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German Conducting Award (DDP)
El German Conducting Award (DDP) es un concurso internacional para jóvenes directores organizado por el Deutscher Musikrat (Consejo Alemán de Música) en colaboración con la Kölner Philharmonie (Philharmonic Concert Hall de Colonia), la Oper Köln (Ópera de Colonia), la Gürzenich-Orchestre Köln (Orquesta Gürzenich de Colonia) y la WDR Sinfonieorchester (Orquesta Sinfónica de la emisora WDR).
El DDP también toma en consideración los géneros de ópera y concierto en el repertorio y, por lo tanto, exige habilidades de género cruzado de los candidatos.
Dos excelentes orquestas, cantantes extraordinarios y una sala de conciertos de primer nivel estarán a su disposición durante la competencia.
Con su premio en metálico y otras amplias medidas de apoyo, el DDP está considerado uno de los premios para directores de orquesta más dotados de Europa.
El DDP está siendo acompañado en los medios por la estación de radiodifusión WDR, siendo su canal WDR 3 el socio cultural del premio.
Fecha límite: 15 abr 2021
Toda la información: https://www.dirigentenforum.de/
Lake Como International Conducting Competition
El Concurso Internacional de Dirección del Lake Como, que fue interrumpido debido a problemas relacionados con la pandemia del Covid19, continuará en junio de 2021.
Las nuevas fechas son: I Ronda del 14 de junio al 16 de junio, II Ronda 17 de junio y 18 de junio, Semifinal 19 de junio, Final 20 de junio.
Con el fin de facilitar la inclusión de todos los conductores que quisieron participar pero no pudieron debido a la emergencia que enfrentamos hace meses, decidimos abrir nuevamente las aplicaciones, posibilitando así sumarnos a la primera ronda del concurso al más amplio público.
Los músicos que ya pasaron la Primera fase en noviembre, serán admitidos automáticamente a la Segunda Ronda que se realizará en Bellano a partir del 17 de junio.
Entre los premios, hay conciertos en la Unión Europea y Turquía.
La orquesta de la competición es una de las mejores de su tipo en suelo italiano, L.C.P.O. (Lake Como Philharmonic Orchestra).
El jurado está formado por maestros y agentes de Italia, Rusia, Alemania, España, Bulgaria y Turkia
Toda la información: https://www.lakecomoconductingcompetition.com/
Constituida la Federación Vasca de Bandas de Música
Hoy ha nacido la Federación Vasca de Bandas de Música!
Se han juntado 20 bandas mostrando solidaridad, para avanzar juntos!
07/02/2020
«En los próximos meses seré presidente de la Federación y hemos montado un gran equipo de trabajo para desbloquear la situación actual, dar a las banderas del pueblo (y la cultura) y poner en marcha la estrategia de crecimiento a largo plazo.» ha comentad Aritz Labrador
Los 20 miembros fundadores:
Araba: Laguardia, Labastida, Araia, Llodio.
Bizkaia: Santurtzi, Getxo, Leioa, Amorebieta, Areatza, Galdakao.
Gipuzkoa: Mutriku, Zestoa, Urretxu, Legazpi, Zumarraga, Zumaia, Bergara, Elgoibar, Azpeitia y Hernani.
Y las bandas de música de varios pueblos que aún se unirán
La Federación de Bandas de Navarra busca ser Bien de Interés Cultural
Uno de los proyectos estrella de la FBMN será poner en valor el repertorio y patrimonio Navarro
Fuente: https://www.noticiasdenavarra.com/ – Marta Vélaz Crespo / Pamplona / 26.01.2021
La Federación de Bandas de Música de Navarra (FBMN) buscará, a lo largo de 2021, ser declarada como Bien de Interés Cultural (BIC), señaló Jesús Soria Magañán, miembro de la Banda de Fitero y Valle de Aranguren durante la comparecencia de una representación de la entidad ante la Comisión de Cultura del Parlamento. Además acudieron Ricardo Oficialdegui, director de la Banda de Irabia-Izaga y Artajona, Jesús María Santos, director de la Banda Buñuel e Iñaki Sadaba, director de la Banda Lerín.
