Asociación de Amigos de la Música de Yecla

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Como ya hemos comentado varias veces en esta sección, dentro de este género musical existen varios tipos de pasodobles: pasacalles, zarzuelas, baile, marchas, tunas, concierto, festeros, regionales, canción, etc., cuya diferencia, además de sus características técnicas musicales, radica principalmente en el motivo u origen de su composición, para qué y porqué se compone dicha obra por parte del autor.

Escrito en diapason – 9 diciembre, 2021

El pasodoble puede ser parte de una zarzuela, incluso como ya vimos, de una ópera; puede estar pensado para ser cantado como canción, formar parte de una banda sonora, ser compuesto para desfilar en una fiesta determinada; interpretado durante los festejos taurinos, estar dedicado a una ciudad, región, comarca o a sus habitantes, costumbres y tradiciones, e incluso ser escrito para homenajear a un colectivo o a una persona en concreto.

La obra de la que vamos a hablar en este artículo es una mezcla de varios de los motivos anteriores, puesto que a su vez es una obra dedicada a una persona, escrita para homenajear a un colectivo como es una banda municipal y que se ha convertido en un pasodoble utilizado para desfilar en diferentes fiestas, especialmente en el levante español, y muy concretamente en las fiestas de Moros y Cristianos, aunque no solo en estas.

Se trata del pasodoble “Francisco Bravo”, del maestro Manuel Carrascosa, obra dedicada al músico villenense y fundador en el año 1922 de la actual Banda Municipal de Villena.

Familia Bravo-Gracia en el año 1903. Francisco Bravo y su esposa Consejo aparecen en el centro de la última fila. (Foto cedida por www.villenacuentame.com)

Este es uno de los motivos por los que hoy hablaremos de dicho pasodoble, puesto que en el próximo año se cumplirá el Centenario de la banda de la vecina localidad de Villena, pero no el único, pues este pasodoble-marcha, sin saber muy bien porqué, y de una forma no escrita, -sencillamente se ha ido tocando año tras año-, se ha convertido también, en una de las bandas sonoras tradicionales de  las Fiestas Patronales de Yecla, puesto que es interpretado de una forma natural en varios momentos importantes de dicha festividad.

Francisco Bravo Gracia, nace en Villena el 1 de noviembre de 1876. Su familia era de clase media y con cierta holgura económica, dado el trabajo artesanal del padre, que por tradición familiar eran canteros y marmolistas, pero donde no existía ningún  ambiente musical.

Inicia sus estudios de primaria en la escuela de “La Tercia”, y con 9 años de edad comienza con su enseñanza musical de la mano de su primer maestro, el aguileño, Francisco Díaz Romero, fundador en 1887 de la “Juventud Musical Villenense” con la que el joven Francisco realizó su primera actuación con el oboe durante las fiestas de 1888.

En 1892, y tras la dimisión de Díaz Romero, toma el relevo hasta el año 1898 el alcoyano Camilo Pérez Laporta, prestigioso músico y compositor. Si importante fueron las enseñanzas de Díaz Romero, el magisterio de Pérez Laporta fue fundamental para que el joven Francisco descubriera su verdadera vocación musical.

Banda “Juventud Musical Villenense” 1988.  Director: Francisco Díaz Romero. Francisco Bravo es el cuarto de la tercera fila por la izquierda. (Foto cedida por www.villenacuentame.com)

En el año 1900, tras unos años difíciles en el que a punto estuvo de desaparecer la banda, Francisco Bravo, animado por sus compañeros, y a propuesta del Ayuntamiento se hace cargo de la dirección de la banda que en aquel momento estaba integrada por 18 músicos, puesto por el que no recibiría ningún tipo de retribución durante más de 11 años.

Se casó en 1902 con la villenense Consejo Crespo Marco, que tenía estudios musicales y una bonita voz de soprano, y con la que, y para poder mantener a su familia, impartían clases de música en su propio domicilio, encargándose Consejo del solfeo; academia a la que asistían cada vez más niños, y que luego ingresaban en la banda que llegó a contar por esta época con cerca de 45 miembros.

En 1909 organiza en el Teatro del Circulo Artístico, junto al maestro José Serra Dalmau, un extraordinario homenaje en honor a Ruperto Chapí, por el éxito obtenido con el estreno de «Margarita la Tornera». Formando parte unos pocos días después en la comitiva oficial, desde Villena se desplaza a Madrid para asistir a los funerales del compositor.

A partir del año 1911 el Ayuntamiento de Villena le asignaría un sueldo de 40 pesetas, que tuvo que complementar con la enseñanza en la academia que tenía en su domicilio. Tras unos años, la falta de apoyo, de estímulos, de ilusión, hicieron que la banda fuera a menos poco a poco hasta su desaparición en 1920.

Año y medio estuvo la ciudad de Villena sin banda de música, teniendo que ser contratadas para las fiestas las de las localidades vecinas de Caudete, Sax, Benejama o Biar, hasta que, y por iniciativa del alcalde Pedro Menor García, en el año 1921 se toma la decisión de crear una banda de música formada por niños de entre 8 y 14 años, para lo que se pone al frente a Francisco Bravo.

Banda Municipal de Música de Villena en 1922 año de su fundación. Director Francisco Bravo Gracia.  (Foto cedida por www.villenacuentame.com)

Este sería sin duda el mayor reto al que se enfrentó el maestro, puesto que había que crear una nueva banda de música desde cero. En junio de 1921 se puso en marcha la academia para formar a los futuros músicos, con la ayuda de su esposa Consejo, ciento sesenta niños educandos se matricularon en la misma. El 5 de septiembre de 1922 fue la presentación oficial de la joven Banda Municipal de Villena, compuesta por 65 componentes y que el próximo año celebrará su Centenario.

