Artículos externos de la Confederación

Armonía

  1. f. Unión y combinación de sonidos simultáneos y diferentes, pero acordes.

  2. f. Mús. Arte de formar y enlazar los acordes.

Estas son dos de las acepciones que podemos encontrar en la RAE si buscamos el término armonía.

23 diciembre, 2021 / Escrito en diapason

Quizá no sean plenamente clarificadoras, o al menos, no nos transmitan la profunda importancia de esta palabra y el impacto que ha tenido en la música occidental, pero lo cierto es que en casi cualquier estilo musical o época en la que podamos pensar, se han aplicado y desarrollado los fundamentos de esta conjunción de sonidos convertida en disciplina con el paso de los siglos.

Cierto es que las reglas están para romperse y que gracias a este principio, los preceptos artísticos evolucionan y originan nuevas formas de expresión y/o cambios en el lenguaje que adaptan los sistemas establecidos a los gustos del momento. Pero no es menos cierto que para conseguir moldear nuestro elemento de trabajo (música, escultura, pintura, etc.) debemos entender cómo está formada esa materia prima que vamos a manipular, debemos conocer el medio en el que nos estamos moviendo.

Esto es, pues, el estudio de la armonía: no sólo es saber formar un acorde, si no saber cómo se comporta ese acorde dentro de una progresión; no sólo es saber ponerle nombre a un conjunto de sonidos, es saber cómo crear tensión con ellos para luego resolverla; no sólo es aprender unas normas que puedan parecernos, en ocasiones, anticuadas, es entender esas normas para aplicarlas o romperlas (según nos interese) y de esta manera hablar nuestro propio lenguaje. En definitiva, hablar música.

Pero ¿qué ocurre con aquellos músicos que sólo quieren tocar un instrumento y consideran que estas cuestiones teóricas están reservadas exclusivamente para los compositores?

Es innegable que a partir de la imitación, la repetición y la práctica se pueden alcanzar buenos resultados dentro de la interpretación.

¿Entonces?

Sería como recitar a Shakespeare a partir de la imitación, la repetición y la práctica, pero sin saber inglés.

Diego Corraliza Azorín.

Profesor Guitarra Escuela de Música AAMY.

Ethelvina Ofelia Raga Selma es una figura que luchó contracorriente por su condición de mujer en una época en la que el género y la posición social impedía hacerse un hueco en el mundo musical.

Como cualquier mujer no tenía cabida en este mundo en el que la profesión de músico era exclusivamente masculina.

Las Bandas de Música, MANOLI ARACIL – 13 de septiembre de 2021

A pesar de ello, existieron músicas como ella que lograron hacerse un hueco en el mundo de la composición y la dirección.

Nació en Catarroja el 30 de abril de 1911, le tocó vivir la guerra y la posguerra, una situación todavía más difícil acompañada de hambre y penurias con el canon establecido de la negada independencia y creatividad de las mujeres. Sus padres, de oficio zapateros, lucharon muchísimo para darles estudios a sus seis hijos, sobre todo a sus hijas.

Ethelvina, con grandes dotes para la música, siguió los pasos de su hermana Asunción que sobresalía como compositora, aunque tristemente murió muy joven. Fue entonces cuando su hermana Amparo se convirtió en tutora de Ethelvina. Los grandes cambios históricos de España le hicieron vivir un increíble cambio social, experiencias que se vieron reflejadas en su obra. Centenares de canciones, música de baile, zarzuelas… y el hito de ser la primera mujer en dirigir la Banda Municipal de Valencia.

Un hecho muy destacable de estas mujeres es su vocación innata, ya que la falta de referencias y valoraciones hacia ellas y sus obras, las convierte en genios que se hacen a sí mismos.

Raquel La Cruz, profesora de violonchelo del Conservatorio de Música de Valencia, realizó un magnífico trabajo de investigación que se puede consultar en la Revista Digital Notas de Paso. Esta estudiosa encontró entrevistas y conversaciones de las nietas de la compositora, además de algunas cartas.

España se encontraba en una situación política con dos bandos muy distanciados, uno conservador inclinado hacia la Iglesia y el otro liberal y republicano. La I Guerra Mundial estaba a punto de comenzar y España era territorio neutral.  Los republicanos, liderados en Valencia por Vicente Blasco Ibáñez, no tenían apoyo de la iglesia y su gran preocupación era la vida municipal y el proceso científico, lo que les enfrentaba al clero. El 50% de la población era analfabeta y los valencianos se dedicaban al cultivo de vid y naranjas durante las décadas del 1920 y 1930 y lo mismo ocurría en Catarroja, lugar en donde nace nuestra compositora, sin embargo, fue una de las privilegiadas en acceder a los estudios.

A temprana edad recorrió diversas poblaciones valencianas en compañía de su hermana Amparo, la cual fue su primera instructora y a los nueve años ya comenzó sus estudios musicales aprendiendo solfeo, armonía, violín, piano, Historia de la Música, dirección de Orquesta y folklore, declamación, Historia del Arte Dramático… obteniendo el título de violín, piano y composición en 1925 en el Conservatorio de Música de Valencia. Sin embargo, la difícil situación de España hizo que su gran carrera musical no pudiera desarrollarse con el esplendor que podría haber realizado, fueron muchas las alteraciones sociales: el golpe militar y la dictadura de Primo de Rivera, represiones y un largo etcétera que como a la mayoría de los artistas les truncaba la carrera teniendo que actuar en asociaciones benéficas y sociales.

Un hecho que influyó en la vida de Ethelvina tuvo lugar en plena Guerra Civil. Ingresó en el Convento de Vich como novicia, pues estuvo preparándose unas oposiciones de composición para París con las monjas de la Misericordia de Valencia y quedó tan impresionada de esta forma de vida que decidió ingresar. Desde allí marcha a Tàrrega (Lleida), pero como le pusieron impedimentos para formar un coro de obreros regresa a su ciudad natal convirtiéndose en organista de Las Damas Apostólicas del Sagrado Corazón de Valencia.

Ethelvina tenía la oportunidad de ejercer sus obras en la sección femenina de la Falange de las JONS a través de los Coros y Danzas, pues esta asociación controlaba los locales sociales, culturales y educativos, pero la única recompensa que recibía era el poder interpretar sus obras, así que se marcha a Manzanera (Teruel), en donde podía dirigir la banda que allí se había formado, pero la presencia de los maquis la hacen regresar a Catarroja.

La pobreza en España iba en aumento, los músicos trabajaban con sueldos precarios y Ethelvina se presenta a las oposiciones del Conservatorio de Orense, pero el insuficiente salario no le daba ni para poder pagar la pensión, por lo tanto, opta como muchos españoles a emigrar y se marcha a Suiza hasta que en 1977, cuando la democracia se instala en España, puede regresar. Ethelvina ya tenía 66 años con una gran carrera musical a sus espaldas que siempre estuvo marcada por los grandes cambios históricos y sociales.

