de Villena. Sin embargo, lo que “Los Luna” buscaban no era tanto un pasodoble, como un himno al uso de los que identifican a las Escuadras de las Fiestas de la Virgen, himno que finalmente compusieron con gran acierto Juan J. Ruiz Molina y Alfonso Hernández Cutillas, autores de la música y letra, respetivamente.

Dedicatoria del Maestro Carrascosa a Antonio Gonzálvez. Diciembre 1968 (Foto cedida por www.villenacuentame.com)

La cosa no quedó ahí sin embargo, pues el Maestro Carrascosa decidió entonces dedicar a su amigo Antonio ese pasodoble que quizás tenía ya en la cabeza, pasodoble de honda inspiración yeclana en el que se pueden escuchar, enlazados con singular maestría, los sones más reconocibles de nuestro folklore.

Programa Acto Homenaje a D. José Ortuño Ortuño. Teatro Regio de Yecla. 1 de julio de 1983 (Archivo AAMY)

Este es el pasodoble “Antonio Gonzálvez”, que podemos oír y visionar el día de su estreno bajo la batuta del inolvidable Maestro, que tuvo lugar en el Teatro Concha Segura de Yecla, el 1 de julio de 1983, en un acto de homenaje al músico yeclano D. José Ortuño, y que es interpretado en numerosas ocasiones por la Banda de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla por constituir una de las piezas musicales más representativas de nuestra ciudad.

VIDEO DEL ESTRENO DEL PASODOBLE: 7 DE JULIO DE 1983

La historia de la música ha invisibilizado la presencia de las compositoras, que han compartido espacio y tiempo con los grandes artistas que conocemos en el presente.

Las mujeres no lo han tenido fácil para poder desarrollar una carrera profesional en la música, y más aún en especialidades como la composición, que se ubica en el ámbito de la creación, reservada en exclusividad para los hombres.

Escrito en diapason – 18 noviembre, 2021

Por ello, la historiografía ha borrado de los libros, o más bien ni siquiera ha escrito, la presencia de las mujeres que, gracias al contexto familiar, personal, geográfico y/o político han tenido la oportunidad y han luchado por hacerse un hueco en el espacio cultural de su existencia.  Este es el caso de la excelente compositora Marianna Von Martinez, reconocida en su época por su talento, su extraordinaria ética y su diligencia, contemporánea de Mozart, Haydn y el poeta Pietro Metastasio, que tuvo la fortuna de crecer y educarse en un ambiente ilustrado que potenció su talento y le dio alas para desarrollar una vida profesional alrededor de la música, rodeada de los artistas más reconocidos de Viena y sus visitantes.

Sonata para teclado nº 3 en La M

Nicolás Martínez, español exiliado en Nápoles tras la guerra de sucesión española se afincó en Viena en 1730, ejerciendo de maestro de ceremonias del nuncio papal. Allí se casó con Maria Theresia, de origen alemán y 24 años menor que él, con quien tuvo trece hijos, de los que seis llegaron a edad adulta y fueron educados en el pensamiento ilustrado. La quinta de estos seis era Marianna Martínez, nacida el 4 de mayo de 1744. Nacer y residir en la culta ciudad de Viena, centro del Imperio, cuna musical de Mozart, Haydn y Beethoven, fue uno de los factores que le propiciaron las posibilidades de vivir por y para la música.

Por otro lado, la residencia de Martínez constituyó una gran oportunidad para el desarrollo artístico de Marianna, pues la antigua casa Michaerlerhaus hizo coincidir en el tiempo y el espacio a Marianna, Metastasio y J. Haydn, contribuyendo al desarrollo y proyección de la compositora. La familia Martínez ocupaba el tercer piso de la Michaelerhaus, en esta misma planta, se alojó el poeta y famoso libretista Metastasio, que había sido nombrado poeta imperial.  La profunda amistad que se creó entre ambos tuvo sus consecuencias en el desarrollo de Mariana, al tomar este la decisión de ejercer el papel de mecenas y mentor de la pequeña, a la que llamaba mi Santa Cecilia. Adoptándola como un proyecto artístico, contactó con Niccolò Porpora para que le impartiera clases de canto y composición e influyó para que también contribuyeran a la educación musical de Mariana Giuseppe Bonno y Johann Adolf Hasse. Este último comentaba que la cantidad de horas que Mariana dedicaba a la composición le perjudicaba la voz en el canto por la posición de la cabeza inclinada hacia la partitura. Mariana era considerada una niña prodigio, que no se conformaba con la interpretación musical, estudiando concienzudamente para convertirse en una gran compositora. Así mismo, el compositor Joseph Haydn, instalado en el último piso de la casa de los Martínez tras ser despedido del Coro de San Esteban, contribuyó a su formación musical impartiendo clases de clave, así como de composición, a cambio de estancia y manutención. Haydn llamaba a Marianna la pequeña española y su amistad duró el resto de sus vidas.