En este sentido, precisó que no solamente buscarán que la Federación sea calificada como BIC, sino también todas las bandas que forman parte de ella. Además, añadió que «uno de los proyectos estrella será poner en valor el repertorio y el patrimonio artístico navarro» a lo largo de este año.
Los comienzos de la Federación
La Federación de Bandas de Música de Navarra se creó en abril de 2002 con el objetivo de generar un sentimiento de colectividad y unión entre las bandas de la Comunidad Foral, proponer proyectos más grandes, formar a sus integrantes en habilidades como el compromiso, la constancia o el intercambio generacional y la escucha. La Federación está compuesta por 55 bandas de música de Navarra, que cada año organizan ciclos de conciertos y de formación, e intentan llegar a localidades donde todavía no existe una banda.
En la sesión de trabajo celebrada ayer, Soria señaló que también se va ha firmado un convenio con el Archivo General de Navarra por el que esta entidad comenzará a «archivar y catalogar el bien bandístico navarro existente». Esto incluirá documentación, partituras, cartelería o discos compactos con producciones de las bandas de la Federación. También se fomentará un archivo creado durante el confinamiento con la producción artística que realizaron las bandas a través de vídeo y que será depositado en esta entidad.
A través de este acuerdo, señaló Soria, «se fomentará que se investigue en torno a las bandas» y se abrirán los archivos de las bandas más antiguas para poder analizar e investigar en su producción y «observar sus partituras», una actividad que ya se ha iniciado con la Banda de Estella.
Además, Soria indicó que estas bandas localizadas en diversos municipios navarros tienen una labor formativa «y son las encargadas de crear cultura en los pueblos que nos rodean», ya que, gracias a ellas, se conoce «a compositores tan importantes como Beethoven o Chopin».
En último lugar, comentó el «enriquecimiento cultural que se da en las bandas, porque conviven géneros muy diferentes como el rock con otros más tradicionales, como pueden ser los pasodobles». Soria destacó la actividad cultural que generan las bandas de música y la calificó de «importantísima» ya que en las poblaciones navarras «las bandas son un foco cultural indispensable».
Este objetivo, unido a los proyectos que la Federación tiene en marcha, «hace que se aspire a que esta sea una entidad de referencia en el sector cultural navarro», afirmó. Además, apuntó, para esta nueva época, marcada por una nueva Junta, «se va a contar con empresas navarras, porque consideramos ser generadores de economía local».
Nuevos Objetivos
Entre los objetivos que la Federación de Bandas quiere alcanzar están: la interrelación y diálogo entre bandas, representar a las bandas en instituciones, formar en los distintos ámbitos de la banda, creación de una bolsa de músicos (puesta en valor de los músicos de las bandas federadas) y creación de campamentos musicales para los músicos más jóvenes.
Centenarios que el viento no olvida (1921-2021): Alfred Reed, Juan Vte. Mas Quiles y Karel Husa por José Rafael Pascual Vilaplana
I Centenario de Alfred Reed, Mas Quiles y Karel Husa.
El año 1921 vio nacer tres figuras internacionales que han trabajado por la dignificación de la cultura bandística. Tal día como hoy, un 25 de enero de aquel año vieron la luz por primera vez Alfred Reed (Nueva York, 25 de enero de 1921 – Miami, 17 de septiembre de 2005) y Juan Vte. Mas Quiles (Llíria, 25 de enero de 1921). Y unos meses más tarde vendría al mundo Karel Husa (Praga, 7 de agosto de 1921 – Apex, USA, 14 de diciembre de 2016). Tres nombres fundamentales para entender la evolución de las bandas en el siglo XX.