Francisco Bravo Gracia, fue además de un gran docente, un excelente instrumentista, llegando a ser un virtuoso del oboe, pero tocando también con cierta desenvoltura el piano. Su labor  como compositor es menos conocida, estando actualmente la mayoría de su obra desaparecida. Se sabe que compuso bastantes pasodobles del que sólo nos ha llegado hasta hoy el titulado “Julito”, dedicado a su hijo, así como polcas, mazurcas y demás bailables de la época, y por supuesto varias marchas moras.

Falleció en Villena el 24 de noviembre de 1934.

Sus hermanos también eran músicos. Julio tocaba la trompeta, Mario el fliscorno y Silverio era percusionista, los tres llegaron a pertenecer en algún momento a las bandas que dirigió el hermano mayor.

Varios de sus hijos estudiaron música. Francisco, el mayor, tocaba la flauta y también el piano, y era además compositor. Sucedió a su padre tras su muerte por un breve tiempo como director de la Banda Municipal. Julio era pianista y maestro concertador de la «Coral Ilicitana» de Elche. Su hija Boni también tocaba el piano, aunque sólo en las veladas de la familia.

Francisco Bravo Gracía. 1930. (Foto cedida por www.villenacuentame.com)

El Ayuntamiento de Villena, como reconocimiento a toda una vida en pro de la música en la ciudad, siendo alcalde Pascasio Arenas, rotuló una calle con su nombre. Asimismo como homenaje al maestro Bravo, el buñolero Manuel Carrascosa, director durante más de 40 años de la Banda Municipal en Villena,  le dedicó un pasodoble de ritmo airoso, con el nombre de “Francisco Bravo” que fue estrenado el 5 de septiembre de 1941.

Del autor Manuel Carrascosa García, del que hablaremos con más amplitud en esta sección en próximas entregas, -puesto que fue un prolífico compositor sobre todo de música festera-, destacamos que nació en Buñol el 17 de noviembre de 1911, siendo nombrado director de la Banda Municipal de Villena en 1939, dirigiendo la misma hasta el día de su jubilación en 1978.  En el año 1965 el Ayuntamiento de Villena le concedió el Título de Hijo Adoptivo de la ciudad. Falleció en Villena  el 10 de mayo de 1997. Por acuerdo del Pleno Municipal sus restos mortales fueron trasladados en 2013 al  Panteón Municipal de Personas Ilustres de Villena, ubicado en el Cementerio Nuevo.

Manuel Carrascosa García. 1977. (Foto cedida por www.villenacuentame.com)

Es autor de numerosas composiciones, de las que una gran mayoría son pasodobles y marchas dedicadas en gran parte a las comparsas de Moros y Cristianos de Villena, y que son consideradas por estas como su obra oficial. De todo su catálogo vamos a destacar, por la gran resonancia que tiene en su ciudad adoptiva, el pasodoble “La Morenica”.

Y como ya dijimos al inicio de este artículo, hemos elegido el pasodoble “Francisco Bravo” por ser una obra dedicada al fundador de la Banda Municipal de Villena, agrupación que el próximo año 2022 celebrará su centenario, como un granito de arena dentro de los actos de homenaje a nuestros compañeros y amigos villeneros.

“Francisco Bravo” pasodoble. Guion del director.

Además, y coincidiendo con las fechas en las que durante más de tres siglos y medio se celebran las fiestas patronales de Yecla, puesto que como ya indicamos este pasodoble se ha convertido, por costumbre, -pues no está reflejado en ningún documento escrito-, en una de las obras que los músicos que acompañan a las Mayordomías de nuestras fiestas, interpretan durante ciertos actos del protocolo que marca las ordenanzas de las festividades en Honor a la Purísima Concepción, Patrona de Yecla.

A continuación podremos visionar un vídeo, realizado como homenaje al maestro Manuel Carrascosa, y donde se puede escuchar su pasodoble “Francisco Bravo” interpretado por la Banda Municipal de Música de Villena dirigida por Pedro Ángel López Sánchez.

Fuentes:

– Archivo Banda Municipal de Villena.

– Archivo de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla (AAMY).

– http://www.villenacuentame.com/

 

José Miguel Ibáñez Lax.

Si nos acogemos a la definición más convencional de la palabra “música”: sucesión de sonidos ordenados en el tiempo (Oxford Dictionary), a priori es indudable que es una explicación correcta y categórica, pero al mismo tiempo es simplista. ¿Las experiencias musicales se completan con las emociones producidas solamente por esos sonidos? ¿No necesito ningún elemento más? ¿Sólo puedo escuchar?

Escrito en diapason – 2 diciembre, 2021

Entre los años 60 y 70 surgió un nuevo tipo de arte escénica aplicable a otras disciplinas artísticas: la performance. Dentro del ámbito musical, la performance incluye como medio de expresión los sonidos a parte del dramatismo, creando así una dependencia interdisciplinar en la que la música no se entendería sin la actuación y la actuación no se entendería sin la música. Con el paso de los años, este concepto ha ido evolucionando, creando distintas variantes como el teatro musical o la música para medios audiovisuales.