Dirige a la Banda Municipal en 1957

Entre tantos sucesos se convirtió en la primera mujer que dirigió la Banda Municipal de Valencia en años de represión y muy difíciles. Ello ocurrió por la obtención de una beca en 1957 a través de la Diputación en la que pudo dirigir esta agrupación, exactamente el 19 de mayo de ese mismo año. La concesión de esta beca la convirtió en la primera figura femenina directora que se ponía al frente de la Banda Municipal de Valencia.

Cuando se traslada a Suiza se pone al frente de la revista alemana 7 Flechas, dedicada exclusivamente a emigrantes. A su vuelta a Madrid en los años 70, Ethelvina se pudo adaptar perfectamente al avance democrático de España, ya que había vivido bajo este modo social político de aquel país. Su vida continuó en tierras españolas, ejerciendo como profesora de clases particulares de música y dirigiendo la revista Ritmo, publicación especializada en temas musicales. Esta época también fue muy creativa, pues combinaba sus clases con la creación de guiones cinematográficos.

La vida de esta mujer es muy controvertida por los cambios políticos y su afán de trabajo fue tan impresionante que llegó a padecer el mal del escribano. Para recuperarse necesitaba calor en las manos y durante su estancia en Suiza trabajó en una fábrica de relojes y en otra de cuerdas para calentar sus manos y poder recuperarse. Gracias a su pronta recuperación consigue sacar el título de órgano.

Formación completa

Como se puede comprobar, la vida de esta mujer es impresionante con una formación de lo más completa, fue poeta, escritora, música… abarcando amplitud de estilos y técnicas. Esta clase de personajes tan carismáticos sufrieron en su carrera diversos conflictos que pudieron llegar a truncar sus obras, pero son figuras tan controvertidas que incluso se puede llegar a pensar que los aspectos históricos y la lucha por ser mujer entre una profesión masculina enriquecieron todavía más sus obras. Quizás por ello tuvo una vida tan erudita, tanto en el mundo religioso como portando la bandera republicana. Lo cierto es que en todos los ambientes que vivió supo sacar el mayor provecho a través de la música. Incluso en el final de sus días se vio envuelta en el separatismo de la lengua valenciana y fue simpatizante del Partido Conservador.

Un tratado sin editar

A los 84 años escribía cartas a políticos, alcaldes, al Rey… siempre fue muy particular con ideas bien claras hasta su vejez. Le gustaban los debates, las tertulias, discusiones… siempre rompiendo con la época incluso en su forma de vestir. Tiene un tratado todavía sin editar en donde demuestra su talla de intelectual, es el Tratado de instrumentación para banda en donde se muestra filosofía, historia, estética… traducidos por ella misma en cinco idiomas.

Murió en 2005 en una residencia de ancianos con su singular carácter alegre y esperando que la Orquesta de RTVE o la Nacional de España interpretara alguna de sus obras que por supuesto no llevaban su nombre por ser mujer, sino variedad de pseudónimos

Fue una mujer enérgica, no dudo en exiliarse en Suiza donde continuó su carrera y donde completó sus estudios de organista

Protagonizó una enorme actividad en el mundo de las bandas y fue profesora en el  Conservatorio de Orense

Manoli Aracil

Una figura se podría decir casi misteriosa, una mujer en una época en la que la figura femenina no era considerada dentro de la cultura como creatividad propia.

Era impensable que una mujer tuviera conocimientos culturales, por ello, si se daba el caso, se le consideraba algo fuera de lo común, dando lugar al rechazo. Esto es lo que ocurre con este personaje femenino del que hoy tratamos Lola Vitoria Tarruella.

Fuente: https://www.lasbandasdemusica.com/ – MANOLI ARACIL – 13 de julio de 2021

Poca información real se ha podido recoger de ella, existe como cierto hermetismo… por ello hemos tenido que recurrir a la investigación de Joaquín Navarro García,actor y tenor cómico fallecido este año 2021. A través de su hija Amaya hemos tenido acceso a su trabajo. También con la colaboración de Pilar Sánchez Picó, ambas compañeras de trabajo en el Conservatorio Ruperto Chapíde Villena.

Joaquín comenzó a investigar sobre la vida de esta compositora y conforme iba profundizando el interés se hacía mucho mayor, pues se encontró con una misteriosa vida que atañe a esta mujer. Se decía de ella entonces que era bruja, que estaba loca, que tenía muchas rarezas –comentarios aislados, incoherentes– se supone que por su singular comportamiento como mujer. Joaquín iba descubriendo así una figura notable de personalidad atrayente, fuera de lo común para su tiempo. Sin contar con preparación académica, llegó a destacar en la música y la literatura. Los documentos reales eran muy escasos y Navarro García recurrió mientras pudo a la información a través de los comentarios y confidencias de sus familiares. Incluso a veces tuvo que abandonar el trabajo por la escasez de información.

Lola Vitoriafue escritora de teatro y compositora, todo un hallazgo de aquella época y todavía es más sorprendente que en la Bibliografía de la Ciudad de Villena y su partido judicial de José María Solerse vieran reflejadas algunas de sus obras, aunque incompletas. Solamente hay una obra registrada en la Sociedad General de Autores, la zarzuela María Rosa. Hay que resaltar que por deseo expreso de la compositora todas sus obras (a excepción de las desaparecidas) quedaran al cargo de Alfonso Arenas García, amigo muy apreciado de la familia , abogado y albacea de la misma.

En el año de su nacimiento, 1880, ocurrieron hechos tan significativos como el estreno de la Obertura 1812 de Tchaikovsky,Las Danzas HúngarasdeBrahms, A Sevilla por Todode Barbieri,La Canción de la Lolade Chueca y Valverde, Chapí comienza su triunfal carrera, nace Manuel Penellaen Valencia… hechos muy marcados en la historia de la música; a ello se le añade la creación de la Banda de Música la Novísima de Alcoy. En este mismo año y en la misma ciudad nace Dolores Agustina Ana Vitoria Tarruella, adoptando el nombre de Lola Vitoria que así siempre se la conoció.

Nació el 28 de agosto, hermana de pequeña de tres hermanos e hija deFacundo Vitoria y Dolores Tarruella, de Cocentaina y Barcelona respectivamente. Su abuela materna era natural y residía en Villena. Por ello, al morir el padre de Lola Vitoria, como su abuela también había enviudado, su madre decide marchar a Villena para vivir con ella. La compositora tan solo tenía ocho meses; razón por la que siempre se la consideró de Villena, de lo que estaba muy orgullosa. Su familia era de posición acomodada ya que sus abuelos paternos tenían un negocio de ultramarinos.

