Fuente: Por Innovatuba, 27 MAYO, 2020

El profesor Álvaro Cortinas nos habla del rol del alumnado y del profesorado en las aulas de música

Este artículo, pretende invitar a la reflexión a estudiantes y profesores de música acerca del rol del alumnado y del profesorado dentro de las aulas de las escuelas y conservatorios de música.

Para ello, me ha parecido recomendable comenzar haciéndome la siguiente pregunta.

Un profesor, ¿tiene habilidades innatas que le garantizan desde el primer día ser un grandísimo profesional o por lo contrario esas competencias se van aprendiendo ganando experiencia?

Antonio Escohotado, reconocido ensayista y académico español, nos habla en su libro «Sesenta semanas en el trópico: viajes por el planeta exterior«, sobre de qué está compuesta la riqueza de un país.

Al respecto, parte de su mirada es la siguiente:

UN PAÍS NO ES RICO PORQUE TENGA DIAMANTES O PETRÓLEO. UN PAÍS ES RICO PORQUE TIENE EDUCACIÓN.

A diferencia de países del norte de Europa, en España tenemos un sistema educativo muy desprotegido que le da poco énfasis a asignaturas de corte artístico.

Ni que decir de las enseñanzas de régimen especial, donde se ubican las enseñanzas de los conservatorios. Son constantemente marginadas por nuestros políticos y en consecuencia por nuestra sociedad.

Es por ello, que los profesionales de la educación musical estamos obligados a tener inquietud y curiosidad por una formación constante, para garantizar una educación musical de calidad y así darle el valor social que actualmente carece.

Fruto de esa curiosidad, hace unos años decidí ampliar mis estudios de formación pedagógica, estudiando un máster de formación de profesorado en la Universidad Internacional de Valencia.

Era la primera vez que, hacia un máster totalmente online, por lo que todo era una gran novedad.

Recuerdo la primera clase de ese máster con especial cariño, pues el profesor trató de que fuera una clase participativa donde debíamos reflexionar sobre las cualidades que debe tener un buen profesor. Ahí es nada…

De pronto, comencé a recordar todas las buenas cualidades de los profesores que tanto me habían influido y ayudado hasta ese momento, pasando por todas las etapas de mi vida. En todas las intervenciones, salió la palabra vocación a la luz.

Pero… ¿Esa vocación viene de nacimiento?

Es difícil contestar a dicha pregunta.

Yo diría que la vocación va ligada al caráctergenética o experiencia vital de cada uno.

Por normas generales, estos profesores tienen la virtud de conectar con el alumno de una forma más rápida y son queridos por ellos desde el primer momento que entran al aula.

Estos son los profesores, que suelen quedar grabados en el disco duro de cada alumno.

Por otro lado, hay otro tipo de profesores que no tienen estas habilidades emocionales, pero que en base a la experiencia y a la formación continua consiguen ser grandísimos profesionales.

Habilidades de un buen profesor

A continuación, citaré algunas de las habilidades que considero que un buen profesor debe tener en cuenta.

