Luis Vidal Domínguez

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La Confederación Española de Sociedades Musicales (CESM) se reúne con la Embajadora del Uruguay para explorar posibles vías de colaboración en materia de cooperación internacional cultural

Madrid, 13 de septiembre de 2021

La Confederación Española de Sociedades Musicales (CESM), representada por su presidente, Vicente Cerdá García, y su Tesorero, Luis Vidal Domínguez, ha mantenido en el día de hoy una reunión con la Embajadora del Uruguay, Ana Teresa Ayala Barrios, para explorar posibles iniciativas de colaboración, en materia de cooperación internacional cultural, que afectarían a los Ministerios de Cultura y Deporte y de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación del gobierno de España.

Estas iniciativas se enmarcarían en una relación bilateral que promocionaría el desarrollo de diferentes proyectos de cooperación internacional, en materia cultural, dirigidos a compartir y conocer las diferentes realidades musicales de los países cooperantes, realizar acciones formativas según las necesidades de las partes, fomentar experiencias aplicadas de intercambio en el ámbito musical y construir sinergias que pudieran beneficiar a todos los contextos en colaboración. En el desarrollo de estas iniciativas participarán todas las federaciones asociadas a la CESM.

La reunión, celebrada en la sede de la Embajada del Uruguay, en Madrid, ha transcurrido en un clima de mutuo interés y afán de colaboración, y en la que se han comentado otras experiencias similares realizadas en el pasado en cooperación internacional cultural y manifestando ambas partes una firme voluntad de poder suscribir un acuerdo marco de colaboración que, en el caso del Uruguay, sería suscrito por la Dirección Nacional de Cultura del Ministerio de Educación y Cultura de este país, según ha confirmado a la CESM la propia embajadora.

La CESM es miembro del consejo estatal del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), y asocia y representa en España a federaciones de diferentes comunidades autónomas, que conforman un proyecto social, educativo y cultural desarrollado por 1.100 asociaciones sin ánimo de lucro, con 80.000 músicos, 120.000 alumnos de escuelas de música y 1.000.000 de socios, agrupados en torno a estas entidades.

Fuente: Revista Pentagrama de la Agrupació Artística Musical de Dénia

Coordinación Editorial: Rosa Ribes, Maite Agulles

Es evidente que el título de este artículo es un llamamiento. Pero seguro que alguna pregunta te ha surgido de manera espontánea: ¿Voluntario ¿Yo?, ¿para qué? No seas impaciente que si la contesto tan pronto no leerás lo que sigue. Y aunque aburrido, tal vez sea interesante.

Revista Pentagrama Diciembre 2020

A mí me gusta empezar por concretar de que voy a hablar y así adelantamos. El diccionario de la RAE define como acto voluntario el que se hace por espontánea voluntad y no por obligación o deber. Y define como amateur al que cultiva o practica, sin ser profesional, un arte, oficio, ciencia, deporte, etc. Si esto lo estás leyendo en la revista de la Agrupació Artística Musical de Dénia, pues ya puedes imaginar que me refiero a ti músico/a y/o directivo/a de esta o de tantísimas otras sociedades musicales como la tuya.

Bien, parece que está claro: somos músicos porque queremos y la mayoría lo hacemos por afición y nos ganamos (o nos perdemos, quién sabe) la vida con otras cosas. Pero estas dos pequeñas circunstancias de ser músicos voluntarios y aficionados tienen más importancia de la que parece. Y me parece a mí que tienen mucha más de la que nosotros, los músicos le damos. Y ahora sí, entramos en harina.

La Ley del Voluntariado dice que tienen la condición de voluntarios las personas que, a través de entidades de voluntariado, decidan libre y voluntariamente dedicar todo o parte de su tiempo a la realización de las actividades de interés general, que son aquellas que contribuyen a mejorar la calidad de vida de las personas y de la sociedad en general y a proteger y conservar el entorno desde los ámbitos social, de cooperación para el desarrollo, ambiental, cultural, deportivo, educativo, socio-sanitario, de ocio y tiempo libre o de protección civil, entre otros.

Todo esto, que suena como muy bonito pero muy abstracto, la Ley lo concreta un poco más al decir que el voluntariado cultural es el que promueve y defiende el derecho de acceso a la cultura y, en particular, la integración cultural de todas las personas, la promoción y protección de la identidad cultural, la defensa y salvaguarda del patrimonio cultural y la participación en la vida cultural de la comunidad.

No sé si a ti, paciente lector/a, esto te suena (nunca mejor dicho, je,je) a algo, pero a mí desde que lo leí me sirve para identificar exactamente lo que hacemos desde nuestras bandas y escuelas de música.

Tenemos una definición bastante concreta del voluntariado cultural y, dada la íntima relación que establece la Ley entre el voluntariado y el interés general, podemos concluir que las actividades que se sitúen en el ámbito del voluntariado son sin ningún género de duda actividades de interés general. Y de ahí la tremenda importancia que yo le doy a todo esto y que confío en que tú también le darás a partir de ahora.

Venga, traducimos al cristiano los conceptos incorporados a la definición de voluntariado cultural y así te facilito la tarea:

  1. Promover el acceso a la cultura. A través de las enseñanzas impartidas en las escuelas de música no se hace otra cosa que promover el acceso a la cultura del alumnado, iniciándolo en la enseñanza de la música en sus primeras etapas y facilitando a través de las bandas de música y orquestas juveniles el disfrute de las actuaciones musicales en grupo. Una fórmula de éxito (en el más amplio sentido de la palabra) más que contrastado y que no es necesario detallar aquí. ¿Sí o no? 
  1. Integración cultural de todas las personas. Las escuelas de música son la cantera donde se forman los futuros integrantes de las bandas de música, orquestas y resto de agrupaciones musicales en las que no hace falta explicar que se integra entre sus miembros a personas de todas las edades: desde la última etapa infantil, en la que canalizan parte de su vitalidad y sus ganas de aprender, hasta personas jubiladas, a los que su participación les permite seguir sintiéndose útiles, a por supuesto personas jóvenes, que con su participación aportan la energía que necesitan estas entidades, y a personas adultas, para las que su pertenencia a la banda de música forma parte de su forma de entender la vida. Y eso no es otra cosa que integrar culturalmente a las personas. ¿Sí o no?
  1. Promoción y protección de la identidad cultural. Estarás de acuerdo en que estas agrupaciones musicales han interpretado desde su creación un amplísimo repertorio que sería imposible detallar, pero en el que indudablemente ocupa un papel protagonista la música con raíces propias y con ello se promueve y se protege la identidad cultural. ¿Sí o no?
  1. Defensa y salvaguarda del patrimonio cultural. Y estas agrupaciones musicales interpretan, entre otras, composiciones de autores del entorno cultural más próximo y, en este sentido, las composiciones de obras musicales vinculadas a las fiestas propias del ámbito territorial de cada una de ellas han jugado y siguen jugando un papel fundamental para el mantenimiento del rico patrimonio musical que se ha generado en las últimas décadas. Y de esta manera contribuimos a la defensa y salvaguarda del patrimonio cultural. ¿Sí o no? 
  1. Participación en la vida cultural de la comunidad. Y finalmente, no es necesario explicar la participación tan activa que tenemos en la vida cultural de la comunidad a través de conciertos, pasacalles, actuaciones en las fiestas patronales y populares, procesiones, actos organizados por los Ayuntamientos y distintas entidades públicas y privadas a lo largo de todo el año. Todo ello casi siempre de manera gratuita para el público asistente. ¿Sí o no?

Agrupació Artística i Musical de Denia en un pasacalle

A mí esto no me parece poca cosa por lo que, si has contestado afirmativamente a todas, no sabes lo que me alegro. Y si no es así, puedes hacer dos cosas: contactar conmigo enviando un mail a luisdeagres@gmail.com para que te lo intente explicar mejor o pensar que reflexionar sobre esto es una pérdida de tiempo y olvidarte.

Sea cual sea tu respuesta, piensa que todo esto no sería posible sin la existencia de las escuelas de música como la Escuela de Música Manuel Lattur y tantas otras donde se forma a miles de alumnos a los que no solo se les instruye en el arte de medir correctamente las semicorcheas. 

Se les forma en los valores que constituyen parte fundamental de la identidad de nuestro mundo asociativo musical y amateur como son el altruismo, la solidaridad, el respeto, el compañerismo, el valor del esfuerzo del grupo por encima de las individualidades, el interés colectivo por encima del individual, la tolerancia, la libertad y algunas otras pequeñas cosas de esta naturaleza.