Fuente: https://www.pascualvilaplana.com/ – Artículo original – 2021-01-25
La música para banda de Alfred Reed ha sido una de las más interpretadas en todo el mundo. Trabajando como arreglista para la 529th. Army Force Band durante la Segunda Guerra Mundial, recibió un encargo muy especial que marcaría su carrera como compositor. Estábamos en 1944, y tras la exitosa invasión de Francia y Bélgica por las fuerzas aliadas, la ciudad de Denver planificó un concierto de Navidad para promover las buenas relaciones soviético-estadounidenses con estrenos de obras de ambos países. El maestro Roy Harris (1898-1979) fue el encargado de organizar tal evento y pensó en estrenar, por parte de los EEU, el segundo movimiento de su Sexta Sinfonía (Abraham Lincoln Symphony). La obra soviética escogida fue la Marcha op.99 que Sergei Prokofiev había escrito para la Banda del Ejército Soviético. Sin embargo, esta obra había sido estrenada en América unos meses antes, por lo cual cambiaron de idea. Harris, llamó a su asistente y arreglista, el joven de veintitrés años Alfred Reed, para que en dieciséis días escribiese una obra con temática rusa. En la biblioteca del acuartelamiento, Reed encontró la partitura de una canción navideña del siglo XVI; la combinó con sus investigaciones previas sobre la música litúrgica ortodoxa, configurando una bellísima obra para banda: Russian Christmas Music, escrita en once días. Finalmente, su estreno tuvo lugar el 12 de diciembre de 1944 en una transmisión en directo por la NBC. Este inicio con la música para banda, le llevó a estudiar a la prestigiosa Juilliard School of Music de Nueva York bajo las órdenes del prestigioso compositor (y figura fundamental de la música bandística americana) Vittorio Giannini (1903-1966). En su etapa posterior como profesor de la Universidad de Miami, trabajó conjuntamente con otro gran personaje de la música para banda, el maestro Clifton Williams (1923-1976), quien fuera alumno de Howard Hanson. Todo ello condicionó que el catálogo de composiciones de Alfred Reed, incluyera un gran número de creaciones para banda. Sus seis sinfonías, sus siete suites para banda, su música escénica, sus más de 100 obras para banda… hacen de su música una evidente muestra de oficio creativo. Dirigir sus partituras te hace reconocer un idioma peculiar e idiosincrático, lleno de recursos tímbricos y sonoros, en donde la banda de música se convierte en un inmenso muestrario de potencialidades creativas. No hay banda en este planeta que no haya interpretado una obra o arreglo de Alfred Reed. El maestro, además, siempre sintió un gran interés por la revolución tecnológica en el ámbito de las comunicaciones y fue conocida su fascinación por la grabación y difusión de la música. No en vano, sus CD’s dirigiendo a la prestigiosa Tokyo Kosei marcaron toda una época para los estudiantes y amantes de la música de banda. En una entrevista de 1988 concedida a Bruce Duffie declaraba algunas consideraciones del todo interesantes sobre la dirección orquestal:
“…He aprendido algo que otros directores que fueron compositores tuvieron que aprender primero. Algo parecido se puede encontrar en las cartas de Stravinsky y en pasajes de sus comentarios autobiográficos que recopiló Robert Craft. Stravinsky, Brahms y otros compositores tuvieron que aprender a cómo dirigir sus trabajos (….) En ocasiones, los directores verán cosas en la obra de un compositor, o al menos darán una interpretación de la obra, que en realidad es mejor que lo que el propio compositor puede ver o interpretar (…)”. (http://www.kcstudio.com/reed3.html)