Un percance en su vida fue la pérdida del ojo derecho debido a una infección y con tan solo siete años se le implantó una prótesis ocular. La educación le era recibida siempre por sacerdotes en forma de clases particulares, pues su madre se oponía a que estuviera con otros niños debido a que Lola –se decía– tenía fenómenos paranormales razón por la que quería ocultarla. La videncia y las imposiciones de manos le perturbaban, aunque ella se resistía a creerlo.

Marchan a Valencia cuando su hermano Arturo comienza su etapa académica, una etapa en la que a Lola se le despierta el entusiasmo por la música al asistir a recitales con su madre. Es entonces cuando muestra un carácter exigente y temperamental y su madre decide que reciba clases particulares de música de muy buenos compositores valencianos como José María ÚbedayJosé María Fayos Pascual, el primero un gran improvisador de órgano que influyó en la compositora en sus improvisaciones pianísticas y el segundo,alumno de Salvador Giner, uno de los grandes influyentes en el renacimiento de la música valenciana. Con estos dos grandes profesores, Lola estudia solfeo, harmonía, composición, piano y guitarra con una facilidad extraordinaria. Estas cualidades junto a su forma de ser tan independiente le hacen tomar la decisión de componer Marcha para la Coronación. Una decisión que tomó con tan solo diecisiete años y que mantuvo en secreto. Se la dedicó al rey Alfonso XIII y la mandó a Madrid al concurso que se celebraba para tal evento, resultando premiada y editada por la famosa editorial Luis Tena. Comienza así su aprendizaje de forma más independiente, más autodidacta, dejando a un lado otras materias e inclinándose hacia la música y la literatura, en esta última hacia la prosa.

Su hermano termina la carrera de Derecho, es entonces cuando Lola y su madre regresan definitivamente a Villena y es aquí, dentro de su círculo de amistades, cuando se centra en los gustos artísticos, con amigas con aptitudes hacia las Bellas Artes, teniendo la oportunidad de asistir a veladas musicales escuchando a grandes artistas como el guitarrista Francisco Tárregaque igualmente la escuchaba a ella haciéndole tocar improvisaciones y sus propias composiciones. A estas veladas también asistían otros compositores como el director de la Música Nuevade Villena Camilo Pérez Laporta.Se acercaba el final de siglo XIX y Lola ya poseía numerosas composiciones autodidactas con buen gusto musical que le hacían prever el futuro que le esperaba.

En el año 1903 contrae matrimonio con su primo y farmacéutico Tomás Giner Gálbis,trece años mayor que ella, un hecho que le provoca un parón en su carrera musical, y que mantiene cierto recelo con la iglesia por su profesión científica, y le insta a ella a no asistir a los oficios. Por contra, siempre la apoyó y valoró en sus creaciones. Tomás destacaba en la pintura, la astrología y la literatura. Estuvieron siempre muy enamorados y el amor hacia su marido le hace seguir sus deseos; sin embargo, esta situación no le impide seguir componiendo en su propio gabinete en donde realiza innumerables veladas con un público reducido, ya que su carácter intolerante a la mediocridad hacía que sus vecinos la miraran con distanciamiento. Del matrimonio nacen dos hijas: Luz y Amparo.

Los numerosos viajes fuera de la ciudad son muy frecuentes, no le agradaba el ambiente cultural de su tierra y viaja a otras ciudades para asistir a teatros y conciertos. Su buena situación económica se lo permitía; ello dio lugar a relacionarse y conocer a muchas amistades importantes. En 1909 estrena en Alicante con música y letra de su propia mano, la zarzuela María Rosarecibiendo muy buenas críticas y un notable éxito.

Un hecho que le marcará su vida de forma dramática es la muerte de su hija Amparo con tan solo seis años debido a las fiebrestifoideasy un mes después su otra hija, contagiada por su hermana, muere igualmente a la edad de once años.

Esta tragedia hace que recaiga en una profunda depresión que achacaba a un castigo divino por distanciarse de la iglesia. Su esposo teme por ella y le hace la promesa de una peregrinación a Lourdes y gracias al amor y la ilusión levanta su ánimo. En dicha peregrinación, Lola reza en la gruta de Lourdes pidiéndole a la Virgen la reconversión de su marido hacia la iglesia. Ella nunca lo había forzado, deseaba que fuera por su propia decisión y así ocurre cuando se desprenden unos pétalos de rosas que caen en el hombro de Tomás, tomándolo como un milagro, al cual él accede y se acoge en el seno de la Santa Madre Iglesia.

Ella, no obstante, sigue con sus sesiones de espiritismo, se refugia en ello, creyendo que puede comunicarse con sus hijas de esta forma. Tomás deja a un lado todas sus actividades y se dedica a la política. Es entonces cuando Lola comienza su etapa más fructífera, compone y escribe sin cesar para dejar así a un lado su dolor y vacío de madre. También le ayudan sus salidas al campo en donde cantaba con los labriegos y tocaba la mandolina.

En 1918 estrena en Madrid otro de sus notables éxitos, la zarzuela Mi Granada con unas excelentes críticas en los medios de comunicación. Es en estos años cuando comienza a sufrir un carcinoma que le produce hemorragias, pero que no le impide llevar una vida normal.

Comienza la Guerra Civil y los dos son apresados. Lola fue liberada cuatro meses después y Tomás, su marido, al finalizar la contienda. Son los años 40 y Lola empeora por su enfermedad, pero, aun así, su creatividad no decae. En esta etapa tan oscura escribe su Fantomas llora. 

Sus salidas al campo son cada vez más largas y le ronda por la cabeza la idea de crear un organismo oficial que cuidara de los artistas de forma espiritual y corporal. Su deseo era proteger a este sector cultural y busca ayuda y apoyo entre sus amistades relacionadas con la música y el teatro, consiguiendo (no sin pagos) el permiso del obispo de Orihuela para reservar la Capilla del Santísimo, algo que le llenó de alegría y entusiasmo, pero su enfermedad era imparable y a finales de esta década se le declara una metástasis convirtiendo en un infierno la poca vida que le quedaba. Su cuerpo se va consumiendo, pero no la fuerza y entereza de su carácter que le hacían mantener su espíritu fuerte e indomable. Lola Vitoria muere el 10 de mayo de 1952 y es enterrada en Villena junto a sus dos hijas. Había compuesto 55 obras musicales (para gran banda, cámara, canto y piano (11), piano (32) y teatro (12).

Termina aquí la vida de una mujer que, por la época en la que le tocó vivir, se convirtió en casi una leyenda. Sus ideas, sus necesitadas ganas de aprender por sus grandes dotes, la inclinaron a enfrentarse a la sociedad, de ahí su imagen de rareza que la hacía destacar ante las mujeres coetáneas. Decía que con los hombres se aprendía muchos más… palabras que dan muestra el lugar que ocupaban las mujeres, pues nunca faltó la creación entre géneros, simplemente se clasificaba lo masculino y lo femenino. Una muestra entre tantas era que el Maestro José Serranonunca se atrevió en las veladas a tocar después de ella, no por deferencia, sino tal vez por temor a no superarla técnicamente.