Si sigues leyendo, ¡bien! Quiere decir que compartimos el planteamiento de que una sociedad musical es una entidad del voluntariado que gracias al trabajo desinteresado de sus músicos y directivos desarrolla actividades que mejoran la calidad de vida de las personas y que protegen y conservan el entorno. ¡Y yo sin saberlo!, supongo que habrás pensado. Ahora tenemos que ver que nos aporta todo esto.

La Ley del Voluntariado reconoce una serie de derechos a los voluntarios entre los que podemos citar el de percibir una compensación (que no supone en ningún caso una retribución por su trabajo) por los gastos que le genera su participación en las actividades de la entidad. Pero este no es, en mi opinión, el derecho al que debemos prestar más atención. El que puede ayudar a situar en su verdadera dimensión lo que hace un músico amateur o un directivo de una sociedad musical es el derecho a que se reconozca su aportación por el valor social de su contribución. En este sentido, la Ley de asociaciones reconoce expresamente “el importante papel de los voluntarios, por lo que la Administración deberá tener en cuenta la existencia y actividad de los voluntarios en sus respectivas asociaciones”. Y para todo ello es necesario que la entidad realice los trámites para darse de alta como Entidad del Voluntariado.

¿Y ya está? ¿Y para esto todo este rollo? Pues sí. Ser reconocido como voluntario perteneciente a una entidad del voluntariado creo que supone subir unos cuantos escalones en la consideración que tiene de nosotros el conjunto de la sociedad que de manera directa o indirecta se beneficia de lo que hacemos. Y es necesario subir esos escalones para llegar al piso en el que viven los que tienen la capacidad de decidir y poderles explicar, con convencimiento pleno, que nosotros, los músicos y directivos de nuestras sociedades musicales con nuestro tiempo y con nuestro dinero (y algo de dinero público, pero poco) mejoramos la calidad de vida de las personas y con ello contribuimos a una sociedad más diversa, más justa y más feliz. Creo que todo esto merece algo más que bolis Bic sin tinta (yo ya soy algo mayor) y que vídeos que promocionen lo nuestro.

¿Te ofreces voluntario para pelear por conseguirlo?

Luis Vidal es músico amateur de la Unió Musical de Muro, Economista y Tesorero de la CONFEDERACIÓN ESPAÑOLA DE SOCIEDADES MUSICALES (CESM)

P.D. Este artículo está escrito en singular y por tanto parece dirigido a una única persona, pero confío en que lo lean al menos dos.

El anuncio (globo sonda) lanzado por el gobierno de que posiblemente los presupuestos generales del Estado para 2021 incluirían el pago del IVA por hacer uso de la enseñanza privada han generado un enorme revuelo.

En lo que afecta al colectivo de las EEMM de las SSMM, esto supondría que el alumnado de estas debería pagar la cuota más el IVA aplicable (no se ha mencionado qué tipo de IVA se aplicaría) que podría ser el 4%, el 10% o en el peor de los casos el 21%.

Valencia 24/10/2020

En 2007 escribí un artículo que titulé “EL IVA Y LAS SEMICORCHEAS” donde intentaba situar al lector ante la realidad de aquellos momentos en relación con el IVA y las actuaciones musicales. Nada creo recordar que mencionara en aquel escrito sobre el IVA y las Escuelas de Música (EEMM) de nuestras Sociedades Musicales (SSMM) porque ni era de aplicación ni se esperaba que lo fuera.

Pero resulta que 13 años después me veo obligado a retomar la cuestión del IVA y las semicorcheas, no en el ámbito de su interpretación sino de su aprendizaje.

El anuncio (globo sonda) lanzado por el gobierno de que posiblemente los presupuestos generales del Estado para 2021 incluirían el pago del IVA por hacer uso de la enseñanza privada han generado un enorme revuelo.

En lo que afecta al colectivo de las EEMM de las SSMM, esto supondría que el alumnado de estas debería pagar la cuota más el IVA aplicable (no se ha mencionado qué tipo de IVA se aplicaría) que podría ser el 4%, el 10% o en el peor de los casos el 21%.

Pero antes de alarmarnos vamos a intentar analizar algunas cuestiones al respecto:

  • ¿Pagar el IVA por recibir las enseñanzas que se imparten en una EEMM de una SSMM es conforme con la legislación europea o por el contrario va contra la norma europea que fija el marco legislativo del IVA en la Unión Europea y por tanto en el que debe basarse la normativa de cada país?
  • ¿Hay algún país europeo que lo aplique?
  • ¿Contribuye a disminuir el déficit o por el contrario es probable que lo aumente?

Primera cuestión: El IVA y la normativa europea.

La Directiva 2006/112/CE DEL CONSEJO, de 28 de noviembre de 2006, relativa al sistema común del impuesto sobre el valor añadido dedica el Capítulo 2 del Título IX a las “Exenciones aplicables a ciertas actividades de interés generaly en su artículo 132 1.i) regula que:

  1. Los Estados miembros eximirán las operaciones siguientes:
  2. i) la educación de la infancia o de la juventud, la enseñanza escolar o universitaria, la formación o el reciclaje profesional, así como las prestaciones de servicios y las entregas de bienes directamente relacionadas con estas actividades, cuando sean realizadas por Entidades de Derecho público que tengan este mismo objeto o por otros organismos a los que el Estado miembro de que se trate reconozca que tienen fines comparables.

En este sentido no es de poca importancia que las actividades de interés general se mencionen en el propio nombre del referido Titulo IX. Veamos porqué:

El artículo 133 nos dice que los Estados miembros podrán subordinar la concesión (entre otras) de esta exención, al cumplimiento de una o de varias de las condiciones siguientes:

  1. a) los organismos de que se trate no deberán tener por objeto la consecución sistemática de beneficios, no pudiéndose distribuir en ningún caso los posibles beneficios, que deberán destinarse al mantenimiento o a la mejora de las prestaciones suministradas;
  2. b) estos organismos deberán ser gestionados y administrados, con carácter esencialmente filantrópico, por personas que no tengan, por sí mismas o por personas interpuestas, ningún interés directo ni indirecto en los resultados de la explotación;
  3. c) estos organismos deberán aplicar unos precios autorizados por las autoridades públicas o que no sean superiores a dichos precios o, por lo que se refiere a las actividades no susceptibles de autorización de precios, unos precios inferiores a los exigidos para operaciones análogas por las empresas comerciales sujetas al IVA;
  4. d) las exenciones no deberán ser capaces de provocar distorsiones de la competencia en perjuicio de las empresas comerciales sujetas al IVA.

Si pasamos a una EEMM de una sociedad musical por el filtro de estas condiciones llegamos a la rapidísima conclusión de que cumple con absoluta seguridad y por definición las condiciones a) y b) y que con una seguridad del 99,99% ninguna escuela de música de una sociedad musical cobra una cuota superior a la que puedan cobrar las escasas escuelas de música que en la Comunitat Valenciana prestan servicios comparables y son explotadas por empresas.

Es decir, las EEMM constituidas como asociaciones y por tanto entidades sin ánimo de lucro cumplen al menos tres de los cuatro requisitos.

Sobre el 4º requisito, excede del ámbito de este artículo profundizar en detalle sobre el complejísimo concepto de las distorsiones de competencia. Pero si diré con rotundidad que es difícil que la actividad educativa desarrollada por las EEMM de la SSMM que en el mejor de los casos se balancean sobre la finísima cuerda del equilibrio presupuestario puedan generar una distorsión de competencia. Y la prueba de la dificultad de alcanzar un excedente con el desarrollo de esta actividad educativa es que el peso de la iniciativa empresarial en este ámbito es muy bajo. Por algo será. Y si prácticamente no hay “empresas comerciales” (definición que utiliza la normativa europea) será difícil argumentar que se les causa un perjuicio.

Vemos pues que la 6ª Directiva nos marca con bastante claridad las “normas del juego”:

El usuario de los servicios educativos, de cualquier nivel y especialidad, en principio no debe satisfacer importe alguno por ello según el artículo 132. Y para el caso de que algún Estado miembro de la UE quiera condicionar este beneficio fiscal al cumplimiento de entre uno y tres de los cuatro requisitos referidos en el art. 133, podemos estar tranquilos porque las EEMM de las SSMM cumplen al menos 3 de los 4 requisitos. Y digo entre uno y tres porque la norma dice que se podrá condicionar la exención al cumplimiento de una o varias condiciones. Si el legislador europeo hubiera querido vincularlas al cumplimiento de todas las condiciones, lo habría escrito. En cualquier caso, me atrevería a decir que las EEMM de las SSMM cumplen las 4 condiciones.

