ESMAR

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Manuel Tomás Ludeña ♦ Consultor académico de la Escuela Superior de Música de Alto Rendimiento (ESMAR)

Entrevista por Alexis Moya, para LasBandas Desembre i Gener 2019-20

Manuel Tomás Ludeña es consultor académico de la Escuela Superior de Música de Alto Rendimiento (ESMAR), profesor de oboe y consultor de Bankia para el desarrollo del proyecto Bankia escolta Valencia que ha destinado 8 millones de euros en cinco años a las sociedades musicales valencianas en diversas iniciativas.

Desarrolla su actividad profesional desde hace muchos años en varios campos, todos ellos relacionados con la educación y la actividad musical tanto en el ámbito privado como en el público donde fue Secretario Autonómico (viceconseller) de Educación y Formación de la Generalitat Valenciana de la mano de la consellera Maria José Català, antigua alumna suya de oboe. Asimismo, fue asesor de la Federación de Sociedades Musicales de la Comunidad Valenciana (FSMCV) en la etapa en la que Josep F . Almería fue su presidente.

Tomás colabora habitualmente con las Bandas, periódico en el que ha abordado diversos asuntos relacionados con la música, así como artículos en los que pone en valor grandes referentes de la música valenciana vinculados, principalmente, a las sociedades musicales.

En la entrevista ponemos el foco en ESMAR, un proyecto pensado y madurado durante años que cristalizó hace pocos meses con el inicio del curso 2019-20.

¿Qué es ESMAR y cuáles son sus objetivos?

ESMAR es un centro autorizado para impartir las enseñanzas superiores de música (Título Superior y Máster Artístico). Sus títulos tiene validez oficial dentro del Espacio Educativo Superior Europeo. Entre sus objetivos, destacamos, fundamentalmente, ofrecer unas enseñanzas de elevada calidad, contribuir a la formación de los futuros profesionales de la música, incrementar las opciones de empleabilidad del alumnado y no defraudar jamás las expectativas e ilusiones de aquellos que confían en nosotros. Para ello, queremos contar con un claustro de profesores de gran calidad que sepa transmitir al alumnado no tanto lo que saben, sino lo que necesita el alumnado para ejercer la profesión musical en un contexto cambiante.

¿Cómo se empieza a gestar este proyecto educativo musical?

Se trata de un proyecto educativo muy ilusionante en el que he tenido la oportunidad de colaborar junto a dos grandes empresarios valencianos: Alejandro Monzonís, director general del prestigioso colegio privado IALE, y de Carles Subiela, fundador y administrador de la empresa de importación y venta de instrumentos musicales, Consolat de Mar. Ambos atesoran una gran experiencia en el ámbito educativo y empresarial, disponen de un bagage impresionante y aportan recursos y experiencias muy necesarios para levantar un proyecto innovador, ambicioso e ilusionante.

Ellos entendieron que ESMAR era y es un proyecto necesario que ofrece una alternativa más para el alumnado interesado y decidieron contar conmigo. A partir de ahí, mucho esfuerzo, mucho trabajo y sobre todo buscar un camino totalmente nuevo, porque es la primera vez que las enseñanzas superiores de música, con el permiso de Berklee, se imparten en un centro privado en la Comunitat Valenciana.

¿A quién va dirigido?

A todos los músicos valencianos y también del resto de España, Europa y, si me permite, del mundo. En la actualidad, los proyectos son globales, nuestro mercado es el mundo.

¿Qué oferta pedagógica ofrece?

De momento, los títulos superiores de las especialidades de Interpretación, Pedagogía y Producción y Gestión. Acabamos de solicitar al ISEACV la autorización de los itinerarios de Música Antigua y Música Moderna. Hemos presentado también la solicitud de autorización de tres másteres artísticos y ofrecemos también una oferta variada de formación académica propia en varios itinerarios y especialidades.

Destaco el Máster propio de Dirección Artística de Sociedades Musicales, pues queremos también ser un centro que ponga en valor el increíble patrimonio musical valenciano y nuestro excepcional talento. Si ESMAR consigue que se conozca todo esto, pues misión cumplida.

“Queremos contar con un profesorado de gran calidad que sepa transmitir lo que necesita el alumnado” Clic para tuitear

ESMAR hace poco que ha empezado a funcionar pero ¿con cuántos alumnos cuenta ya? Más de 100 alumnos, distribuidos entre las enseñanzas oficiales y la formación académica propia. Un auténtico éxito en el primer año de funcionamiento. Ni nosotros mismos hubiéramos imaginado algo así tan pronto.

¿De dónde proceden los músicos que estudian en ESMAR?

De todas partes, de la Comunitat Valenciana, del resto de España, prácticamente de todas las comunidades autónomas. También tenemos ya algunos alumnos extranjeros, entre ellos, una contrabajista china. Esperamos abrir muy pronto una línea de entrada más directa de alumnado extranjero. Para ello, debemos seguir trabajando mucho más.

¿Qué es lo que más valoran de la propuesta educativa que han diseñado? 

