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El pasado 6 de julio, en el marco del 19 Festival Internacional de Bandas de Música de Lleida Fem Banda que la Banda Municipal de Lleida organiza año tras año desde 2004, se celebraba por primera vez una mesa redonda sobre el tema El oficio de director de banda.

La mesa se celebró en el Espai Sunka, una sala ideal que los responsables de Plusfresc del Grupo Supermercats Pujol, patrocinadores del festival, tuvieron la amabilidad de poner a nuestra disposición.

Asistieron los directores/as de la mayor parte de las bandas participantes al festival: Simona Paola Senesi (JF Band, Italia), Humberto Joao Oliveira Damas (Filharmónica Do Crato, Portugal), José Fernando da Silva Cardoso (Banda Filharmónica 1º de Janeiro, Portugal), José Vicente Algado Climent (Societat Unió Musical de Polop de la Marina, Alicante), Francís Durà Costa (Societat Artístic Musical d’Alcàntera de Xúquer, Valencia) y el anfitrión, al tiempo que director del festival, Amadeu Urrea Pérez (Banda Municipal de Lleida). La Banda de Música de Valga (Pontevedra) dirigida por Manuel Villas Touceda, a pesar de participar en el festival, no pudo participar en la mesa redonda por estar actuando fuera de Lleida en aquellos momentos.

El objetivo de la mesa redonda no era otro que poner en contacto los directores/as de las bandas participantes al festival y conocer los proyectos y realidades de cada uno de ellos en un entorno distendido a la vez que estructurado, siguiendo un guion previamente establecido. El tema de debate fue la reflexión y puesta en común de los distintos puntos de vista sobre algunos aspectos del oficio de los directores/as de bandas.

Exponemos a continuación un resumen de los temas tratados en el debate.

Preguntados inicialmente por su trayectoria personal y formación recibida que les había dado acceso a la dirección de una banda, se constató la inexistencia de una formación unificada, estructurada y homologada que aún hoy no contemplan los distintos planes de estudio de conservatorios y escuelas de música. En la mayoría de los casos, los directores/as tienen una formación exclusiva como instrumentistas (casi siempre de viento), aunque cada vez están más presentes los jóvenes directores/as pertenecientes a generaciones que ya han tenido acceso a estudios superiores de Dirección de Orquesta o Dirección Coral.

En relación con el perfil de los músicos que conforman actualmente las bandas, todos coincidieron en señalar que son jóvenes, chicos y chicas, que sólo con algunas excepciones tienen edades comprendidas entre los 20 y los 25 años, que mayoritariamente proceden de las escuelas de música de las propias bandas y que han superado la fase elemental de los estudios musicales, generalmente los primeros cuatro cursos. Este modelo, mayoritario en tantas bandas valencianas, catalanas y en este caso, también portuguesas, no resultó ser el mismo para la Banda Municipal de Lleida ni para la banda JF Band dirigida por Simona Paola Senesi. En el caso de la banda leridana, a pesar de que predominan los jóvenes, hay también un significativo grupo de músicos con edades que ultrapasan el umbral de los 25-30 años y, aunque en su mayoría son alumnos del Conservatorio de Lleida, también los hay que proceden de otras entidades. Por lo que a la JF Band se refiere, la creación de la banda respondía a un proyecto personal de base social inspirado en el proyecto ideado por José Antonio Abreu en Venezuela y llevado a la práctica por la Fundación Simón Bolívar, una propuesta que ha dado lugar al reconocido Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles que ha recuperado de las calles y entornos conflictivos a tantos niños y niñas con un severo riesgo de exclusión social y siempre expuestos a la violencia y a la delincuencia.

Tal como explica Simona Paola, con estudios de flauta travesera y a la vez licenciada en psicología, creadora de esta propuesta musical, los jóvenes de la ciudad de Velletri, una población integrada en el área metropolitana de la ciudad de Roma, acceden a la banda sin tener formación musical alguna. Asisten por propia voluntad e interés a las clases y participan en las actividades y conciertos propuestos por su directora, practican la coeducación con sus propios compañeros y asumen la responsabilidad de participar en un proyecto común. En este sentido, fue pertinente la aportación de Amadeu Urrea según la cual el gasto en formación musical debería ser considerado una inversión social a largo plazo y no un coste en términos puramente económicos que asumen instituciones, administraciones y entidades.