Pero antes de acabar con esta cuestión, volvamos a título del Título IX ““Exenciones aplicables a ciertas actividades de interés general

La Ley 37/1992 del IVA no define el concepto de Interés general, pero, en el ámbito de las entidades no lucrativas, sí que encontramos una aproximación en la Ley del Voluntariado que en el apartado III del preámbulo pone en relación el concepto de interés general con el concepto de voluntariado:

“El interés general como elemento central del concepto de voluntariado y referente principal para deslindar la acción voluntaria, se erige en uno de los pilares fundamentales de la Ley.” Share on X 

Ya en el articulado el art. 3.2 nos indica que “Se entiende por actividades de interés general, aquellas que contribuyan en cada uno de los ámbitos de actuación del voluntariado a que hace referencia el artículo 6 a mejorar la calidad de vida de las personas y de la sociedad en general y a proteger y conservar el entorno.”

Y el artículo 6 se encarga de concretar el concepto en el ámbito cultural y por tanto musical y educativo: “d) Voluntariado cultural, que promueve y defiende el derecho de acceso a la cultura y, en particular, la integración cultural de todas las personas, la promoción y protección de la identidad cultural, la defensa y salvaguarda del patrimonio cultural y la participación en la vida cultural de la comunidad.”

Encontramos aquí una definición concreta del voluntariado cultural y, dada la íntima relación (establecida por la legislación como hemos visto) entre el voluntariado y el interés general podemos concluir que las actividades que se sitúen en el ámbito del voluntariado son sin ningún género de duda actividades de interés general. Y de aquí la importancia de la mención expresa al concepto de interés general en el apartado 2 del Título IX de la 6ª Directiva

Pues bien, a través de las enseñanzas impartidas en las EEMM no se hace otra cosa que promover el acceso a la cultura del alumnado, iniciándolo en la enseñanza de la música en sus primeras etapas y facilitando a través de las bandas de música y orquestas juveniles el disfrute de las actuaciones musicales en grupo. Una fórmula de éxito (en el más amplio sentido de la palabra) más que contrastado y que no es necesario detallar aquí.

Y no olvidemos que las EEMM son la cantera donde se forman los futuros integrantes de las bandas de música, orquestas y resto de agrupaciones musicales en las que no hace falta explicar que se integra entre sus miembros a personas de todas las edades: desde la última etapa infantil, en  la que canalizan parte de su vitalidad y sus ganas de aprender hasta personas jubiladas a los que su participación les permite seguir sintiéndose útiles a por supuesto personas jóvenes que con su participación aportan la necesaria energía que necesitan estas entidades y a personas adultas para las que su pertenencia a la banda de música forma parte de su forma de entender la vida. Y eso no es otra cosa que integrar culturalmente a las personas.

Y tampoco olvidemos que estas agrupaciones musicales han interpretado desde su creación un amplísimo repertorio que sería imposible detallar, pero en el que indudablemente ocupa un papel protagonista la música con raíces propias y con ello se promueve y se protege la identidad cultural.

Y estas agrupaciones musicales interpretan, entre otras, composiciones de autores del entorno cultural más próximo y en este sentido, las composiciones de obras musicales vinculadas a las fiestas propias del ámbito territorial de cada una de ellas, como las fiestas de Moros y Cristianos, la Semana Santa, las Fallas, Hogueras, Gayatas y resto de fiestas patronales o populares  ha jugado un papel fundamental para el mantenimiento del rico patrimonio musical que se ha generado en las últimas décadas. Y de esta manera, las EEMM de las SSMM contribuyen a la defensa y salvaguarda del patrimonio cultural.

Y finalmente, no es necesario explicar la participación activa en la vida cultural de la comunidad a través de conciertos, pasacalles, actuaciones en las fiestas patronales y populares, procesiones, actos organizados por los Ayuntamientos y distintas entidades públicas y privadas a lo largo de todo el año. Todo ello casi siempre de manera gratuita para el público asistente.

Todo esto, insisto, no sería posible sin la existencia de las EEMM de las SSMM donde se forma a miles de alumnos a los que no solo se les instruye en el arte de medir correctamente las semicorcheas. Se les forma en los valores que constituyen parte fundamental de la identidad de nuestro mundo asociativo cultural y amateur como son el altruismo, la solidaridad, el respeto, el compañerismo, el valor del esfuerzo del grupo por encima de las individualidades, el interés colectivo por encima del individual, la tolerancia, la libertad y algunas otras pequeñas cosas de esta naturaleza.

 Por tanto, si compartimos el planteamiento de que las actividades desarrolladas en las EEMM de las SSMM son actividades de interés general, la conclusión es clarísima:

NO ES CONFORME A LA NORMATIVA EUROPEA LA APLICACIÓN DE NINGÚN TIPO DE IVA A LA CUOTA QUE PAGA EL ALUMNADO DE LAS ESCUELAS DE MUSICA DE LAS SOCIEDADES MUSICALES CONSTITUIDAS COMO ASOCIACIONES Share on X

Aclarada la primera cuestión vamos con la segunda:

Hasta donde he podido averiguar, ningún país de la Unión Europea salvo Grecia aplica IVA a las actividades de enseñanza prestados por entidades similares a nuestras EEMM. Y esta circunstancia fue impuesta por la U.E. en el marco del tercer rescate que le fue concedido. A cambio, el gobierno Heleno estableció medidas compensatorias y además no se aplica a aquellos casos en los que los centros públicos no cuentan con plazas suficientes para dar respuesta a todas las solicitudes. ¿Les parece que la red de conservatorios públicos podría absorber no ya la totalidad, siquiera una parte significativa del alumnado de nuestras EEMM?. La pregunta es retórica y por tanto no requiere respuesta.

Todos sabemos que, afortunadamente, van a llegar (esperemos que pronto) sustanciosos fondos europeos que paliaran la penosa situación económica que vivimos, pero también les llegaran al resto de países de la UE y por tanto nuestra situación, por suerte, no es comparable a la de Grecia cuando se aprobó el tercer rescate.

Por tanto, desde este punto de vista va a ser muy complicado que el gobierno pueda convencernos de que a pesar de que ningún país, ninguno, de nuestro entorno obliga al alumnado de instituciones de las mismas características que una EEMM a pagarlo, los alumnos de estas merecen ser perjudicados cobrándoles el IVA.

Y para rematar, vayamos con la tercera: ¿Obligar a pagar IVA a los alumnos de una EEMM contribuye a disminuir el déficit o por el contrario es probable que lo aumente?

No dispongo de datos del volumen agregado de cuotas que satisface la totalidad del alumnado en la Comunitat Valenciana y menos en España, pero si lo que se pretende con la medida anunciada es que el servicio prestado por estas entidades sea prestado por el Estado (en cualquiera de sus ámbitos) es una realidad contrastada que  el coste que para la administración pública supondría asumir a su costa y con medios propios la enseñanza musical que se imparte en las EEMM de las SSMM sería varias veces superior al que le supone costear solo en parte la precaria estructura económica que actualmente sostiene a las EEMM. Por tanto, no solo no se generaría superávit, sino que el déficit aumentaría considerablemente.  Quien tenga interés en el tema puede consultar el informe de la AIReF al respecto que estima en aproximadamente 1.000 millones el déficit neto que generaría la aplicación de la medida a todo el sistema de educación y sanidad privada.

Y un añadido final: algunas voces consideran que la medida es beneficiosa porque son las elites y la clase pudiente quien se beneficia de los servicios que en el ámbito de la educación y la sanidad privada se prestan a la ciudadanía. Espero que nadie extrapole este planteamiento al público objetivo de nuestras EEMM, es decir, a los niños, niñas y también algún que otro adulto de toda condición social y económica que llenan las aulas cada vez en mayor numero y contra viento y marea. Y el éxito del programa de becas puesto en marcha en el marco del proyecto “Bankia Escolta València” así lo corrobora.

Solo queda pedir a nuestros políticos que apliquen la normativa europea y el sentido común. Con ello protegerán el interés general como hacemos desde las Escuelas de Música de las Sociedades Musicales.

Luis Vidal Domínguez

Musico,

Economista

y Secretario General de la Confederación Española de Sociedades Musicales.

Todos, o al menos todos a los que nos preocupa un poco la cultura, hemos oído las manifestaciones del ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, en las que solemnemente declara que “la cultura es un bien de primera necesidad”.

No podemos más que celebrar estas declaraciones y esperamos con incierta esperanza trufada de cierto escepticismo como se traducirán en medidas concretas que de verdad la conviertan en una realidad futura. Supongo que estaremos de acuerdo en que actualmente tan rotunda afirmación solo constituye, en el mejor de los casos, la expresión de un deseo.  Y aquí está el quid de la cuestión. Cuando el autor es ni más ni menos que el ministro del ramo es razonable que el lector se cree la ilusa expectativa de que quien tiene la capacidad de decidir tenga también la voluntad, si no con carácter inmediato sí en un futuro próximo, de obrar en consecuencia y por tanto de destinar recursos públicos suficientes para que la bendita frase no quede solo en eso. Y claro, si hablamos de gestionar y administrar recursos públicos tenemos que hablar de decidir y de priorizar el destino de esos recursos.