Destaquemos:

Recibió clases particulares de música de muy buenos compositores valencianos como José María ÚbedayJosé María Fayos Pascual, el primero un gran improvisador de órgano que influyó en la compositora en sus improvisaciones pianísticas y el segundo discípulo de Salvador Giner.

En 1909 estrena en Alicante con música y letra de su propia mano, la zarzuela María Rosarecibiendo muy buenas críticas y un notable éxito, y en 1918 otra zarzuela Mi Granada, con buenas críticas, entre otras composiciones hoy perdidas.

Sus ideas, sus necesitadas ganas de aprender por sus grandes dotes, la inclinaron a enfrentarse a la sociedad. Tras ser apresada por sus ideas durante la Guerra Civil escribió una comedia, Fantomás llora.

Hoy, en la sección “Desde el Aula” de la Revista Diapasón, conocemos más de cerca la labor pedagógica de Pedro Ángel López Sánchez, profesor de flauta travesera en la Escuela de Música de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla.

Escrito en diapason – 16 diciembre, 2021

Esto es lo que nos ha contado:

P.- Formas parte del claustro de profesores de la Escuela de Música de Yecla desde el año 1999 impartiendo Flauta Travesera, por ello, ¿qué  destacarías de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla en cuanto a labor social, actividades y valores que transmite?

R.- Realmente considero a la Asociación parte de mi familia. No conozco otra entidad sin ánimo de lucro que realice una labor social y educativa de tanto calado hacia una población.

He conocido a muchos alumnos, músicos de la banda, directivos y personal de la Escuela, sin lugar a duda, se transmite en el ambiente la pasión por la música y la complicidad de todos ellos.

P.- ¿Qué aspectos destacarías de la Flauta Travesera en cuanto a sonido y características en general?

R.- La flauta es un instrumento solista, tanto en banda como orquesta, quizás sea uno de los factores por los que tanta gente ha optado por este instrumento. La capacidad técnica y las diferentes posibilidades sonoras son su gran atractivo.

P.- ¿Qué consejos o buenos hábitos de estudio sueles recomendar a tu alumnado?

R.- Cualquier instrumento debe ser estudiado diariamente o con una habitualidad. Aquí no vale el “atracón” de última hora. Quizás es lo justo, el que trabaja diariamente ve recompensado su esfuerzo.

Como decía T. Wye; tiempo, paciencia y trabajo inteligente.    

P.- Y en el aula, ¿cómo es el día a día en las clases y cómo sueles enfocar el trabajo con el alumnado?

R.- Les hago ver que lo más importante es el estudio en casa. Es habitual en mi trabajo visionar vídeos de partes solistas de flauta o música clásica en general. Mostrarles hasta dónde se puede llegar si hacen un estudio constante. Y no me refiero a que sean profesionales, si no a cómo se puede llegar a disfrutar tocando un instrumento.          

P.- Por último y bajo tu punto de vista, nos gustaría que citaras a grandes flautistas de diferentes estilos y nos recomendaras algunas de sus obras o interpretaciones para poder verlas en los siguientes vídeos y aprender un poco más con ellas.

R.- Destacaría a flautistas como James Galway, Patrick Gallois y Emmanuel Pahud.

Creo que son los flautistas de referencia de los últimos años y con los que he crecido escuchando.

Aquí van algunos ejemplos:

Muchas gracias Pedro por tu amabilidad y por dejarnos conocer de tu mano un poco más, este instrumento.

Cecilia O.

Colaboradora AAMY.

 

Elena Romero fue una artista, intérprete, directora y musicóloga que se comprometió con la República y lucho por la incorporación de las mujeres a la música

Fuente: https://www.lasbandasdemusica.com/ –MANOLI ARACIL – 5 de junio de 2021

Comenzamos una serie de publicaciones de quizás una historia oculta, una historia ignorada, tapada por distintos aspectos, pudieran ser ideológicos o mejor definirlos como consecuencia del contexto histórico-social. El papel de la mujer siempre ha sido secundario en cualquier aspecto cultural. Se sabe que muchas de ellas tenían que firmar con seudónimos para que sus obras fueran admiradas y no rechazadas. Estos seudónimos solían ser nombres masculinos e incluso de sus propios maridos o familiares.

Como primera protagonista tenemos a Elena Romero Barbosa, una mujer que pudo disfrutar del mundo de la música gracias a su entorno social, pues hemos de tener en cuenta que una mujer dedicada a la música como hoy en día conocemos era algo inusual. Los grupos musicales o bandas de música se centraban prácticamente en los pueblos y se enfocaban a las celebraciones populares, circunstancia que todavía lo convierte en una mayor dificultad para una mujer destinada a las labores y quehaceres del hogar.

Elena nace en Madrid en 1908, en el seno de una familia acomodada, por lo que siempre estuvo rodeada de un buen entorno cultural. Su padre era un buen periodista y a su vez diputado de las Cortes Generales. El hecho de pertenecer a una familia de buen nivel social le permitió que su educación, al igual que la de su hermana Rosario, fuera muy esmerada en la práctica de la música, especialmente con el piano, instrumento fiel dentro de estos círculos sociales.

La gran destreza de Elena le hizo desarrollarse de tal forma que a los 12 años ya realizó su primer concierto en Madrid y de esta forma pudo ser respaldada por integrantes de la alta sociedad comenzando también sus estudios de composición.

Para continuar su perfeccionamiento en el aprendizaje, se traslada a Barcelona ingresando en una de las Academias más prestigiosas, la de Frank Marshall. En aquella época, España se encontraba en una situación política complicada. Monárquicos y republicanos establecían sus diferencias y ella, influida por su profesor Salvador Barcarisse,se decanta hacia el lado republicano, chocando de esta forma con la posición de su familia, aunque su padre siempre se mantuvo en una posición neutral.

Cuando estalla la Guerra Civil Elena se encontraba en Valencia en plena actuación de conciertos en la radio, por lo que regresa a Madrid, pero sus pensamientos ideológicos le hacen regresar convirtiéndose en una gran colaboradora del Ministerio de Propaganda gracias a sus conocimientos, acompañada siempre de su profesorBarcarisse. Sus ideas republicanas engrandecen sus conciertos en los campos colectivos.

Poco antes de acabar la guerra regresa a Barcelona. La academia de Marshall había desparecido, sin embargo, permanece en esta ciudad, es entonces cuando contrae matrimonio con el revolucionario Agustín Fernández. Sus padres se encontraban en Madrid y mueren en la penuria sin poder despedirse de ellos, hecho que le acompañará el resto de su vida.