En un segundo turno de intervenciones, en la mesa redonda se debatió sobre las principales dificultades que deben afrontarse en el día a día de una banda. Los directores/as coincidieron en la poca motivación de los músicos por asistir a los ensayos y también en la falta de estrategias de que disponen como gestores de recursos humanos que son en realidad.

Una buena estrategia aplicable para luchar contra el absentismo en los ensayos es sin duda hacer pedagogía entre los músicos en el convencimiento de que su asistencia es un acto de respeto hacia los compañeros, y a la vez el convencimiento de estar contribuyendo a un objetivo común en el que todos, sin excepciones, son necesarios. Relativo a los conflictos que inevitablemente surgen en todo colectivo humano -no olvidemos que una banda puede estar formada fácilmente por unas 40-50 personas- se coincidió de manera unánime en la falta de preparación por parte de los directores/as. A pesar de la buena voluntad, los directores/as de banda -a diferencia de otros ámbitos como la empresa o la educación- no tienen una formación específica en este sentido, una formación que sería deseable en los estudios superiores de dirección de coros o dirección de orquesta. En los planes de estudios de todas aquellas especialidades que implican la gestión de grupos humanos, más allá de los conocimientos técnicos y específicos se debería incluir una formación en psicología básica que aporte recursos prácticos y estrategias en la resolución de conflictos, una formación que sin duda ayudaría a los futuros directores/as a gestionar más eficazmente sus grupos. En este sentido, resulta oportuno recordar el consejo que el conocido pianista leridano establecido en París Ricardo Viñes daba a sus discípulos cuando los animaba a “tocar menos y leer más”, un consejo con el que pretendía estimular a los futuros pianistas a ambicionar una profunda formación global y humana más allá de la estrictamente musical. Una formación que ciertamente acabaría influyendo de manera decisiva en una previsible futura carrera musical. No olvidemos tampoco que el director/a de una banda, des del momento en que lidera una formación, se convierte en un modelo para todos sus miembros tanto en el aspecto musical como también en el aspecto humano. Sus opiniones, actitud, modos y comportamiento son una poderosa herramienta educadora para el colectivo.

Preguntados sobre el dilema Concierto versus Espectáculo, el debate entre los directores /as se centró ahora en el modelo de actuaciones que habitualmente las bandas ofrecen a sus públicos. Mientras el concierto en el sentido estricto era percibido como un modelo más elitista -pero no por ello menos necesario- que implica la existencia de un público con una cultura musical consolidada sólo factible en grandes ciudades, el espectáculo -entendido como la combinación de distintas disciplinas artísticas o la inclusión de elementos extramusicales- resulta asequible a públicos más amplios y diversos. Justamente, las bandas, por su propia esencia, ya se dirigen a un público amplio y popular.

Si tenemos en cuenta, además, que cada vez resulta más difícil llenar auditorios, salas o espacios de conciertos, tener en consideración los gustos y preferencias del público resulta un factor clave que los directores/as deberían tener siempre presente en la selección de repertorios y en la implementación de estrategias encaminadas a implicar y atraer el público. Sin embargo, Concierto y Espectáculo no deben ser vistos como modelos que se excluyen sino complementarios que necesariamente deben convivir.

A modo de conclusión, todos los directores/as coincidieron en que -a pesar de todas las dificultades existentes- las bandas de música tienen todavía un largo recorrido, su futuro hoy por hoy no está cuestionado, aunque cada vez más será necesario adaptarse a las nuevas realidades y a los cambios sociales y estéticos que inevitablemente se producirán en el futuro. Un futuro que depende en gran parte de la capacidad creativa, de previsión y de adaptación a los cambios que muestren los mismos directores/as en el desarrollo de su labor.

Dr. Lluís Marc Herrera

¿Qué tengo que hacer como director/a para motivar y satisfacer a los músicos de mi agrupación?