De momento, las felicitaciones recibidas por el alumnado, su satisfacción es un pilar estratégico para nosotros. Están muy contentos con la calidad del profesorado y también con la aceptación del plan de estudios. Nuestra idea es ofrecer la educación musical que necesitan los futuros profesionales de la música.

¿La empleabilidad y la circulación ofreciendo prácticas artísticas y favoreciendo la proyección internacional de los alumnos es una de sus líneas estratégicas?

Totalmente, es muy pronto para valorar estas líneas que son muy incipientes, no olvidemos que tenemos apenas cuatro meses de vida, pero este es un objetivo irrenunciable. En breve vamos a configurar el departamento de orientación y transición a la vida laboral. Y además de las conexiones con la empleabilidad directa, ya hemos diseñado un plan muy ambicioso que comenzará su andadura en los primeros meses de 2020. Nuestro alumnado va a tener la oportunidad de contactar con importantes agentes y empresas empleadoras del ámbito musical. Se verá muy pronto.

También los preparan para oposiciones a conservatorios. ¿Cómo?

Desarrollamos cursos de preparación de oposiciones a conservatorio, que es una, quizá la principal, salida profesional actual dentro del ámbito público.

¿Cuál es el perfil del profesorado?

La selección del profesorado adecuado es un elemento crucial para el éxito del proyecto. Como reza el informe Mckinsey, la calidad de un sistema educativo, es la calidad de su profesorado, pues nadie puede dar lo que no tiene. Nuestro profesorado está compuesto por líderes en sus respectivas especialidades, profesionales talentosos con una amplia experiencia en los campos de la interpretación y la docencia. Además, deben estar dispuestos a trabajar en equipo y compartir un proyecto innovador y diferente. ESMAR es un proyecto abierto, con una parte muy importante de profesores valencianos de elevadísima calidad. También tenemos profesorado nacional y extranjero. En definitiva, queremos lanzar un mensaje a todos aquellos profesionales que puedan aportar valor a ESMAR; tienen las puertas abiertas para formar parte del proyecto.

Ya han creado la Orquesta ESMAR. ¿Qué metas persigue esta formación?

La calidad de las agrupaciones y las vivencias que éstas ofrecen al alumnado son, sin duda, un elemento fundamental para un proyecto educativo musical. Nuestra orquesta ha comenzado muy bien, con un concierto de presentación brillante, dirigido por el maestro Martín Baeza. Pero en próximos encuentros contaremos con los maestros Álvaro Albiach y Cristóbal Soler. ¡Casi nada!

“Nuestra meta es que el alumnado consiga las competencias necesarias para integrarse con éxito en una agrupación musical” Clic para tuitear

Nuestra meta es que nuestro alumnado consiga las competencias necesarias para integrarse con éxito en una agrupación musical, que conozca los métodos de trabajo y las exigencias de directores muy prestigiosos y, sobre todo, que asuman los valores éticos y los compromisos necesarios para formar parte de un proyecto colectivo. Queremos buenos músicos que sean, a la vez, personas comprometidas en aportar valor a la sociedad en general.

¿Qué proyectos tienen previsto desarrollar a medio y largo plazo?

¡Muchísimos! Hemos aprobado recientemente el Plan Estratégico de ESMAR 2019-23 que ha marcado nuestra visión y nuestro rumbo para los próximos cuatro años. Aquí pretendemos incrementar la oferta académica, conseguir 400 alumnos y alumnas, incrementar la satisfacción de nuestro alumnado y su éxito académico e inserción laboral. Y no solo eso, avanzar en el establecimiento de medidas compensatorias (ayudas y facilidades) para que la cuestión económica no sea un impedimento para nadie, establecer convenios y colaboración con entidades que nos ayuden a conseguir nuestros objetivos, avanzar decididamente hacia la internacionalización y mucho más. No escatimaremos en trabajo, ambición y pasión, porque nos gusta mucho lo que hacemos.

Por Manuel Tomás LudeñaDirector Académico de Esmar, Profesor de oboe, exdirector del Conservatorio Profesional de Música de Torrent y exsecretario Autonómico de Educación y Formación.

Fuente del artículo: Nuestras Bandas de Música

Que las sociedades musicales valencianas son también un motor de desarrollo económico en la Comunitat Valenciana es algo totalmente aceptado.

Sobre todo a partir de los trabajos e investigaciones del profesor Pau Rausell, que ha analizado con rigor y acierto este fenómeno.

A los increíbles beneficios educativos, culturales y sociales que aportan estas entidades tan singulares, añadamos otro más: la prosperidad económica y la empleabilidad de los músicos valencianos. La realidad se muestra ante nuestros ojos meridianamente clara. El primer elemento de profesionalidad que nuestras sociedades musicales incorporaron fue la figura del maestro/director.

Las referencias a la remuneración de estos profesionales aparecen desde el mismo momento en que surgieron las sociedades musicales allá por el siglo XIX. O bien un músico más aventajado o bien recurriendo a la contratación de alguien externo, se ha  remunerado siempre, más o menos, a un director. El hecho es que, en la actualidad, tenemos más de 500 profesionales obteniendo ingresos importantes por su labor al frente de la dirección artística de las sociedades musicales.