Como todos podemos saber, en esta última década ha habido un boom en el uso de las nuevas tecnologías debido a su abaratamiento y al desarrollo de una cultura audiovisual en la sociedad actual. Como consecuencia, gran parte de los compositores actuales (jóvenes y no tan jóvenes) se ven atraídos e interesados por utilizar las herramientas del humano contemporáneo para la creación de sus obras, alejándose en cierta parte del instrumento tradicional. De esta forma, resolviendo las cuestiones anteriores, tanto creador como intérprete como oyente se ven sumergidos en una experiencia artística que va más allá de lo sonoro; necesitamos una imagen, un vídeo, un espacio para poder dar sentido a la escucha. Por lo tanto, no sólo escuchamos, como diría Michel Chion, compositor francés, en su libro L’audio-vision (1993): “estamos audioviendo”.

Además, este concepto se puede llevar mucho más atrás en el tiempo sin necesidad de acogernos al arte multimedia. En otros contextos como, por ejemplo, un concierto de piano de música clásica parece una obviedad que el único elemento para conseguir el deleite sea el sonido porque este tipo de obras no necesitan ningún apoyo adicional, pero esto no es del todo cierto. Cuando escuchamos, nos vemos obligados a crear imágenes en nuestra cabeza que nos acompañan en esa sucesión de sonidos, el espacio en el que nos encontramos también es determinante para producir más o menos emoción. Por otro lado, es un factor importante la gestualidad del intérprete, que nos va a ayudar a entender mejor la dirección musical. Este concepto se describe muy bien en el libro El gesto expresivo del pianista: “La gestualidad potencia el canal de comunicación, el flujo de emociones y sensaciones que se establece entre el intérprete y el público, un proceso mágico que se puede denominar el espíritu del directo” (Albert Nieto, 2016). Por medio de las grabaciones, una canción, una obra nos produce distintas sensaciones según el lugar y el estado anímico en el que nos encontremos. Reafirmando lo anterior, no sólo estamos escuchando, estamos audioviendo. El ser humano está en constante pensamiento, necesita ver para poder escuchar y viceversa.

Por otro lado, los compositores desde aproximadamente el siglo XIX hasta la actualidad tienen la necesidad de reflejar su individualidad, con mayor o menor grado, en sus obras y, para ello, se aferran a algo más grande para determinar sus emociones personales y hacerla, en la medida de lo posible, más entendible y cercana al oyente. Es decir, buscan recursos más allá de lo sonoro, como un poema o un texto, un cuadro, una historia, una imagen o un vídeo. Por estas razones, el compositor actual ve cada vez más complicado escribir música totalmente pura, teniendo a su fácil alcance tantos recursos, elementos u otras disciplinas artísticas con las que poder coger ideas y trabajar en sus creaciones. Esto no sólo se puede referir a los compositores, todas las personas necesitamos apoyarnos en algo mayor a nosotros para evolucionar y moldar cada vez más concretamente la respuesta a quién soy yo.

Para terminar, me gustaría decir, en relación a la temática del artículo, que una de las cosas más mágicas de la composición es el de poder transmitir, mediante los sonidos ordenados en el tiempo, un mayor grado de emoción sobre los actos más mundanos, afirmando que existen. Escribir sobre algo que no suena, pero se siente.

 

Juan Manuel Palao Pérez

Empleado de la Caja de Ahorros del Sureste de España, en 1964 Antonio Gonzálvez Albertos, fue trasladado a Villena para desempeñar el puesto de Interventor en la oficina de la localidad, y pese a haber tenido una experiencia laboral muy grata en Calasparra, fue a su nuevo destino ilusionado, tanto por la categoría de la plaza, como por encontrarse dicha ciudad muy próxima a su pueblo natal, Yecla.

Escrito en diapason – 25 noviembre, 2021

Desde el inicio de sus días en Villena la familia formada por Antonio, su esposa Tomasa y sus dos hijos mayores, Juan Carlos y Mª Dolores, a los que pronto se unirían sus hermanos Pedro y Conchi, supo participar como una familia más en la sociedad villenense, asumiendo y participando de sus costumbres y de sus instituciones, de sus anhelos, sus problemas y sus satisfacciones, y lo supieron hacer sin olvidar nunca sus orígenes.

En el desarrollo de su trabajo en la Caja de Ahorros, unos periodos como Interventor, y otros como Director, Antonio tuvo ocasión de relacionarse con numerosos villeneros, pero también lo hizo como vecino de las dos fincas que habitó la familia durante su estancia en Villena en la calles Joaquín María López y General Mola (hoy calle Navarro Santafé), o en su condición de miembro de las Asociaciones de Padres de Alumnos del Colegio Salesianos, del Instituto Hermanos Amorós y de las Carmelitas (asociación de la que fue Secretario cuando se proyectó y decidió la construcción del actual colegio).

Y a otros muchos vecinos de Villena conoció en su día a día, como socio del Casino Villenense y del Círculo Agrícola Mercantil, como socio protector de la comparsa de Moros Viejos, o como miembro que fue durante varios años, del jurado de los premios que otorga la Junta Central en las fiestas de Moros y Cristianos, fiestas que vivía con tanta alegría, como devoción profesaba a la Virgen de las Virtudes, a la que en numerosas ocasiones visitaba con su mujer hasta bien poco antes de su fallecimiento.

Antonio y Tomasa durante los días de Fiestas de Villena en su domicilio de la calle José María López (Foto cedida por www.villenacuentame.com)

Antonio Gonzálvez fue un villenero más, pero nunca dejó de ser yeclano; lo fue tanto como el que más, y así lo demostró a lo largo de toda su vida. En Yecla quisieron Antonio y Tomasa que nacieran sus cuatro hijos a pesar de residir en otras poblaciones, y aquí mantuvieron siempre una vivienda donde acudían cada vez que tenían oportunidad, ya fuera en el Chicharra, en autobús o en el coche de algún pariente, y finalmente, cuando pudo ser, con vehículo propio. Antonio fue durante muchos años “yeclano ausente”, pero en realidad nunca tuvo tal condición, pues siempre estaba presente en su pueblo, cuando podía, físicamente, y cuanto no podía, con el pensamiento.