    • Tener humildad desde el primer momento que pisas un aula, es una gran virtud en la vida para saber absorber todos los consejos que tus compañeros te puedan recomendar
    • Saber escuchar a los alumnos y entenderles es esencial para mostrar un clima distendido y positivo en el aula. Creo que es un aspecto muy importante ya que en las clases de instrumento siempre estamos a solas con el alumno.
    • Ser organizado y fijar los objetivos que se quieren conseguir en cada aspecto que se trabaja.
    • Al trabajar con un alumno, me he dado cuenta que consiguen engancharse a la clase de una forma más rápida si el refuerzo positivo llega antes que el refuerzo negativo. Esto es algo que puede parecer fácil, pero es muy fácil caer en la tentación de criticar solo lo malo y lo estrictamente negativo. No olvidemos que trabajamos con niños o adolescentes mayoritariamente y tienen emociones al igual que nosotros. Anne Jelle Visser profesor de tuba de la Universidad de Zürich dice que, aunque una interpretación de un alumno no sea brillante, la primera palabra que debe salir por boca del profesor es “BRAVO”.
    • Establecer una comunicación con las familias debe de ser casi semanal, para convertir el hábito de estudio del instrumento en una prioridad. Yo recomiendo animar a los padres a ver las clases de instrumento cuantas veces puedan. Así me aseguro que ellos van a saber ayudarles en casa.
    • Usar una forma de comunicarnos fluida y clara en nuestra forma de hablar. Esto es una habilidad que debemos estar dispuestos a mejorar si pretendemos ser profesores. Recomiendo leer el libro” Metodo Ted para hablar en público” de Jeremey Donovan.
    • Utilizar la habilidad de la sorpresa como herramienta para llevar al alumno a conseguir el objetivo.
    • Entender que no todos los alumnos tienen las mismas capacidades de aprendizaje y que no todo lo que aportas en tu modelo de enseñanza funciona de la misma forma para todos.
    • Ser un profesor del siglo XXI. Eso significa que nuestro trabajo sobrepasa los muros de las aulas del conservatorio y ponemos en valor la música, la tuba y el bombardino a través de un blog.
    • Un buen profesor debe tener habilidades en el mundo de la composición y de los arreglos musicales.
    • Ser paciente y no entrar en cólera cada vez que el alumno no va por el camino que pretendemos. En base a mi experiencia, actuando así lo que conseguimos es desmotivar al alumno y haremos que asocie el miedo y la inseguridad para tocar el instrumento.
    • Desde el primer contacto que el alumno tiene con su profesor se crea un vínculo de respeto e inspiración constante. Por eso es muy importante tener una vida musical activa ajena al conservatorio, ya que debemos servir de ejemplo e inspiración para nuestros alumnos

Autonomía del alumnado

Por otro lado, me gustaría recalcar que las clases de instrumento en los conservatorios duran tan solo 1 h a la semana, por lo que, uno de los objetivos que perseguimos durante la mayor parte de las clases es desarrollar la competencia de la autonomía en el alumnado durante el proceso enseñanza – aprendizaje para que…

EL ALUMNO DEBE SER CAPAZ DE DISCERNIR ENTRE LO QUE ESTÁ BIEN Y LO QUE ES MEJORABLE.

 

Podemos decir que el alumno es quien más se conoce y está constantemente dirigiendo (en mayor o menor medida) su forma de estudiar, por lo que conviene afirmar que un alumno nunca deja de ser un profesor en continua formación.

Ya llegando a una conclusión, comentaré una anécdota que siempre recordaré y que fue esencial para cambiar mi forma de pensar a la hora de trabajar en un aula.

Durante mi primer día como profesor de un conservatorio, asistí a las clases con mucho respeto, miedo e intriga por no saber dirigirme a mis alumnos.

¿ME ENTENDERÁN?, ¿SABRÉ AYUDARLES EN ALGO?

Durante esas semanas, David Muñoz (profesor de tuba del Conservatorio Profesional de música y danza de Gijón) persona a quien admiro mucho por todo lo que desarrolla a diario me dijo:

“Álvaro, la acción imperfecta debe estar en tu mente desde ahora que eres profesor de manera oficial. Te equivocarás y tropezarás muchas veces, pero eso significará que tus alumnos te importan y desarrollas mucho contenido de gran importancia para ellos”.

Con el paso de los años, me he dado cuenta de que muchas cosas que hacía en las aulas en 2016 no las hago hoy en día e incluso los alumnos se dan cuenta de ello, pero es señal única de que nuestra profesionalidad, vocación y ganas por aprender nunca han sido enterradas.

Para finalizar, me gustaría cerrar este post animando a todos a intercambiar opiniones acerca de este tema y esta bonita profesión, porque si compartimos, ganamos todos.


Autor:

Álvaro Cortinas Lillo, Profesor de tuba del centro integrado de música «Padre Antonio Soler» de San Lorenzo de el Escorial, Madrid.

 

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