Parece lógico deducir que un bien de primera necesidad ocupará uno de los primeros lugares en el orden de prioridades. Si no es así, y las dudas al respecto son más que razonables, supondría un ejercicio de incoherencia y alguna cosa más.

Desde el inicio de la actual legislatura (después de la larga siesta que se echaron nuestros políticos) la Confederación Española de Sociedades Musicales  (CoESsM) retomó los contactos iniciados en la anterior legislatura con nuestros representantes políticos con sendas reuniones con el presidente de la Comisión de Cultura del Congreso Agustín Zamarrón y con los presidentes de las Comisiones de Cultura Manuel Escarda y de Hacienda del Senado, Cosme Bonet a quienes expuso el enorme colectivo al que representa nuestra entidad y el proyecto de modificación del marco normativo que afecta (en el sentido de menoscabar, perjudicar e influir negativamente) a nuestras bandas y escuelas de música en el ámbito tributario, en el asociativo, en el laboral y el educativo. Ello se traduce en un legislación que trata a nuestras asociaciones como empresas (25% de gravamen a los resultados derivados de realizar la actividad musical que les es propia) la no aplicación del  “IVA cultural” a la compra de instrumentos (gravados al 21%, cuando Francia, Italia y Portugal sí que aplican el tipo reducido o bonifican la diferencia) como si la música no fuera cultura, la nula consideración del voluntariado cultural, el sangrante anacronismo de la actual Ley del Mecenazgo que no tiene en cuenta la vital aportación no monetaria que realizamos los voluntarios y que es la base de la pervivencia de nuestro colectivo, que no debemos olvidar que es el más numeroso de España y que protagoniza el fomento y acceso a  la cultura de base. A todo ello se une el menguante protagonismo de la enseñanza de la música en nuestro sistema educativo; situación que esperamos y que lucharemos para que revierta la próxima ley de educación.

Todas ellas tuvieron una favorable acogida por parte de los representantes políticos que nos aseguraron que mantenían un estrecho contacto con el ministro, a quien, obviamente, la COESsM se las ha hecho llegar, y se abrió un canal de interlocución directo que nos permitía ser moderadamente optimistas. Incluso se trató la posibilidad de presentar iniciativas legislativas consensuadas (como no puede ser de otra manera) con todos los grupos políticos.

Señor ministro de Cultura, le animo a releer nuestras reivindicaciones (todas ellas en la línea de considerar la cultura un bien de primera necesidad) tomarlas en consideración y convocar a la CoESsM Share on X

Pero desgraciadamente llego la pandemia y casi todo se paralizó. Lo que no se paralizó fue la dedicación de la CoESsM para defender a nuestras asociaciones, a nuestros músicos y a nuestros alumnos. Para ello, remitió sendas cartas al ministro de Cultura al que ofreció su interlocución y participación en las mesas de trabajo creadas para la reconstrucción del sector cultural y al de Sanidad al que pidió que redactara un protocolo basado en el estudio por parte de los profesionales competentes para analizar el comportamiento del virus en el desarrollo de nuestras actividades musicales y educativas, facilitó los estudios llevados a cabo por el Instituto Bernhard Richter de Friburgo y por la Filarmónica de Viena  y redactó un documento con 33 medidas encaminadas a garantizar la supervivencia de nuestras entidades. Asimismo, remitió al ministerio de Educación la misma información  que a los ministerios de Cultura y Sanidad para su conocimiento y solicitó al presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) una entrevista para tratar de que desde esta entidad se coordinara la respuesta de todos los ayuntamientos para atemperar en la medida de sus posibilidades el muy negativo impacto que tiene la cancelación o suspensión de todas las actividades, tanto culturales como festivas, en las que nuestras asociaciones musicales participan o son protagonistas. Aprovecho para agradecer a la presidenta de la FSMCV que le recordara a Rodríguez Uribes algunas de estas reivindicaciones.

Protocolo y medidas de apoyo

Como única respuesta hemos recibido sendas comunicaciones tanto del ministerio de Cultura como de Sanidad en la que cada uno nos remite al otro y se sacude el problema como si no fuera con ellos. Así, el ministerio de Sanidad considera que con la normativa general publicada en el BOE es más que suficiente para que cada uno redacte su propio protocolo. Por su parte, el ministerio de Cultura en el decreto de apoyo al sector cultural obvia por completo al sector asociativo y amateur y se centra única y exclusivamente en el sector profesional, olvidando que la cultura popular o de base es eso precisamente: la base de nuestra cultura. ¿O no es así? Lo único que dice el decreto es que será el INAEM el organismo encargado de dictar una resolución por la que se aprueben las medidas de apoyo a nuestro colectivo. Publicada la esperada resolución por el INAEM, esta no resuelve casi ninguno de los problemas generados por la pandemia. Ni tampoco los anteriores.

Y mientras tanto, nuestras bandas están intentando retomar la actividad que les da sentido y que provee a toda la sociedad de ese bien de primera necesidad que es la cultura. Pero lo hacen con tanto miedo e incertidumbre como ilusión. La ilusión nunca nos la quitará nadie. Pero nuestro miedo es consecuencia, entre otras cosas, de la total y absoluta ausencia de estudio alguno que aporte rigor científico y certidumbre sobre los riesgos que para la salud y para la vida de un musico supone participar en un ensayo o en un concierto.

Con nuestra labor de voluntariado cultural quitamos una parte de nuestro tiempo al trabajo, a la familia y los amigos para realizar actividades de interés general que, según reza la Ley del Voluntariado, es aquel que promueve y defiende el derecho de acceso a la cultura y, en particular, la integración cultural de todas las personas, la promoción y protección de la identidad cultural, la defensa y salvaguarda del patrimonio cultural y la participación en la vida cultural de la comunidad. Creo que esto es exactamente lo que hacemos todos los músicos y directivos de nuestras bandas y escuelas de música.

Señor ministro de Cultura, le animo a releer nuestras reivindicaciones (todas ellas en la línea de considerar la cultura un bien de primera necesidad) tomarlas en consideración y convocar a la CoESsM para debatirlas y analizar la posibilidad de su aprobación con el fin de proteger y mejorar las condiciones de vida de nuestras asociaciones y de sus integrantes. Ello con independencia de la urgente necesidad de que el Gobierno de España destine recursos públicos a proteger la salud y la vida de los miles de músicos de todo origen y condición. Los músicos y toda la sociedad que disfruta de la música lo merecemos y lo necesitamos.

Luis Vidal Domínguez es secretario general de la Confederación Española de Sociedades Musicales.

La CESM expone a Agustín Javier Zamarrón, presidente de la Comisión de Cultura, la necesidad de cambiar un marco normativo que lesiona los intereses de las sociedades musicales, a las que trata como empresas

Traslada su preocupación por el ínfimo apoyo de las administración al proyecto social, educativo y cultural de 1.100 sociedades musicales, 60.000 músicos, 120.000 alumnos y 1.000.000 de socios

La CESM, que reclama para los instrumentos musicales una rebaja del 21% al 10% del IVA, considera un error que no estén incluidos en el denominado IVA cultural

Cerdá agradece “la sensibilidad de Zamarrón con la educación musical y su apoyo para trasladar nuestras peticiones”, y espera “el respaldo del Gobierno y el consenso de todas las formaciones políticas para impulsar la labor de un colectivo presente en 1 de cada 8 municipios de España”

La CESM propone una Ley de Mecenazgo que beneficie la labor del colectivo, homologar la condición de artista de élite con la de deportista; y el reconocimiento de la figura del voluntario cultural

Madrid, 21 de febrero de 2020

La Confederación Española de Sociedades Musicales (CESM) ha presentado a Agustín Javier Zamarrón, presidente de la Comisión de Cultura del Congreso de los Diputados, las reivindicaciones de la entidad en relación con el proyecto social, educativo y cultural que desarrollan 1.100 sociedades musicales, con 80.000 músicos, 120.000 alumnos de escuelas de música y 1.000.000 de socios; agrupadas en las diversas federaciones españolas.

Reunión con Agustín Javier Zamarrón, presidente de la Comisión de Cultura del Congreso de los Diputados, a la izquierda; Vicente Cerdá, presidente de la CESM, en el centro; y Luis Vidal, a la derecha.

