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Las bandas de música en la localidad de Guadalupe (Murcia) han desempeñado a lo largo de su historia un papel importante en la sociedad, tanto que, hablar de música en Guadalupe es sinónimo de banda musical.

Actualmente existen diversas agrupaciones y asociaciones que mantienen una variada actividad musical, educativa y cultural en la propia localidad y fuera de ella.

Por Norberto López Núñez y David Beltrán Martínez.

Fuente: Escrito por diapason – 10 febrero, 2021

Introducción

Las bandas de música en la localidad de Guadalupe (Murcia) han desempeñado a lo largo de su historia un papel importante en la sociedad, tanto que, hablar de música en Guadalupe es sinónimo de banda musical. Actualmente existen diversas agrupaciones y asociaciones que mantienen una variada actividad musical, educativa y cultural en la propia localidad y fuera de ella. La finalidad de este estudio es analizar la trayectoria histórica de las bandas de música de Guadalupe y sus directores desde su creación hasta la actualidad. Con una metodología de corte musicológico queremos trazar una línea cronológica para visibilizar la evolución de la música en Guadalupe a través de sus bandas. Para ello se ha realizado un análisis documental de las crónicas de la época a través de la prensa histórica, se han consultado fuentes inéditas y se ha entrevistado a directores.

  1. Directores de banda

En este apartado se exponen los aspectos más relevantes de la figura de cada director y se determina su paso por alguna de las bandas que existieron o existen en la actualidad en Guadalupe. Asimismo, se destaca la fecha y el periodo de actividad al frente de la banda con la intención de trazar una línea cronológica y por tanto, determinar su evolución a lo largo del tiempo.

Maestro Pelegrín (¿?): Dirige la banda de Guadalupe en 1848.[1]

Bonifacio Ballester Godínez (1839-1900[2]): Director de la Banda de Guadalupe en 1868. También, fue director de la Banda de Aljucer. Dirigió la banda de música de Guadalupe hasta 1880 y según las crónicas de la época.[3]

José Martínez Gómez (1842-1903): Nació en Guadalupe y dirigió la banda en 1880 durante dos décadas.[4]

Vicente Espada Cánovas[5] (1867-1922): Dirigió la banda de Guadalupe en varias ocasiones a partir de 1903.[6]

José Martínez Capel (¿1874?-¿?): Autores ponen de manifiesto que junto a José Martínez Capel dirigieron la banda Francisco Pascual y Antonio Hernández Ruiz. No obstante, éstos fueron profesores de la banda, no directores de la misma según recogen las crónicas del diario El Liberal el 5 de septiembre de 1905.[7]

José Hernández Gómez (1889-1973): Natural de Guadalupe estuvo al frente de la Banda Primitiva de Guadalupe durante 32 años desde 1915 hasta 1947.[8]

Antonio[9] Caravaca Rabadán (1887-1963): Dirigió la Banda Nueva de Guadalupe durante 14 años desde 1924 hasta 1938.[10]

Pedro José Romero Cano (1920-2003): Estuvo al frente de la Unión Musical Guadalupana durante 28 años desde 1948 hasta 1976.[11] Aunque hay datos de actuaciones anteriores como en 1947 en Campos del Río.[12] También la dirigió en 1980.

Jesús Rabadán Ruiz (1933-): Dirigió la Unión Musical Guadalupana entre 1980 y 1981.[13]

Jaime González Grao (1930-): Natural de Albatera (Alicante), es músico trombonista militar (Brigada). Destaca su labor como colaborador durante diez años en la Orquesta Nacional de España. Ha sido director de las bandas de Albatera, Constancia de Catral y Bigastro.[14] Fue el fundador y primer director de la banda de música de la Asociación Músico-cultural “Las Musas” de Guadalupe. Estuvo al frente de la citada banda desde 1987 hasta 1989.[15]

Vicente Navarro Ibáñez (1954-): Natural de Liria (Valencia) ha sido fagot solista de la Orquesta de Radio Televisión Española y profesor de fagot en los conservatorios de Valencia y superior de Murcia.[16] Estuvo al frente de la banda de la Asociación Músico-cultural “Las Musas” de Guadalupe desde 1990 hasta 1997, a excepción del periodo comprendido entre noviembre de 1993 y enero de 1994.[17]

José Hernández Molina (1930-): Músico trompetista. Estuvo al frente de la Unión Musical Guadalupana en 1991.[18]

Francisco José Valero Castells (1970-): Nace en Silla (Valencia). Es catedrático de oboe en el Conservatorio Superior de Música de Murcia desde 1989. Es compositor y ha dirigido diferentes orquestas y bandas, entre ellas la Banda de la Sociedad Musical “Las Musas” de Guadalupe entre noviembre de 1993 y enero de 1994.[19]

Juan Francisco Cayuelas Grao (1964-): Natural del Rincón de Bonanza (Alicante) ha sido profesor de flauta travesera ocupando una cátedra en el Conservatorio Superior de Música de Murcia durante 36 años. Además, ha sido director de diversos grupos instrumentales y corales. Fue director de la Banda de música “Las Musas” de Guadalupe desde julio de1997 hasta mayo de 1998.[20]

Pedro Javier Grau Caselles (1971-): Nace en Orihuela (Alicante). Es trompetista y director de orquesta. Ha dirigido las bandas de Benferri, Beniaján, Sorbas, entre otras. Ha sido director de la banda de “Las Musas” de Guadalupe de 1998 hasta 2006. [21]

José Ibáñez Barrachina (1972-): Nace en Paterna (Valencia). Es Catedrático de Música y Artes Escénicas de la Comunidad Valenciana en la especialidad de trompeta y Doctor por la Universidad Politécnica de Valencia. Ha actuado con diferentes orquestas y bandas por distintos países. Ha compuesto numerosas obras para banda y grupos de cámara. Ha sido director de la Banda de la Unión Artística Musical de Vilamarxant y de la Banda de la Asociación músico-cultural “Las Musas” de Guadalupe desde 2006 hasta 2017 con la cual ha ganado números premios en certámenes y concurso de banda de carácter nacional.[22]

Francisco Javier Ros Ortega (1974-): Natural Guadalupe (Murcia) es sistente de Solista Clarinete-Clarinete Bajo en la Orquesta de la Comunidad Valenciana “Palau de les Arts Reina Sofía” de Valencia. Ha dirigido gran cantidad de orquestas y bandas de España y fuera de ella, sobre todo en la Comunidad Valenciana[23]. Fue el primer director de la Banda Infantil de “Las Musas” de Guadalupe, creada en 1996 y realizando su primer concierto en 1997.[24]

Ignacio José Guerrero Martínez (1974-): Nace en Guadalupe (Murcia). Es titulado superior en Tuba por el Conservatorio Superior de Música de Murcia, maestro de Educación musical e inspector de Educación. Ha sido profesor de la escuela de música de Guadalupe y director de su banda escuela en el periodo comprendido entre 1998[25] y 2017.[26]

Miguel Antonio Monera Martínez (1976-): Nace en Redován (Alicante). Es titulado superior en saxofón y dirección de orquesta por el conservatorio superior de música de Alicante y superior de Murcia, respectivamente. Ha sido director de bandas con las que ha ganado varios premios en certámenes provinciales y nacionales, entre ellas la banda “Julián Santos” de Jumilla (2000) y la banda de la Unión Musical de Redován (2016). Desde 2018 hasta julio de 2020 ha sido director de la Banda Titular de la Asociación músico-cultural “Las Musas” de Guadalupe.[27]

José Vicente Vivo (1985-): Natural de Guadalupe (Murcia) es trompista titulado por el Conservatorio Profesional de Murcia y maestro en la especialidad de música por la Universidad de Murcia. Ha sido director de las bandas de Caravaca de la Cruz en el año 2015, de la Banda Joven[28] de “Las Musas” de Guadalupe desde enero de 2018 hasta 2020 y director de la Banda Titular de “Las Musas” de Guadalupe desde septiembre de 2020. Además, cabe destacar su faceta como compositor con un catálogo variado de obras para todo tipo de formaciones, banda, orquesta y música de cámara.[29]

  1. Las bandas de Guadalupe

2.1. Banda de música de Guadalupe

Se tienen datos de la existencia de una banda en la localidad en 1825.[30] En 1848 se menciona la participación de la Banda de Guadalupe abriendo el cortejo ciudadano a cargo del maestro Pelegrín al frente de citada banda dentro de los actos de conmemoración del segundo centenario de la muerte del escritor Diego Saavedra Fajardo.[31] En 1880, la banda participó en el Certamen de bandas de Murcia donde obtuvo el primer premio siendo su director Bonifacio Ballester y un total de 13 músicos.[32] Cabe la posibilidad que Bonifacio Gil Ballester, como primer director de la Banda de Guadalupe y de Aljucer también, estuviese a cargo de ambas bandas de forma conjunta durante en los actos conmemorativos de Diego Saavedra Fajardo en 1884, hecho que nos incita pesarlo según lo descrito en las crónicas locales donde se menciona la participación de las bandas dentro del cortejo cívico fúnebre en séptima posición de las 19 representaciones o instituciones participantes.[33]En 1923 debido a las discrepancias políticas entre los miembros de la banda actual, la banda se dividió en dos, dando lugar a dos nuevas formaciones en 1924 en la localidad. Por un lado, la primitiva banda dirigida por José Hernández Gómez y la nueva banda dirigida por Antonio Caravaca Rabadán. La nueva banda tuvo su actividad hasta 1938, por el contrario, la primitiva mantuvo su actividad hasta 1947. [34]

  1. 2. Banda de la Unión Musical Guadalupana

En 1948 bajo la dirección de Pedro José Romero Cano se une a la ya existente banda primitiva de Guadalupe los miembros de la anterior nueva banda creada durante la escisión en 1924. En 1949 reaparecen y se fusionan bajo el nombre de Unión Musical Guadalupana.[35] Participan en el Certamen de Bandas de Música de carácter regional convocado por el Ayuntamiento de Murcia donde participan 4 bandas civiles. La Unión Musical Guadalupana bajo la dirección del maestro José Romero obtiene el cuarto premio y el segundo premio en la categoría de pasodobles.[36] En 1950 vuelve a participar en un concurso de bandas regional en la ciudad de Murcia bajo la dirección del José Romero.[37] Desde la década de los años 50 y hasta el primer año de la década de los años 80 la Unión Musical Guadalupana[38] ha tenido al frente a un director. Desde entonces y hasta la actualidad, los músicos actúan sin director en desfiles de semana santa y fiestas de Moros y Cristianos en Murcia. Además, de esta agrupación se fundó un grupo musical de carácter festivo como charanga con la denominación de “Los Festivos”.