Acabada la guerra, Marshallreabre la academia y ella vuelve a retomar los estudios de violín y más profundamente de composición. Una época en la que Elena sufre grandes desgracias como la muerte de su hija y varios abortos, a lo que se le une la temible enfermedad de la época: la tuberculosis;por lo que tiene que cambiar de ambiente y clima regresando a Madrid en donde comienza una nueva etapa de su vida. En 1944 nace su primer hijo varón y tres años después el segundo.

Es en esta etapa cuando se dedica totalmente a la composición con profesores como Joaquín Turina, al cual le dedica tras su muerte “Canto a Turina”una de sus composiciones más representativas de su carrera. Posteriormente continuará los estudios con Julio Gómez.

Su gran vocación le hace avanzar mucho más en sus estudios no conformándose solamente con la composición y es entonces cuando se lanza a la dirección de la mano de Ataulfo Argenta. Comienza así toda una aventura, ya que al ser profesión exclusivamente de hombres, se convierte en la primera mujer directora de orquesta en España. Se la ha llegado a definir como una pionera que logró quebrantar la desigualdad social.

Su gran carrera continúa combinando todos sus aprendizajes: composición, interpretación pianística y dirección. Es en esta etapa cuando aparecen sus mejores composiciones, recibiendo grandes premios, una de ellas es el Ballet Títeres, otorgándole el Premio Pedrell.La BBC premia igualmente sus canciones sudafricanas y viaja hasta Alemania y Francia para grabar algunas de sus obras. Por su fama de directora es reclamada en las orquestas del momento, realizando a la vez conciertos de piano y grabaciones radiofónicas. Todo ello lo compagina como crítico musical en la revistaRitmo.

El éxito y la fama habían llegado a su vida, pero la fulminante muerte de su marido le destroza de forma emocional, además de que era su propio mánager y representante. Queda así sola al cuidado de sus dos hijos y con la impotencia de administrar su propia agenda.

Su siempre profesor Barcarisse le anima a trasladarse a París, sin embargo, la preocupación por sus hijos por trasladarse a otro país, hace que su carrera caiga en decadencia y se dedique solamente a la enseñanza.

Llegados los años 70, Elena comienza a interesarse por el vanguardismo español de la época. Estas nuevas tendencias le incitan de nuevo a componer, gracias a los encargos que María Luisa Ozaita le realiza. Esta era la directora de la Asociación de Mujeres en la Música, una asociación creada en esta década y en la que le brindan la oportunidad de realizar actos y conferencias.

La carrera de Elena vuelve a resurgir con nuevas composiciones, proyectos y continuando con sus trabajos en la enseñanza hasta que muere en 1996. Desaparece así una de las mujeres más luchadoras de un tiempo nuevo en un mundo cambiante; una mujer que como cualquier artista se enfrentó a sus adversidades, pero sin olvidar que por su condición de mujer le resultó todavía más controvertida. Su carácter rebelde y rompedor dio lugar a una mujer de gran personalidad que supo luchar sin perder en ningún momento el amor por su tierra y su familia.

Gracias a la información que hemos recogido a través de la autora Blanca Alfonso Salasen la publicación de la revistaColario, sabemos que gran parte de su obra se encuentra inédita y manuscrita, depositada casi en su totalidad en la FundaciónJuan Marchy buena parte de ella en la Asociación de Mujeres en la Música, además de algunas piezas cedidas por la familia a esta esta misma autora. También se pueden escuchar grabaciones de algunas de sus obras. Blanca Alfonsonos informa que en 2003 y sin ninguna ayuda institucional se pudo sacar a la luz con mucho esfuerzo la Integral de su obra para piano. A pesar de ello todavía queda mucho por difundir de esta gran artista.

El ejemplo de Elena Romero ha sido muy significativo en el mundo de la música, por ello se han realizado investigaciones y trabajos sobre su figura. Entre muchos de ellos, destacamos el de Pilar Suárez Guaita, valenciana afincada en Madrid, el cual llevaba como título “La musa invisible”, característica que dice mucho de esta importante figura.

Como ya hemos comentado varias veces en esta sección, dentro de este género musical existen varios tipos de pasodobles: pasacalles, zarzuelas, baile, marchas, tunas, concierto, festeros, regionales, canción, etc., cuya diferencia, además de sus características técnicas musicales, radica principalmente en el motivo u origen de su composición, para qué y porqué se compone dicha obra por parte del autor.

Escrito en diapason – 9 diciembre, 2021

El pasodoble puede ser parte de una zarzuela, incluso como ya vimos, de una ópera; puede estar pensado para ser cantado como canción, formar parte de una banda sonora, ser compuesto para desfilar en una fiesta determinada; interpretado durante los festejos taurinos, estar dedicado a una ciudad, región, comarca o a sus habitantes, costumbres y tradiciones, e incluso ser escrito para homenajear a un colectivo o a una persona en concreto.

La obra de la que vamos a hablar en este artículo es una mezcla de varios de los motivos anteriores, puesto que a su vez es una obra dedicada a una persona, escrita para homenajear a un colectivo como es una banda municipal y que se ha convertido en un pasodoble utilizado para desfilar en diferentes fiestas, especialmente en el levante español, y muy concretamente en las fiestas de Moros y Cristianos, aunque no solo en estas.

Se trata del pasodoble “Francisco Bravo”, del maestro Manuel Carrascosa, obra dedicada al músico villenense y fundador en el año 1922 de la actual Banda Municipal de Villena.

Familia Bravo-Gracia en el año 1903. Francisco Bravo y su esposa Consejo aparecen en el centro de la última fila. (Foto cedida por www.villenacuentame.com)

Este es uno de los motivos por los que hoy hablaremos de dicho pasodoble, puesto que en el próximo año se cumplirá el Centenario de la banda de la vecina localidad de Villena, pero no el único, pues este pasodoble-marcha, sin saber muy bien porqué, y de una forma no escrita, -sencillamente se ha ido tocando año tras año-, se ha convertido también, en una de las bandas sonoras tradicionales de  las Fiestas Patronales de Yecla, puesto que es interpretado de una forma natural en varios momentos importantes de dicha festividad.

Francisco Bravo Gracia, nace en Villena el 1 de noviembre de 1876. Su familia era de clase media y con cierta holgura económica, dado el trabajo artesanal del padre, que por tradición familiar eran canteros y marmolistas, pero donde no existía ningún  ambiente musical.

Inicia sus estudios de primaria en la escuela de “La Tercia”, y con 9 años de edad comienza con su enseñanza musical de la mano de su primer maestro, el aguileño, Francisco Díaz Romero, fundador en 1887 de la “Juventud Musical Villenense” con la que el joven Francisco realizó su primera actuación con el oboe durante las fiestas de 1888.