Fiestas de la Virgen 1968. Antonio Gonzálvez junto al Maestro Carrascosa, director de la Banda Municipal de Música de Villena (Foto cedida por www.villenacuentame.com)

Por eso, al tiempo que era parte de la sociedad villenera, nunca abandonó su yeclanía, participando con gran sentimiento e intensidad, entre otras, en dos de los hechos colectivos o instituciones más arraigadas en la sociedad yeclana, las Fiestas de la Virgen  y el Yeclano, C.F. Antonio fue toda su vida seguidor incondicional del Yeclano, en los buenos momentos, y en los malos también, como cantan ahora los de la peña “Curvabar”. Y fue también “tiraor” desde su más pronta juventud hasta que las fuerzas ya no le acompañaron. Desempeñó el cargo de Cronista de las Fiestas en el mandato de D. Salvador Muñoz, y fue el inspirador y promotor del acto del Beneplácito tal y como en la actualidad se desarrolla, desde que fuera instaurado por la Asociación de Mayordomos y el Excmo. Ayuntamiento siendo Presidente el Sr. Muñoz y Alcalde de la ciudad, D. Domingo Carpena.

Antonio Gonzálvez en el Acto del Benepláctio del año 2001, junto a su hijo Juan Carlos Gonzálvez (Foto archivo Juan Carlos Gonzálvez)

Pero si, junto a la Virgen del Castillo algo llevaba Antonio en el corazón, ese algo era la Escuadra de la Retaguardia “Los Luna”, Escuadra de la que por razones familiares, fue miembro refundador, y a la que dedicó muchísimo esfuerzo y trabajo y muchísimo amor, que (es justo reconocerlo y agradecerlo) fue correspondido por la Escuadra, que con el tiempo lo nombró Socio de Honor y lo distinguió con el Premio Capitán Mora, premio éste que él mismo contribuyó a crear en su día.

Día de la Bajada. 7 de diciembre de 1991 (Foto archivo Juan Carlos Gonzálvez)

Cuando sobre el año 1990, la Escuadra de “Los Luna” decidió adoptar una composición musical que pudiera sonar a su paso en los diversos desfiles de las Fiestas de la Virgen, Antonio pensó enseguida en una de esas amistades que hizo en Villena, el Maestro Carrascosa, que fue Director durante más de cuarenta años de la Banda de Música Municipal de la vecina ciudad, y autor del afamado pasodoble “La Morenica” y de muchos otros pasodobles y marchas moras dedicadas a las comparsas de Villena. Antonio Gonzálvez comentó el proyecto D. Manuel Carrascosa, que de inmediato pensó en componer un pasodoble, acaso por ser eso lo acostumbrado en las comparsas de cristianos de Villena. Sin embargo, lo que “Los Luna” buscaban no era tanto un pasodoble, como un himno al uso de los que identifican a las Escuadras de las Fiestas de la Virgen, himno que finalmente compusieron con gran acierto Juan J. Ruiz Molina y Alfonso Hernández Cutillas, autores de la música y letra, respetivamente.

Dedicatoria del Maestro Carrascosa a Antonio Gonzálvez. Diciembre 1968 (Foto cedida por www.villenacuentame.com)

La cosa no quedó ahí sin embargo, pues el Maestro Carrascosa decidió entonces dedicar a su amigo Antonio ese pasodoble que quizás tenía ya en la cabeza, pasodoble de honda inspiración yeclana en el que se pueden escuchar, enlazados con singular maestría, los sones más reconocibles de nuestro folklore.

Programa Acto Homenaje a D. José Ortuño Ortuño. Teatro Regio de Yecla. 1 de julio de 1983 (Archivo AAMY)

Este es el pasodoble “Antonio Gonzálvez”, que podemos oír y visionar el día de su estreno bajo la batuta del inolvidable Maestro, que tuvo lugar en el Teatro Concha Segura de Yecla, el 1 de julio de 1983, en un acto de homenaje al músico yeclano D. José Ortuño, y que es interpretado en numerosas ocasiones por la Banda de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla por constituir una de las piezas musicales más representativas de nuestra ciudad.

VIDEO DEL ESTRENO DEL PASODOBLE: 7 DE JULIO DE 1983

El próximo domingo 28 de noviembre a las 18:00h. se estrenará en L’Auditori de Barcelona la obra Wichahpi, para banda sinfónica, compuesta por el profesor de guitarra de nuestra escuela de música Diego Corraliza Azorín.

El estreno correrá a cargo de la Banda Municipal de Música de Barcelona dirigida por  el Maestro Salvador Brotons, reconocido internacionalmente como director y compositor de referencia.

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Wichahpi fue un encargo que el propio Brotons le hizo a Diego hace ya más de dos años y que debido a la pandemia no había podido ver la luz todavía.

Durante el concierto, además de la obra del profesor de guitarra de la Escuela de Música AAMY, podrán escucharse otras de compositores tan importantes para la historia de la música como Grofé, Rachmaninoff o Gershwin.

Diego nos cuenta que este estreno es especialmente importante para él, no sólo por la relevancia del lugar del estreno, de los intérpretes y del director, sino también porque Wichahpi está dedicada a su madre, quien llegó a tener noticia de este encargo y en cuya obra pictórica, Diego se inspiró para escribir esta pieza.