  1. 3. Banda de la Asociación músico-cultural “Las Musas” de Guadalupe

Se crea en 1984 gracias al trabajo de un músico de la localidad, Antonio Abellán Matas, primer presidente de la citada agrupación. Entre sus principales intenciones fue la creación de una escuela de música que nutriese una cantera de educandos que formasen parte de la banda en un futuro. En este sentido la actividad educativa en materia de formación que viene desarrollando la banda “Las Musas” [39]de Guadalupe se ha perpetuado en el tiempo dando sus frutos con un incremento de la plantilla de músicos de forma creciente año tras año, y, contribuyendo a educar a grandes profesionales de la música entre los que se encuentran reconocidos directores, músicos, profesores de música y compositores de ámbito nacional e internacional. En 1992 y 1996 gana el Certamen de Bandas de Música de Murcia en la segunda sección con la dirección artística y musical de Vicente Navarro. En 2002 vuelve a ganar el mismo certamen bajo la dirección de Pedro Grau Caselles. En 2010 vuelve a ganar el Certamen Nacional de Bandas Ciudad de Murcia con la dirección de José Ibáñez Barrachina. Ha recibido en varias ocasiones el Accésit a la mejor banda de la Región de Murcia  en el Certamen Nacional de Bandas “Ciudad de Murcia”. También ha participado en varios certámenes nacionales fuera de la Región de Murcia y en certámenes internacionales. Así, como la grabación de cinco CD.[40]

  1. 4. Banda escuela de la Agrupación músico-cultural “Las Musas” de Guadalupe

En el seno de la banda de la Agrupación Músico-Cultural “Las Musas” de Guadalupe, se fundó otra banda infantil cuya labor fuese educativa y sirviese como periodo de formación previo a ocupar puestos en la banda titular. Se creó en el año 1997 y sigue activa en la actualidad. Ha participado en diferentes actos entre ellos, conciertos escolares, festivales de bandas juveniles y procesiones por todo el panorama regional. A lo largo de sus 23 años de actividad ha tenido tres directores. Cabe destacar la labor de su segundo director, Ignacio José Guerrero Martínez, consiguiendo de la agrupación una gran musicalidad y disciplina de ensayo.[41]

  1. Resultados

En la Tabla 1 se muestra de forma grafica la evolución de las distintas bandas de música que a lo largo de la historia de Guadalupe, destacando los directores que la dirigieron y el momento que duró su actividad al frente de la misma. Cabe destacar que entre los años 1848-1880, 1903-1915 y 1976-1979 no se conoce actividad alguna por parte de las bandas de música en Guadalupe, así como no se ha encontrado información relacionada con directores de banda en la localidad.

Tabla 1. Evolución de las bandas de música y directores en Guadalupe (Murcia).

BANDAS DIRECTORES PERIODO
Banda de Guadalupe Maestro Pelegrín 1848
Bonifacio Gil Ballester 1868-1884
José Martínez Gómez 1880-1900
Banda Primitiva de Guadalupe Vicente Espada Cánovas 1903
José Martínez Capel 1905
José Hernández Gómez 1915-1947
Banda Nueva de Guadalupe Antonio Caravaca Rabadán 1924-1938
Banda Unión Musical Guadalupana Pedro José Romero Cano 1947-1976
1980-1981
Jesús Rabadán Ruiz 1981
José Hernández Molina 1991
Banda “Las Musas” de Guadalupe Jaime González Grao 1987-1989
Vicente Navarro Ibáñez 1990-1993
Francisco José Valero Castells 1993-1994
Vicente Navarro Ibáñez 1994-1997
Juan Francisco Cayuelas Grao 1997-1998
Pedro Javier Grau Caselles 1998-2006
José Ibáñez Barrachina 2006-2017
Miguel Antonio Monera Martínez 2018-2020
José Vicente Vivo 2020-
Banda Escuela “Las Musas” de Guadalupe Francisco Javier Ros Ortega 1996-1997
Ignacio José Guerrero Martínez 1998-2017
José Vicente Vivo 2018-2020
  1. Conclusiones

Desde 1848, año en que se tiene noticia de la existencia de una banda de música con director a cargo en la localidad de Guadalupe y hasta la actualidad, han pasado 172 años. Durante ese periodo, ha habido seis bandas de música en Guadalupe. Cada una la bandas se ha desarrollado en épocas diferentes y por tanto, en contextos sociales, económicos y culturales distintos entre sí. Indiscutiblemente el hecho de existir ya es un logro, al menos en tiempos difíciles desde el punto de vista económico y social como lo fueron la segunda mitad del siglo XIX o la primera mitad del siglo XX. El contexto bandístico en Guadalupe se ha desarrollado en tres periodos diferentes: segunda mitad del siglo XIX-primera mitad del XX; desde mediados del siglo XX-hasta la década de los 80 y desde mediados de la década de los 80 del siglo XX hasta la actualidad.

Cada una de las bandas que han existido a lo largo del tiempo en Guadalupe ha participado en distintos eventos y actos que las crónicas de la época han dejado testimonio debido a su importancia o relevancia. La banda de Guadalupe de mediados del siglo XIX participaba en los actos de conmemoración de segundo centenario del ilustre escritor murciano Diego Saavedra Fajardo y ganaba un primer premio en un Certamen de bandas. Las bandas denominadas Primitiva y Nueva desarrollaron su actividad durante varios años en tiempos difíciles de convulsa debido a la inestabilidad política y social del país entre guerras civiles. La banda de La Unión Musical Guadalupana consigue la reunificación de los miembros de las dos bandas anteriores en una sola. Pero es sin lugar a dudas, la banda de la Asociación Músico-Cultural “Las Musas” de Guadalupe ha sido la que mayor reconocimiento ha dado al pueblo de Guadalupe. Su fundación con fines educativos ha hecho que haya dos bandas dentro del seno de la Asociación, por un lado, la banda titular, ganadora de premios en diversos certámenes de bandas nacionales y autora de varias discos. Por otro lado, la banda escuela, necesaria para mantener el espíritu de superación gracias los valores pedagógicos que se imparten en ella.

Respeto a los directores, entre los nacidos en Guadalupe podemos destacar a José Hernández Gómez y Pedro José Romero Cano por su dilatada carrera al frente de sus respectivas agrupaciones de forma ininterrumpida durante 32 y 29 años, entre los años 1915-1947 y 1947-1976 respectivamente. Un largo periodo de tiempo estuvo también el guadalupano Ignacio José Guerreo Martínez al frente de la banda escuela de “Las Musas” de Guadalupe, concretamente durante 19 años.

Para acabar señalar que, Guadalupe posee una larga tradición de bandas de música, propiciando con ello una seña de identidad en la idiosincrasia del lugar. En este sentido y teniendo en cuenta lo analizado anteriormente, podríamos decir que Guadalupe es cuna de bandas de música.

Referencias

Cerezo Teruel, Juan de Dios. “Bosquejo histórico sobre las bandas de música en Guadalupe”. En Crónica histórica de Guadalupe [obra inédita]. Murcia, 2009.

García Martínez, Carmen. “La Asociación Músico-cultural “Las Musas” de Guadalupe, Murcia (1984-2016”. Trabajo Fin de Máster, Universidad de Murcia, 2017.

López Ruiz, Alfonso. “La música de banda en Murcia. El I Certamen Regional de Bandas de Música ‘Ciudad de Murcia’ (1991) como evento de promoción”. Imafronte, 19-20 (2009): 209-218.

Montes Bernárdez, Ricardo (Coord.). Historia de las bandas de música de la Región de Murcia. Murcia: Asociación de Cronistas Oficiales de la Región de Murcia, 2017.

Torres Mulas, Jacinto. Recursos Musicales en España. 2. Entidades. Actividades, España: Centro de Documentación Musical, 1991.

[1] Juan de Dios Cerezo Teruel. “Bosquejo histórico sobre las bandas de música en Guadalupe”. Crónica histórica de Guadalupe [obra inédita]. Murcia, 2009.

[2] “Esquela”, Las Provincias del Levante, (1900), 3 noviembre, p. 3.

[3] Antonio Almagro Soto, “Inicios musicales en pedanías de la huerta y campo de Murcia”, en Historia de las bandas de música de la Región de Murcia, coord. por Ricardo Montes Bernárdez (Murcia: Asociación de Cronistas Oficiales de la Región de Murcia, 2017), 549-554.

[4] Juan de Dios Cerezo Teruel. “Bosquejo histórico sobre las bandas de música en Guadalupe”. Crónica histórica de Guadalupe [obra inédita]. Murcia, 2009.

[5] Hijo de Vicente Espada Gil, también director de banda. Ante la ausencia del segundo apellido no sabemos si se refiere al padre o al hijo. Creemos que es más probable que fuese el hijo porque en la fecha en que habría de hacerse cargo de la banda de Guadalupe (1903) tendría 36 años. Por el contrario su padre tendría 70 años.

[6] Juan de Dios Cerezo Teruel. “Bosquejo histórico sobre las bandas de música en Guadalupe”. Crónica histórica de Guadalupe [obra inédita]. Murcia, 2009.

[7] “Concurso Musical. Protesta de la Banda de Guadalupe”, El Liberal de Murcia, (1905), 5 de septiembre, p. 1.