En 1892, y tras la dimisión de Díaz Romero, toma el relevo hasta el año 1898 el alcoyano Camilo Pérez Laporta, prestigioso músico y compositor. Si importante fueron las enseñanzas de Díaz Romero, el magisterio de Pérez Laporta fue fundamental para que el joven Francisco descubriera su verdadera vocación musical.

Banda “Juventud Musical Villenense” 1988.  Director: Francisco Díaz Romero. Francisco Bravo es el cuarto de la tercera fila por la izquierda. (Foto cedida por www.villenacuentame.com)

En el año 1900, tras unos años difíciles en el que a punto estuvo de desaparecer la banda, Francisco Bravo, animado por sus compañeros, y a propuesta del Ayuntamiento se hace cargo de la dirección de la banda que en aquel momento estaba integrada por 18 músicos, puesto por el que no recibiría ningún tipo de retribución durante más de 11 años.

Se casó en 1902 con la villenense Consejo Crespo Marco, que tenía estudios musicales y una bonita voz de soprano, y con la que, y para poder mantener a su familia, impartían clases de música en su propio domicilio, encargándose Consejo del solfeo; academia a la que asistían cada vez más niños, y que luego ingresaban en la banda que llegó a contar por esta época con cerca de 45 miembros.

En 1909 organiza en el Teatro del Circulo Artístico, junto al maestro José Serra Dalmau, un extraordinario homenaje en honor a Ruperto Chapí, por el éxito obtenido con el estreno de «Margarita la Tornera». Formando parte unos pocos días después en la comitiva oficial, desde Villena se desplaza a Madrid para asistir a los funerales del compositor.

A partir del año 1911 el Ayuntamiento de Villena le asignaría un sueldo de 40 pesetas, que tuvo que complementar con la enseñanza en la academia que tenía en su domicilio. Tras unos años, la falta de apoyo, de estímulos, de ilusión, hicieron que la banda fuera a menos poco a poco hasta su desaparición en 1920.

Año y medio estuvo la ciudad de Villena sin banda de música, teniendo que ser contratadas para las fiestas las de las localidades vecinas de Caudete, Sax, Benejama o Biar, hasta que, y por iniciativa del alcalde Pedro Menor García, en el año 1921 se toma la decisión de crear una banda de música formada por niños de entre 8 y 14 años, para lo que se pone al frente a Francisco Bravo.

Banda Municipal de Música de Villena en 1922 año de su fundación. Director Francisco Bravo Gracia.  (Foto cedida por www.villenacuentame.com)

Este sería sin duda el mayor reto al que se enfrentó el maestro, puesto que había que crear una nueva banda de música desde cero. En junio de 1921 se puso en marcha la academia para formar a los futuros músicos, con la ayuda de su esposa Consejo, ciento sesenta niños educandos se matricularon en la misma. El 5 de septiembre de 1922 fue la presentación oficial de la joven Banda Municipal de Villena, compuesta por 65 componentes y que el próximo año celebrará su Centenario.

Francisco Bravo Gracia, fue además de un gran docente, un excelente instrumentista, llegando a ser un virtuoso del oboe, pero tocando también con cierta desenvoltura el piano. Su labor  como compositor es menos conocida, estando actualmente la mayoría de su obra desaparecida. Se sabe que compuso bastantes pasodobles del que sólo nos ha llegado hasta hoy el titulado “Julito”, dedicado a su hijo, así como polcas, mazurcas y demás bailables de la época, y por supuesto varias marchas moras.

Falleció en Villena el 24 de noviembre de 1934.

Sus hermanos también eran músicos. Julio tocaba la trompeta, Mario el fliscorno y Silverio era percusionista, los tres llegaron a pertenecer en algún momento a las bandas que dirigió el hermano mayor.

Varios de sus hijos estudiaron música. Francisco, el mayor, tocaba la flauta y también el piano, y era además compositor. Sucedió a su padre tras su muerte por un breve tiempo como director de la Banda Municipal. Julio era pianista y maestro concertador de la «Coral Ilicitana» de Elche. Su hija Boni también tocaba el piano, aunque sólo en las veladas de la familia.

Francisco Bravo Gracía. 1930. (Foto cedida por www.villenacuentame.com)

El Ayuntamiento de Villena, como reconocimiento a toda una vida en pro de la música en la ciudad, siendo alcalde Pascasio Arenas, rotuló una calle con su nombre. Asimismo como homenaje al maestro Bravo, el buñolero Manuel Carrascosa, director durante más de 40 años de la Banda Municipal en Villena,  le dedicó un pasodoble de ritmo airoso, con el nombre de “Francisco Bravo” que fue estrenado el 5 de septiembre de 1941.

Del autor Manuel Carrascosa García, del que hablaremos con más amplitud en esta sección en próximas entregas, -puesto que fue un prolífico compositor sobre todo de música festera-, destacamos que nació en Buñol el 17 de noviembre de 1911, siendo nombrado director de la Banda Municipal de Villena en 1939, dirigiendo la misma hasta el día de su jubilación en 1978.  En el año 1965 el Ayuntamiento de Villena le concedió el Título de Hijo Adoptivo de la ciudad. Falleció en Villena  el 10 de mayo de 1997. Por acuerdo del Pleno Municipal sus restos mortales fueron trasladados en 2013 al  Panteón Municipal de Personas Ilustres de Villena, ubicado en el Cementerio Nuevo.

Manuel Carrascosa García. 1977. (Foto cedida por www.villenacuentame.com)

Es autor de numerosas composiciones, de las que una gran mayoría son pasodobles y marchas dedicadas en gran parte a las comparsas de Moros y Cristianos de Villena, y que son consideradas por estas como su obra oficial. De todo su catálogo vamos a destacar, por la gran resonancia que tiene en su ciudad adoptiva, el pasodoble “La Morenica”.

Y como ya dijimos al inicio de este artículo, hemos elegido el pasodoble “Francisco Bravo” por ser una obra dedicada al fundador de la Banda Municipal de Villena, agrupación que el próximo año 2022 celebrará su centenario, como un granito de arena dentro de los actos de homenaje a nuestros compañeros y amigos villeneros.

“Francisco Bravo” pasodoble. Guion del director.

Además, y coincidiendo con las fechas en las que durante más de tres siglos y medio se celebran las fiestas patronales de Yecla, puesto que como ya indicamos este pasodoble se ha convertido, por costumbre, -pues no está reflejado en ningún documento escrito-, en una de las obras que los músicos que acompañan a las Mayordomías de nuestras fiestas, interpretan durante ciertos actos del protocolo que marca las ordenanzas de las festividades en Honor a la Purísima Concepción, Patrona de Yecla.

A continuación podremos visionar un vídeo, realizado como homenaje al maestro Manuel Carrascosa, y donde se puede escuchar su pasodoble “Francisco Bravo” interpretado por la Banda Municipal de Música de Villena dirigida por Pedro Ángel López Sánchez.

