Armonía

  1. f. Unión y combinación de sonidos simultáneos y diferentes, pero acordes.

  2. f. Mús. Arte de formar y enlazar los acordes.

Estas son dos de las acepciones que podemos encontrar en la RAE si buscamos el término armonía.

23 diciembre, 2021 / Escrito en diapason

Quizá no sean plenamente clarificadoras, o al menos, no nos transmitan la profunda importancia de esta palabra y el impacto que ha tenido en la música occidental, pero lo cierto es que en casi cualquier estilo musical o época en la que podamos pensar, se han aplicado y desarrollado los fundamentos de esta conjunción de sonidos convertida en disciplina con el paso de los siglos.

Cierto es que las reglas están para romperse y que gracias a este principio, los preceptos artísticos evolucionan y originan nuevas formas de expresión y/o cambios en el lenguaje que adaptan los sistemas establecidos a los gustos del momento. Pero no es menos cierto que para conseguir moldear nuestro elemento de trabajo (música, escultura, pintura, etc.) debemos entender cómo está formada esa materia prima que vamos a manipular, debemos conocer el medio en el que nos estamos moviendo.

Esto es, pues, el estudio de la armonía: no sólo es saber formar un acorde, si no saber cómo se comporta ese acorde dentro de una progresión; no sólo es saber ponerle nombre a un conjunto de sonidos, es saber cómo crear tensión con ellos para luego resolverla; no sólo es aprender unas normas que puedan parecernos, en ocasiones, anticuadas, es entender esas normas para aplicarlas o romperlas (según nos interese) y de esta manera hablar nuestro propio lenguaje. En definitiva, hablar música.

Pero ¿qué ocurre con aquellos músicos que sólo quieren tocar un instrumento y consideran que estas cuestiones teóricas están reservadas exclusivamente para los compositores?

Es innegable que a partir de la imitación, la repetición y la práctica se pueden alcanzar buenos resultados dentro de la interpretación.

¿Entonces?

Sería como recitar a Shakespeare a partir de la imitación, la repetición y la práctica, pero sin saber inglés.

Diego Corraliza Azorín.

Profesor Guitarra Escuela de Música AAMY.

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