Los directivos de la Confederación, Vicente Cerdá, presidente, y Luis Vidal, secretario general, expusieron ayer a Zamarrón la necesidad de promover un profundo cambio de marco normativo porque el actual lesiona los intereses de las sociedades musicales que son Entidades No Lucrativas (ENL) pero la legislación las trata como empresas y soslaya su singularidad y características lo que resulta especialmente grave en materia tributaria porque les impide desarrollar los fines para los que han sido creadas; así como facilitar la obtención de la declaración de utilidad pública.

Esta ambiciosa iniciativa, que afectaría a los Ministerios de Cultura, Educación, Hacienda y Trabajo, pretende lograr un adecuado reconocimiento de la labor que desarrollan las sociedades musicales españolas, sus bandas, orquestas, agrupaciones artísticas y escuelas de música para que puedan disfrutar del grado de protección y financiación que merecen por su contribución al interés general en sus ámbitos territoriales de actuación.

La CESM compartió la posible hoja de ruta para lograr este objetivo: trasladar a todos los grupos políticos estas reivindicaciones para que se evalúe el alcance de unas modificaciones que, previo estudio por parte de la Comisión de Cultura, puedan traducirse en propuestas concretas para realizar los oportunos cambios legislativos en el ámbito económico, fiscal, laboral, educativo, asociativo… Cerdá y Vidal plantearon la posibilidad de exponerlo en una comparecencia, propuesta de la que Zamarrón ha tomado nota.

Ley de Mecenazgo
La Confederación, que ya mantuvo diversos contactos con diversas formaciones políticas con representación en el Congreso (PSOE, PP, Podemos, Ciudadanos ERC, PDeCat, PNV, Compromís…) y los retoma una vez constituida la Comisión de Cultura, reivindica la puesta en marcha de una Ley de Mecenazgo similar a la de otros países de nuestro entorno que beneficie y facilite la labor del colectivo, homologar la condición de artista o músico de élite con la de deportista de élite; y el reconocimiento de la figura del voluntario cultural y su equiparación con el voluntario social.

Los directivos de la CESM trasladaron al presidente de la Comisión de Cultura su preocupación por la ínfima financiación que recibe de la administración pública y la necesidad de obtener recursos para una entidad que representa a un numeroso colectivo que trabaja en el ámbito social, educativo y cultural en España.

Cerdá agradece “la sensibilidad de Zamarrón con la música y la educación musical y su apoyo para trasladar nuestras peticiones en relación con la situación de las sociedades musicales”. El presidente de la CESM espera “el respaldo del Gobierno español y el consenso de todas las formaciones políticas para poder impulsar la labor de un gran colectivo presente en uno de cada ocho municipios de España”.

IVA de los instrumentos
La CESM, que solicitó en 2018 al Gobierno español una rebaja del 21% al 10% del IVA a los instrumentos musicales, considera un error que estas herramientas de trabajo, enseñanza o terapia no fueran incluidas, sorprendentemente, dentro del denominado IVA cultural, como otras manifestaciones artísticas (cine, teatro y danza).

En España tocan un instrumento musical 3,6 millones de personas, el 7,8% de la población según el Ministerio de Cultura; y se estima que la rebaja beneficiaría a unas 750.000. En el sector, músicos aficionados y profesionales, estudiantes, profesores, editoriales, luthiers, fabricantes, comerciantes y personas relacionadas con la industria musical, no se entiende esta exclusión del IVA cultural.

Federaciones en España
Actualmente, estas son las federaciones de sociedades musicales en España:  Federación de Bandas de Música de Andalucía, Federación Aragonesa de Sociedades Musicales y Escuelas de Música Amateurs, Federación Balear de Bandas de Música y Asociaciones Musicales, Federación Regional Castellano-Manchega de Sociedades de Música, Federación Castellano-Leonesa de Asociaciones Musicales, Bandas y Escuelas Música, Federación Catalana de Sociedades Musicales, Federación Extremeña de Bandas de Música, Federación Gallega de Bandas de Música Populares, Federación Gran Canaria de Bandas de Música, Federación Regional de Sociedades Musicales de la Comunidad de Madrid, Federación de Bandas de Música de la Región de Murcia, Federación Tinerfeña de Bandas de Música, Federación de Sociedades Musicales de la Comunidad Valenciana, Federación Navarra de Bandas de Música y Federación Provincial de Bandas de Guadalajara.

En Medios:

https://totbalears.com/

http://www.cartagenaactualidad.com/

https://www.melomanodigital.com/

https://www.murcia.com/

http://www.lasbandasdemusica.com/

https://www.radiobanda.com/

http://www.asturiasmundial.com/

https://www.beckmesser.com/

http://www.elmonarquico.com/

https://amigosmusica.com/

Radio

http://clasicafmradio.es/

El Ático: La música clásica con el nuevo Gobierno

A partir del minuto 01.40 hasta el 02.33 (Sumario)
A partir del minuto 07.48 hasta el 19.01 (Entrevista)

Fuente: ASOCIACIÓN / 

El pasado fin de semana, la Confederación Española de Sociedades Musicales llevó a cabo, en los locales de la Escuela de Música de Yecla,  su XXVI Asamblea General Ordinaria, junto a la colaboración de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla, y las Concejalías de Cultura, Turismo y Mujer del Excmo. Ayuntamiento de Yecla.

La jornada del sábado comenzó con las intervenciones de Vicente Cerdá como Presidente de la Confederación, así como la de Francisco Muñoz, Presidente de la Asociación de Amigos de la Música y el Concejal de Cultura de nuestra ciudad.

A continuación se inició y desarrolló con total normalidad, la XXVI Asamblea General Ordinaria de la CESM, con la presencia de Presidentes y directivos de diferentes Federaciones de Bandas de Música de nuestro país. Y tras ella, se celebró el Encuentro de Mujeres Músicos.

Patricia Soriano Vidal, como Concejal de Política Social, Igualdad y Mujer del Ayuntamiento de Yecla, abrió este segundo bloque y posteriormente se llevaron a cabo dos mesas redondas, una titulada Gobernanza y otra titulada Batutas en Femenino.

Por un lado, la Mesa Redonda de Gobernanza, estuvo compuesta por Lourdes Gavilá Ana (Secretaria General de la Federación de Sociedades Musicales de la Comunidad Valenciana), Ginesa Zamora Saura (Presidenta de la Federación de Bandas de Música de la Región de Murcia), y Ana Isabel Poleo Mora (Secretaria del Presidente Alejandro Poleo López de la Federación Tinerfeña de Bandas de Música), y como moderadora, Soraya Sanchís Mogino (Vocal de la Junta de Gobierno de la CESM y Presidenta de la Unión Musical de Muro (Alicante).

Por otro lado, Rita Mínguez García (Vocal de la Junta de Gobierno de la CESM y Directiva de FRSM de la Comunidad de Madrid) moderó la mesa Redonda «Batutas en femenino», junto a las ponentes: Raquel Sánchez-Pardo Ramiro (Directora de Castilla La Mancha), Mercedes Femenía Simó (Directora de la Comunidad Valenciana), Silvia Olivero Anarte (Directora de Andalucía) y Pilar Vizcaíno Balsera (Directora de Extremadura).

El domingo se celebró la reunión de la Junta de Gobierno de la CESM y al finalizar visitaron la ciudad de Yecla.

En el siguiente vídeo realizado en el Departamento de Comunicación y Prensa de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla pueden revivir algunos momentos de las actividades realizadas el pasado fin de semana:

La elaboración y seguimiento del presupuesto ¿es útil para gestionar y tomar decisiones en las Sociedades Musicales?

Si esta pregunta formara parte de una de esas encuestas a las que tanto se han aficionado ”los de la Federación” podrías contestar lo que piensas, lo que crees que debes contestar para quedar bien o mirar a ver que contesta el de al lado. O peor todavía, mirar para otro lado y no rellenar la encuesta. Pero no es una encuesta sino una reflexión que cada presidente, tesorero o miembro de junta directiva de cada SS.MM debe realizar. Si no es mucha molestia, se ruega reflexionar dos veces; antes y después de leer este (rollo de) artículo. Si la lectura no cambia el resultado una de dos:

  • – O ya estabas convencido de la bondad del presupuesto y del seguimiento del mismo.
  • – O yo me he explicado fatal y has perdido el tiempo en la lectura.

Lo siento. Bueno, vamos pues a entrar en materia: El proceso presupuestario lógico permite distinguir cinco fases:

  • – Previsión
  • – Presupuesto
  • – Seguimiento
  • – Evaluación y análisis
  • – Liquidación
  1. Previsión.

En esta 1ª fase se trata de prever de una manera razonable y razonada qué situaciones se van a dar en el periodo objeto del presupuesto y que tengan trascendencia económica. Es, sin duda alguna, la fase más importante (o debería serlo), pues es en este momento cuando se marca (o se deberían marcar) las principales líneas de actuación de la junta directiva: Se establecerán las actividades y proyectos a desarrollar, las inversiones que se deben acometer, etc.

