Durante los últimos meses, lamentablemente, se ha hablado mucho de cómo se ha visto afectado, durante este año tan especial por la crisis sanitaria de Covid-19.

La situación de las Sociedades Musicales, sus bandas de música, sus escuelas y de todo el movimiento musical y cultural que se desarrolla alrededor de las mismas.

Puesto que las ha dejado bajo mínimos tanto en la parcela económica y social, como en la educativa y cultural, ya que a todas les ha perjudicado en menor o mayor grado.

Fuente: https://blogs.laverdad.es/febandasrmurcia/ – Miércoles, 16 diciembre 2020

Imagino que como todas las demás circunstancias que rodean nuestra vida, y que también han sido alteradas por esta nueva normalidad, todo irá volviendo a la calma. Pero quizás sería un buen momento para que desde todas las partes implicadas (sociedades musicales, federaciones, ayuntamientos, consejerías autonómicas, ministerio de cultura, músicos profesionales, profesores, etc.) se analicen estas circunstancias con tranquilidad y voluntad de llegar a soluciones, puesto que la música, y en correspondencia las sociedades musicales que en muchos pueblos y ciudades de nuestro país son la única forma de acceso a este arte a través de sus escuelas de música, se encuentra en una situación límite por la falta de apoyo, la ausencia de una legislación adecuada, la escasa financiación, los pocos recursos, las, muchas veces, deficientes infraestructuras, etc.

En la mayoría de los casos, estos proyectos, sus escuelas de música, bandas de educandos, bandas de música, etc. siguen adelante por el trabajo y esfuerzo titánico de las personas que las dirigen, muchos de ellos de forma casi heroica, y que siempre están al pié del cañón, luchando, trabajando, aportando su tiempo libre que roban a sus familias, incluso algunas veces aportando su propio capital, y a los que nunca estaremos lo suficientemente agradecidos.

Durante los meses de confinamiento se ha vuelto a demostrar que la cultura es esencial para toda sociedad que se precie. Durante esos días de aislamiento en casa, todos hemos consumido, mucha cultura: libros, cine, música, arte…, sin contar con la cantidad de actuaciones musicales improvisadas desde nuestros balcones o grabadas por infinidad de músicos de forma online, desde sus domicilios, y haciendo lo que mejor saben hacer: transmitir sus sentimientos a través de las notas musicales.

Este gran consumo de cultura ha supuesto para muchas personas la válvula de escape para controlar la ansiedad generada, reforzar la autoestima y el sentimiento de pertenencia a una sociedad, lo cual vuelve a poner en evidencia la imperiosa necesidad de dotar de los suficientes apoyos económicos, legislativos y de cualquier índole de las instituciones públicas correspondientes, pero ya no por la situación creada por la Pandemia, que también, sino para que se perpetúe en el tiempo, y de una vez por todas la Música y, en su caso, las sociedades musicales que, en la mayoría de los pueblos y ciudades de nuestro país son las que ofrecen la única posibilidad de acercarse a este bello arte, puedan seguir fomentando el disfrute y conocimiento de esta disciplina artística.

Imagino que será una tarea complicada, porque ahora todos los sectores necesitan de la ayuda de las administraciones públicas, pero desde estas líneas les pediría que no nos olviden, que también piensen en nosotros, y en lo mucho que aportamos a la sociedad, la cultura es fundamental, y se ha vuelto a demostrar en estos tiempos tan difíciles que nos está tocando vivir.

Enumerar todas las deficiencias que haría falta solucionar para equipararnos a la mayoría de los países con los que conformamos la Unión Europea, sería muy prolijo, porque atañen a muchos aspectos: educativos, culturales, sociales, económicos…; pero humildemente solicitaría a los responsables políticos que corresponda, que nos tengan en consideración, que nos escuchen, que nos atiendan, porque con casi toda seguridad somos uno de los colectivos que más sufre dichas carencias y, más ideas y propuestas para solucionarlas puede aportar.

No quisiera concluir sin poner una nota positiva, porque a pesar de todo, siempre hay cosas que nos animan a seguir adelante, nos llena de energía, y sobre todo nos hacen sentirnos orgullos de nuestro trabajo.

Gracias a los directivos de nuestras sociedades musicales por su denodado esfuerzo para explicar y convencer a nuestras autoridades municipales de la necesidad de apoyarnos y buscar recursos por todos los medios; a los padres, madres y alumnos de las escuelas de música por su confianza y apoyo incondicional; a los profesores y resto del personal de las academias por su esfuerzo y profesionalidad, porque nos ayudaron a afrontar los duros meses del confinamiento, y ahora lo están haciendo con las clases presenciales manteniendo al máximo el cumplimiento de las medidas de seguridad sanitaria de los centros; a cada uno de los músicos que integran nuestras bandas de música por su implicación, entrega y buen hacer; a nuestras familias por animarnos; a nuestros socios, por ser nuestra masa social siempre, también como ahora en los malos momentos, a todas las personas y empresas que nos han apoyado tanto económica como moralmente; a los funcionarios tanto de Sanidad como de Seguridad Ciudadana por habernos orientado a la hora de afrontar esta difícil situación; a los Ayuntamientos por haber entendido que nuestra labor era totalmente necesaria.

Muchas gracias a todos.

José Miguel Ibáñez Lax.
AAM de Yecla.