El mismo día que nacía en Nueva York Alfred Reed, en Llíria abría los ojos el maestro Juan Vte. Mas Quiles, una de las figuras musicales que más ha trabajado en el ámbito de la difusión de nuestras bandas a nivel internacional, siendo el primer español en formar parte de la WASBE (World Association for Symphonic Bands and Ensembles). En su estimada Banda Primitiva de Llíria empezó sus estudios musicales con la flauta, para después estudiar dirección y composición en el Conservatorio de Valencia con profesores de la talla de Pedro Sosa o Manuel Palau. En los años cuarenta, opositó al cuerpo de directores militares del ejército, empezando una carrera como director militar que le llevó por distintas comunidades españolas sin dejar su actividad como compositor y arreglista. Trabajó como director invitado de diferentes bandas y orquestas en Argentina, EEUU, Francia, Bélgica y Países Bajos. También ha sido destacada su faceta de divulgación del mundo de las bandas mediante artículos y publicaciones en revistas especializadas. Su reciente libro Apuntes de instrumentación para banda de música (2008: Ed. Piles, Valencia) es todo un legado de compromiso con el uso de la banda de música y su adecuación a la globalización de este instrumento artístico. Siguiendo la tradición de las transcripciones para banda, su labor en este sentido marcó un punto de inflexión al publicar algunos de sus trabajos en la holandesa Editorial Molenaar. El nombre de Mas Quiles empezó a ser habitual en los atriles europeos y americanos gracias a sus trabajos de orquestación de obras como Suite Española de Albéniz, Goyescas de Granados, Dolly Suite de Gabriel Fauré, Las Hébridas de Mendelssohn, Scherezade de Rimsky Korsakov… o a sus propias composiciones como Clarinera Mayor, Música para banda, Vicente Gerardo, Marcha de los Gladiadores, Y las sonrisas fueron seis…. La personalidad del maestro es una de sus características más destacadas por todos quienes le conocemos. Como curiosidad, podemos leer en la biografía del maestro incluida dentro del libro Notes for Band escrito por Norman E. Smith, una descripción de Mas Quiles en la cual se indica que: “(…) es una persona genial y nada pretenciosa, que siempre se sorprende por ser considerado una celebridad (…)”. (Gia Publications, Chicago. 2000)
En 1994, Mas Quiles publicó con la editorial Schott la única verisión oficial para banda de los Carmina Burana (1937) de Carl Orff. Este monumental trabajo de re-orquestación es considerado como una las obras más importantes de la transcripción bandística de los últimos cuarenta años. No en vano ha sido objeto de estudio y análisis por diferentes instituciones académicas norteamericanas e incluso ha dado origen a la publicación de un libro, por parte del Dr. Philip Simon, profesor de la Wilkes Universty de Pensilvania. Se trata de: Philip Simon (2009) Mas Quiles Arrangement of Carmina Burana: A Suitable Alternative? A Comparisson of the Orff Original with the Juan Vicente Mas Quiles Arrangement for Wind Band and Choruses. (Editorial VDM Verlag).
Este libro sirve como guía para el estudio y ejecución del arreglo de Mas Quiles. Simon defiende que la orquestación de Mas Quiles es magistral ya que mantiene de forma cercana la integridad textural, musical y estética de la obra de Orff. Además, ofrece un uso depurado de los vientos al sustituir las cuerdas orquestales. Al comparar y analizar las técnicas de instrumentación de Mas Quiles con el original de Orff, Philip Simon concluye que el arreglo de Mas Quiles es una alternativa viable y única para el original de Orff, además de ser un material muy digno de estudio e interpretación.
Una de las versiones más destacadas de este trabajo de Mas Quiles, fue publicada en CD en 2003, con interpretación de la North Texas Wind Symphony bajo la dirección del prestigioso maestro norteamericano Eugene M. Corporon. El maestro Corporon visitó España por primera vez en octubre de 2006, invitado por la Banda Unión Musical de Muro, dentro de los cursos de dirección de banda que esta formación y el que suscribe organizamos durante muchos años. Recuerdo que al cerrar el calendario del maestro Corporon en nuestra localidad, me dijo: “Hay que buscar un momento para saludar a Mas Quiles, quiero conocerlo personalmente pues tras trabajar su versión de Carmina Burana, siento una profunda admiración por este músico tan magistral”.