En el ámbito de las SS.MM. los ejemplos son muy claros: Qué actuaciones se estima que se realizarán, qué instrumentos tenemos previsto comprar, qué reparaciones y adecuaciones de las instalaciones no pueden esperar más, qué pasará con la escuela de música, etc., etc. Lo bonito de esta fase es que nos obliga y también nos permite pensar y reflexionar sobre todo lo que queremos/podemos/debemos hacer. Esto nos ayudará a reducir, aunque no del todo para que haya algo de emoción, los imprevistos.

Este proceso no debe realizarse de forma aislada por el presidente o un directivo en concreto, debe ser participativo dentro de la junta directiva.

  1. El presupuesto.

Una vez tenemos en la cabeza, y si puede ser escrito en un documento mucho mejor, todo eso que queremos/podemos/debemos hacer se trata de que lo traduzcamos al cristiano: Es decir, deberemos intentar cuantificar qué ingresos podremos obtener y cuánto nos tendremos que gastar. Para llevar a cabo esta ardua tarea es muy importante seguir unas pautas básicas, como son las siguientes:

  • – Si hemos identificado las acciones que hay que llevar a cabo, debemos intentar estimar los ingresos y gastos para cada una de ellas. – Puede ser de mucha utilidad consultar qué ha pasado en los años inmediatos anteriores, de forma que si las actividades son similares nos permitirá aproximar los ingresos y gastos que generan.
  • – Si se plantea alguna acción con importante repercusión económica, lógicamente habrá que presupuestarla de la forma más realista posible para evitar sobresaltos.
  • – El proceso debe ser lo más participativo posible dentro del órgano de dirección de la entidad.
  • – En la medida de lo posible deben atribuirse responsabilidades, de forma que el responsable de una actividad debería realizar el presupuesto de la misma y después ejecutarlo.
  • – El presupuesto debe estar suficientemente detallado para asegurarnos de que no hemos olvidado presupuestar nada que tenga una importancia económica significativa.
  • – El presupuesto determina el resultado presupuestario y por tanto plasmará si se prevé un año con un presupuesto equilibrado, con superávit o con déficit, en cuyo caso deberá establecerse que éste será cubierto con los excedentes de ejercicios anteriores. Una norma no escrita dice que el presupuesto siempre se presenta equilibrado, lo cual en los tiempos que corren posiblemente no sea lo más realista y por tanto apropiado.
  • – Sería deseable que junto al presupuesto se elabore una memoria explicativa en la que se plasmaran las ideas básicas que han llevado a la elaboración del mismo.
  • – Obviamente el presupuesto una vez elaborado debe someterse a su aprobación en Asamblea. Y esto no es solo una cuestión formal, sino que es un momento para transmitir al asociado cuál es el camino que se pretende recorrer y su reflejo en Euros.
  1. Seguimiento.

Ahora ya tenemos un documento que habremos elaborado en Excel o similar y que ha sido aprobado por la Asamblea. Bien, pues además de guardar adecuadamente el archivo informático donde corresponda y de guardar todavía más escondido el documento impreso, será importante que una copia quede en un lugar de fácil acceso para poder hacer el seguimiento del mismo.

Si la SS.MM. es de las que llevan una contabilidad por partida doble de acuerdo con el Plan General de Contabilidad, lo ideal es establecer un sistema de contabilidad analítica (por proyectos o por actividades) asignando los gastos e ingresos tanto a la partida contable correspondiente como al proyecto o actividad que genera el flujo de fondos. Esto nos permitirá, añadiendo las columnas de ingresos y gastos ejecutados así como las correspondientes a las desviaciones al fichero de Excel que tenemos guardado, comparar fácilmente las diferencias que se van produciendo entre los ingresos y gastos previstos hace ya unos meses (y tal vez de una forma un tanto precipitada justo los días antes de la Asamblea) y los que se van produciendo en la realidad.

Esta mera observación de las desviaciones es otro momento para reflexionar sobre las causas y sobre todo las consecuencias de la (abismal o no, según los casos) diferencia que siempre hay entre lo que pensamos que queríamos/podíamos/debíamos hacer y la cruda realidad.

Si no nos hemos decidido todavía por implantar un sistema contable como el citado en el párrafo anterior no pasa nada, obtenemos los datos de donde estén y los pasamos a la hoja Excel y ya está, pero teniendo la precaución de que el sistema seguido establece con claridad el criterio para imputar cada gasto/ ingreso donde corresponda. Si los datos no están en ningún sitio ya es peor.

Debería establecerse una periodicidad fija para llevar a cabo este seguimiento para poder pasar a la siguiente fase: la evaluación. Una vez al trimestre podría estar bien. Como mínimo al semestre. Una vez al año dicen que no hace daño, pero en este caso no sé qué bien haría hacerle el seguimiento a algo que ya ha acabado. Y ahora explicaré porqué.

  1. La evaluación

La evaluación no es ni más ni menos que efectuar el análisis de las desviaciones que nos ha puesto de manifiesto el seguimiento del presupuesto. La columna “desviación” en % que le hemos añadido a la hoja Excel a vedes es demoledora.

Pero siempre delimitando la importancia de cada partida del presupuesto. Una desviación del 60% en un gasto de escasa cuantía no es significativo y sin embargo una desviación del 10% en la partida de gasto más elevada nos destroza el presupuesto.

Lo dicho ya en las fases anteriores, la lectura de la evolución del presupuesto debe realizarse conjuntamente, y desde luego con participación de los responsables de los proyectos o actividades realizadas, los cuales siempre podrán explicar la causa de las posibles desviaciones y proponer las medidas correctoras en su caso.

Este análisis con toda seguridad nos ayudará a tomar decisiones en función de los datos obtenidos y por tanto se convertirá en una buena herramienta que nos facilita la tarea de decidir qué hacer o qué no hacer. Y además también sirve para poder explicar a quien corresponda y cuando corresponda el porqué, en términos económicos, de dichas decisiones. Y si se han producido situaciones extraordinarias, claro que se puede acordar una modificación del presupuesto para adecuarlo a la nueva realidad.

  1. Liquidación

Ya hemos pasado un año más y toca hacer balance y rendir cuentas.

En esencia no tendremos que hacer más que plasmar en las columnas de ingresos y gastos ejecutados los datos definitivos y calcular las desviaciones, procediendo a la liquidación del presupuesto que básicamente consiste en determinar el resultado presupuestario alcanzado y comparar lo presupuestado con lo ejecutado detallando las desviaciones producidas más importantes, las cuales deberán ser explicadas convenientemente. Si además ofrecemos una comparación con los datos del ejercicio precedente para compararlos, mejor que mejor.

Si para apoyar la elaboración del presupuesto aconsejamos la elaboración de una memoria, para su liquidación parece casi indispensable contar con el apoyo de una memoria o informe de gestión que junto con la liquidación presupuestaria permita a la junta directiva rendir cuentas de cómo se han realizado las actividades y demostrar al usuario de la información facilitada que ha tratado de llevarlas a cabo con criterios de asignación eficiente de los recursos disponibles, de transparencia y siempre con la finalidad de alcanzar el mayor grado posible de cumplimiento de los fines previstos.

  1. Conclusiones

Ya hemos llegado al punto en el que se pide al lector volver a contestar a la pregunta que subtitula este artículo. Quizás una fórmula para obtener la respuesta sea plantearnos la diferencia entre el proceso de gestión presupuestaria esbozado aquí y lo que cada uno hace en su sociedad musical. Para simplificar, planteo las siguientes situaciones que pueden reflejar lo que sucede en la práctica:

  1. En mi sociedad musical ya hacemos todo lo que se menciona. Perfecto, en este caso si te has molestado en leer el artículo te habrás reafirmado en tu forma de actuar.
  2. En mi sociedad se elabora el presupuesto, se guarda en el cajón, se vuelve a sacar para su liquidación y la sociedad se gestiona al margen del mismo. Al final del año se liquida, se aprueba y ya está. Y ya puestos, ¿no sería mejor hacer algo parecido a lo contado en los puntos 3 y 4?. Ya que cumplimos con la pesada carga de prepararlo y liquidarlo, ¿por qué no intentar aprovechar lo que tiene de útil?
  3. No se elabora el presupuesto porque es imposible saber qué va a pasar y no tenemos bola de cristal. A final de año se presenta una relación de ingresos, gastos (o de cobros y pagos, o mitad y mitad) y saldo en las cuentas bancarias. Como no se puede comparar con lo previsto, pues menos debate sobre la cuestión.