¿Y cómo puedo conseguir que todo esté en consonancia con mis propios motivos y objetivos?

Antes de comenzar, hay que tener en cuenta algunos aspectos.

El primero, ser consciente de que todos somos diferentes. Cada cerebro es distinto y único. Aunque veamos o pensemos lo mismo, siempre habrá alguna variable, que viene dada por nuestra biología, contexto, entorno, experiencias… Sería complicado que millones de conexiones neuronales coincidieran en una sinapsis idéntica, ¿no?

Eso nos lleva a la famosa frase en PNL: “El mapa no es el territorio”. Es decir, un territorio, diferentes mapas. O lo que es lo mismo, una realidad y diferentes interpretaciones. Ese territorio no cambia, es el que es. Lo que sí cambia es nuestra visión de ese territorio (nuestro mapa) debido a la plasticidad del cerebro y a las experiencias y aprendizajes que vivimos.

¿Cómo provocar la motivación en los músicos de la agrupación?

Atacando directamente a su sistema de toma de decisiones.

El proceso de la información recibida pasa por nuestro centro de mando, la corteza prefrontal. Es ahí donde interactúan los cuatro sistemas cerebrales de la motivación que indicaré a continuación.

Es, entonces, cuando pensamos, decidimos y actuamos.

El sistema de toma de decisiones, a través de la ínsula, valora si algo nos produce dolor o bienestar. Si el dolor es menor que el bienestar, actuamos. Es decir, si pienso que la satisfacción de tocar junto a mis compañeros es mayor que tener que desplazarme al lugar de ensayo, o ir sin cenar, o acostarme tarde para madrugar al día siguiente… si merece la pena, entonces tomaré la decisión de ir.

Como decía, el resto de sistemas pueden ayudar a provocar esa decisión en los músicos.

El sistema de recompensa es el origen del rendimiento y actúa en la corteza prefrontal y el área tegmental ventral a través de un circuito neuronal muy potente gracias a la retroalimentación de determinados neurotransmisores.

Atención:

  1. Si pensamos algo que sentimos placentero, se inyecta un chute de dopamina en nuestro cerebro.
  2. Esa dopamina actúa en la sinapsis de la corteza prefrontal y surge la expectativa de felicidad, por lo que nos lleva a la acción.
  3. Si finalmente obtenemos una experiencia positiva, se libera otro neurotransmisor, la serotonina, ¡el químico de la felicidad!
  4. Esa sensación le encanta al cerebro, así que quiere repetir.

Pero… ¡Cuidado! Demasiadas repeticiones reducirá el efecto y no obtendremos los resultados deseados.

Por cierto, cuando hablamos de recompensas, no hablamos de premios económicos, sino de palabras o frases positivas, sorpresas, reconocimientos en público… Como dice el médico y profesor alemán Joachim Bauer: “Nada nos estimula tanto como el deseo de ser visto por los demás, la perspectiva del reconocimiento social, la experiencia del afecto positivo y la experiencia del amor.”

Por otro lado, está el sistema emocional. Nuestros sentidos captan los diferentes estímulos y se convierten en procesos químicos del sistema nervioso, siendo la amígdala quien procesa las emociones.

Uno de los estímulos más potentes para el ser humano es adquirir o mantener relaciones interpersonales. Por eso, la cooperación y la construcción de relaciones entre personas es esencial para nuestra motivación. A ello se le suman las recompensas que comentaba en el sistema anterior y ¡boom! Obtendremos un equipo muy potente.

Pero hay más.

El 4º sistema del cerebro tiene que ver con la memoria y las expectativas. La memoria guía nuestros pensamientos y acciones. Es la suma de experiencias que vivimos. Cuanto más fuerte, tanto positiva como negativa, la experiencia será mejor recordada. Y, por supuesto, el sistema de recompensa ayuda mucho.

Este es el motivo de nuestra posible inseguridad y rechazo ante las nuevas experiencias. Aquello que nos resulta familiar nos provoca mayor seguridad y confianza para volverlo a repetir. Por ello, si queremos introducir algo nuevo en el grupo, es recomendable combinarlo con algo familiar.

