Germán Álvarez Beigbeder nace en Jerez de la Frontera en Diciembre de 1882. Sus primeros pasos en la música fueron a través de su madre, aficionada a la música y una experta pianista, y posteriormente con Ángel Fernández Pacheco en la Academia de Música de Jerez. De este maestro recibe los primeros conocimientos de solfeo y piano. Cumplimentó este ciclo de aprendizaje con Camilo Pérez Monllor, Director Músico Mayor de Infantería de Marina de San Fernando (Cádiz) el cual le instruye en conocimientos de armonía y composición. Mientras, Beigbeder alternaba estos estudios musicales con los de bachillerato, puesto que su familia se oponía a que éste se dedicase a la música de manera profesional, a pesar de mostrar el gran talento que tenía. Sus primeras composiciones datan de 1898 y 1900 siendo la primera “Viva mi jerezana”. Destacable fue que estrenó a sus catorce años una plegaria a la Virgen del Perpetuo Socorro y también obras como valses, pasacalles y marchas de procesión como “Al Pie de la Cruz”. En cuanto a su producción musical, fue un compositor con un gran abanico de estilos desde obras sinfónicas, obras para piano, zarzuelas, pasodobles, marchas e himnos militares, misas y marchas de procesión y una versión del Himno de España.

La familia de Beigbeder se instaló en la ciudad de Jerez para dedicarse al negocio bodeguero. Esto provocó multitud de viajes por Madrid y el norte de España los cuales ayudaron a que este joven músico pudiera disfrutar de grandes conciertos que ayudaron a aumentar los deseos de dedicarse a la música. Fue en 1910 cuando finalmente se traslada a la capital de España para lograr su objetivo y donde también tiene una gran actividad profesional. Perfeccionó sus estudios musicales con el maestro Pérez Casas en los apartados de armonía y piano, ampliándolos a contrapunto y fuga. Durante estos años, obtiene una plaza por concurso-oposición como Teniente Músico Mayor de Infantería de Marina, donde fue destinado a África,  a la vez que dirigía la Orquesta del Gran Teatro de Madrid y mientras se preparaba para hacer oposiciones a una pensión en Roma.

Durante los años 1913 a 1926 se concentra su actividad como músico en el ejército. Primeramente como director de la Banda del Regimiento Expedicionario de Marruecos, después en el Ferrol y desde 1918 como Director de la Banda de Regimiento de Infantería de Marina en San Fernando. También, durante estos años, su madurez musical llega a su culmen de su inspiración y producción.

Al final de estos años, el maestro Beigbeder solicitó la separación del servicio en la Marina con el objetivo de dedicarse a la dirección del Conservatorio “Alejandro Odero” de Cádiz, donde figuraba el compositor D. Manuel de Falla.  Unos años más tarde el, por aquel entonces, alcalde de Jerez, le encomienda la tarea de organizar una Banda Municipal y es al año siguiente con la celebración del patrón de la ciudad, San Dionisio, se presenta dicha banda en concierto. Es en este punto donde hay que destacar una nueva labor del maestro Beigbeder que sería la de transcribir música orquestal para banda. Editoriales como Unión Musical Española, entre otras, vieron con buenos ojos esta faceta de este músico. Por ello, la presentación, anteriormente mencionada, de la Banda Municipal, tuvo en su repertorio obras como “Der Freyschutz” (El cazador Furtivo). También transcribió obras como Rienzi, Tristan e Isolda o el Allegreto de la Séptima Sinfonía de Beethoven, entre otras más.

También fundaría una Orquesta de Cámara con el fin de divulgar la música por la provincia de Cádiz. Tanto esfuerzo y empeño le llevarían a que en 1948 su ciudad, Jerez, lo nombraran hijo predilecto y en 1963 el ministro de Marina le otorgó la Cruz del Mérito Naval de Primera Clase con distintivo blanco en reconocimiento a los méritos contraídos y en especial por el Himno de la Escuela Naval.

Como dato anecdótico, en octubre de 2018 se presentó en la Diputación de Cádiz un sello conmemorativo del 50 aniversario del fallecimiento del maestro Beigbeder y el 20 aniversario de la creación de su orquesta.

Una de sus marchas de procesión más reconocidas en la Semana Santa es “Cristo de la Expiración”. Esta obra la compuso en 1921, periodo en el que se encontraba como Director de la Banda del Regimiento de Infantería de Marina en San Fernando (Cádiz) y cuando llega a su cima como compositor verdaderamente inspirado. La obra está dedicada al Cristo de la Expiración de Jerez (Cádiz). Les dejo un enlace a la música, con la Banda de Música del Maestro Tejera de Sevilla.

Roberto Puche.

12 marzo, 2020 Escrito por diapason

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