Fuentes:

– Archivo Banda Municipal de Villena.

– Archivo de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla (AAMY).

– http://www.villenacuentame.com/

 

José Miguel Ibáñez Lax.

Martes, 7 de diciembre de 2021 – Auditorio Maestro Padilla

1ª PARTE

Quanto e bella …………………….…… G. Donizetti, L´elisir d´amore

O figli…Ah, la paterna mano …………..G.Verdi,Macbeth

E lucevan le stelle…………………………..G.Puccini,Tosca

Una furtiva lágrima ……………….……G. Donizetti, L´elisir d´amore

Dalla sua pace …………………………….. W.A.Mozart, Don Giovanni

Tenor, Javier Palacios

2ª PARTE

Symphony No. 5 en Mi menor Op.64……………..P.I.Tchaikovsky

1.Andante – Scherzo: Allegro con anima

2.Andante cantabile, con alcuna licenza

3.Valse: Allegro moderato con patrioso

4.Andante maestoso – Allegro vivace – Molto meno mosso

Dirigido por los 4 finalistas del I Concurso Internacional de Dirección de Orquesta “Universidad de Almería”

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Si nos acogemos a la definición más convencional de la palabra “música”: sucesión de sonidos ordenados en el tiempo (Oxford Dictionary), a priori es indudable que es una explicación correcta y categórica, pero al mismo tiempo es simplista. ¿Las experiencias musicales se completan con las emociones producidas solamente por esos sonidos? ¿No necesito ningún elemento más? ¿Sólo puedo escuchar?

Escrito en diapason – 2 diciembre, 2021

Entre los años 60 y 70 surgió un nuevo tipo de arte escénica aplicable a otras disciplinas artísticas: la performance. Dentro del ámbito musical, la performance incluye como medio de expresión los sonidos a parte del dramatismo, creando así una dependencia interdisciplinar en la que la música no se entendería sin la actuación y la actuación no se entendería sin la música. Con el paso de los años, este concepto ha ido evolucionando, creando distintas variantes como el teatro musical o la música para medios audiovisuales.

Como todos podemos saber, en esta última década ha habido un boom en el uso de las nuevas tecnologías debido a su abaratamiento y al desarrollo de una cultura audiovisual en la sociedad actual. Como consecuencia, gran parte de los compositores actuales (jóvenes y no tan jóvenes) se ven atraídos e interesados por utilizar las herramientas del humano contemporáneo para la creación de sus obras, alejándose en cierta parte del instrumento tradicional. De esta forma, resolviendo las cuestiones anteriores, tanto creador como intérprete como oyente se ven sumergidos en una experiencia artística que va más allá de lo sonoro; necesitamos una imagen, un vídeo, un espacio para poder dar sentido a la escucha. Por lo tanto, no sólo escuchamos, como diría Michel Chion, compositor francés, en su libro L’audio-vision (1993): “estamos audioviendo”.

Además, este concepto se puede llevar mucho más atrás en el tiempo sin necesidad de acogernos al arte multimedia. En otros contextos como, por ejemplo, un concierto de piano de música clásica parece una obviedad que el único elemento para conseguir el deleite sea el sonido porque este tipo de obras no necesitan ningún apoyo adicional, pero esto no es del todo cierto. Cuando escuchamos, nos vemos obligados a crear imágenes en nuestra cabeza que nos acompañan en esa sucesión de sonidos, el espacio en el que nos encontramos también es determinante para producir más o menos emoción. Por otro lado, es un factor importante la gestualidad del intérprete, que nos va a ayudar a entender mejor la dirección musical. Este concepto se describe muy bien en el libro El gesto expresivo del pianista: “La gestualidad potencia el canal de comunicación, el flujo de emociones y sensaciones que se establece entre el intérprete y el público, un proceso mágico que se puede denominar el espíritu del directo” (Albert Nieto, 2016). Por medio de las grabaciones, una canción, una obra nos produce distintas sensaciones según el lugar y el estado anímico en el que nos encontremos. Reafirmando lo anterior, no sólo estamos escuchando, estamos audioviendo. El ser humano está en constante pensamiento, necesita ver para poder escuchar y viceversa.

Por otro lado, los compositores desde aproximadamente el siglo XIX hasta la actualidad tienen la necesidad de reflejar su individualidad, con mayor o menor grado, en sus obras y, para ello, se aferran a algo más grande para determinar sus emociones personales y hacerla, en la medida de lo posible, más entendible y cercana al oyente. Es decir, buscan recursos más allá de lo sonoro, como un poema o un texto, un cuadro, una historia, una imagen o un vídeo. Por estas razones, el compositor actual ve cada vez más complicado escribir música totalmente pura, teniendo a su fácil alcance tantos recursos, elementos u otras disciplinas artísticas con las que poder coger ideas y trabajar en sus creaciones. Esto no sólo se puede referir a los compositores, todas las personas necesitamos apoyarnos en algo mayor a nosotros para evolucionar y moldar cada vez más concretamente la respuesta a quién soy yo.

Para terminar, me gustaría decir, en relación a la temática del artículo, que una de las cosas más mágicas de la composición es el de poder transmitir, mediante los sonidos ordenados en el tiempo, un mayor grado de emoción sobre los actos más mundanos, afirmando que existen. Escribir sobre algo que no suena, pero se siente.

 

Juan Manuel Palao Pérez

Empleado de la Caja de Ahorros del Sureste de España, en 1964 Antonio Gonzálvez Albertos, fue trasladado a Villena para desempeñar el puesto de Interventor en la oficina de la localidad, y pese a haber tenido una experiencia laboral muy grata en Calasparra, fue a su nuevo destino ilusionado, tanto por la categoría de la plaza, como por encontrarse dicha ciudad muy próxima a su pueblo natal, Yecla.

Escrito en diapason – 25 noviembre, 2021

Desde el inicio de sus días en Villena la familia formada por Antonio, su esposa Tomasa y sus dos hijos mayores, Juan Carlos y Mª Dolores, a los que pronto se unirían sus hermanos Pedro y Conchi, supo participar como una familia más en la sociedad villenense, asumiendo y participando de sus costumbres y de sus instituciones, de sus anhelos, sus problemas y sus satisfacciones, y lo supieron hacer sin olvidar nunca sus orígenes.

En el desarrollo de su trabajo en la Caja de Ahorros, unos periodos como Interventor, y otros como Director, Antonio tuvo ocasión de relacionarse con numerosos villeneros, pero también lo hizo como vecino de las dos fincas que habitó la familia durante su estancia en Villena en la calles Joaquín María López y General Mola (hoy calle Navarro Santafé), o en su condición de miembro de las Asociaciones de Padres de Alumnos del Colegio Salesianos, del Instituto Hermanos Amorós y de las Carmelitas (asociación de la que fue Secretario cuando se proyectó y decidió la construcción del actual colegio).