Así ocurrió, y el maestro Mas Quiles visitó la UM de Muro uno de los días del curso con el maestro Corporon quien se sintió profundamente alagado al conocer a uno de sus ídolos de la música bandística internacional. Unos años más tarde, en 2014, la Universidad de Alicante y la Banda Municipal de Villena celebraban la X Edición del Curso de Dirección de Banda que ambas instituciones convocaban dentro de los Cursos de Verano de la UA. En las diferentes ediciones de estos cursos, que tuve el honor de coordinar, pudimos contar con la presencia de compositores y directores de ámbito nacional e internacional. Para su décima edición consideré oportuno invitar a dos de los maestros que más han influenciado en mi desarrollo como director. De tal modo, tuve el honor de contar con la colaboración de Jan Cober (Maastricht Conservatorium) y de Eugene M. Corporon (University of Noth Texas). Cerrando la planificación, pensé en invitar también a un músico fundamental de la música bandística en Italia y Europa, el maestro Carlo Pirola, profesor de Instrumentazione Bandistica durante muchos años en el Conservatorio G. Verdi de Milán. Cuando salió la publicidad del curso, recibí una llamada telefónica del maestro Mas Quiles: “He visto la publicidad de Villena. Estoy muy mayor y me cuesta caminar, pero he de ir allí sea como sea y saludar a estos maestros”. Aquella llamada me alegró enormemente. El último día de curso, un viernes de un caluroso mes de julio villenero, celebramos en un magnífico salón del Teatro Chapí una mesa redonda con los profesores del curso y los más de sesenta alumnos (de diferentes países) que habían participado en el evento. De repente se abrió la puerta de la sala, y un señor mayor sujeto del brazo de un familiar y apoyado en un bastón, entró pidiendo disculpas. “Señoras y señores, acaba de entrar el maestro Mas Quiles” dije yo desde la mesa. De repente el maestro Corporon se levantó y empezó a aplaudirle. El resto de componentes de la mesa, Cober, Pirola y un servidor, hicimos lo propio y se nos unió toda la sala en pie. Cuando el maestro Mas Quiles llegó a la mesa, la emoción de su rostro se había contagiado en toda la sala. Un momento inolvidable para un servidor y para todos los que lo vivimos. En ese momento, cogió la palabra el maestro y nos hizo una disertación emocionante de lo para él había sido el mundo de las bandas en su vida y que resumió diciendo: “cuando te gusta una cosa, no puedes hacer otra…”.
El maestro cumple hoy 100 años y sigue trabajando, a pesar del peso físico de su edad. Sin embargo, su mente sigue activa con la ilusión y el entusiasmo de siempre. Recientemente ha publicado su transcripción de la Novena Sinfonía de Beethoven, también en la editorial Schott. Estudiándola, al igual que me ocurrió con su versión de Carmina Burana, descubres un perfecto equilibrio entre el respeto por el original y la adecuación idiomática propia de las buenas traducciones. La transparencia del oficio de Mas Quiles da a entender la magnitud de su maestría.
Y también en 1921 empezaba su vida otro gran nombre para la música de banda, el maestro checo-norteamericano Karel Husa. Un hombre que tras formase en su Praga natal, viajo a París en 1947 para continuar estudios de composición con Nadia Boulanger y Arthur Honegger, así como estudios de dirección con Eugène Bigot y André Cluytens. En 1951 recibía el Premio Lili Boulanger de Composición. Fue en 1954 cuando emigró a los Estados Unidos y trabajó como profesor de la Cornell University de Ithaca. En 1969 recibía el Premio Pulitzer de composición por su Cuarteto de Cuerdas Nr.3. Su música orquestal ha sido encargada y estrenada por maestros como Sir George Solti, Kurt Masur o Zubin Mehta. En su catálgogo para banda, encontramos toda una propuesta estética renovadora para el lenguaje de las orquestas de viento y percusión con títulos como: Al Fresco, Aphoteosis of this Earth, Les couleurs fauves, entre otras. Además, el maestro Husa ha dirigido varias de las más prestigiosas orquestas de Londres, Hamburgo, Bruselas, Zurich, París, Oslo, Tokyo, Boston, Nueva York, …
Pero tal vez, entre toda su producción, resalta una obra en especial. El extraordinario trabajo creativo de su Music for Prague 1968 es, sin duda, una de las partituras que marcan un punto de inflexión para la historia de la música de banda. Desde la distancia, y estimulado por la ira y la frustración, escribe una obra poderosa que describe la Primavera de Praga de 1968 desde su exilio. El propio Husa escribe las notas al programa: “Tres ideas principales unen la composición. La primera y más importante es una antigua canción de guerra husita del siglo XV, ‘Ye Warriors of God and His Law’ (Guerreros de Dios y su Ley), un símbolo de resistencia y esperanza durante cientos de años, siempre que el destino pesaba sobre la nación checa.