Sería conveniente revisar qué dicen los estatutos de la sociedad sobre la presentación y aprobación del presupuesto?. Realmente ha llegado el momento de dejar de hacer lo que se ha hecho siempre y como se ha hecho siempre?.

Tengo una gran curiosidad por saber cuál de las tres situaciones se parece más a lo que sucede en cada una de nuestras sociedades musicales para lo cual podríamos hacer una encuesta, pero al recordar que de las 268 que se repartieron en la Asamblea de Altea solo contestaron 22 (un 8%, señores) pienso que tendré que usar otro método, y como no se me ocurre otro, quiero suponer y supongo que en muchos casos nos encontraremos cerca de una situación parecida a la descrita en el punto B. Y a estas sociedades musicales y sus directivos va dirigida una recomendación final: Es necesario evolucionar de la idea del presupuesto, entendido exclusivamente como documento estático y formal (guardarlo en el cajón), a la de gestión presupuestaria, entendida como un proceso dinámico que tiene como objetivo seguir la evolución económica de la entidad y en el que el presupuesto es un documento participativo y dinámico que se convierte en una herramienta básica de apoyo para la gestión.

Por Luis Vidal Domínguez

Economista

Secretario General de la CESM

Valencia, 7 de febrero de 2019

La Confederación Española de Sociedades Musicales (CESM) ha participado en la jornada El futuro de las sociedades musicales en la que se abordó la situación actual y el futuro al que se enfrentan estas asociaciones. Organizada por la Agrupación Socialista de la ciudad de Valencia se celebró en el Palau de l’Exposició de Valencia, el pasado 2 de febrero.

El programa contó con representantes de la Coordinadora de Sociedades Musicales Federadas de la Ciudad de Valencia (Cosomuval) adscrita a la Federación de Sociedades Musicales de la Comunidad Valenciana (FSMCV). Luis Vidal, secretario general de la CESM, intervino en la mesa redonda El financiamiento de las sociedades musicales junto a Ramón Vilar, concejal de Hacienda del Ayuntamiento de Valencia, Pau Rausell, coordinador de la Unidad de Investigación en Economía de la Cultura y Turismo (Econcult), José Espinós, Presidente Provincial de Alicante de la FSMCV y Manuel Asensio, vicepresidente de Cosomuval, que actuó de moderador.

Vidal explicó en su exposición las principales señas de identidad del enorme movimiento asociativo que suponen las 1.100 sociedades musicales de España, con sus bandas y escuelas de música, constituidas como asociaciones sin ánimo de lucro que acogen en su seno a más de 80.000 músicos (aficionados en su mayor parte), 120.000 alumnos y que son gestionadas por más de 10.000 directivos que realizan su labor de forma totalmente altruista y desinteresada. Vidal aseguró que “estas entidades surgieron y se han desarrollado impulsadas desde la sociedad civil, lo que les otorga un gran valor social; se han erigido en una eficaz herramienta de cohesión e integración social en su ámbito de actuación”.

A lo largo de su intervención abordó aspectos tan importantes como la estructura de ingresos de estas entidades, la sostenibilidad del modelo actual, la necesaria incorporación de profesionales de la gestión cultural que complementen la labor voluntaria de los directivos, la inaplazable mejora de la ley del mecenazgo o las enormes posibilidades que ofrece el desarrollo del turismo experiencial ligado a lo que consideró “un macrofestival musical continuo que se celebra durante todo el año en municipios y ciudades de España”.

También solicitó un mayor apoyo del área de Cultura de los ayuntamientos, en general, y el de Valencia, en particular, a las sociedades musicales; sensibilización y concienciación de los beneficios que reporta contratar formaciones adscritas a estas asociaciones en lugar de grupos irregulares; advirtió de que una adecuada gestión de la propiedad intelectual puede ser una fuente de captación de recursos y de que la música es un asunto nuclear en las fiestas de los municipios españoles, por lo que habría que aprobar medidas de protección efectiva de este elemento que en la ciudad de Valencia forma parte de las principales actividades de las Fallas, declaradas Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.

Sentimiento de pertenencia

El directivo de la CESM cree fundamental que “el sentimiento de pertenencia se refuerce para encarar con mayor probabilidad de éxito los retos futuros”. Frente a las respuestas de la administración a los problemas del colectivo que considera “incorrectas, injustas, insuficientes o lo que es peor inexistentes, en muchas ocasiones” entiende que hay que oponerse con “cumplimiento, creatividad, convicción y no conformarse” en lo que denomina “las cuatro ces contra las cuatro íes”.

Vidal desglosó este discurso explicando que “debemos cumplir con nuestras obligaciones, solo quien cumple sus obligaciones está legitimado para exigir a los demás que cumplan las suyas”. Ser creativos explorando “las escasas opciones que ofrece el actual marco normativo en relación con la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC), leyes del Voluntariado, Mecenazgo, Propiedad Intelectual, Utilidad Pública, convenio colectivo …)”.

Insta a no conformarse “reivindicando que el marco normativo mejore y reconozca nuestra aportación a la sociedad”. Y por encima de todo pide convicción, “es imprescindible que estemos convencidos para convencer a los nuestros, a nuestro entorno, al resto de la sociedad y a los políticos de la importancia de proteger y financiar adecuadamente el proyecto social, educativa y cultural que llevamos a cabo”.

Integración y cohesión social

El secretario general de la CESM desgranó los activos de las sociedades musicales, “promovemos el acceso a la cultura, integramos a las personas, protegemos la identidad y el patrimonio cultural, participamos activamente en la vida social y cultural del 8% de los municipios y ciudades de España; y con todo ello, contribuimos a aumentar la cohesión social. No parece poca cosa”. Vidal subrayó que “con mayor convicción, por parte de todos, será mucho más fácil conseguir cambios normativos y cualquier cosa que nos propongamos”.

Asimismo, expuso a los asistentes que “la CESM está elaborando una propuesta de mejora del marco normativo que afecta a las sociedades musicales” y con el que se pretende “situar en su verdadera dimensión la labor altruista de músicos y directivos que permite que estas asociaciones contribuyan decisivamente a crear una sociedad más diversa, más culta y sobre todo más realizada”.

Embajador de la UNESCO

La presentación de la jornada dio comienzo con la intervención de Gemma Pérez, responsable de Ens Mouen les Bandes de Música de la ciutat de València del PSPV, Miguel Hernández, presidente de Cosomuval, Andrés Perelló, Embajador en la UNESCO, y Sandra Gómez, candidata del PSPV a la alcaldía de Valencia.

Tambien se realizó un taller de experiencias, La Ley del voluntariado en las sociedades musicales, a cargo de Domingo Carles, presidente comarcal de Valencia (FSMCV). La jornada terminó con otra mesa redonda sobre educación musical, moderada por Inmaculada Sánchez, asesora de Asuntos Generales de la Generalitat Valenciana, y en la que actuaron como ponentes Aina Thous, profesora de la Escuela de Música del Centro Instructivo Musical Benimaclet y vocal de la Cosomuval, Filibert Mira, director de la Escuela de Música de Miramar y profesor del Conservatorio de Catarroja y Pedro Vicente Alamá, profesor de Clarinete del Conservatorio Profesional de Música de Valencia.

 

Valencia, 

En el marco de la IV Gala de la Música CAMP DE MORVEDRE celebrada el pasado 21 de octubre en Quartell, esta comarca de la FSMCV entregó a Luis Vidal, Secretario General de la CESM, el premio ORPHEO especial concedido por la Junta Comarcal por su dedicación al mundo de las Sociedades Musicales.

La Junta Comarcal de Sociedades Musicales Federadas del Camp de Morvedre celebró ayer 21 de octubre en Quartell la IV Gala de la Música del Camp de Morvedre donde se entregaron los Premios Orpheo 2018. Este evento se encuadra dentro de la Campaña de Actividades Comarcales de la Federación de Sociedades Musicales de la Comunidad Valenciana (FSMCV).

El público asistente llenó de nuevo el auditorio apoyando esta iniciativa. Además de homenajear a los premiados también pudieron disfrutar de la música de tres de las bandas de la comarca. Actuaciones que se intercalaron con la entrega de premios y donde la Unió Musical d’Algímia, la Unió Musical-Cultural d’Estivella y la Unió Musical de Quartell demostraron la su buena calidad musical.

Según Fina Gómez, Presidenta Comarcal, “La Gala es un acto ya consolidado que demuestra año tras año todo el trabajo que se hace en las Sociedades Musicales de nuestra comarca”. Y es que en el evento además de todos los presidentes de las 12 Sociedades Musicales de la comarca y representantes de sus directivas también acudieron gran número de autoridades, entre ellas el anfitrión y alcalde de Quartell, Pere Campos, prácticamente todo el resto de alcaldes de la comarca y numerosos concejales que no se quisieron perder la gala.