[8] Juan de Dios Cerezo Teruel. “Bosquejo histórico sobre las bandas de música en Guadalupe”. Crónica histórica de Guadalupe [obra inédita]. Murcia, 2009.

[9] Existen crónicas, “De La Ñora”, La Verdad de Murcia, (1921), 14 junio, p.3. y “Las verbenas de San Antonio” La Verdad de Murcia, (1922), 13 junio, p.1., donde se menciona al director de la recién estrenada banda de Guadalupe como Alfonso Caravaca. Es posible que exista un error en su nombre y sea Antonio Caravaca Rabadán. En este sentido, es posible que estuviese al frente de la banda desde 1921 si tomamos como error el nombre de Alfonso. Otra posibilidad es que fuese conocido con el sobrenombre de Alfonso, como pone de manifiesto Juan de Dios Cerezo.

[10] Juan de Dios Cerezo Teruel. “Bosquejo histórico sobre las bandas de música en Guadalupe”. Crónica histórica de Guadalupe [obra inédita]. Murcia, 2009

[11] Ibíd.

[12] Matías Valverde García, “Bandas de música en las fiestas de Campos del Río”, en Historia de las bandas de música de la Región de Murcia, coord. por Ricardo Montes Bernárdez, (Murcia: Asociación de Cronistas Oficiales de la Región de Murcia, 2017), 195-206.

[13] Cerezo, Juan de Dios, “Guadalupe y sus bandas”, Página de facebook Juande Cerezo, consultado 10 de enero de 2021, https://www.facebook.com/juandios.cerezoteruel

[14] Unión Musical de Bigastro, “D. Jaime González Grao”, Unión Musical de Bigastro, consultado el 6 de noviembre de 2020, http://convega.com/um_bigastro/jaime.html

[15] Carmen García Martínez. “La Asociación Músico-cultural “Las Musas” de Guadalupe, Murcia (1984-2016” (Trabajo Fin de Máster, Universidad de Murcia, 2017).

[16] Ibíd.

[17] Ibíd.

[18] Jacinto Torres Mulas, Recursos Musicales en España. 2. Entidades. Actividades, (España: Centro de Documentación Musical, 1991), 164.

[19] Paco Valero, “Sobre mí, Paco Valero. El oboe, la música…”, Jimdo, consultado el 4 de noviembre de 2020, https://pacovalero.jimdofree.com/sobre-m%C3%AD/

[20] Aratta Vocal Dance Ensemble Armenian Folk, “Juan Francisco Cayuelas Grao”, Facebook, consultado el 6 de noviembre de 2020, https://www.facebook.com/ArattaEnsemble/posts/261194234227316/

[21] Carmen García Martínez. “La Asociación Músico-cultural “Las Musas” de Guadalupe, Murcia (1984-2016” (Trabajo Fin de Máster, Universidad de Murcia, 2017).

[22] Conservatorio Superior de Música de Murcia, “José Ibáñez Barrachina”, Massotti, consultado el 6 de noviembre de 2020, http://www.csmmurcia.com/profesores/ibanez-barrachina-jose-trompeta/

[23] Unión Musical Utielana, “Francisco Javier Ros Ortega”, Unión Musical Utielana, consultado el 6 de noviembre de 2020, https://unionmusicalutielana.org/staff/1663/

[24] Asociación Músico Cultural Las Musas de Guadalupe, “Banda Joven”, Las Musas, consultado el 6 de noviembre de 2020, https://lasmusas.es/agrupaciones/banda-joven/

[25] Ibíd.

[26] Entrevista realizada a Ignacio José Guerrero Martínez en día 22 de noviembre de 2020.

[27] Asociación Músico Cultural Las Musas de Guadalupe, “Banda Titular”, Las Musas, consultado el 4 de noviembre de 2020, https://lasmusas.es/agrupaciones/banda-titular/

[28] Anteriormente denominada Banda Infantil o Banda Escuela.

[29] José V. Vivo, “Biografía”, José V. Vivo, consultado el 4 de noviembre de 2020, http://josevivo.es/Jos%C3%A9%20Vicente%20Vivo%20-%20Biograf%C3%ADa.pdf

[30] Alfonso López Ruiz, “La música de banda en Murcia. El I Certamen Regional de Bandas de Música ‘Ciudad de Murcia’ (1991) como evento de promoción”, Imafronte, 19-20 (2009): 211.

[31] Juan de Dios Cerezo Teruel. “Bosquejo histórico sobre las bandas de música en Guadalupe”. Crónica histórica de Guadalupe [obra inédita]. Murcia, 2009.

[32] “Certamen Musical”, El Diario de Murcia, (1880), 21 de septiembre, p. 1.

[33] “Lo del día”, El Diario de Murcia, (1884), 4 de mayo, p. 2.

[34] Carmen García Martínez. “La Asociación Músico-cultural “Las Musas” de Guadalupe, Murcia (1984-2016” (Trabajo Fin de Máster, Universidad de Murcia, 2017).

[35] Alfonso López Ruiz, “La música de banda en Murcia. El I Certamen Regional de Bandas de Música ‘Ciudad de Murcia’ (1991) como evento de promoción”, Imafronte, 19-20 (2009): 212.

[36] Carlos Valcárcel, “¡¡Música Maestro!!”, Hoja del Lunes, (1955), 18 de abril, p. 2.

[37] José Antonio Marín Mateos, “La Banda de Música de Ceutí”, en Historia de las bandas de música de la Región de Murcia, coord. por Ricardo Montes Bernárdez (Murcia: Asociación de Cronistas Oficiales de la Región de Murcia, 2017), 241-264.

[38] Banda no federada en la Federación de Bandas de Música de la Región de Murcia.

[39] Banda federada en la Federación de Bandas de Música de la Región de Murcia desde el año 2002.

[40] Carmen García Martínez. “La Asociación Músico-cultural “Las Musas” de Guadalupe, Murcia (1984-2016” (Trabajo Fin de Máster, Universidad de Murcia, 2017).

[41] Asociación Músico Cultural Las Musas de Guadalupe, “Banda Joven”, Las Musas, consultado el 15 de noviembre de 2020, https://lasmusas.es/agrupaciones/banda-joven/

 

[2]

 

[2]

contrario, la primitiva mantuvo su actividad hasta 1947. [34]

[34] Carmen García Martínez. “La Asociación Músico-cultural “Las Musas” de Guadalupe, Murcia (1984-2016” (Trabajo Fin de Máster, Universidad de Murcia, 2017).

I Centenario de Alfred Reed, Mas Quiles y Karel Husa.

El año 1921 vio nacer tres figuras internacionales que han trabajado por la dignificación de la cultura bandística. Tal día como hoy, un 25 de enero de aquel año vieron la luz por primera vez Alfred Reed (Nueva York, 25 de enero de 1921 – Miami, 17 de septiembre de 2005) y Juan Vte. Mas Quiles (Llíria, 25 de enero de 1921). Y unos meses más tarde vendría al mundo Karel Husa (Praga, 7 de agosto de 1921 – Apex, USA, 14 de diciembre de 2016). Tres nombres fundamentales para entender la evolución de las bandas en el siglo XX.

Fuente: https://www.pascualvilaplana.com/Artículo original – 2021-01-25

La música para banda de Alfred Reed ha sido una de las más interpretadas en todo el mundo. Trabajando como arreglista para la 529th. Army Force Band durante la Segunda Guerra Mundial, recibió un encargo muy especial que marcaría su carrera como compositor. Estábamos en 1944, y tras la exitosa invasión de Francia y Bélgica por las fuerzas aliadas, la ciudad de Denver planificó un concierto de Navidad para promover las buenas relaciones soviético-estadounidenses con estrenos de obras de ambos países. El maestro Roy Harris (1898-1979) fue el encargado de organizar tal evento y pensó en estrenar, por parte de los EEU, el segundo movimiento de su Sexta Sinfonía (Abraham Lincoln Symphony). La obra soviética escogida fue la Marcha op.99 que Sergei Prokofiev había escrito para la Banda del Ejército Soviético. Sin embargo, esta obra había sido estrenada en América unos meses antes, por lo cual cambiaron de idea. Harris, llamó a su asistente y arreglista, el joven de veintitrés años Alfred Reed, para que en dieciséis días escribiese una obra con temática rusa. En la biblioteca del acuartelamiento, Reed encontró la partitura de una canción navideña del siglo XVI; la combinó con sus investigaciones previas sobre la música litúrgica ortodoxa, configurando una bellísima obra para banda: Russian Christmas Music, escrita en once días. Finalmente, su estreno tuvo lugar el 12 de diciembre de 1944 en una transmisión en directo por la NBC. Este inicio con la música para banda, le llevó a estudiar a la prestigiosa Juilliard School of Music de Nueva York bajo las órdenes del prestigioso compositor (y figura fundamental de la música bandística americana) Vittorio Giannini (1903-1966). En su etapa posterior como profesor de la Universidad de Miami, trabajó conjuntamente con otro gran personaje de la música para banda, el maestro Clifton Williams (1923-1976), quien fuera alumno de Howard Hanson. Todo ello condicionó que el catálogo de composiciones de Alfred Reed, incluyera un gran número de creaciones para banda. Sus seis sinfonías, sus siete suites para banda, su música escénica, sus más de 100 obras para banda… hacen de su música una evidente muestra de oficio creativo. Dirigir sus partituras te hace reconocer un idioma peculiar e idiosincrático, lleno de recursos tímbricos y sonoros, en donde la banda de música se convierte en un inmenso muestrario de potencialidades creativas. No hay banda en este planeta que no haya interpretado una obra o arreglo de Alfred Reed. El maestro, además, siempre sintió un gran interés por la revolución tecnológica en el ámbito de las comunicaciones y fue conocida su fascinación por la grabación y difusión de la música. No en vano, sus CD’s dirigiendo a la prestigiosa Tokyo Kosei marcaron toda una época para los estudiantes y amantes de la música de banda. En una entrevista de 1988 concedida a Bruce Duffie declaraba algunas consideraciones del todo interesantes sobre la dirección orquestal:

