El universo de las sociedades musicales valencianas vivió anoche una de sus jornadas históricas con motivo del cálido homenaje que dedicó al insigne periodista Octavio Hernández Bolín. Era una oportunidad para mostrar el lado más solidario y fraternal hacia “uno de los nuestros”. Y una vez más, las sociedades musicales han estado a la altura de las circunstancias.
En el marco incomparable del histórico Teatro de la Banda Primitiva de Llíria, los máximos representantes de las sociedades musicales acudieron masivamente a este sencillo homenaje. No faltaba nadie, los que estábamos de manera presencial y los que no han podido asistir pero que han querido sumarse con sus mensajes y testimonios en estos tiempos difíciles de la COVID19. Como siempre, el presidente de la Banda Primitiva, José Luis Pérez Veses, hizo gala de su conocida hospitalidad y generosidad.
Hay que echar mano de hemeroteca para encontrar un acto al que asisten, fuera de las propias actividades federales, todos los expresidentes de la FSMCV. Allí estaban Vicent Escrig, Santiago Algado, Pepe Almería, Pedro Rodríguez, la actual presidenta Daniela González y el presidente de la Confederación de Sociedades Musicales Españolas Vicent Cerdá. Solo faltaba Ángel Asunción, que si no venido es porque no ha podido porque ganas no le faltaban. Todos unidos y juntos por una misma causa: Octavio Hernández.
Además en Llíria. Emotiva también la presencia del alcalde de la ciudad Manolo Civera que, en el día de su aniversario, ha encontrado un rato para aparcar los compromisos familiares propios de una día así y compartir su tiempo con todos nosotros.
El evento ha tenido de todo: Música de la mejor, una conducción insuperable a cargo de Carles Subiela y una autenticidad fuera de lo común. Casi nada. Uno ha tenido la sensación de asistir a uno de esos actos que jamás se olvidan.
De todos es conocido que Octavio se merece esto y mucho más, sus aportaciones a la difusión, preservación y dignificación de nuestras bandas de música son insustituibles y de unas proporciones colosales. Ha quedado muy claro, todos lo sabemos y no hace falta insistir en ello.
Octavio, acompañado por su familia, se dirigió a todos los asistentes y no recuerdo a nadie que haya sido capaz de decir en tan pocas palabras lo que son nuestras bandas de música, se nota que se sabe perfectamente la “lección”, porque lo vive y lo siente. Puro magisterio en vena y todo un lujo para los oídos.
La figura de Octavio suscita una adhesión y reconocimiento generalizado. Por dos motivos fundamentales; por su contrastada profesionalidad y por su bondad extrema. Dos cualidades que le convierten en alguien insustituible. Su voz cuenta diariamente nuestras historias, las más grandes y también las más modestas. Posiblemente, el mejor documentado y el conocedor más exhaustivo de nuestro movimiento asociativo musical. Lo sabe casi todo.
Su archivo sonoro, sus artículos y su web son posiblemente nuestra particular Biblioteca de Alejandría. Si quieres saber algo sobre un director, la trayectoria de una banda de la comarca más remota, no hay más que preguntarle y te pone al día en un santiamén.
Como dice Tyrion Lannister, somos las historias que contamos, los relatos son la memoria colectiva de una comunidad, nos permiten saber de dónde venimos y a dónde vamos. Por eso Octavio, es más que nadie, nuestra memoria, nuestro presente y nuestro futuro.
Al finalizar el acto, solo faltó sacarlo a hombros de la Banda Primitiva de Llíria, ganas no faltaron. Todos los presentes acabaron haciéndose fotos con él como si se tratara de una auténtica estrella de Rock. Por su parte él, estaba feliz y sonriente como siempre. Días así hacen que uno celebre tener amigos como Octavio y pertenecer a la familia de las bandas valencianas.
Enhorabuena Octavio y gracias a todos/as.
Manuel Tomás Ludeña