En representación de la FSMCV acudieron al acto Daniela González, Roberto Escobar y Mª Ángeles Durán, miembros de la junta directiva recientemente elegida, y Juan Bocanegra, Presidente Comarcal de Horta Nord.

También asistió Vicente Cerdá, Presidente de la Confederación Española de Sociedades Musicales (CESM).

En un emotivo discurso, Luis Vidal repasó sus experiencias vitales como músico y directivo, mostrando su agradecimiento a todas las personas y entidades que han contribuido a que él sea portador del “virus de la música”, finalizando su intervención con el ruego de que cada uno de nosotros desde el lugar que ocupemos, sigamos propagando y contribuyendo a situar en su verdadera dimensión la labor altruista de músicos y directivos que permite que las Sociedades Musicales, contribuyan decisivamente a crear una sociedad más diversa, más culta y sobre todo más feliz.

Reproducimos a continuación el texto íntegro de su discurso de Luis Vidal (Secretario General de la CESM)

Luis Vidal Domínguez, representante de la CESM, y Vicente Cerdá García, Presidente de la Confederación, en calidad de invitado, han asistido al Consejo Estatal del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM)

                                        Luis Vidal, Monserrat Iglesias, Vicente Cerdá

Este pasado miércoles 13 de diciembre, se ha celebrado en el INAEM, el Consejo Estatal, donde asisten todos los representantes de las Confederaciones o Asociaciones de nivel estatal, para hacer balance del año.

En representación de la CESM está el Tesorero Luis Vidal Domínguez, esta fue su intervención:

«Sra. Directora General del INAEM, Secretario General, Subdirectores Generales, compañeras y compañeros vocales del Pleno, buenos días.

La CONFEDERACIÓN ESPAÑOLA DE SOCIEDADES MUSICALES es una entidad formada por las federaciones de sociedades y bandas de música de las diferentes comunidades autónomas que incluye entre sus fines la REPRESENTACIÓN, COORDINACIÓN Y DEFENSA DE ESFUERZOS, ASPIRACIONES E INTERESES GENERALES DE LAS FEDERACIONES INTEGRADAS EN LA CONFEDERACIÓN ANTE EL GOBIERNO DE LA NACIÓN Y DE LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS Y DEMÁS INSTITUCIONES PUBLICAS, contribuyendo con ello de forma decisiva a la vertebración del territorio nacional en su ámbito de actuación.

La CESM representa a más de 1000 sociedades musicales, más de 60.000 músicos (amateurs en su mayoría), a más de 120.000 alumnos de sus escuelas de música y disfruta de un enorme respaldo social materializado en más de 1.000.000 millón de socios de estas entidades que son dirigidas y gestionadas por más de 10.000 directivos, los cuales llevan a cabo su labor de manera totalmente altruista y con su ímprobo esfuerzo permiten que este colectivo  siga vivo a pesar de las enormes dificultades con las que se encuentra a la hora de desarrollar los fines para las que en su día fueron constituidas.

Una de estas dificultades la encontramos en la inexistencia de un marco normativo que recoja, de manera efectiva, la singularidad y especiales características de estas entidades.

Mi intervención se centrará por tanto en explicar y recordar al Pleno la necesidad de abordar un proceso de cambio del marco normativo que afecta a las asociaciones, las cuales a pesar de ser entidades no lucrativas (ENL) no ven suficientemente reconocida tal condición en la legislación que les es de aplicación, siéndoles aplicable en muchísimos casos la legislación propia de las empresas. Y he dicho recordar puesto que es un tema ya planteado en anteriores ocasiones como por ejemplo el año pasado por parte de la federación estatal de asociaciones y compañías de danza FECED.

Ello es especialmente grave en materia tributaria. Así, el impuesto sobre sociedades, grava los excedentes de una ENL proveniente de actividades económicas con un 25% que es 2,5 veces superior al que se aplica a las cooperativas (10%). En el IRPF las compensaciones de gastos que percibe un voluntario por razón del ejercicio de su actividad tributan desde el primer céntimo frente a la exención, lógica, de la que gozan los trabajadores por las dietas que perciben. O la imposibilidad material de obtener la declaración de utilidad pública por el mero ejercicio de actividades económicas, (contraviniendo tanto la legislación vigente como el criterio de los tribunales) que no olvidemos que en nuestro caso no constituyen una finalidad en sí misma y sí un medio para obtener recursos que permitan financiar las actividades propias de nuestros fines. Igualmente seguimos a la espera de la reiteradamente incumplida promesa de una nueva ley del mecenazgo que nos sitúe al nivel de los países de nuestro entorno.

En el ámbito laboral, es imprescindible abordar una profunda revisión y actualización del obsoleto y en ocasiones inaplicable régimen de artistas.

Otro ejemplo sería la ausencia de equiparación de la condición de artista de élite con la de deportista de élite.

Asimismo es necesario un mayor reconocimiento de la figura del voluntariado, siendo necesario que el voluntariado cultural se sitúe en pie de igualdad con el voluntariado social. En este sentido es imprescindible que las diferentes convocatorias de puestos de trabajo, de subvenciones y de cualquier proceso de licitación reconozca y pondere la condición de voluntario de los participantes en los mismos.

En fin, con estos ejemplos solo se pretende ilustrar al Pleno sobre la perentoria necesidad de trabajar de manera coordinada para buscar una solución satisfactoria en estos y tantos otros temas.

La CESM ya está trabajando en esta idea, habiéndose sumado al proyecto impulsado y liderado por la Federación de Sociedades Musicales de la Comunidad Valenciana (FSMCV) y al que se están incorporando el resto de federaciones de asociaciones musicales del resto de España y considera necesario que el Pleno de hoy respalde este proyecto y de esta manera podamos sumar al mismo al resto de asociaciones de distintos ámbitos que se encuentran aquí representadas de forma que podamos trasladar al poder legislativo un documento que recoja un conjunto de medidas que realmente permitan  a las asociaciones desarrollar los fines para los que han sido creadas en unas condiciones menos gravosas que las actuales.

Para el mejor desarrollo de este planteamiento, se propone formalmente al Pleno o al órgano del Consejo que corresponda que en aplicación de los art 3 funciones y 9 Funcionamiento del Real Decreto 497/2010 por el que se regulan los órganos de participación y asesoramiento del INAEM promueva la creación de una comisión o en su defecto grupo de trabajo que aborde esta problemática. Corresponde a la dirección del INAEM valorar si para ello puede ser útil que los Consejos Artísticos, y entre ellos desde luego el Consejo de la Música se encarguen de este asunto, dado que el art. 13 y siguientes del citado Real Decreto les atribuye, entre otras funciones, la de promover la elaboración de estudios e investigaciones en este campo y la de formular propuestas para la elaboración de disposiciones normativas del Estado. Todo ello en relación con el plan estratégico denominado Plan cultura 20/20 de la Secretaria de Estado de Cultura.

Para finalizar, permítanme que les lea algo que creo que nos ayuda a todos a situar en su verdadera dimensión la importancia del mundo asociativo, del que la CESM, sus federaciones y sus asociados son un claro exponente:

  • “Las asociaciones permiten a los individuos reconocerse en sus convicciones, perseguir activamente sus ideales, cumplir tareas útiles, encontrar su puesto en la sociedad, hacerse oír, ejercer alguna influencia y provocar cambios.
  • Al organizarse, los ciudadanos se dotan de medios más eficaces para hacer llegar su opinión sobre los diferentes problemas de la sociedad a quienes toman las decisiones políticas…
  • …desarrollan una función esencial e imprescindible, entre otras, en las políticas de desarrollo, medio ambiente, promoción de los derechos humanos, juventud, salud pública, cultura, creación de empleo y otras de similar naturaleza”

Extracto de la Exposición de motivos de la Ley Orgánica 1/2002 del Derecho de Asociación

Al plantear esta propuesta, la CESM no hace otra cosa que cumplir con el papel que nuestro ordenamiento jurídico otorga a las sociedades musicales y bandas de música como asociaciones.

Muchas gracias por su atención.”

 

Desde el 2010, que se creó el Consejo Estatal del INAEM, la Confederación Española de Sociedades Musicales tiene un representante en este Consejo. El tener un representante en el Consejo es motivo de la importancia que tiene nuestro colectivo a nivel estatal.

La agrupa a 1.100 sociedades con más de 60.000 músicos, posee una red de escuelas de música y danza integrada por 120.000 alumnos y cuenta con un millón de socios, todo gestionado por más de 10.000 directivos.

       Foto de todos los asistentes al Consejo Estatal del INAEM 2017

Nota de Prensa del INAEM