“…He aprendido algo que otros directores que fueron compositores tuvieron que aprender primero. Algo parecido se puede encontrar en las cartas de Stravinsky y en pasajes de sus comentarios autobiográficos que recopiló Robert Craft. Stravinsky, Brahms y otros compositores tuvieron que aprender a cómo dirigir sus trabajos (….) En ocasiones, los directores verán cosas en la obra de un compositor, o al menos darán una interpretación de la obra, que en realidad es mejor que lo que el propio compositor puede ver o interpretar (…)”. (http://www.kcstudio.com/reed3.html)

El mismo día que nacía en Nueva York Alfred Reed, en Llíria abría los ojos el maestro Juan Vte. Mas Quiles, una de las figuras musicales que más ha trabajado en el ámbito de la difusión de nuestras bandas a nivel internacional, siendo el primer español en formar parte de la WASBE (World Association for Symphonic Bands and Ensembles). En su estimada Banda Primitiva de Llíria empezó sus estudios musicales con la flauta, para después estudiar dirección y composición en el Conservatorio de Valencia con profesores de la talla de Pedro Sosa o Manuel Palau. En los años cuarenta, opositó al cuerpo de directores militares del ejército, empezando una carrera como director militar que le llevó por distintas comunidades españolas sin dejar su actividad como compositor y arreglista. Trabajó como director invitado de diferentes bandas y orquestas en Argentina, EEUU, Francia, Bélgica y Países Bajos. También ha sido destacada su faceta de divulgación del mundo de las bandas mediante artículos y publicaciones en revistas especializadas. Su reciente libro Apuntes de instrumentación para banda de música (2008: Ed. Piles, Valencia) es todo un legado de compromiso con el uso de la banda de música y su adecuación a la globalización de este instrumento artístico. Siguiendo la tradición de las transcripciones para banda, su labor en este sentido marcó un punto de inflexión al publicar algunos de sus trabajos en la holandesa Editorial Molenaar. El nombre de Mas Quiles empezó a ser habitual en los atriles europeos y americanos gracias a sus trabajos de orquestación de obras como Suite Española de Albéniz, Goyescas de Granados, Dolly Suite de Gabriel Fauré, Las Hébridas de Mendelssohn, Scherezade de Rimsky Korsakov… o a sus propias composiciones como Clarinera Mayor, Música para banda, Vicente Gerardo, Marcha de los Gladiadores, Y las sonrisas fueron seis…. La personalidad del maestro es una de sus características más destacadas por todos quienes le conocemos. Como curiosidad, podemos leer en la biografía del maestro incluida dentro del libro Notes for Band escrito por Norman E. Smith, una descripción de Mas Quiles en la cual se indica que: “(…) es una persona genial y nada pretenciosa, que siempre se sorprende por ser considerado una celebridad (…)”. (Gia Publications, Chicago. 2000)

En 1994, Mas Quiles publicó con la editorial Schott la única verisión oficial para banda de los Carmina Burana (1937) de Carl Orff. Este monumental trabajo de re-orquestación es considerado como una las obras más importantes de la transcripción bandística de los últimos cuarenta años. No en vano ha sido objeto de estudio y análisis por diferentes instituciones académicas norteamericanas e incluso ha dado origen a la publicación de un libro, por parte del Dr. Philip Simon, profesor de la Wilkes Universty de Pensilvania. Se trata de: Philip Simon (2009) Mas Quiles Arrangement of Carmina Burana: A Suitable Alternative? A Comparisson of the Orff Original with the Juan Vicente Mas Quiles Arrangement for Wind Band and Choruses. (Editorial VDM Verlag).

Este libro sirve como guía para el estudio y ejecución del arreglo de Mas Quiles. Simon defiende que la orquestación de Mas Quiles es magistral ya que mantiene de forma cercana la integridad textural, musical y estética de la obra de Orff. Además, ofrece un uso depurado de los vientos al sustituir las cuerdas orquestales. Al comparar y analizar las técnicas de instrumentación de Mas Quiles con el original de Orff, Philip Simon concluye que el arreglo de Mas Quiles es una alternativa viable y única para el original de Orff, además de ser un material muy digno de estudio e interpretación.

Una de las versiones más destacadas de este trabajo de Mas Quiles, fue publicada en CD en 2003, con interpretación de la North Texas Wind Symphony bajo la dirección del prestigioso maestro norteamericano Eugene M. Corporon. El maestro Corporon visitó España por primera vez en octubre de 2006, invitado por la Banda Unión Musical de Muro, dentro de los cursos de dirección de banda que esta formación y el que suscribe organizamos durante muchos años. Recuerdo que al cerrar el calendario del maestro Corporon en nuestra localidad, me dijo: “Hay que buscar un momento para saludar a Mas Quiles, quiero conocerlo personalmente pues tras trabajar su versión de Carmina Burana, siento una profunda admiración por este músico tan magistral”.

Así ocurrió, y el maestro Mas Quiles visitó la UM de Muro uno de los días del curso con el maestro Corporon quien se sintió profundamente alagado al conocer a uno de sus ídolos de la música bandística internacional. Unos años más tarde, en 2014, la Universidad de Alicante y la Banda Municipal de Villena celebraban la X Edición del Curso de Dirección de Banda que ambas instituciones convocaban dentro de los Cursos de Verano de la UA. En las diferentes ediciones de estos cursos, que tuve el honor de coordinar, pudimos contar con la presencia de compositores y directores de ámbito nacional e internacional. Para su décima edición consideré oportuno invitar a dos de los maestros que más han influenciado en mi desarrollo como director. De tal modo, tuve el honor de contar con la colaboración de Jan Cober (Maastricht Conservatorium) y de Eugene M. Corporon (University of Noth Texas). Cerrando la planificación, pensé en invitar también a un músico fundamental de la música bandística en Italia y Europa, el maestro Carlo Pirola, profesor de Instrumentazione Bandistica durante muchos años en el Conservatorio G. Verdi de Milán. Cuando salió la publicidad del curso, recibí una llamada telefónica del maestro Mas Quiles: “He visto la publicidad de Villena. Estoy muy mayor y me cuesta caminar, pero he de ir allí sea como sea y saludar a estos maestros”. Aquella llamada me alegró enormemente. El último día de curso, un viernes de un caluroso mes de julio villenero, celebramos en un magnífico salón del Teatro Chapí una mesa redonda con los profesores del curso y los más de sesenta alumnos (de diferentes países) que habían participado en el evento. De repente se abrió la puerta de la sala, y un señor mayor sujeto del brazo de un familiar y apoyado en un bastón, entró pidiendo disculpas. “Señoras y señores, acaba de entrar el maestro Mas Quiles” dije yo desde la mesa. De repente el maestro Corporon se levantó y empezó a aplaudirle. El resto de componentes de la mesa, Cober, Pirola y un servidor, hicimos lo propio y se nos unió toda la sala en pie. Cuando el maestro Mas Quiles llegó a la mesa, la emoción de su rostro se había contagiado en toda la sala. Un momento inolvidable para un servidor y para todos los que lo vivimos. En ese momento, cogió la palabra el maestro y nos hizo una disertación emocionante de lo para él había sido el mundo de las bandas en su vida y que resumió diciendo: “cuando te gusta una cosa, no puedes hacer otra…”.

El maestro cumple hoy 100 años y sigue trabajando, a pesar del peso físico de su edad. Sin embargo, su mente sigue activa con la ilusión y el entusiasmo de siempre. Recientemente ha publicado su transcripción de la Novena Sinfonía de Beethoven, también en la editorial Schott. Estudiándola, al igual que me ocurrió con su versión de Carmina Burana, descubres un perfecto equilibrio entre el respeto por el original y la adecuación idiomática propia de las buenas traducciones. La transparencia del oficio de Mas Quiles da a entender la magnitud de su maestría.

Y también en 1921 empezaba su vida otro gran nombre para la música de banda, el maestro checo-norteamericano Karel Husa. Un hombre que tras formase en su Praga natal, viajo a París en 1947 para continuar estudios de composición con Nadia Boulanger y Arthur Honegger, así como estudios de dirección con Eugène Bigot y André Cluytens. En 1951 recibía el Premio Lili Boulanger de Composición. Fue en 1954 cuando emigró a los Estados Unidos y trabajó como profesor de la Cornell University de Ithaca. En 1969 recibía el Premio Pulitzer de composición por su Cuarteto de Cuerdas Nr.3. Su música orquestal ha sido encargada y estrenada por maestros como Sir George Solti, Kurt Masur o Zubin Mehta. En su catálgogo para banda, encontramos toda una propuesta estética renovadora para el lenguaje de las orquestas de viento y percusión con títulos como: Al Fresco, Aphoteosis of this Earth, Les couleurs fauves, entre otras. Además, el maestro Husa ha dirigido varias de las más prestigiosas orquestas de Londres, Hamburgo, Bruselas, Zurich, París, Oslo, Tokyo, Boston, Nueva York, …

Pero tal vez, entre toda su producción, resalta una obra en especial. El extraordinario trabajo creativo de su Music for Prague 1968 es, sin duda, una de las partituras que marcan un punto de inflexión para la historia de la música de banda. Desde la distancia, y estimulado por la ira y la frustración, escribe una obra poderosa que describe la Primavera de Praga de 1968 desde su exilio. El propio Husa escribe las notas al programa: “Tres ideas principales unen la composición. La primera y más importante es una antigua canción de guerra husita del siglo XV, ‘Ye Warriors of God and His Law’ (Guerreros de Dios y su Ley), un símbolo de resistencia y esperanza durante cientos de años, siempre que el destino pesaba sobre la nación checa.

