La publicación en noviembre del Real Decreto 984/2021, de 16 de noviembre, por el que se regulan la evaluación y la promoción en la Educación Primaria, así como la evaluación, la promoción y la titulación en la Educación Secundaria Obligatoria, el Bachillerato y la Formación Profesional ha causado una honda preocupación en los conservatorios profesionales de todo el país, y también una perturbación para muchos alumnos y sus familias.
·El motivo: El citado Real Decreto complica, y mucho, el llamado comúnmente Bachillerato Musical, que se obtiene si superas las asignaturas comunes del Bachillerato en cualquier instituto español y los cursos 5º y 6º en cualquier conservatorio o centro autorizado de nuestro territorio.
Esta potente acción, impulsada por primera vez en 1992 por la famosa LOGSE, era una medida muy efectiva para facilitar la simultaneidad de las enseñanzas de Música y las enseñanzas de bachillerato y aligerar las elevadas cargas lectivas que padece nuestro alumnado. Iba dirigido mayoritariamente a aquellos que quisieran cursar las enseñanzas superiores de Música y dedicarse profesionalmente a la Música.
Para este perfil de alumnado, la solución era ideal porque les evitaba una carga lectiva de doce horas semanales que podían dedicar al estudio individual y autónomo que requiere la práctica musical de carácter profesional.
Para los conservatorios también era una acción de enorme prestigio, según mi opinión, ya que equiparaba en cierta manera nuestras enseñanzas y titulaciones con una modalidad de Bachillerato. Compárese con la utilidad y el prestigio del Título de Enseñanzas Profesionales de Música y se verá. Pero esto es otro tema.
Gracias a ello, durante los últimos treinta años han sido muchos los/las alumnos/as que finalmente han optado por este tipo de Bachillerato ya que, como todos sabemos, les ahorra muchos esfuerzos innecesarios.
También es verdad que este Bachillerato ha tenido, además de sus luces, alguna que otra sombra. La primera de ellas, imputable a nosotros, al profesorado de los conservatorios, que jamás fuimos capaces de orientar adecuadamente al alumnado y mostrar claramente sus ventajas. Añadimos, además, el desconocimiento que, en muchos institutos, se tenía y se sigue teniendo al respecto. ¡Cuántas veces, como director de conservatorio, tuve que dar a conocer a mis compañeros directores de instituto este Bachillerato vigente desde 1992! Ni sabían que existía.
La segunda de estas limitaciones es las restricciones para acceder a la Universidad si finalmente el alumnado desiste de ir a los conservatorios superiores. El mismo alumnado y sus progenitores han dudado en escogerlo por no cerrarse opciones para ingresar en la Universidad en caso de no tener plaza en un conservatorio superior, o bien por un cambio de idea a última hora. Una vez me dijo un padre: “Si mi hijo pierde el dedo en un accidente, entonces qué hace con este Bachillerato…” No comment.
Evidentemente, este Bachillerato está pensado para aquellos convencidos en cursar enseñanzas superiores de Música y dedicarse profesionalmente a la Música. Pero, como en la vida todo puede pasar, las dudas, a mi entender exageradas, le restaban prestigio. Así y todo, con las limitaciones descritas, cumplió su función y ayudó a mucho alumnado.
Con la LOMLOE nos las prometíamos felices. En otro artículo en este mismo blog, celebramos la redacción de este Bachillerato en el texto de la Ley Orgánica. Aún a riesgo de quedar como ingenuo, transcribo lo que dije hace algunos meses. Maldita hemeroteca.
“Otra medida que nos ha gustado mucho ha sido la nueva regulación del Título de Bachiller para el alumnado que cursa simultáneamente las enseñanzas de Música y las materias comunes del Bachillerato. Ahora se dice claramente que los alumnos que obtengan este Bachiller lo harán en la modalidad del Bachillerato en Artes. Ésta es la mejora. Simple y efectiva.
Este tipo de Bachillerato ya se implantó en 1990 con la LOGSE, pero tenía un problema por su indefinición. Era una especie de “pegote”, no era una modalidad propiamente dicha y planteaba problemas para aquellos que lo tenían y decidían no cursar las enseñanzas superiores o ir a la Universidad. De hecho, solo lo cursaban aquellos alumnos que estaban muy convencidos de seguir los estudios superiores de Música en un conservatorio superior. A la mínima duda, el alumnado se decantaba por otra modalidad de Bachillerato con el consiguiente exceso de carga lectiva, doce horas más. Para salir corriendo.
Ahora ya no es así. Esta medida provocará directamente una mayor confianza del alumnado y de sus familias, facilitará también la comprensión de esta modalidad dentro del sistema educativo. Y sobre todo facilitará a nuestro alumnado el acceso a otros itinerarios formativos superiores. Y no solo eso, también se incrementa el prestigio de nuestros conservatorios profesionales cuyas enseñanzas son homologables ahora a las del Bachillerato, algo que puede ser poco comprendido entre el sector, siempre proclive a sentirse “diferente”.