(…). La segunda idea es el sonido de las campanas por todas partes; Praga, llamada también la Ciudad de las Cien Torres, ha usado sus campanas de iglesia que suenan magníficamente como llamadas de angustia, así como de victoria. La última idea es un motivo de tres acordes que aparecen primero muy suavemente (…). Más tarde aparece a niveles dinámicos extremadamente fuertes (…)También aparece mucho simbolismo: además de las llamadas de socorro en el primer movimiento (Fanfares), la esperanza ininterrumpida del canto husita, el sonido de las campanas, o la tragedia (Aria), también hay una llamada de pájaro al principio (solo de flautín), símbolo de la libertad que la ciudad de Praga ha visto sólo por momentos durante sus mil años de existencia». Como director, estudiar partituras como ésta, siempre produce una especie de desasosiego por temer no estar a la altura de su creación. Cada pasaje, cada sonoridad, envuelve mente y alma de una pequeñez estrepitosa. Pero al mismo tiempo, cuando la diriges y suena toda aquella amalgama de artesanía, la sensación que impregna a intérpretes y escuchantes es la de asistir a una experiencia sonora única. La versión para orquesta de esta magnífica obra se realizó un año más tarde, y fue estrenada en enero de 1970 por la Orquesta Filarmónica de Munich dirigida por el propio compositor. En una de las entrevistas que Mark Camphouse realiza para su serie Composers on Composing for Band (2002, Gia Publications, Chicago), Karel Husa da su opinión sobre el futuro de las bandas: “La banda es un conjunto que estará aquí mientras aprendamos a tocar instrumentos de viento, metales y percusión, y mientras amemos compartir nuestro trabajo con los demás. Este es el aspecto más importante, es decir, hacer música juntos, especialmente en estos tiempos en los que se arroja tanta basura, y no solo basura musical, sobre nosotros y nuestros jóvenes (…)”.
En el año 2005, en una de mis visitas al Festival Mid West Clinic de Chicago, asistí a un concierto monográfico sobre Karel Husa interpretado por la Illinois State University Wind Symphony bajo la dirección de Stephen K. Steele. Acudía acompañado de mi maestro Eugene Corporon, y tras el concierto, fuimos invitados a una recepción en la cual Corporon me presentó a Karel Husa. Cuando de forma muy afable me estrechó la mano, y tras comentarle mi maestro que yo venía de Valencia, Husa me preguntó: “¿De Valencia?… ¿Y cómo está mi amigo Mas Quiles? Qué gran músico y qué buena gente…”. A veces, la dimensión de alguien se evidencia cuando, donde menos lo esperas, reconocen su trabajo y su valía.
En 2018 y 2019 he podido dirigir Music for Prague 1968 con la Banda Municipal de Bilbao y la Banda Municipal de Barcelona, coincidiendo con el L Aniversario de aquella Primavera de Praga. En ambas ocasiones tanto músicos como público hemos experimentado el poder de la belleza fugaz que te atrapa, te mueve y te conmueve. Sus veintidós minutos de música envuelven el ambiente de una experiencia sensorial única e indescriptible. También hace apenas poco más de un año, dirigía la versión de Mas Quiles del Carmina Burana de Orff, con la Banda Municipal de Barcelona. Los coros participantes y el trío solista, expertos en esta monumental obra, me comentaban como les había sorprendido la versión bandística, pues se sentían absolutamente arropados con un idioma sonoro al que no estaban acostumbrados, pero con el cual se fusionaron sin problema. Ayer mismo, un día antes del ciento cumpleaños de Alfred Reed, interpretamos en la Banda Municipal de Bilbao, su maravillosa música incidental Othello escrita en los años setenta para una producción del drama shakesperiano. La ambientación sonora que consigue Reed con la paleta colorista de la banda, es del todo ejemplarizante para mostrar el equilibrio entre la música narrativa y la música pura. Con el trabajo de Husa, Mas Quiles y Reed podemos vivir la experiencia de la buena música, como diría Bernstein, en la cual “…al escuchar una nota tras la precedente, te das cuenta que era esa nota la que tenía que llegar y no otra…”.