(…). La segunda idea es el sonido de las campanas por todas partes; Praga, llamada también la Ciudad de las Cien Torres, ha usado sus campanas de iglesia que suenan magníficamente como llamadas de angustia, así como de victoria. La última idea es un motivo de tres acordes que aparecen primero muy suavemente (…). Más tarde aparece a niveles dinámicos extremadamente fuertes (…)También aparece mucho simbolismo: además de las llamadas de socorro en el primer movimiento (Fanfares), la esperanza ininterrumpida del canto husita, el sonido de las campanas, o la tragedia (Aria), también hay una llamada de pájaro al principio (solo de flautín), símbolo de la libertad que la ciudad de Praga ha visto sólo por momentos durante sus mil años de existencia». Como director, estudiar partituras como ésta, siempre produce una especie de desasosiego por temer no estar a la altura de su creación. Cada pasaje, cada sonoridad, envuelve mente y alma de una pequeñez estrepitosa. Pero al mismo tiempo, cuando la diriges y suena toda aquella amalgama de artesanía, la sensación que impregna a intérpretes y escuchantes es la de asistir a una experiencia sonora única. La versión para orquesta de esta magnífica obra se realizó un año más tarde, y fue estrenada en enero de 1970 por la Orquesta Filarmónica de Munich dirigida por el propio compositor. En una de las entrevistas que Mark Camphouse realiza para su serie Composers on Composing for Band (2002, Gia Publications, Chicago), Karel Husa da su opinión sobre el futuro de las bandas: “La banda es un conjunto que estará aquí mientras aprendamos a tocar instrumentos de viento, metales y percusión, y mientras amemos compartir nuestro trabajo con los demás. Este es el aspecto más importante, es decir, hacer música juntos, especialmente en estos tiempos en los que se arroja tanta basura, y no solo basura musical, sobre nosotros y nuestros jóvenes (…)”.

En el año 2005, en una de mis visitas al Festival Mid West Clinic de Chicago, asistí a un concierto monográfico sobre Karel Husa interpretado por la Illinois State University Wind Symphony bajo la dirección de Stephen K. Steele. Acudía acompañado de mi maestro Eugene Corporon, y tras el concierto, fuimos invitados a una recepción en la cual Corporon me presentó a Karel Husa. Cuando de forma muy afable me estrechó la mano, y tras comentarle mi maestro que yo venía de Valencia, Husa me preguntó: “¿De Valencia?… ¿Y cómo está mi amigo Mas Quiles? Qué gran músico y qué buena gente…”. A veces, la dimensión de alguien se evidencia cuando, donde menos lo esperas, reconocen su trabajo y su valía.

En 2018 y 2019 he podido dirigir Music for Prague 1968 con la Banda Municipal de Bilbao y la Banda Municipal de Barcelona, coincidiendo con el L Aniversario de aquella Primavera de Praga. En ambas ocasiones tanto músicos como público hemos experimentado el poder de la belleza fugaz que te atrapa, te mueve y te conmueve. Sus veintidós minutos de música envuelven el ambiente de una experiencia sensorial única e indescriptible. También hace apenas poco más de un año, dirigía la versión de Mas Quiles del Carmina Burana de Orff, con la Banda Municipal de Barcelona. Los coros participantes y el trío solista, expertos en esta monumental obra, me comentaban como les había sorprendido la versión bandística, pues se sentían absolutamente arropados con un idioma sonoro al que no estaban acostumbrados, pero con el cual se fusionaron sin problema. Ayer mismo, un día antes del ciento cumpleaños de Alfred Reed, interpretamos en la Banda Municipal de Bilbao, su maravillosa música incidental Othello escrita en los años setenta para una producción del drama shakesperiano. La ambientación sonora que consigue Reed con la paleta colorista de la banda, es del todo ejemplarizante para mostrar el equilibrio entre la música narrativa y la música pura. Con el trabajo de Husa, Mas Quiles y Reed podemos vivir la experiencia de la buena música, como diría Bernstein, en la cual “…al escuchar una nota tras la precedente, te das cuenta que era esa nota la que tenía que llegar y no otra…”.

La música para banda necesita de figuras como Reed, Mas Quiles y Husa. Uno de ellos, el maestro valenciano, sigue entre nosotros levantándose todos los días con el ánimo de seguir trabajando mientras la fuerza de sus cien años le deje. Ojalá sepamos estar a la altura de reconocerle y agradecerle su trabajo como lo han hecho en otros lares. Los estudiantes y amantes de la composición y la dirección tenemos, en la vida y obra de estos maestros, un ejemplo de compromiso con la vida y con el arte. No podemos ni debemos olvidar su legado así que pasen otros cien años. Gracias a los tres por tanto…

José R. Pascual-Vilaplana

Cocentaina, 25 de enero de 2021

La danza es un arte en el que, a través de un movimiento conectado con nuestro cuerpo y alma, intervienen música, expresión, sentimiento, interacción entre  bailarines/ bailarinas…

Sirve de entretenimiento para la sociedad. La danza es un movimiento estático que, a la vez, utiliza diversos desplazamientos a nivel espacial y temporal.

En el baile incluimos todas las partes del cuerpo, a través de diferentes tipos de ritmos y compases, no solo a través de la música, sino a través de nuestros impulsos del cuerpo, sentimientos y latidos, entre otros.

En este sentido, la danza también  es un método de comunicación que utiliza un lenguaje no verbal, donde   bailarines y bailarinas expresan sentimientos y emociones a través del movimiento y de sus gestos.

La danza suele ir acompañada de música o tonos, que dependerán del tipo de danza qué escojamos.

Escrito por diapason – 2 febrero, 2021

Silvia Ponte Juan. Bailarina – Titulada en Coreografía de Danza Española y Flamenco por el Conservatorio Superior de Danza María de Ávila de Madrid.

Empecé a estudiar danza desde temprana edad, sin saber realmente lo que era este fabuloso mundo del baile. Poco a poco, fui descubriendo sentimientos maravillosos y cómo poder expresarlos a través del lenguaje de la danza. Según iba creciendo, estudiaba más y más ballet, así como diversas disciplinas. Compaginaba mis estudios de baile con solfeo y piano en la escuela de música de Yecla. A la edad de 13 años tomé una gran decisión: dedicarme de lleno a la danza. Compaginaba los estudios de secundaria con mi formación en el Conservatorio Profesional de Danza de Murcia. Allí me especialicé en Danza Española y Flamenco. Dos años después, con solo 15 años, tuve que mudarme a vivir a Murcia porque tenía muy claro que quería dedicarme de lleno a mi pasión, la danza.     Con 21 años decidí dar otro paso más en mi carrera artística, ya que quería seguir formándome. Llené la maleta de ilusión y me trasladé a Madrid para continuar con mis estudios superiores en el Conservatorio Superior de Danza “María de Ávila”. Allí me especialicé en Coreografía e Interpretación de la Danza Española y Flamenco con los mejores profesionales del mundo del baile. Fueron ellos quienes me enseñaron a respetar y a amar sin condición el mundo de la danza.

Tras concluir mis estudios superiores en el Conservatorio, decidí formar mi propia compañía en la que comencé a investigar sobre los diferentes lenguajes de la danza. La formación es algo que sigue presente en mi vida, ya que sigo tomando clases con grandes coreógrafos de todo el mundo siempre que se presenta la ocasión. Entre ellos, destacan profesionales de danza contemporánea de la talla de Teresa Nieto o Ana Catalina Román. Y cómo no, magos de la Danza Española como Daniel Doña, María Juncal, Alfonso Losa, Israel Galván, La Lupi, La Moneta, o el antiguo director del Ballet Nacional de España Antonio Najaro. En el mundo de la música y la danza no se para de estudiar, siempre hay que estar actualizado y entrenar diariamente para mantener en forma mente y cuerpo.

La música y la danza van unidas de la mano. No son solo un arte, sino mucho más: una historia que el bailarín, el músico, el cantante comparte con su público cada vez que se deja el alma en el escenario; unos sentimientos y emociones que transmite con cada canción; vivencias expresadas con un gesto, con un movimiento, con un susurro; la magia del aplauso final que reconoce el mérito a tantas horas de trabajo… En definitiva, la danza no es un arte, es una forma de vida sin la que no podría vivir.

Para acabar, como bien decía la gran Martha Graham, “Los grandes bailarines no son grandes por su técnica, son grandes por su pasión”.

El año que acaba de empezar volverá a darnos la oportunidad de vivir nuevas experiencias ¿Ya tienes tus propósitos planteados? Porque uno de ellos puede ser realizar un intercambio cultural pleno, una actividad inspiradora y enriquecedora.

Gracias a dothegap, vas a poder disfrutar sin límites, ni por tipo de experiencia ni de tiempo para realizarla, además de asegurar una inmersión real en otra cultura a mínimo coste.

Fuente: dothegap News – 14 enero, 2021

¿Quieres saber más sobre la comunidad dothegap y cómo convertimos el intercambio cultural en una actividad habitual? ¡Sigue leyendo!

¿Cómo promueve el intercambio cultural dothegap?

En dothegap conocemos el gran valor que aporta una experiencia de intercambio en nuestro desarrollo personal: en cualquier edad, en cualquier lugar del planeta y a través de todo tipo de temática. Como te hemos contado en otras ocasiones, ¡el intercambio no sólo sirve para aprender idiomas! Proporciona una riqueza cultural inmensa, además de ser una experiencia de vida.

Por este motivo, nuestro objetivo es que el intercambio se convierta en una actividad habitual, que sea una actividad 100% inclusiva y sin barreras. Es importante introducir este cambio en educación, porque es fundamental potenciar nuestras habilidades multiculturales para entender y disfrutar una sociedad plural y diversa como la nuestra.

Vive el intercambio cultural como una inmersión real en otra cultura - Manos

¿Y cómo normalizamos el intercambio cultural? ¡Creando comunidad! Dothegap.com ofrece la oportunidad de establecer contacto directo entre personas con el interés de vivir todo tipo de actividades culturales.

Para formar parte de nuestra comunidad solo hay que registrarse y desde el panel de gestión de usuario lanzar una propuesta de intercambio. Las propuestas son tan interesantes y diversas como nuestros usuarios: ¡no hay límite!

Cada nueva experiencia lanzada se valida por nuestro equipo, velando siempre por la calidad de los contenidos y de la actividad. Además, la propia comunidad valora los intercambios culturales realizados lo que ayudará a otros usuarios a la hora de tomar una decisión.

