La música como recurso pedagógico enriquece la formación de manera integral, en el trascurso formativo de la misma se pueden llegar a desarrollar la inteligencia emocional, fomentar la sociabilidad, la tolerancia, la empatía, el esfuerzo, el sacrificio, la responsabilidad, la perseverancia o el trabajo en equipo.

Fuente: Blogs la Verdad./febandasrmurcia/, Martes, 16 noviembre 2021

Estos valores son cualidades que permiten encontrar sentido a lo que hacemos, a responsabilizarnos por nuestras acciones, a tomar decisiones con serenidad y de acuerdo a lo que pensamos, resolver problemas personales y a definir con claridad los objetivos que nos planteamos en cualquier ámbito de nuestras vidas. En definitiva, estos representan la manera más idónea de abordar la realidad del día a día, por lo tanto, podemos decir que le ofrece al educando una formación con dimensiones más humanas.

Las bandas de música son uno de los modelos más importantes y significativos de la formación musical en nuestro país, desde sus escuelas y posteriormente en sus agrupaciones juveniles, infantiles o también llamadas bandas escuelas, es donde se inicia el camino de los futuros músicos.

Para llegar a formar parte de la banda juvenil, los alumnos comienzan su formación en la escuela, y tras varios años de estudios previos con su instrumento, a parte de las clases de lenguaje musical y las clases colectivas de conjunto instrumental o música de cámara, consiguen acceder a estas formaciones, por lo que llegan a ellas con cierta experiencia en la práctica grupal e instrumental.

Uno de los primeros valores en llegar a un joven músico, es la cohesión social, al involucrarse en una actividad que le crea una pertenencia a un proyecto en común con otros muchos compañeros. Es en este momento, cuando el nuevo integrante comienza a ilusionarse realmente por este maravilloso mundo de la música, al encontrar que eso que tanto esfuerzo le ha costado, tras mucho tiempo de estudio, mucho esfuerzo y mucho sacrificio en solitario, puede empezar a compartirlo con los demás, y es ahí cuando aparece ese otro gran objetivo, dar el salto a la Banda Titular de su localidad. Para ayudar en la consecución de este fin, es importante que en este tipo de agrupaciones se integren músicos que ya hayan conseguido ser miembros de la Banda Titular, y que permanezcan dentro del grupo, para convertirse así, en guías de los nuevos músicos, surgiendo de esta manera, un modelo de aprendizaje cooperativo intergeneracional, que ayuda a educar a los nuevos integrantes con referentes, de esta manera los nuevos educandos se van integrando a los ensayos con otros músicos con más experiencia, que van tutelando desde los primeros atriles.

Desde mi opinión, el director debe crear una inercia de trabajo en el trascurso de los ensayos a través de un elemento muy importante para este tipo de agrupaciones jóvenes, que es la motivación. Ayudando a crear en el grupo unas normas de disciplina colectivas, las cuales son fundamentales para cualquier equipo humano, además de enseñar los diferentes valores musicales e interpretativos como son; la consciencia de crear un sonido desde las diferentes secciones, aprender a respirar con el compañero, a escucharlo y mirarlo mientras tocan, terminando por colocar el sonido global de todo el grupo sabiendo dar la importancia en cada momento de la música a las secciones que la tienen, enseñar a sentir el ritmo interno de la música, todo ello respetando e intentando trasmitir el mensaje que nos deja cada partitura. Sabiendo que, aunque haya diferentes edades y niveles dispares el objetivo es el mismo para todos, generándose por consiguiente la empatía, en la que todos entienden lo que puede aportar cada uno, para lograr tener el mejor resultado musical.

Es también importante tener en consideración un repertorio que pueda estar equilibrado y tenga un contenido pedagógico, que sirva para hacer mejorar técnicamente y pueda ayudar a desarrollar todos los valores musicales expuestos anteriormente, que sea motivador, que aborde diferentes estilos musicales y nos haga divertirnos, teniendo el fin de entender el propósito de cada obra y con ello poder trasmitírsela al público.

Tras haber tenido el privilegio de estar al frente más de diez temporadas de la Banda Juvenil de la Asociación Jumillana de Amigos de la Música, he podido descubrir que este tipo de agrupaciones es un arma muy poderosa para la formación de los futuros músicos, que a través de la motivación, la ilusión, el trabajo en equipo, haciéndoles sentir a todos protagonistas indispensables y únicos para la consecución de un mismo fin, que es hacer música, se consigue inculcar en ellos todos los valores que esta nos enseña. La AMISTAD, otro gran valor que nos regala la música, y es la que me llevo de cada uno de los miembros que han formado parte durante estos años de esta gran familia musical. ¡¡¡¡¡GRACIAS!!!!!

David Piqueras Gilar
Director de la Agrupación Musical Muleña.