Enhorabuena Diego.

Información y reserva de entradas:

https://www.auditori.cat/es/un-americano-en-paris-21

La Asociación de Amigos de la Música de Yecla, informa, que tras la reunión de los miembros que este año integraban el Jurado del Premio Santa Cecilia 2021

Ha concedido esta distinción a las Agrupaciones Musicales y Bandas de Cornetas y Tambores de la Semana Santa de Yecla

Yecla, 22 de noviembre de 2021

El jurado de esta edición estuvo compuesto por: Francisco Muñoz Castaño, Presidente de la AAMY; Soledad García Serrano, miembro de la Junta Directiva de la AAMY; Concepción Chinchilla Vicente, miembro del Claustro de Profesores de la Escuela de Música; Ernesto Cano Rodríguez, miembro de la Banda de Música AAMY; Francisco José Díaz Martínez, músico profesional; Pedro Navarro Ruano, Director del Coro Voces de Hécula, como representante de la Cultura yeclana; José Marco Ortega, socio de la AAMY, y como Secretario del mismo, pero sin voto, actuó Liborio Ruíz Molina, Secretario de la Asociación.

Este galardón es entregado desde el año 2005 por la Asociación de Amigos de la Música de Yecla y reconoce la labor de cualquier persona, colectivo o entidad, pública o privada, que trabaje para lograr los fines de fomentar el conocimiento y disfrute de la Música.

El Premio será entregado durante el Concierto Extraordinario de Santa Cecilia, que se celebrará el próximo domingo 28 de noviembre, a las 12:00 horas en la Plaza Mayor de nuestra ciudad.

De los distintos candidatos que se propusieron, los miembros del jurado deciden otorgar por mayoría el Premio Santa Cecilia 2021 a las Agrupaciones Musicales y Bandas de Cornetas y Tambores de la Semana Santa de Yecla. 

 Su aportación musical ha contribuido al engrandecimiento de nuestra Semana Santa, haciendo de esta manifestación cultural un referente de primer nivel en el ámbito de la Región de Murcia, lo que creemos les hacen merecedoras de este reconocimiento público.

Continuando con las actividades organizadas por la Asociación de Amigos de la Música de Yecla, para conmemorar a la Patrona de la Música, el próximo lunes 22 de noviembre, festividad de Santa Cecilia, se va a realizar a las 20:30 horas en la Sala de Audiciones de la Escuela de Música, el concierto de los Nuevos Músicos que este año se incorporan desde la Escuela a la Banda Titular.

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El programa que nos ofrecerán nuestros nuevos compañeros será el siguiente:

Clarinete: Elsa Muñoz Puche

“Estudio” de Carl Baermann

Clarinete: Antonio Gutiérrez Ruiz

“Tarantelle” de Johann Friedrich

Dúo Clarinetes: Elsa Muñoz Puche y Antonio Gutiérrez Ruiz

 “Dúo” de Antonio Romero

Fagot: David Chinchilla Ortega

“Si J’Etais” Arreglo de Serge Lancen

– Nº 4; Couperin

– Nº 5; Verdi

– Nº 6; Albéniz

“Four Sketches” de Gordon Jacob

– Polka

Violonchelo: Sofía Martínez Yago

“Squerzo” de C. Webster

Violonchelo: Francisco Antonio Bautista Molina

«Recercada Ottava» de Diego Ortiz

Dúo Violonchelos: Sofía Martínez Yago y Francisco Antonio Bautista Molina

«Bourrée» de Gottfried Heinrich Stölzel

Pianista Acompañante:

Javier Soriano Lorenzo

Si desean asistir al concierto,  debido a la limitación de aforo deben de solicitar su localidad con cita previa en la Conserjería de la Escuela de Música, en horario de 15:30 a 20:30 horas.

La historia de la música ha invisibilizado la presencia de las compositoras, que han compartido espacio y tiempo con los grandes artistas que conocemos en el presente.

Las mujeres no lo han tenido fácil para poder desarrollar una carrera profesional en la música, y más aún en especialidades como la composición, que se ubica en el ámbito de la creación, reservada en exclusividad para los hombres.

Escrito en diapason – 18 noviembre, 2021

Por ello, la historiografía ha borrado de los libros, o más bien ni siquiera ha escrito, la presencia de las mujeres que, gracias al contexto familiar, personal, geográfico y/o político han tenido la oportunidad y han luchado por hacerse un hueco en el espacio cultural de su existencia.  Este es el caso de la excelente compositora Marianna Von Martinez, reconocida en su época por su talento, su extraordinaria ética y su diligencia, contemporánea de Mozart, Haydn y el poeta Pietro Metastasio, que tuvo la fortuna de crecer y educarse en un ambiente ilustrado que potenció su talento y le dio alas para desarrollar una vida profesional alrededor de la música, rodeada de los artistas más reconocidos de Viena y sus visitantes.

Sonata para teclado nº 3 en La M

Nicolás Martínez, español exiliado en Nápoles tras la guerra de sucesión española se afincó en Viena en 1730, ejerciendo de maestro de ceremonias del nuncio papal. Allí se casó con Maria Theresia, de origen alemán y 24 años menor que él, con quien tuvo trece hijos, de los que seis llegaron a edad adulta y fueron educados en el pensamiento ilustrado. La quinta de estos seis era Marianna Martínez, nacida el 4 de mayo de 1744. Nacer y residir en la culta ciudad de Viena, centro del Imperio, cuna musical de Mozart, Haydn y Beethoven, fue uno de los factores que le propiciaron las posibilidades de vivir por y para la música.