Dothegap introduce importantes cambios en el concepto y forma de organizar un intercambio. Se construye comunidad por lo que el contacto es siempre directo, esto no solo garantiza que esta experiencia se realice a mínimo coste, sino una actividad plenamente inmersiva y, por supuesto, segura.

¿Cómo se garantiza la seguridad? No se necesita un tercero para validar con quién organizar una buena experiencia de intercambio. Un intermediario no garantiza que la experiencia vaya a ser un éxito, ya que hay desconocimiento por ambas partes.

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Nadie mejor que tú para establecer contacto directo y validar con quién organizar esta experiencia. Tienes todas las herramientas a tu alcance para poder establecer una relación de confianza y acordar todos los términos. Cuanta más comunicación se establezca, más probabilidad de que la experiencia sea todo un éxito.

Por otra parte, ¿por qué ha de ser una experiencia estacional? ¿Por qué cuando hablamos de intercambio pensamos en verano? ¿No puede ser un intercambio en primavera, otoño o invierno?

Una vez se establecen contactos, el vivir un intercambio se convierte en una actividad habitual, ya que el coste se reduce al mínimo y abre la oportunidad de vivir culturas y experiencias adaptadas a cada necesidad por lo que se abre un mundo de posibilidades.

¡Lánzate a vivir un intercambio!

Durante el último año hemos tenido que frenar los viajes y hemos dejado de vivir experiencias irrepetibles. Por eso, este año se presenta como una nueva oportunidad para hacer aquellas actividades con las que siempre hemos soñado!

El intercambio cultural combina aprendizaje, viaje, socialización y crecimiento, tanto personal como profesional. ¡Es todo lo que hemos echado de menos durante los últimos meses!

Vive el intercambio cultural como una inmersión real en otra cultura - Paseo marítimo

En dothegap, puedes empezar ¡YA! a preparar tu propio intercambio: con toda la seguridad y la confianza. Tú decides cuándo, dónde y con quién organizar esta vivencia.

¿Qué tienes que hacer? Son tres simples pasos: regístrate, lanza una propuesta de intercambio e interactúa con el resto de usuarios. Puedes registrarte como Familia (intercambio para jóvenes), Centro de Formación (el profesor organiza un intercambio con grupo de alumnos), Club de Deporte, Profesional o Au pair.

¿A qué esperas para formar parte de la comunidad que normaliza el intercambio cultural? ¡Ya puedes vivir experiencias irrepetibles sin límite!

Nadie avisó a la humanidad, desde los altares mediáticos de información, del advenimiento de la Era Cuaternaria, o de la era glacial, entre otras cosas porque el Homo Sapiens no era tan “sapiens” como parecía.

En la astrología también existen diferentes eras con las que, principalmente los astrólogos, pretenden explicar el comportamiento humano y sus vicisitudes que caracterizan una época. Según los cálculos de diferentes astrólogos, las fechas más probables para entrar en la Era de Acuario podrían ser el año 2638 (Elsa M. Glover), 2658 (Max Heindel) o 2080 (Shepherd Simpson), aunque muchos creen que el cambio de era tuvo lugar a mediados del siglo XX. ¿Entonces en qué quedamos? Pues quedamos en dudas, como siempre, aunque de lo que no hay duda es de la Era en la que estamos: la Era del “picoteo”

Fuente: Escrito por diapason – 26 enero, 2021

Javier Vizcaíno, compositor/pianista

www.javiervizcaino.es

Rutas del vino, degustaciones para paladares (exigentes o no) de toda especie y género, cocina de vanguardia donde lo importante es picotear lo justo de cada cosa y quedarte con más hambre que Jeremías para tener “caché”; hasta para ligar también picoteamos, de aquí y de allá, en aplicaciones que asustan de ver tanta carne junta, y a la que despreciamos con tan solo deslizar el dedito. ¿Pero qué ocurre con la música? Pues que también picoteamos de ella, gracias  a las plataformas en streaming y otros extranjerismos sin los que nos es imposible ya imaginar una existencia decente.

Ese “picoteo” musical en el que no dejamos a la canción en cuestión desarrollarse por sí misma es algo que nos incapacita para la comprensión del discurso musical, y lo que no se comprende o lo que no se conoce no se puede llegar a disfrutar en toda su dimensión. Los estudiantes de música tienen hoy a su alcance más recursos que nunca (visuales y sonoros) pero también poca o ninguna paciencia para escuchar, en su integridad, una obra musical, y la educación desempeña aquí un papel determinante para enseñar al alumno no sólo la técnica musical de cualquier especialización sino enseñarle ante todo a saber escuchar. ¿De qué sirve mover dedos sin descanso y soplar a lo bruto si nuestros alumnos de hoy no están en condiciones de apreciar el inmenso tesoro y sofisticación en el lenguaje que supone la música occidental para nuestra cultura?

Nuestro oído tiene la virtud de crear un vínculo entre el presente y el pasado, entre lo que estamos escuchando ahora y lo que ya hemos escuchado, y envía señales a nuestro cerebro respecto a qué podemos esperar en el futuro, o lo que viene. Así, en una secuencia musical recordamos la primera exposición y la memoria auditiva nos alienta a esperar oírla de nuevo; la estructura de la mayor parte de la música occidental, al margen de cuál sea su forma, se basa a menudo en este principio. ¿Cómo podemos entender, por ejemplo, una fuga de Bach y sus conexiones internas entre todos los elementos que la conforman si nos aproximamos a ella con ligereza y sólo escuchando sus siete u ocho segundos iniciales? ¡Es imposible! Una fuga, inicialmente, comienza con la entrada de una sola voz, sin acompañamiento, es lo que llamamos sujeto, y su carácter y longitud solo vendrá determinado por la entrada de la segunda voz y por los tratamientos contrapuntísticos que el compositor elabore en el transcurso de la fuga. La segunda entrada es una repetición (afirmación) de las mismas notas que expuso el sujeto en soledad pero en otro registro o tonalidad relacionada; esta transposición de registro o tonalidad produce un efecto similar al de una frase pronunciada por una persona y confirmada inmediatamente después por una segunda persona que se pronuncia con las mismas palabras pero con su propia voz y, por tanto, diferente. Pero si continuamos “picoteando” música tampoco lograremos entender en absoluto el intenso contraste que a menudo existe en la forma sonata; si la fuga podría tenía un carácter épico o místico, la sonata nos aborda con su estructura dramática entre sus dos temas contrastantes: masculino/femenino, rítmico/melódico, triste/alegre, etc.

Desde pequeños nos enseñan a estar más pendientes de nuestro sentido visual que de nuestro oído para nuestra supervivencia: todos los padres enseñan a sus hijos a mirar para no cruzar el semáforo hasta que se ponga en verde, pero igual de importante es afinar nuestro oído para no oír ningún vehículo cerca que pueda atropellarnos. El oído bien entrenado es para mí como una prolongación del sentido del tacto y del gusto pero a nivel auditivo, con el que podemos valorar también si una música es tierna, blanda, áspera, cálida, fría, etc. El neurocientífico Antonio Damasio dice que el sistema auditivo está más cerca de las partes del cerebro que regulan la vida, donde se desarrollan el sentido del placer y del dolor, los impulsos y otras emociones básicas.

La repetición es un hecho musical habitual con el que trabajamos los compositores, y que aporta comprensión a la obra, así como el volver a escucharla también es repetir un acto en sí mismo. El “picoteo musical” yo lo comparo a la búsqueda de documentación para cualquier fin intelectual o de investigación: puede interesarnos para indagar una información concreta, pero nunca puede sustituir al acto de leerse un buen libro de principio a fin. La música necesita escucharse, no solo oírse, ser conscientes de todo lo que está sucediendo a todos los niveles (armónico, melódico, instrumental/orquestal, formal…) y ver a nivel emocional qué sentimientos nos produce en su escucha, o si lo que intenta transmitir el compositor son sensaciones sonoras, experimentaciones acústicas al margen de cualquier sentimiento o consideración afectiva; todo esto nos ayudará a entender las diversas músicas a las que hoy tenemos alcance y entenderlas de verdad, no quedándonos en una aproximación superficial, sabiendo disfrutar de ellas según lo que nos apetezca escuchar en cada momento.

Fuente: https://blog.glissandoo.com/  – Onofre Gasent –  21 enero 2020

2020 ha sido uno de los años más difíciles, tanto en el ámbito profesional como en el personal. Hemos dejado de realizar tareas que nos apasionaban por un imprevisto, que no por inesperado, ha sido menos dañino.

Sin embargo, creo que tenemos motivos para mirar hacia el futuro con optimismo. El primer motivo que soy capaz de observar consiste en la resiliencia demostrada por el sector cultural durante el pasado año.

Aunque por razones obvias nos hemos visto muy afectados por la pandemia, sabemos que durante el año 2020 se han realizado miles de ensayos, centenares de conciertos y las escuelas de música han seguido funcionando en gran medida. Bajo mi punto de vista, habría que poner en valor este logro y felicitarnos por haberlo conseguido.

Por otro lado, han surgido movimientos como “Alerta Roja” que han demostrado una actitud y un sentimiento de unidad que no ha sucedido en otros ámbitos.

Y por último, la transformación digital. Creo que no hay dudas de que la transformación, si tenía que suceder, no ha hecho más que acelerarse con la llegada de la pandemia. Y deduzco que esto no puede significar más que cosas buenas para el sector.

La transformación digital aportará profesionalización, eficiencia y competitividad en multitud de tareas, que permitirán en última instancia, dedicar más tiempo a aquello que nosotros hacemos mejor que cualquier máquina: el arte, la cultura y la música.

¿Qué preparamos para 2021?

2021 debe de ser el año de la recuperación, progresiva e imparable.

Desde Glissandoo siempre hemos creído en la tecnología como medio para impulsar y mejorar las comunidades musicales y sus músicos. Trabajamos con ese objetivo. Y 2021 será un año ideal para ponerlo más en práctica que nunca.