Es difícil encontrar un territorio donde las oportunidades para estos profesionales sean tan grandes. Y estos ingresos no proceden directamente de las arcas públicas.

Siguiendo con este análisis, las sociedades musicales buscan la excelencia y la calidad de sus directores musicales conscientes de lo mucho que hay en juego. Son mano de obra altamente cualificada que tienen importantes responsabilidades. Se acepta que deben tener una importante remuneración, algo que no han conseguido, por ejemplo, los directores de las escuelas de música. Pero esto es otra historia.

Durante bastante tiempo, la mayoría de estos directores no han tenido una formación específica, muy pocos han cursado y obtenido la titulación de Dirección. Su formación había sido autodidacta, comenzaron dirigiendo bandas modestas, adquiriendo experiencia, prestigio y obteniendo sobre todo resultados. Los triunfos en los certámenes competitivos eran la credencial más importante para seguir mejorando el estatus. A todo ello ayudó y ayuda la categorización de nuestras sociedades musicales en función de la cantidad de plazas de músicos y la asignación a las diferentes categorías de los certámenes. Una estratificación que visualiza claramente una carrera vertical para nuestros magníficos directores.

Así, un director de la Sección de Honor (o sea Llíria, Cullera, Buñol y algunas más) será de una gran categoría, por norma general. Los directores que empiezan deberán dirigir bandas de música de categorías inferiores. ¡Qué sistema más natural, espontáneo y tremendamente efectivo hemos creado, casi sin darnos cuenta! Los milagros siempre aparecen cuando se trata de nuestras sociedades musicale

Muchos de los grandes directores valencianos se iniciaron profesionalmente trencant la mà con nuestras bandas. Nombres como los directores de la Banda Municipal de Valencia Pablo Sánchez Torrella, Rafael Sanz Espert y afamados directores de orquesta como Manuel Galduf, García Navarro, Cristóbal Soler, Álvaro Albiach, etc. tuvieron en nuestras bandas magníficas plataformas para el aprendizaje práctico de su profesión. Empezaron por las bandas más modestas, continuaron con las más “importantes” para posteriormente dar el salto a la profesionalización. Esto lo hacen en Alemania o en Venezuela y todavía no habríamos parado de aplaudirles, pero lo hacemos aquí y todo parece muy natural, como si no costara nada. ¡Ya sabemos cómo somos!

Durante mucho tiempo, estos directores eran a su vez profesionales de bandas, orquestas y conservatorios que, pluriempleados, obtenían unos ingresos extra. Otros, por el contrario, dirigían varias bandas más modestas lo que les permitía vivir con cierta solvencia. En definitiva, todo un nicho de empleabilidad muy importante.

Pero jamás hicimos nada para formar adecuadamente a estos profesionales ni siquiera ajustar sus competencias a las necesidades de los empleadores (los responsables de las sociedades musicales). Incomprensiblemente, nuestros conservatorios públicos jamás han incorporado estudios reglados de dirección de banda. Ni nadie hemos diseñado itinerarios formativos que enseñen a estos directores, no solo la técnica general de dirección, sino también a sacar el máximo rendimiento trabajando con voluntarios, a dirigir y coordinar una escuela de música, a entender el funcionamiento de una sociedad musical. En resumen, a ejercer con excelencia y éxito la dirección musical de nuestras sociedades musicales.

Y la verdad es que nos hemos regulado bastante bien, aunque el modelo admite importantes mejoras. Nos encontramos ante otra historia clara de éxito: la formación de magníficos profesionales de la dirección que tuvieron en nuestras modestas sociedades musicales una oportunidad de prepararse de manera intuitiva pero tremendamente práctica.

Ha llegado la hora de que mejoremos esta situación, de que articulemos importantes acciones de formación colaborando todos juntos y potenciando el modelo. Si formamos mejor a estos directores, los auténticos líderes de nuestras sociedades, mejorarán nuestros proyectos, la calidad artística de nuestras agrupaciones, el clima organizativo, etc. Y también evitaremos conflictos. No nos engañemos, cuando el maestro no actúa bien, la fricción de poder con la junta directiva o con los mismos músicos origina la crisis del proyecto y la división. Por ello, hay mucho en juego.

En definitiva, los músicos valencianos tienen, en el ámbito de la dirección, una magnífica oportunidad para desarrollar una carrera profesional sostenible, bien remunerada y con importantes alicientes de prestigio y de promoción personal. El carisma de muchos ellos les acaba convirtiendo en auténticos mitos en algunos casos. Pregunten en Llíria por los maestros Malato y Varela, o en Benaguasil por el maestro Peñarrocha, o en Manises por el maestro Micó. La lista es interminable.

Formemos a estos profesionales de manera adecuada y tomemos conciencia todos de la oportunidad de desarrollo y de empleabilidad que esto representa en nuestra Comunitat y en toda España. ¿No es maravilloso?