Por otro lado, la residencia de Martínez constituyó una gran oportunidad para el desarrollo artístico de Marianna, pues la antigua casa Michaerlerhaus hizo coincidir en el tiempo y el espacio a Marianna, Metastasio y J. Haydn, contribuyendo al desarrollo y proyección de la compositora. La familia Martínez ocupaba el tercer piso de la Michaelerhaus, en esta misma planta, se alojó el poeta y famoso libretista Metastasio, que había sido nombrado poeta imperial.  La profunda amistad que se creó entre ambos tuvo sus consecuencias en el desarrollo de Mariana, al tomar este la decisión de ejercer el papel de mecenas y mentor de la pequeña, a la que llamaba mi Santa Cecilia. Adoptándola como un proyecto artístico, contactó con Niccolò Porpora para que le impartiera clases de canto y composición e influyó para que también contribuyeran a la educación musical de Mariana Giuseppe Bonno y Johann Adolf Hasse. Este último comentaba que la cantidad de horas que Mariana dedicaba a la composición le perjudicaba la voz en el canto por la posición de la cabeza inclinada hacia la partitura. Mariana era considerada una niña prodigio, que no se conformaba con la interpretación musical, estudiando concienzudamente para convertirse en una gran compositora. Así mismo, el compositor Joseph Haydn, instalado en el último piso de la casa de los Martínez tras ser despedido del Coro de San Esteban, contribuyó a su formación musical impartiendo clases de clave, así como de composición, a cambio de estancia y manutención. Haydn llamaba a Marianna la pequeña española y su amistad duró el resto de sus vidas.

Metastasio estuvo presente en la vida de la compositora hasta su fallecimiento, aconsejándola y apoyándola constantemente. Charles Burney describe a Martínez como el “alter idem” de Metastasio. Así mismo, Charles Burney, a su paso por Viena la describe “recibida por los asistentes con enorme respeto” y, tras pedirle la interpretación de una obra valoró “su actuación superó, en verdad, todas mis expectativas. Cantó dos arias compuestas por ella misma sobre poemas de Metastasio acompañándose al clavecín de manera juiciosa y magistral”, a lo que sigue un aprecio por su técnica al instrumento, la voz y “un dominio extraordinario del contrapunto”.

Desde el punto de vista político, la emperatriz María Teresa de Austria vivió durante los primeros 36 años de vida de Marianna y esto favoreció a la compositora, pues alentó su proyección artística dado que, para la emperatriz, una mujer no dañaba la imagen pública del reinado, lo cual favorecía su aparición en público y la posibilidad de presentar sus composiciones. De este modo, se convirtió en una joven intérprete famosa en su tiempo reconocida por la corte, siendo una de las favoritas de la emperatriz, que la reclamaba frecuentemente para actuar frente a ella. Su manera de tocar el clave fue comparada con la de C. Ph. E. Bach y su interpretación vocal y su composición era apreciada por sus difíciles saltos, su ornamentación, la imaginación melódica y su exquisito uso del contrapunto.

Como Francesca Caccini y Barbara Strozzi, se dedicó paralelamente a la interpretación y la composición.

A los 16 años compuso la Misa en Do para la Misa Mayor en el día de San Miguel, en la que fue reconocida como una de las compositoras más preparadas de su tiempo. En la década de 1760 y 1770 compuso misas, conciertos, sonatas para teclado -de las 31 que compuso sólo se han conservado tres-, arias italianas y cantatas. Destacan la Obertura en Do M, llamada sinfonía al contener tres movimientos, compuesta en 1770, de estilo galante, con algunos elementos expresivos que se pueden ubicar en el empfindsamkeit, la Cantata La Tempesta y el Miserere mei Deus, adaptación musical de salmos para coro, solistas y bajo continuo. Como era costumbre en la época, se dudaba de las capacidades creadoras de las mujeres, por lo que ciertas voces cuestionaban la capacidad de conseguir logros de una persona de esa edad y sexo, planteando que su obra era compuesta realmente por un hombre, lo cual refleja la calidad de su obra.

Obertura/Sinfonía en Do M

Colaboró con el poeta Saverio Mattei, que la buscó tras el fallecimiento de J.A. Hasse sobre 1770. Su colaboración dio de sí obras que fueron interpretadas en Nápoles en Cuaresma, como el Miserere interpretado a inicios de abril de 1772. María Carolina de Austria, reina de Nápoles, quedó encantada con Marianna. Se conservan en Nápoles la Selección de arias compuestas para el deleite de Su Majestad de Marianna Martines. Mattei decía de Martines: “metempsícoris divina nos ha dado en la señora Marianna, si se me permite decirlo de este modo, a la hermana de Moisés”. Marianna fue invitada a viajar Nápoles, mas no acudió a la tierra natal de Mattei, con lo que finalizó la colaboración entre ambos.

Su educación fue, por lo tanto, exquisita, participando de la vida artística vienesa, como las veladas musicales en la casa veraniega de los Ployer, donde compartía con personalidades como Leopold Mozart, W. A. Mozart, Haydn, Albrechtberger y Josef Weigl. Uno de sus grandes reconocimientos fue ser admitida, por unanimidad, como miembro de la Academia Filarmónica de Bolonia como miembro de honor, en 1773, con el título Accademia filarmónica Onorata, siendo citada como “su aliento genial, la nobleza de la expresión y la asombrosa precisión de sus composiciones”. Fue la primera mujer, tras 108 años de existencia de la entidad, en ser admitida, siendo reconocida como un símbolo de la superioridad alemana. La Gaceta di Bolognna escribe: “¡Y qué raro y especial honor se rinde aquí al bello sexo, que ahora cuenta entre sus miembros a una mujer a quien tantas ciudades tienen razón para envidiar!”. Marianna escribió para la Academia la adaptación del Dixit Dominus, salmo 109, ante el que la Academia expresó el asombro de la belleza, ingenio y nobleza de expresión, sin embargo, no se interpretó la obra por la renuncia de Marianna de viajar al estreno de su obra.