Metastasio estuvo presente en la vida de la compositora hasta su fallecimiento, aconsejándola y apoyándola constantemente. Charles Burney describe a Martínez como el “alter idem” de Metastasio. Así mismo, Charles Burney, a su paso por Viena la describe “recibida por los asistentes con enorme respeto” y, tras pedirle la interpretación de una obra valoró “su actuación superó, en verdad, todas mis expectativas. Cantó dos arias compuestas por ella misma sobre poemas de Metastasio acompañándose al clavecín de manera juiciosa y magistral”, a lo que sigue un aprecio por su técnica al instrumento, la voz y “un dominio extraordinario del contrapunto”.

Desde el punto de vista político, la emperatriz María Teresa de Austria vivió durante los primeros 36 años de vida de Marianna y esto favoreció a la compositora, pues alentó su proyección artística dado que, para la emperatriz, una mujer no dañaba la imagen pública del reinado, lo cual favorecía su aparición en público y la posibilidad de presentar sus composiciones. De este modo, se convirtió en una joven intérprete famosa en su tiempo reconocida por la corte, siendo una de las favoritas de la emperatriz, que la reclamaba frecuentemente para actuar frente a ella. Su manera de tocar el clave fue comparada con la de C. Ph. E. Bach y su interpretación vocal y su composición era apreciada por sus difíciles saltos, su ornamentación, la imaginación melódica y su exquisito uso del contrapunto.

Como Francesca Caccini y Barbara Strozzi, se dedicó paralelamente a la interpretación y la composición.

A los 16 años compuso la Misa en Do para la Misa Mayor en el día de San Miguel, en la que fue reconocida como una de las compositoras más preparadas de su tiempo. En la década de 1760 y 1770 compuso misas, conciertos, sonatas para teclado -de las 31 que compuso sólo se han conservado tres-, arias italianas y cantatas. Destacan la Obertura en Do M, llamada sinfonía al contener tres movimientos, compuesta en 1770, de estilo galante, con algunos elementos expresivos que se pueden ubicar en el empfindsamkeit, la Cantata La Tempesta y el Miserere mei Deus, adaptación musical de salmos para coro, solistas y bajo continuo. Como era costumbre en la época, se dudaba de las capacidades creadoras de las mujeres, por lo que ciertas voces cuestionaban la capacidad de conseguir logros de una persona de esa edad y sexo, planteando que su obra era compuesta realmente por un hombre, lo cual refleja la calidad de su obra.

Obertura/Sinfonía en Do M

Colaboró con el poeta Saverio Mattei, que la buscó tras el fallecimiento de J.A. Hasse sobre 1770. Su colaboración dio de sí obras que fueron interpretadas en Nápoles en Cuaresma, como el Miserere interpretado a inicios de abril de 1772. María Carolina de Austria, reina de Nápoles, quedó encantada con Marianna. Se conservan en Nápoles la Selección de arias compuestas para el deleite de Su Majestad de Marianna Martines. Mattei decía de Martines: “metempsícoris divina nos ha dado en la señora Marianna, si se me permite decirlo de este modo, a la hermana de Moisés”. Marianna fue invitada a viajar Nápoles, mas no acudió a la tierra natal de Mattei, con lo que finalizó la colaboración entre ambos.

Su educación fue, por lo tanto, exquisita, participando de la vida artística vienesa, como las veladas musicales en la casa veraniega de los Ployer, donde compartía con personalidades como Leopold Mozart, W. A. Mozart, Haydn, Albrechtberger y Josef Weigl. Uno de sus grandes reconocimientos fue ser admitida, por unanimidad, como miembro de la Academia Filarmónica de Bolonia como miembro de honor, en 1773, con el título Accademia filarmónica Onorata, siendo citada como “su aliento genial, la nobleza de la expresión y la asombrosa precisión de sus composiciones”. Fue la primera mujer, tras 108 años de existencia de la entidad, en ser admitida, siendo reconocida como un símbolo de la superioridad alemana. La Gaceta di Bolognna escribe: “¡Y qué raro y especial honor se rinde aquí al bello sexo, que ahora cuenta entre sus miembros a una mujer a quien tantas ciudades tienen razón para envidiar!”. Marianna escribió para la Academia la adaptación del Dixit Dominus, salmo 109, ante el que la Academia expresó el asombro de la belleza, ingenio y nobleza de expresión, sin embargo, no se interpretó la obra por la renuncia de Marianna de viajar al estreno de su obra.

Retrato: Anton von Marons (pintor de la emperatriz María Teresa). El pie del cuadro indica: Maria anna Martines. Pupila de Pierto Metastasio, nacida en Viena, el cuatro día antes de las nonas de mayo, 1744, [miembro] de la Sociedad Académica Filarmónica.

