27 mayo, 2020 Escrito por diapason

Posiblemente hayan oído alguna la famosa frase de Orfeo “la música amansa a las fieras”, pues bien, es innegable que escuchar música provoca una reacción en nuestro cuerpo, capaz de cambiar nuestro estado de ánimo y nuestras emociones.

Como químico y amante de la música que me considero, he decidido investigar algo acerca de este tema, intentando juntar dos cosas que en principio parecen no tener relación. De hecho, puede considerarse que la música es la más abstracta de las artes, mientras que la química es la más concreta de las ciencias. No obstante, el desarrollo en la investigación científica ha provocado que se entienda mejor el efecto de la música y viceversa.

Se sabe que desde la prehistoria el ser humano ha escuchado música, en muchos casos para rituales, por motivos de meditación o, simplemente por diversión. Casi sin darnos cuenta nos hemos acostumbrado a vivir con música, unas veces porque nos apetece escuchar algo, otra porque necesitamos desconectar, o simplemente porque no tenemos nada que hacer, pero posiblemente la mayoría de nosotros no nos hayamos preguntado nunca que es lo que ocurre en nuestro cuerpo al escuchar música. Desde hace siglos, y gracias a la evolución de la ciencia, inquietos científicos comenzaron a estudiar en profundidad cómo funcionaba nuestra mente.El cerebro humano puede dividirse en varias partes, de manera que cada una es activada por estímulos distintos, pues bien, hay estudios que demuestran que la música es el estímulo humano capaz de activar más partes de la mente al mismo tiempo. Por lo tanto, lo que ocurre en nuestro cerebro al escuchar  música es digno de ser estudiado.

Posiblemente para comprender lo que sentimos hay que conocer la química del cerebro o neuroquímica, que es una ciencia encargada de estudiar las sustancias químicas que influyen en las neuronas y los cambios en los estados de ánimo desde un punto de vista científico, basándose en las conexiones cerebrales y las respuestas que surgen ante distintos estímulos. En el caso concreto de la música, se ha observado que nuestro cerebro responde produciendo sustancias como la dopamina, responsable de numerosas respuestas hormonales. La dopamina es una sustancia química que sirve de neurotransmisor, para entendernos mejor, un mensajero que envía señales a otras partes del cuerpo provocando así ciertas respuestas. Esta sustancia puede ser producida en diferentes partes del cerebro, no solo en los seres humanos, sino también en otros animales.

La dopamina regula el sueño, la atención y el humor.Niveles anormales de esta sustancia provoca problemas sociales, depresión e incluso enfermedades mentales graves como el parkinson o la esquizofrenia. En condiciones normales, los niveles de dopamina en el cuerpo humano no deberían sufrir grandes cambios, ya que es una sustancia que genera nuestro cerebro de manera natural. No obstante dormir pocas horas o llevar un estilo de vida estresante puede provocar una deficiencia de dopamina, provocando sensación de cansancio y tristeza. En la actualidad, hay muchas personas que sufren enfermedades como la ansiedad o la depresión, que pueden estar directamente relacionadas con esta sustancia, por lo que es importante mantener niveles adecuados.

Debido ala importancia que tiene este neurotransmisor, muchos de los medicamentos utilizados en psiquiatría van destinados a mantener controlada su segregación en el cerebro. Entre ellos posiblemente hayan oído hablar del prozac, que es un medicamento que se utiliza para generar dopamina en personas con trastornos de depresión, o la levodopa, recomendado en casos de enfermos de parkinson. Además algunas drogas basan su efecto en la segregación de dopamina a niveles superiores a los normales, como es el caso de la cocaína. Por lo tanto, si tenemos que decidir una manera de mantener un equilibrio químico en el cerebro de forma sana, escuchar música o tocar un instrumento parece ser la opción más saludable.

Con este artículo he querido dar una visión científica de la música, del efecto que tiene sobre los seres humanos y dar explicación a la capacidad que tiene la música de cambiar el estado de ánimo. En un futuro, con el avance de la ciencia, seguro que se conocen más cosas en torno a este tema. De hecho, se está comenzando a intentar tratar ciertos problemas mentales únicamente con el uso de algunos sonidos que estimulen el cerebro de la forma deseada. Esto es solo una pequeña parte de toda la información que puede encontrarse en torno a este tema, que espero que haya servido para que sigan disfrutando de la música, de esa “droga sana” que ayuda a nuestro cerebro a seguir funcionando.

Carlos Castaño Forte

Integrante de la banda de música AAMY

 

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