Retrato: Anton von Marons (pintor de la emperatriz María Teresa). El pie del cuadro indica: Maria anna Martines. Pupila de Pierto Metastasio, nacida en Viena, el cuatro día antes de las nonas de mayo, 1744, [miembro] de la Sociedad Académica Filarmónica.

Coincide en el tiempo su ingreso en la academia con el ascenso social de sus hermanos, nombrados Caballeros, lo cual la ubicó en aristocracia, pasando a llamarse Marianna Von Martinez. Otro gran reconocimiento que obtuvo fue el haber sido nombrada Doctora honoris causa por la Universidad de Pavia por su contribución al mundo de la música.

La composición, relativamente aceptada en las mujeres, abarcaba plantillas de pequeño formato como sonatas a solo, arias, o pequeñas agrupaciones de cámara, aceptándose el clave, el arpa, o la voz y rechazándose los instrumentos de viento y de la percusión y las agrupaciones de gran formato. En ese momento, el acceso al teatro -ópera- estaba vetado a las mujeres que ejercían la composición, por lo que Marianna, en su afán de escribir obras que exigen de una gran plantilla, abordó otros géneros musicales como oratorios, misas y oberturas.

En marzo de 1782 la Tonkünstler-Societät de Viena ofreció la interpretación del ambicioso Oratorio Isacco figura del Redentore, cuyo texto pertenece a Metastasio, en el Kärtnertotheater, en Viena. La plantilla reunía a una orquesta compuesta por la cuerda, oboes, flautas, fagotes, trompetas, trompas y timbales, más un coro de unas doscientas personas. El estreno estaba acompañado de la interpretación de obras de J. Haydn, W.A. Mozart, L. Beethoven y G. F. Haendl.

Otras obras de gran formato son In exitu Israel para solistas, coro y orquesta, Psalm 112 para coro y orquesta y los Tres Conciertos para clave y orquesta en Do M, en La M y en Sol M.

Tras la muerte de sus padres y el fallecimiento de Metastasio, en 1782 hubo una serie de cambios en su actividad musical. El poeta, que siempre había prestado su ayuda a la familia, contribuyendo a su ascenso social, dejó su herencia a la familia Martínez, incluyendo dinero, su clavecín y sus partituras. Con la comodidad económica que se encontraron, Marianna y su hermana convirtieron su hogar, junto a sus hermanos y ubicado en un núcleo frecuentado por la élite, en lugar de reunión para artistas de la época, con veladas semanales de gran afluencia de personalidades, que se hicieron famosas en Viena. Esto generó para ellas una importante vida social vienesa en las que participaban músicos como Mozart, Haydn y el joven Beethoven. En estas veladas Mariana, dama soltera que contaba ya con 40 años, maestra de ceremonias de los conciertos que organizaba, participaba como intérprete y tocaba frecuentemente a cuatro manos con W. A. Mozart: el tenor Michel J. Kelly, que estaba muy impresionado por la musicalidad vienesa, afirmó haber visto tocar a Mariana junto con Mozart una sonata del compositor al piano a cuatro manos.

En 1790 fundó en su casa una escuela de canto “para su entretenimiento y por amor al arte” de la que salieron grandes voces del momento. El calendario de la vida artística de Viena y Praga de 1796 menciona a Mariana “ha compuesto misas y muchas arias que están muy cerca del estilo musical de Jommelli. Es una gran ayuda para la vida musical de Viena”

Mariana falleció en Viena a los 68 años de edad, el 13 de diciembre de 1812, en su propia casa habiendo sido la compositora más prolífica en Viena, con más de doscientas obras en su haber, pero pagó caro su prudencia y el no haber salido de Viena, en un momento en que los músicos viajaban a Londres, Praga, Milán y París para proyectar y desarrollar su arte, quedando en el olvido. No ayudó su conservadurismo, su respeto por las normas del decoro de la época, y su extrema precaución en aceptar las imposiciones de su contexto social. A pesar del éxito y la calidad de sus veladas musicales, este tipo de encuentros musicales pasaron desapercibidos para la historia de la música, y, con ello, la figura de Marianna Von Martinez. Otro elemento que no pasa desapercibido es que, aunque obtuvo reconocimiento como compositora, ninguna de sus obras fue publicada en vida. Hoy en día las obras que se conservan se hallan en los archivos de Munich, Bolonia, Berlín y Viena.

Dixit Dominus

Bibliografía/Webgrafía

Beer, Anna (2019) Armonías y suaves cantos. Barcelona, Acantilado

Rice, John (2013) La música en el siglo XVIII. Madrid, Akal

Capdepón Verdú, Paulino. Mariana de Martínez https://dbe.rah.es/biografias/31966/mariana-de-martinez

Marianne von Martinez http://www.revistadeartes.com.ar/xiv-mujeres-comp.html

Mariana Martínez, una hispana en el reino de Mozart https://elpais.com/diario/2003/11/01/babelia/1067645180_850215.html

Banco de partituras https://imslp.org/wiki/Category:Martinez,_Marianne

Silvia Olivero Anarte.