La música para banda necesita de figuras como Reed, Mas Quiles y Husa. Uno de ellos, el maestro valenciano, sigue entre nosotros levantándose todos los días con el ánimo de seguir trabajando mientras la fuerza de sus cien años le deje. Ojalá sepamos estar a la altura de reconocerle y agradecerle su trabajo como lo han hecho en otros lares. Los estudiantes y amantes de la composición y la dirección tenemos, en la vida y obra de estos maestros, un ejemplo de compromiso con la vida y con el arte. No podemos ni debemos olvidar su legado así que pasen otros cien años. Gracias a los tres por tanto…
José R. Pascual-Vilaplana
Cocentaina, 25 de enero de 2021
¿Qué es la danza? – ¿Qué me impulsó a estudiar Danza? -¿Qué relación tiene la música y la danza? por Silvia Ponte Juan
La danza es un arte en el que, a través de un movimiento conectado con nuestro cuerpo y alma, intervienen música, expresión, sentimiento, interacción entre bailarines/ bailarinas…
Sirve de entretenimiento para la sociedad. La danza es un movimiento estático que, a la vez, utiliza diversos desplazamientos a nivel espacial y temporal.
En el baile incluimos todas las partes del cuerpo, a través de diferentes tipos de ritmos y compases, no solo a través de la música, sino a través de nuestros impulsos del cuerpo, sentimientos y latidos, entre otros.
En este sentido, la danza también es un método de comunicación que utiliza un lenguaje no verbal, donde bailarines y bailarinas expresan sentimientos y emociones a través del movimiento y de sus gestos.
La danza suele ir acompañada de música o tonos, que dependerán del tipo de danza qué escojamos.
Escrito por diapason – 2 febrero, 2021
Silvia Ponte Juan. Bailarina – Titulada en Coreografía de Danza Española y Flamenco por el Conservatorio Superior de Danza María de Ávila de Madrid.
Empecé a estudiar danza desde temprana edad, sin saber realmente lo que era este fabuloso mundo del baile. Poco a poco, fui descubriendo sentimientos maravillosos y cómo poder expresarlos a través del lenguaje de la danza. Según iba creciendo, estudiaba más y más ballet, así como diversas disciplinas. Compaginaba mis estudios de baile con solfeo y piano en la escuela de música de Yecla. A la edad de 13 años tomé una gran decisión: dedicarme de lleno a la danza. Compaginaba los estudios de secundaria con mi formación en el Conservatorio Profesional de Danza de Murcia. Allí me especialicé en Danza Española y Flamenco. Dos años después, con solo 15 años, tuve que mudarme a vivir a Murcia porque tenía muy claro que quería dedicarme de lleno a mi pasión, la danza. Con 21 años decidí dar otro paso más en mi carrera artística, ya que quería seguir formándome. Llené la maleta de ilusión y me trasladé a Madrid para continuar con mis estudios superiores en el Conservatorio Superior de Danza “María de Ávila”. Allí me especialicé en Coreografía e Interpretación de la Danza Española y Flamenco con los mejores profesionales del mundo del baile. Fueron ellos quienes me enseñaron a respetar y a amar sin condición el mundo de la danza.
Tras concluir mis estudios superiores en el Conservatorio, decidí formar mi propia compañía en la que comencé a investigar sobre los diferentes lenguajes de la danza. La formación es algo que sigue presente en mi vida, ya que sigo tomando clases con grandes coreógrafos de todo el mundo siempre que se presenta la ocasión. Entre ellos, destacan profesionales de danza contemporánea de la talla de Teresa Nieto o Ana Catalina Román. Y cómo no, magos de la Danza Española como Daniel Doña, María Juncal, Alfonso Losa, Israel Galván, La Lupi, La Moneta, o el antiguo director del Ballet Nacional de España Antonio Najaro. En el mundo de la música y la danza no se para de estudiar, siempre hay que estar actualizado y entrenar diariamente para mantener en forma mente y cuerpo.
La música y la danza van unidas de la mano. No son solo un arte, sino mucho más: una historia que el bailarín, el músico, el cantante comparte con su público cada vez que se deja el alma en el escenario; unos sentimientos y emociones que transmite con cada canción; vivencias expresadas con un gesto, con un movimiento, con un susurro; la magia del aplauso final que reconoce el mérito a tantas horas de trabajo… En definitiva, la danza no es un arte, es una forma de vida sin la que no podría vivir.
Para acabar, como bien decía la gran Martha Graham, “Los grandes bailarines no son grandes por su técnica, son grandes por su pasión”.