Sin duda, seremos capaces de ofrecer una herramienta innovadora cada vez más completa, con una mejor experiencia tanto para músicos como para personas encargadas de dirigir y coordinar una comunidad musical.

¿Qué es lo que viene? Dos grandes funcionalidades y un objetivo económico para garantizar la sostenibilidad del proyecto.

Módulo de socios

Sabemos que la gran mayoría de comunidades musicales cuentan con un tejido, más o menos numeroso, de socios y socias. A veces éstos son músicos, pero otras son simplemente personas que colaboran periódicamente con la cultura y la agrupación musical en cuestión.

A lo largo de 2021, seremos capaces de ofrecer una potente herramienta desde donde gestionar todo lo relacionado con socios (altas, bajas, tramitar pagos, etc) así como una innovadora propuesta de valor relacionada con la comunicación. Será más fácil que nunca comunicar nuevos conciertos y eventos, así como fidelizar este tipo de audiencias.

Gamificación

Otra de las funcionalidades que creemos aportará valor a sociedades musicales y sus directivas, así como a los músicos. El objetivo no es otro que vertebrar agrupaciones musicales, hacerlas crecer y mejorar la experiencia que supone formar parte de éstas.

¿En qué consiste la gamificación? Consiste en ofrecer de forma automática refuerzos positivos ante cualquier acción positiva. Se utiliza en muchos ámbitos y de forma muy distinta.

Para nuestro caso, el objetivo sería premiar rachas de asistencia a ensayos, conciertos, repertorio interpretado… Tenemos muchas ganas de poner la gamificación en práctica y ver cómo funciona.

Ronda de inversión

Es una evidencia que Glissandoo necesita crecer y cumplir sus objetivos económicos para los próximos meses.

Con este objetivo en mente y aunque creo que debemos estar satisfechos por el trabajo realizado hasta la fecha, en las próximas semanas buscaremos una primera ronda de inversión a través de la cual obtendremos los recursos necesarios para ejecutar nuestro plan de crecimiento y expansión en los siguientes 18 ó 24 meses.

Lo haremos en formato de “crowdfunding”, mediante el cual cualquier persona que quiera formar parte de esta aventura podrá adquirir una parte del proyecto y convertirse así en copropietari@ de Glissandoo.

Seguimos trabajando con el objetivo de ayudar, impulsar y hacer crecer las comunidades musicales a través de las nuevas tecnologías.

Onofre Gasent

onofre@glissandoo.com

CEO en Glissandoo

El pasado mes de marzo el mundo se sorprendía con una pandemia que se extendió rápidamente por todo el planeta, paralizando prácticamente toda actividad en la gran mayoría de sectores, lo que nos dejó de la noche a la mañana en un escenario hasta entonces desconocido para todos.

Por supuesto, la pandemia también golpeó el ámbito de la educación musical y la actividad de una organización examinadora como Rockschool, que lleva operando a lo largo de más de 30 años examinando a miles de estudiantes al año en más de 50 países, no fue una excepción.

20 enero, 2021 – Fuente: Escrito por diapason

Teniendo en cuenta que hasta el mes de marzo de 2020 nuestros exámenes se ofrecían exclusivamente de manera presencial, era necesario ajustarnos a la realidad y reinventarnos para poder seguir ofreciendo nuestro servicio a alumnos y profesores. Se decidió que habría que implementar de una manera rápida y eficaz nuevas formas de examinar telemáticamente y poner en marcha todo el soporte de organización necesario para que esto se hiciera una realidad en el espacio de tiempo más corto posible.

Gracias a la rápida reacción por parte de todos los departamentos de la oficina central en Londres, en el mes de abril Rockschool pasó a ser la primera organización examinadora de música en lanzar exámenes grabados en vídeo. Con esta modalidad de exámenes hemos conseguido que este año miles de alumnos de todo el mundo puedan ser evaluados por nuestros examinadores en el Reino Unido y hayan podido obtener sus titulaciones.

 

También Rockschool se convirtió en la primera organización capaz de ofrecer exámenes online, realizados en directo con los examinadores conectados desde el Reino Unido, permitiéndonos organizar sesiones de exámenes en varios centros de España.

Este formato de exámenes permite que la manera en la que se evalúa a los alumnos sea casi idénticaa cómo se hace en un examen presencial, con la única diferencia de que el examinador se encuentra con el alumno a través de una pantalla.

Todo esto se complementó con el lanzamiento de las hojas de calificación digitales en el mes de mayo, algo en lo que Rockschool llevaba ya trabajando desde hacía más de un año y que cerraría el círculo de un proceso de digitalización de los exámenes realizado en tiempo récord.

Nos enorgullece poder decir que en España hemos sido pioneros en el uso de estas nuevas modalidades de examen, siendo de los primeros países en el mundo en ponerlos en práctica y recibiendo una excelente acogida por parte de los centros, profesores y alumnos. Esto demuestra que somos un país con una mentalidad abierta y una buena predisposición a iniciar nuevas vías, lo que nos permitió ser además el primer país del mundo en realizar exámenes presenciales fuera del Reino Unido el pasado mes de julio.

También decir que desde el año 2016 los centros Rockschool en España y los coordinadores de la actividad de Rockschool nos llevábamos reuniendo de manera anual para presentar novedades, comentar aspectos a mejorar y escuchar las sugerencias y opiniones de los usuarios de Rockschool. Este año, debido a la pandemia, decidimos realizarlo de manera telemática por videoconferencia, lo que acabó siendo una experiencia realmente positiva que contó con la participación y la interacción de numerosos directores y coordinadores de centros de todos los rincones de nuestro país con un resultado realmente satisfactorio.

El progreso llevado a cabo este año por las empresas en general en cuanto al proceso de digitalización es difícil de medir, pero en ciertas actividades como son la enseñanza musical y la evaluación y titulación de los estudiantes, la adaptación por parte de todos: profesores, alumnos y examinadores, ha sido abrumadora. Algo que en circunstancias normales hubiésemos considerado prácticamente imposible.

Como reflexión final, desde Rockschool España consideramos que lo que ha traído consigo el 2020 no ha venido para sustituir a la actividad presencial, tan enriquecedora en todas las actividades y especialmente en las artísticas, pero sí ha acelerado un proceso que inevitablemente se iba a dar a medio plazo, abriendo nuevas opciones en un tiempo record y convirtiendo esta crisis global en una oportunidad sin precedentes.

Antonio Olazábal – Rockschool España.

Narciso Yepes es uno de los músicos más ilustres que ha brotado la tierra murciana con una gran proyección internacional.

Nació en Marchena (Lorca) en 1927 y ya a la edad de 4 años se sintió atraído por el instrumento que lo acompañaría el resto de su vida: la guitarra.

Su padre, humilde y modesto agricultor, percibió enseguida el interés que mostraba Narciso por la música y por este instrumento concretamente y decidió comprarle su primera guitarra en la feria de Lorca.

Escrito por diapason – 12 enero, 2021

Al poco tiempo de la adquisición, aquel niño ya sabía tocar algunas melodías populares de oído. Ante el asombro que causó este hecho en su familia, su padre decidió llevarlo a Lorca, según se cuenta “a lomos de un borriquillo”, para que su hijo recibiese clases de solfeo y de guitarra con el maestro Jesús Guevara.

En 1939, coincidiendo con el desenlace de la Guerra Civil, Narciso Yepes se trasladó a Valencia con su familia, donde estudió bachillerato a la vez que continuó sus estudios musicales en el Conservatorio de la ciudad. Uno de sus profesores, Estanislao Marco, le dedicó una composición, Guajira, que más tarde grabaría Yepes en recuerdo de su maestro. Unos años más tarde, en 1943, ofreció su primer recital en el teatro Serrano de la ciudad de Valencia, pero poco después la familia de Yepes decide regresar de nuevo a su ciudad de origen. Es en Lorca cuando tiene la ocasión de tocar la guitarra en presencia de Ataúlfo Argenta, pianista y director de orquesta -y padre de Fernando Argenta, presentador del programa Clásicos Populares en Radio Nacional de España-, quien queda maravillado. Animado por Ataúlfo, Narciso decide viajar a Madrid, momento clave para su carrera como guitarrista.

En la capital española conoció, entre otros, al maestro Joaquín Rodrigo, que recientemente acababa de componer su célebre Concierto de Aranjuez, lo que supuso un antes y un después para la carrera de Narciso Yepes: en 1947 interpretó dicha obra en el Teatro Español de Madrid acompañado por la Orquesta de Cámara bajo la batuta de Ataúlfo Argenta. Pero no fue la primera vez que lo interpretaría debido a la enorme aceptación que tuvo por parte del público; viajó a otros países como Italia, Ginebra o Suiza para conmocionar al público con su irrefutable arte. Su actividad como guitarrista concertista a partir de este momento fue imparable.

Fue en 1948 cuando decidió viajar a París con el fin de profundizar en el estudio y la investigación, donde conoció a personalidades de la música tan relevantes como Nadia Boulanger, George Enesco o Walter Giesekmg, y también a una joven polaca, Marysia, con la que contraería matrimonio unos años después. Cabe destacar que con ella tuvo tres hijos, dos de los cuales heredarían de su padre las dotes del mundo artístico: Juan de la Cruz, Ignacio, que fue director de orquesta, y Ana, coreógrafa de la ópera de París.

Yepes recibe en 1952 un gran reconocimiento por parte del público por la composición e interpretación de la música de la película Jeux interdits («Juegos Prohibidos«) de René Clement, película galardonada en Cannes y en Venecia y que obtuvo el Óscar a la mejor película extranjera de aquel año. Por otro lado, dos años después, grabó el Concierto de Aranjuez con Ataúlfo Argenta y la Orquesta Nacional de España, cuyo disco obtuvo tal éxito y tantas reediciones que hizo que el nombre de Narciso Yepes quedase grabado como el más destacado y conocido intérprete de todos los tiempos del Concierto de Aranjuez.

