¿Qué relación podríamos hallar entre una ópera alemana, una canción popularizada en los 50’ por Louis Armstrong (entre otros), Rubén Blades con su “Pedro Navaja” y una ópera-balada Barroca? Son casi 300 años de diferencia, pero todo gira en torno a una historia que se repite una y otra vez.

Los protagonistas de este artículo tienen distinto nombre, pero aun así todos ellos no son más que un mismo personaje a través de un largo recorrido por la historia de la música.

Escrito en diapason, 30 diciembre, 2021 

El primero que apareció fue Macheath, allá por 1728, dándose a conocer por primera vez en Londres a través de una “ópera-balada” escrita por John Gay y cuya música se atribuye a J.Ch. Pepush. La obra lleva el título de The Beggar’s Operaque se traduce como “La ópera del mendigo” o “La ópera del vagabundo”, y nos cuenta la historia de Macheath, un asaltador de caminos que trabaja para la banda de Peachum, padre de Polly, con la que Macheath se había casado en secreto. Cuando Peachum se entera, decide entregarlo a las autoridades. Macheath es arrestado y trasladado a la prisión de Newgate, donde se encuentra con Lucy, hija del carcelero y ex-amante suya, y aunque sigue rencorosa le ayuda a escapar, pero pronto es arrestado de nuevo. Al regresar a la cárcel es condenado a muerte, y mientras Polly y Lucy suplican por el indulto, aparecen cuatro mujeres más que aseguran ser también sus esposas, a lo que Macheath responde que ante tal situación, prefiere ser ahorcado. Es entonces cuando se corta la escena (algo poco habitual en la época) y aparecen dos personajes, que ya habían aparecido al principio, diciendo que para que la ópera no se convierta en tragedia, tiene que acabar con un final feliz. Entonces se retoma la escena final y Macheath es perdonado y declara su amor a Polly.

 

Kurt Weill y Lotte Lenya.

Fue 200 años después cuando esta historia, que a priori puede parecer bastante sorprendente y “moderna” para una ópera Barroca, inspiraría a Bertolt Brecht para escribir el libreto de su ópera Die Dreigroschenoper o “La ópera de los tres peniques”, a la que Kurt Weill puso música. Y en ella encontramos la canción conocida como “Die Moritat von Mackie Messer”, algo así como la “balada de Mackie Navaja”.

La canción original, con letra en alemán, nos habla del personaje Mackie y de algunos de sus crímenes. En este enlace pueden escucharla cantada por Lotte Lenya, mujer de Kurt Weill:

Años después, Lotte Lenya grabó una versión con el famoso trompetista Louis Armstrong, pero en esta ocasión con una sonoridad mucho más jazzística y bajo el título de “Mack the Knife»:

Ella Fitzferald, Bobby Darin, Robbie Williams, Sinatra, Tony Bennet, Miguel Ríos… son otros de los numerosos artistas que han versionado la canción de Mack, pero fue el panameño Rubén Blades, junto con Willie Colon, quien la hizo más “suya”, adaptándola a sus ritmos latinos allá por 1978, convirtiendo a Mack the Knife en Pedro Navaja, haciendo a su vez que esta se convirtiera en uno de los mayores éxitos de la historia de la salsa. Observen como en la siguiente versión comienza cantando el tema de Mackie y luego lo enlaza con su “Pedro Navaja”:

 

En ella nos describe a Pedro Barrios, conocido como Pedro Navaja, (sombrero de ala ancha, largo gabán, diente de oro…) en una noche en la que se dispone a atracar y matar a una mujer prostituta, que luego descubriremos que es conocida como Josefina. Pero la historia da un giro  cuando Pedro se acerca a ella, y, tras apuñalarla, la mujer le dispara con su revólver, cayendo herido de muerte al suelo, acabando la canción con un borracho que se encuentra con los 2 cuerpos y recoge “el revólver, el puñal y los pesos” y desaparece en la noche cantando el coro de la canción…

…La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida…

Y fue precisamente con “Sorpresas”, canción que Rubén Blades estrenó en 1985, con la que nos cuenta toda una trama con nuevos personajes y una investigación policial en la que se descubre que Pedro Navaja en realidad sigue vivo (mala hierba…).

Paula Soriano Ibáñez.

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