¡Qué inocencia la mía! Desconocíamos las pretensiones del Ministerio de Educación al respecto. Pero vayamos a ver “el cuerpo del delito. Aquí lo tenemos. El citado Real Decreto que desarrolla la LOMLOE, en su artículo 21.3, nos dice:
“3. También podrán obtener el título de Bachiller en la modalidad de Artes quienes hayan superado las Enseñanzas Profesionales de Música o de Danza, y las materias (comunes) establecidas en el apartado 1 de este artículo, que son:
- Filosofía.
- Historia de España.
- Lengua Castellana y Literatura I y II y, en su caso, Lengua Cooficial y Literatura I y II.
- Primera Lengua Extranjera I y II.”
Y las correspondientes a la citada modalidad conforme al apartado 2:
“Modalidad de Artes: Fundamentos del Arte I y II.”
Aquí tenemos el origen de nuestros males. La bomba de relojería reside en incluir dos asignaturas de la modalidad de Artes. Y lo explicaremos. Vaya por delante que la intención ha sido buena pero, por lo visto, los responsables no conocen con profundidad nuestras enseñanzas. Vamos por partes:
Creo sinceramente que la intención era buena. Sin duda, con esta regulación eliminan dos asignaturas comunes, la Historia de la Filosofía y la Educación Fisica y las sustituyen por Fundamentos del Arte I y II. Una decisión más adecuada desde el punto de vista curricular. Sin ánimo de molestar al profesorado de Educación Físca e Historia de la Filosofía, parece más adecuado para formar músicos que estos aprendan Fundamentos del Arte. Pero ahí no está peligro.
Este Bachillerato ya no se podrá cursar en todos los institutos. La inclusión de una asignatura de la Modalidad de Artes obliga al alumnado a elegir un instituto que imparta esta modalidad. Y como son muy pocos, muchos no podrán hacerlo. Esta es la diferencia. Antes nuestro Bachillerato se podía cursar en cualquier instituto español. Ahora solo en aquellos que tengan autorizada la modalidad de Artes. ¡Descubierta la puntilla!
Por poner un ejemplo, en la Comunitat Valenciana tenemos un total de 472 institutos públicos y privados (según los datos del Registro de Centros). Y de estos, solo 69 imparten la modalidad de Artes. Las cifras hablan por sí solas. Además, encontramos comarcas enteras y áreas geográficas extensas sin un instituto con esta modalidad.
Evidentemente, el alumnado de nuestros conservatorios que no tenga a su alcance un instituto con la modalidad de Artes directamente ni se planteará elegir esta opción con el perjuicio que esto supone. ¡Nada más y nada menos que volver a la década de los 80 con el anterior Plan 66! Un retroceso en toda regla.
Nos consta que son muchos los que han intentado sin éxito que el Ministerio rectificara. Por lo que nos comentan, en la Comunitat Valenciana se propone una solución parcial (mejor dicho, un parche) como es permitir que se curse la asignatura de Modalidad (Fundamentos del Arte I y II) a distancia. Bueno, algo es algo.
A mode de ejemplo, tengo un sobrino en esta situación estudiando primer curso de Bachillerato en Madrid, en su instituto de siempre. Pues bien, la dirección ya le obliga en cumplimiento de la legalidad una vez iniciado el curso, a que cambie de modalidad o de instituto, a uno que imparta la modalidad de Artes. ¡Menuda agresión en toda regla y, para más inri, una vez iniciado el curso! Aquí lo tenemos… Más claro, agua.
Además, hay aspectos que chirrían desde el punto de vista jurídico. No sé hasta qué punto el Real Decreto se está excediendo, los expertos en legislación dirán.
La LOMLOE dice claramente en su artículo 37.4:
También podrán obtener el título de Bachiller en la modalidad de Artes quienes hayan superado las Enseñanzas Profesionales de Música o de Danza y las materias comunes del bachillerato.
Y el artículo 50.2 establece:
El alumnado que finalice las enseñanzas profesionales de Música o de
danza podrá obtener el título de Bachiller en su modalidad de Artes en las
condiciones establecidas en el apartado 4 del artículo 37 de esta Ley.
Y nada más, la Ley Orgánica (LOMLOE) es taxativa, las asignaturas comunes y punto. ¿Cómo un Real Decreto puede enmendar la Ley, contradecirla e incluir asignaturas de Modalidad? ¡Que alguien nos lo explique, por favor!
En la Comunitat Valenciana, la Conselleria d’Educació está trabajando en una nueva normativa que simplifique el currículo oficial de las enseñanzas profesionales de Música. Una medida muy lógica y aceptada por el sector. ¡Maldita la gracia que se nos libere de carga lectiva de nuestro propio currículo y que se incremente por el Bachillerato! Lo que ganamos por un lado lo perdemos por el otro.
Esperemos que se encuentre una solución. Mientras tanto, el alumnado que sueña con ser músico profesional tendrá un obstáculo importante en su trayectoria. O lo que es peor, como el título de enseñanzas profesionales no es necesario para concurrir a las pruebas de acceso a las enseñanzas superiores, a ver si el alumnado que quiere ser músico profesional abandona las enseñanzas profesionales y se prepara por su cuenta para acceder a las enseñanzas superiores sin pasar por las enseñanzas profesionales. Una opción cada vez más habitual. Llegado a este punto, el prestigio de las enseñanzas profesionales de Música estaría bastante afectado.
Esperemos que, de una manero u otra, se pueda resolver esta cuestión. Seguro que sí.