Este año ha sido especial por muchos motivos, la siempre presente pandemia nos ha obligado a todos a modificar nuestras vidas, nuestros hábitos, nuestras costumbres, y a reinventarnos en cada momento y cada situación.

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Por eso  2021 será el año en el que hicimos dos recogidas, una en mayo para recibir a los músicos que ingresaban en la banda en el año 2020,  que tuvo que ser suspendida en su fecha habitual, y el pasado sábado 13 de noviembre, recuperando los días tradicionales en honor de Santa Cecilia, para recoger a los nuevos músicos  que llegaron a la Banda Titular en 2021.

El acto se realizó con la oportuna autorización de las autoridades sanitarias y municipales, y cumpliendo todas medidas de protocolo sanitarias que nos fueron indicadas.

La Recogida se inició desde la Escuela de Música, donde se concentraron los músicos de la Banda, y desde donde partió la comitiva en la que se encontraban familiares, amigos, socios, los miembros de la Junta Directiva de la AAMY con su Presidente Francisco Muñoz Castaño, el Concejal del Cultura del Ayuntamiento de Yecla, Jesús Verdú García y varios miembros de la Corporación Municipal.

Desde la escuela nos desplazamos a los domicilios de cada uno de los cinco nuevos músicos. Por fin después de casi dos años, pudimos desfilar y tocar por las calles de nuestra ciudad, con las oportunas medidas de distanciamiento y seguridad sanitaria. Fue una tarde muy emotiva, porque a la sensación irrepetible que siente cada uno de los nuevos músicos junto a sus familias por ingresar en la Banda, se unía el hecho de que tras este largo paréntesis, la música volvía a sonar por las calles de Yecla.

Los nuevos músicos que ingresan en la Banda Sinfónica AAMY son:

Antonio Gutiérrez Ruiz, clarinete; Francisco Antonio Bautista Molina, violonchelo; Elsa Muñoz Puche, clarinete; David Chinchilla Ortega, fagot y Sofía Martínez Yago, violonchelo. Asimismo, visitamos el domicilio del socio elegido este año, María Santa Ibáñez.

Enhorabuena a todos y bienvenidos.

A continuación pueden ver un vídeo sobre la Recogida elaborado por el Departamento de Comunicación y Prensa de la Asociación, que lo disfruten:

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Cumpliendo con uno de nuestros objetivos, la difusión de la música en nuestra ciudad, varios músicos pertenecientes a la AAMY participarán en varios actos culturales durante los próximos días.

El próximo jueves 18 de noviembre se va a realizar la presentación del libro “Caminos de Modernidad” del Centro de Estudios de Yecla y Norte de Murcia. Será  a las 20:00 horas en el Auditorio Municipal Juan Miguel Benedito Rodríguez.

El acto consistirá en una actuación del Cuarteto de Clarinetes “Clarinet Class” formación integrada por Sandra Guillem Hernández, Eva Sanjorge Castillo, Elías Ibáñez Lax y Francisco José Ruiz Soriano, todos ellos miembros de la Banda Sinfónica AAMY de Yecla; una conferencia a cargo de Ángel Pascual Martínez Soto, Profesor Titular de economía aplicada de la Universidad de Murcia, y para finalizar la proyección del video documental “Edificios de Yecla del Siglo XIX”.

Este evento está organizado por la Concejalía del Cultura del Ayuntamiento de Yecla, Centro de Estudios Locales de Yecla y Norte de Murcia y Bodegas La Purísima.

Y el próximo domingo 21 de noviembre, a las 19:00 horas, en el mismo lugar, el Auditorio Municipal de nuestra ciudad, se llevará a cabo la presentación de la Revista El Yeclano Ausente, que edita la Asociación de Mayordomos de la Purísima Concepción de Yecla; durante la misma participará el profesor de la Escuela Javier Soriano Lorenzo, quien acompañará al piano a las alumnas de canto, Cristina Mira Marco y Natalia García Martínez.

Dentro de las actividades organizadas con motivo de la Festividad de Santa Cecilia 2021, el próximo domingo 28 de noviembre, en la Plaza Mayor a las 12:00 horas, se llevará a cabo el Concierto Extraordinario de Santa Cecilia, interpretado por la Banda Sinfónica de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla, dirigida por Ángel Hernández Azorín.

Yecla, 11 de noviembre de 2021

El repertorio que nos ofrecerán los músicos yeclanos será el siguiente:

“MÚSICAS PENDIENTES”

James Barnes

SYMPHONIC OVERTURE (1991)

Op. 80

Johan de Meij

EXTREME BEETHOVEN (2012)

Metamorfosis sobre temas de Ludwig Van Beethoven

Camille Saint-Saëns

ORIENT ET OCCIDENT (1869)

Grande Marche

PyotrIlych Tschaikovsky

1812

Ouverture Solennelle (1882)

 

Como viene siendo tradicional, en el intermedio del concierto se hará entrega del Premio Santa Cecilia 2021.

Las entradas para asistir al concierto se encuentran ya a la venta, en la Escuela de Música, C/ España nº 12, a un precio único de 6 euros.

A la finalización del concierto, se celebrará la Comida y Baile de Santa Cecilia, a las 14:30 horas en el Restaurante Mediterráneo (Avda. de La Paz), al que puede asistir cualquier persona que lo desee, hasta completar el aforo permitido. El precio del menú es de 30 €, y deben realizar sus reservas en la Escuela de Música.

Para más información y reservas pueden contactar con nosotros a través del teléfono 968752485 o el correo electrónico administracion@amigosmusica.com, en horario de lunes a viernes de 15:30 a 20:30 horas.

Cartel del Concierto