Fuente: https://blogs.laverdad.es/febandasrmurcia/ Jueves, 2 julio 2020

La nomenclatura del COVID-19 nos sitúa en la evidente presencia del virus en 2019, que ha sido el medio de parar los ritmos de vida y la evolución socioeconómica de nuestra aldea global, cada cual en su proceso se ha visto frenado ante esa amenaza vital, que destruye la vida silenciosamente y que mantiene una aparente normalidad, inoculando en nuestra sociedad el mejor elemento de control y dominación, el miedo que corroborado con las cuantiosa pérdida de vidas humanas, brinda un escenario que eleva temores y aletarga la vida. En un país como el nuestro lleno de luz y vida social donde la comunicación, el sentido del humor y la crítica jocosa, nos permiten que, en un espacio de libertad de expresión en el cual nos encontramos, la realidad vigente, nos marca los ritmos de actividad, canalizando la realidad con escasos márgenes de movimiento.

No obstante la inercia de la actividad en la vida nos empuja a seguir trabajando para sobrevivir, y nos permite mirar al próximo, tomando consciencia de que un ritmo tan frenético, lleva históricamente a las epidemias que desde Justiniano han sido documentadas a lo largo de los tiempos, siendo preludio de cambios en la mayoría de los casos.

Nuestra epidemia supone un tiempo de espera en la inmediatez contemporánea, planteándonos una readaptación en el camino, ralentizando las aspiraciones y objetivos marcados.

Las Bandas de Música con nuestras vertientes asociativas, formadoras y de actividad cultural, hemos ido sorteando la situación, en un principio telemáticamente, ha sido el medio comunicación con asociaciones y familiares, la herramienta para la formación de nuestros 10.000 alumnos y el medio de generar cultura, realizando grabaciones en casa, para posteriormente componer mosaicos de las obras interpretadas y de este modo, realizar cultura musical.

Pero la raíz de las Bandas de Música pasa por la consideración de la música como un aprendizaje ineludible, que va construyendo la formación emocional y prepara en el alumno, la comprensión de otras competencias formativas, permitiendo ir asumiendo lúdicamente disciplina de trabajo y disfrute de la interpretación, en los distintos niveles formativos; compartidos por el público asistente a las audiciones, conciertos, desfiles o cualquiera de las manifestaciones culturales.

La convicción corroborada científica y sociológicamente de este bien, lleva en algunas comunidades de España, a una consideración de servicio; a las labores realizadas por las Bandas de Música con la consiguiente corresponsabilidad, que de esa consideración se deriva.

En este momento es vital el respaldo de las instituciones Locales y Regionales, ambas deben responder a los 320 profesores y al colectivo de 50.000 personas en la Región, que ha colaborado espontáneamente con lo mejor que tienen y han podido, LA MÚSICA, en la reducción de situaciones de dolor y ansiedad, facilitando lazos de afectividad y cooperación; moviendo a la generosidad de dar lo mejor de cada uno, para ser útiles ante la necesidad. Este paso adelante engrandece al ser humano y nos lleva a niveles de sensibilidad para servir donde mejor podamos.

La música es vital nos eleva, alimenta y sana el espíritu en situaciones de sufrimiento, aportando estos bienes al músico, a la Banda y al público que disfruta de su interpretación, en el modo que sea posible.

Desde la Federación continuamos trabajando junto con las 40 Bandas para que en septiembre todos tengamos lo necesario para abrir la puerta de nuestras escuelas, y las Bandas suenen como sea posible.

En la apuesta por la vida estamos todos, y nos necesitamos.

Les deseamos disfruten del verano.

Ginesa Zamora Saura
Presidenta de la Federación de Bandas de Música de la Región de Murcia.

 

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