Coincide en el tiempo su ingreso en la academia con el ascenso social de sus hermanos, nombrados Caballeros, lo cual la ubicó en aristocracia, pasando a llamarse Marianna Von Martinez. Otro gran reconocimiento que obtuvo fue el haber sido nombrada Doctora honoris causa por la Universidad de Pavia por su contribución al mundo de la música.

La composición, relativamente aceptada en las mujeres, abarcaba plantillas de pequeño formato como sonatas a solo, arias, o pequeñas agrupaciones de cámara, aceptándose el clave, el arpa, o la voz y rechazándose los instrumentos de viento y de la percusión y las agrupaciones de gran formato. En ese momento, el acceso al teatro -ópera- estaba vetado a las mujeres que ejercían la composición, por lo que Marianna, en su afán de escribir obras que exigen de una gran plantilla, abordó otros géneros musicales como oratorios, misas y oberturas.

En marzo de 1782 la Tonkünstler-Societät de Viena ofreció la interpretación del ambicioso Oratorio Isacco figura del Redentore, cuyo texto pertenece a Metastasio, en el Kärtnertotheater, en Viena. La plantilla reunía a una orquesta compuesta por la cuerda, oboes, flautas, fagotes, trompetas, trompas y timbales, más un coro de unas doscientas personas. El estreno estaba acompañado de la interpretación de obras de J. Haydn, W.A. Mozart, L. Beethoven y G. F. Haendl.

Otras obras de gran formato son In exitu Israel para solistas, coro y orquesta, Psalm 112 para coro y orquesta y los Tres Conciertos para clave y orquesta en Do M, en La M y en Sol M.

Tras la muerte de sus padres y el fallecimiento de Metastasio, en 1782 hubo una serie de cambios en su actividad musical. El poeta, que siempre había prestado su ayuda a la familia, contribuyendo a su ascenso social, dejó su herencia a la familia Martínez, incluyendo dinero, su clavecín y sus partituras. Con la comodidad económica que se encontraron, Marianna y su hermana convirtieron su hogar, junto a sus hermanos y ubicado en un núcleo frecuentado por la élite, en lugar de reunión para artistas de la época, con veladas semanales de gran afluencia de personalidades, que se hicieron famosas en Viena. Esto generó para ellas una importante vida social vienesa en las que participaban músicos como Mozart, Haydn y el joven Beethoven. En estas veladas Mariana, dama soltera que contaba ya con 40 años, maestra de ceremonias de los conciertos que organizaba, participaba como intérprete y tocaba frecuentemente a cuatro manos con W. A. Mozart: el tenor Michel J. Kelly, que estaba muy impresionado por la musicalidad vienesa, afirmó haber visto tocar a Mariana junto con Mozart una sonata del compositor al piano a cuatro manos.

En 1790 fundó en su casa una escuela de canto “para su entretenimiento y por amor al arte” de la que salieron grandes voces del momento. El calendario de la vida artística de Viena y Praga de 1796 menciona a Mariana “ha compuesto misas y muchas arias que están muy cerca del estilo musical de Jommelli. Es una gran ayuda para la vida musical de Viena”

Mariana falleció en Viena a los 68 años de edad, el 13 de diciembre de 1812, en su propia casa habiendo sido la compositora más prolífica en Viena, con más de doscientas obras en su haber, pero pagó caro su prudencia y el no haber salido de Viena, en un momento en que los músicos viajaban a Londres, Praga, Milán y París para proyectar y desarrollar su arte, quedando en el olvido. No ayudó su conservadurismo, su respeto por las normas del decoro de la época, y su extrema precaución en aceptar las imposiciones de su contexto social. A pesar del éxito y la calidad de sus veladas musicales, este tipo de encuentros musicales pasaron desapercibidos para la historia de la música, y, con ello, la figura de Marianna Von Martinez. Otro elemento que no pasa desapercibido es que, aunque obtuvo reconocimiento como compositora, ninguna de sus obras fue publicada en vida. Hoy en día las obras que se conservan se hallan en los archivos de Munich, Bolonia, Berlín y Viena.

Dixit Dominus

Bibliografía/Webgrafía

Beer, Anna (2019) Armonías y suaves cantos. Barcelona, Acantilado

Rice, John (2013) La música en el siglo XVIII. Madrid, Akal

Capdepón Verdú, Paulino. Mariana de Martínez https://dbe.rah.es/biografias/31966/mariana-de-martinez

Marianne von Martinez http://www.revistadeartes.com.ar/xiv-mujeres-comp.html

Mariana Martínez, una hispana en el reino de Mozart https://elpais.com/diario/2003/11/01/babelia/1067645180_850215.html

Banco de partituras https://imslp.org/wiki/Category:Martinez,_Marianne

Silvia Olivero Anarte.