Y a otros muchos vecinos de Villena conoció en su día a día, como socio del Casino Villenense y del Círculo Agrícola Mercantil, como socio protector de la comparsa de Moros Viejos, o como miembro que fue durante varios años, del jurado de los premios que otorga la Junta Central en las fiestas de Moros y Cristianos, fiestas que vivía con tanta alegría, como devoción profesaba a la Virgen de las Virtudes, a la que en numerosas ocasiones visitaba con su mujer hasta bien poco antes de su fallecimiento.

Antonio y Tomasa durante los días de Fiestas de Villena en su domicilio de la calle José María López (Foto cedida por www.villenacuentame.com)

Antonio Gonzálvez fue un villenero más, pero nunca dejó de ser yeclano; lo fue tanto como el que más, y así lo demostró a lo largo de toda su vida. En Yecla quisieron Antonio y Tomasa que nacieran sus cuatro hijos a pesar de residir en otras poblaciones, y aquí mantuvieron siempre una vivienda donde acudían cada vez que tenían oportunidad, ya fuera en el Chicharra, en autobús o en el coche de algún pariente, y finalmente, cuando pudo ser, con vehículo propio. Antonio fue durante muchos años “yeclano ausente”, pero en realidad nunca tuvo tal condición, pues siempre estaba presente en su pueblo, cuando podía, físicamente, y cuanto no podía, con el pensamiento.

Fiestas de la Virgen 1968. Antonio Gonzálvez junto al Maestro Carrascosa, director de la Banda Municipal de Música de Villena (Foto cedida por www.villenacuentame.com)

Por eso, al tiempo que era parte de la sociedad villenera, nunca abandonó su yeclanía, participando con gran sentimiento e intensidad, entre otras, en dos de los hechos colectivos o instituciones más arraigadas en la sociedad yeclana, las Fiestas de la Virgen  y el Yeclano, C.F. Antonio fue toda su vida seguidor incondicional del Yeclano, en los buenos momentos, y en los malos también, como cantan ahora los de la peña “Curvabar”. Y fue también “tiraor” desde su más pronta juventud hasta que las fuerzas ya no le acompañaron. Desempeñó el cargo de Cronista de las Fiestas en el mandato de D. Salvador Muñoz, y fue el inspirador y promotor del acto del Beneplácito tal y como en la actualidad se desarrolla, desde que fuera instaurado por la Asociación de Mayordomos y el Excmo. Ayuntamiento siendo Presidente el Sr. Muñoz y Alcalde de la ciudad, D. Domingo Carpena.

Antonio Gonzálvez en el Acto del Benepláctio del año 2001, junto a su hijo Juan Carlos Gonzálvez (Foto archivo Juan Carlos Gonzálvez)

Pero si, junto a la Virgen del Castillo algo llevaba Antonio en el corazón, ese algo era la Escuadra de la Retaguardia “Los Luna”, Escuadra de la que por razones familiares, fue miembro refundador, y a la que dedicó muchísimo esfuerzo y trabajo y muchísimo amor, que (es justo reconocerlo y agradecerlo) fue correspondido por la Escuadra, que con el tiempo lo nombró Socio de Honor y lo distinguió con el Premio Capitán Mora, premio éste que él mismo contribuyó a crear en su día.

Día de la Bajada. 7 de diciembre de 1991 (Foto archivo Juan Carlos Gonzálvez)

Cuando sobre el año 1990, la Escuadra de “Los Luna” decidió adoptar una composición musical que pudiera sonar a su paso en los diversos desfiles de las Fiestas de la Virgen, Antonio pensó enseguida en una de esas amistades que hizo en Villena, el Maestro Carrascosa, que fue Director durante más de cuarenta años de la Banda de Música Municipal de la vecina ciudad, y autor del afamado pasodoble “La Morenica” y de muchos otros pasodobles y marchas moras dedicadas a las comparsas de Villena. Antonio Gonzálvez comentó el proyecto D. Manuel Carrascosa, que de inmediato pensó en componer un pasodoble, acaso por ser eso lo acostumbrado en las comparsas de cristianos de Villena. Sin embargo, lo que “Los Luna” buscaban no era tanto un pasodoble, como un himno al uso de los que identifican a las Escuadras de las Fiestas de la Virgen, himno que finalmente compusieron con gran acierto Juan J. Ruiz Molina y Alfonso Hernández Cutillas, autores de la música y letra, respetivamente.

Dedicatoria del Maestro Carrascosa a Antonio Gonzálvez. Diciembre 1968 (Foto cedida por www.villenacuentame.com)

La cosa no quedó ahí sin embargo, pues el Maestro Carrascosa decidió entonces dedicar a su amigo Antonio ese pasodoble que quizás tenía ya en la cabeza, pasodoble de honda inspiración yeclana en el que se pueden escuchar, enlazados con singular maestría, los sones más reconocibles de nuestro folklore.

Programa Acto Homenaje a D. José Ortuño Ortuño. Teatro Regio de Yecla. 1 de julio de 1983 (Archivo AAMY)

Este es el pasodoble “Antonio Gonzálvez”, que podemos oír y visionar el día de su estreno bajo la batuta del inolvidable Maestro, que tuvo lugar en el Teatro Concha Segura de Yecla, el 1 de julio de 1983, en un acto de homenaje al músico yeclano D. José Ortuño, y que es interpretado en numerosas ocasiones por la Banda de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla por constituir una de las piezas musicales más representativas de nuestra ciudad.

VIDEO DEL ESTRENO DEL PASODOBLE: 7 DE JULIO DE 1983

El próximo domingo 28 de noviembre a las 18:00h. se estrenará en L’Auditori de Barcelona la obra Wichahpi, para banda sinfónica, compuesta por el profesor de guitarra de nuestra escuela de música Diego Corraliza Azorín.

El estreno correrá a cargo de la Banda Municipal de Música de Barcelona dirigida por  el Maestro Salvador Brotons, reconocido internacionalmente como director y compositor de referencia.

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Wichahpi fue un encargo que el propio Brotons le hizo a Diego hace ya más de dos años y que debido a la pandemia no había podido ver la luz todavía.

Durante el concierto, además de la obra del profesor de guitarra de la Escuela de Música AAMY, podrán escucharse otras de compositores tan importantes para la historia de la música como Grofé, Rachmaninoff o Gershwin.

Diego nos cuenta que este estreno es especialmente importante para él, no sólo por la relevancia del lugar del estreno, de los intérpretes y del director, sino también porque Wichahpi está dedicada a su madre, quien llegó a tener noticia de este encargo y en cuya obra pictórica, Diego se inspiró para escribir esta pieza.

Enhorabuena Diego.

Información y reserva de entradas:

https://www.auditori.cat/es/un-americano-en-paris-21