A partir de 1960 comenzó a viajar a Japón, país en el que alcanzó una gran popularidad y adonde volvería, a lo largo de su vida, en quince ocasiones más, no solo como concertista sino también para impartir cursos y clases magistrales. Además, inició giras por Estados Unidos y Sudamérica.

La incesante investigación y experimentación de Narciso Yepes y su deseo de mejorar la sonoridad de la guitarra -que ya contaba con precedentes en siglos anteriores- lo condujeron a encargarle al guitarrero madrileño José Ramírez la construcción de una guitarra de diez cuerdas. Con este nuevo instrumento se podía aumentar la resonancia de algunos armónicos y abordar con mayor fidelidad el repertorio renacentista y barroco, puesto que amplió el registro grave. Esta nueva guitarra de diez cuerdas fue presentada en Berlín en marzo de 1964, momento a partir del que Narciso dejó de hacer uso de la guitarra tradicional.

En 1967 firmó un contrato con la discográfica Deutsche Grammophon, con la llegó a grabar casi medio centenar de discos -la más extensa discografía grabada hasta el momento por un guitarrista-. Esto propició que en los sucesivos años desplegase una intensa actividad llegando a dar alrededor de ciento treinta conciertos al año por todo el mundo, tanto como solista como acompañado de orquesta.

Pero, en los últimos años de su vida, su actividad se vio mermada a causa de una terrible enfermedad. El último concierto que llevó a cabo en España fue en la ciudad de Santander. Posteriormente, en 1997, falleció en Murcia.

Algunas de las distinciones-entre otras, tanto españolas como extranjeras-, que se le concedieron al guitarrista murciano conocido por todo el mundo fueron las que se detallan a continuación:

1964: Hijo Predilecto de la Ciudad de Lorca y Laurel de Murcia.

1977: Doctor Honoris Causa por la Universidad de Murcia y Académico de Número y Honor de la Real Academia de Alfonso X El Sabio de Murcia.

1978: Hijo Predilecto de Murcia.

1984: Premio de la Sociedad General de Autores de España.

1985: Premio de Radiotelevisión Española.

1986: Premio Nacional de Música y consejero del Consejo Superior de Cultura y Bellas Artes.

1989: Académico de Número de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y Medalla de Oro de Lorca.

Además de los mencionados galardones, cabe destacar que, unos meses antes de morir, se le rindió en Murcia un cálido homenaje en el que se le concedió su nombre a la sala sinfónica del Auditorio y Centro de Congresos Víctor Villegas: Sala Narciso Yepes.

Por otro lado, su ciudad natal, Lorca, también ha querido engrandecer, todavía más si cabe, el nombre de su paisano más importante e internacional concediéndole su nombre a una calle, a un colegio que se encuentra en Marchena, y, como no podía ser de otro modo, al Conservatorio de Música de la ciudad.

En suma, no se puede dudar de que la guitarra ha alcanzado un sólido prestigio como instrumento de concierto gracias, entre otros grandes concertistas del siglo XX, a este lorquino y murciano universal que será recordado siempre por su habilidad artística.

José Luis Palao Azorín.

A continuación, les facilitamos un par de enlaces para poder visualizar de forma íntegra el Concierto de Aranjuez interpretado por el maestro Narciso Yepes como solista:

Bibliografía/webgrafía:

http://dbe.rah.es/biografias/6201/narciso-yepes-garcia

https://www.murciaeduca.es/consprofdemusicanarcisoyepes/

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En la edición nº 317 conversamos con José Cano Medina, compañero de la Banda Titular de la Asociación y fundador de la misma.

Además, y como es habitual, la variedad musical estará presente con pasodobles, zarzuela… y seguiremos recordando diferentes iniciativas puestas en marcha por la Asociación, para recaudar fondos y hacer frente a la situación generada por la pandemia de Covid-19.

Lo pueden volver a escuchar a continuación:

También pueden escuchar el resto de programas pulsando aquí.

Desde Diapasón, les deseamos lo mejor en estas fechas tan señaladas, Feliz Navidad, y próspera salida y entrada de año.

Fuente: 7 enero, 2021 Escrito por diapason

Lo primero que deseo, es mostrar mi agradecimiento a José Miguel y Cecilia, responsables de esta revista, por contar conmigo para realizar este artículo con el que trataré de captar su atención por unos minutos.

Dándole algunas vueltas al tema que podría tratar, consideré que podía ser interesante explicarles “lo que no se ve” de una partitura creada por uno mismo. Es decir, todo aquello que ronda por la cabeza de un compositor una vez elegido un tema y que, después de ordenar las ideas, tratará de describir con música. En mi caso, esta empresa me parece muy interesante, pues reconozco que el de la música descriptiva es un campo que me apasiona y en el que me encuentro muy cómodo. De hecho, un porcentaje muy elevado de la producción de música para banda con la que cuento en mi catálogo es música descriptiva. Cuenta una historia, describe unos personajes, trata de situarnos en una época concreta y, sobre todo, está escrita con la idea de emocionar al espectador y de trasladarlo a otro lugar por unos minutos.

De toda mi producción, he elegido “Los últimos días de Troya”, obra que me está dando muchas satisfacciones y que se ha convertido, durante los últimos años, en una de las piezas más interpretadas de mi catálogo. De cara a situar al lector, voy a encuadrar la obra en una especie de introducción a la misma, hablando sobre cómo y para qué fue escrita y qué recorrido ha tenido hasta la fecha, para pasar después a desgranar cada una de las ocho secciones en las que se divide la misma:

“Los últimos días de Troya” es un poema sinfónico para banda de música, encargo de la Unió Musical de La Pobla de Farnals para su participación el 42 Certamen Provincial de Bandas de Música de Valencia en el año 2018 bajo la dirección de D. Juan José Catalá Borrás. La obra, muy descriptiva, de algo más de trece minutos de duración, trata de narrar en música algunos de los momentos más significativos de la Guerra de Troya. Aunque unitaria y en un solo movimiento, bien es cierto que podemos destacar ocho secciones que se corresponden con cada uno de los subtítulos que nos encontramos a lo largo de la partitura.

También me gustaría contarles algunos datos de posible interés que han hecho que esta composición se haya convertido en uno de mis buques insignia y que me han reportado grandes alegrías. Sin duda, un antes y un después en mi carrera se produjo cuando la citada pieza fue elegida como obra obligada en la tercera sección del Certamen Internacional de Bandas de Música de Valencia en el año 2019. Ese mismo año, la organización del Certamen Nacional de Bandas de Murcia la eligió como obligada también en su tercera sección. Además de la gran cantidad de bandas que la han incluido en sus repertorios, en noviembre del mismo año me concedieron el premio “Thirdbest score in a free creation” en los prestigiosos Jerry Gold Smith Awards. Esperando que la situación provocada por el COVID mejore, está previsto el estreno de la pieza en Grecia, país protagonista del mito en el que está basada la misma, y también será obra obligada en el CIBM Ciudad de Benavente en 2021.

A continuación, y metiéndome ya en la parte central de lo que nos ocupa, trataré de explicar lo que he tratado de representar con la música en cada una de las ocho secciones de la obra, diferenciadas entre sí por un subtítulo muy representativo:

1- Llamada a la batalla: una fanfarria de metales anuncia que la batalla entre troyanos y griegos está a punto de comenzar.

2- Talón de Aquiles: sección enérgica que describe el caos y lo sangriento de la batalla. Una lucha sin límites en la que uno de nuestros protagonistas, Aquiles, es herido de muerte por un flecha lanzada por Paris que acierta en su talón,  la única parte débil del guerrero griego.

3- Canto de las Sacerdotisas: Aquiles ha muerto. Es por lo que las sacerdotisas del templo de Apolo entonarán un himno en su honor.

4-Eterno Aquiles: la pira funeraria del héroe griego está preparada en la playa. Una sección lenta y melancólica, pero con cierto aire de solemnidad, describe la despedida del ejército griego a su líder, arrojado al mar, momento en el que pasará a la eternidad.

5- Caballo de Troya: los troyanos, al ver alejarse al ejército griego, y después de comprobar que un gigantesco caballo de madera a manera de obsequio se encuentra en la playa, piensan que han ganado la guerra. Algunos ciudadanos salen a recoger el caballo e introducirlo dentro de la ciudad. Una majestuosa marcha triunfal será la protagonista de esta sección.

6- Cae la noche: la noche inunda la ciudad de Troya. El caballo preside el ágora. La tranquilidad y la paz se respiran en la ciudad, pero cuando todos duermen, soldados griegos que estaban escondidos dentro del caballo salen del mismo y abren las murallas de Troya para permitir que el ejército griego, escondido con sus naves detrás de un cabo en el mar, arrase la ciudad.

7- Destrucción: sección muy enérgica e inestable que describe el momento en que el ejército griego entra dentro de la ciudad de Troya. Los soldados asesinan a los habitantes, además de arrasar con lo que se encuentran en su camino.

8- Aquiles inmortal: un majestuoso final nos conduce al epílogo de la obra, representando la victoria griega y la inmortalidad del héroe Aquiles que, aunque muerto en la batalla, pasará a la Historia.

Para poder comprender mejor la obra, y tratar de dejarse “convencer” por lo expuesto anteriormente, recomiendo seguir la explicación programática a la vez que escuchamos la pieza, y así poder decidir si mi trabajo refleja o no los diferentes episodios de esta famosa leyenda griega. Si me lo permiten, les dejo varios enlaces a diferentes versiones, siendo la primera la que corresponde a la grabación realizada por la Banda Municipal de Bilbao bajo la batuta del Maestro José Rafael Pascual-Vilaplana para ser incorporada en mi CD “Miradas”:

Para terminar, me gustaría agradecer de nuevo la oportunidad de poder realizar este artículo, deseando que haya sido de su interés. Les agradezco su atención y espero que, más pronto que tarde, podamos regresar a nuestra rutina y a nuestro día a día de una forma normal, y que esta situación tan horrible pase de una vez por todas. Mientras tanto, deseo que tengan mucha salud y que pongan mucha música en su vida.

¡Muchas gracias!

David Rivas Domínguez.

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