Resumiendo, para mantener un grupo sólido y motivado es importante cuidar estos 4 sistemas.

  • Fomentar esas pequeñas acciones que potencian la aparición de neurotransmisores en nuestro sistema de recompensa.
  • Provocar el trabajo cooperativo y las relaciones entre compañeros/as.
  • Anclar experiencias positivas y gratificantes en el grupo.
  • Todo ello favorecerá diferentes tomas de decisiones que beneficiarán al grupo y lo harán crecer de forma holística.

¡Recomendación!

  • Haz una lista de pequeñas acciones.
  • Utiliza una tabla con los días del mes.
  • Comprométete y chequea los días que realizas esas acciones.
  • Crea el hábito y reflexiona sobre los resultados obtenidos.

José Vicente Vivo
Director de banda
Maestro en Educación Musical,
y Coach Educativo.
www.josevivo.es
@josevi.vivo

Fuentes: Temario del Máster de Neurocoaching Educativo de la Escuela Internacional de Neuroeducación y Coaching EINEC.

WBDI (Women Band Directors International), se complace anunciar que nuevamente ofrecen 5 becas para mujeres universitarias que planean seguir una carrera como directoras de banda.

Estas están abiertas a todas las estudiantes de colegio / universidad / conservatorio que se identifiquen como mujeres y estén inscritas en un programa de música con la intención de convertirse en directoras de banda.

Las solicitudes están abiertas ahora y se pueden completar aquí: https://womenbanddirectors.org/

Las solicitudes vencen el 1 de diciembre de 2020. Todos los materiales deben cargarse en el portal de solicitudes para ser considerados. Envíe esta información a todas y cada una de las mujeres que lo merezcan en su programa de música.

Si tiene alguna pregunta, por favor diríjame a mí, el presidente de la beca:

Shannon Shaker

smshaker@frostburg.edu

Fuente y publicado en

Que las sociedades musicales valencianas son también un motor de desarrollo económico en la Comunitat Valenciana es algo totalmente aceptado, sobre todo a partir de los trabajos e investigaciones del profesor Pau Rausell, que ha analizado con rigor y acierto este fenómeno. A los increíbles beneficios educativos, culturales y sociales que aportan estas entidades tan singulares, añadamos otro más: la prosperidad económica y la empleabilidad de los músicos valencianos.

La realidad se muestra ante nuestros ojos meridianamente clara. El primer elemento de profesionalidad que nuestras sociedades musicales incorporaron fue la figura del maestro/director. Las referencias a la remuneración de estos profesionales aparecen desde el mismo momento en que surgieron las sociedades musicales allá por el siglo XIX. O bien un músico más aventajado o bien recurriendo a la contratación de alguien externo, se ha  remunerado siempre, más o menos, a un director. El hecho es que, en la actualidad, tenemos más de 500 profesionales obteniendo ingresos importantes por su labor al frente de la dirección artística de las sociedades musicales. Es difícil encontrar un territorio donde las oportunidades para estos profesionales sean tan grandes. Y estos ingresos no proceden directamente de las arcas públicas.

Siguiendo con este análisis, las sociedades musicales buscan la excelencia y la calidad de sus directores musicales conscientes de lo mucho que hay en juego. Son mano de obra altamente cualificada que tienen importantes responsabilidades. Se acepta que deben tener una importante remuneración, algo que no han conseguido, por ejemplo, los directores de las escuelas de música. Pero esto es otra historia.

Durante bastante tiempo, la mayoría de estos directores no han tenido una formación específica, muy pocos han cursado y obtenido la titulación de Dirección. Su formación había sido autodidacta, comenzaron dirigiendo bandas modestas, adquiriendo experiencia, prestigio y obteniendo sobre todo resultados. Los triunfos en los certámenes competitivos eran la credencial más importante para seguir mejorando el estatus. A todo ello ayudó y ayuda la categorización de nuestras sociedades musicales en función de la cantidad de plazas de músicos y la asignación a las diferentes categorías de los certámenes. Una estratificación que visualiza claramente una carrera vertical para nuestros magníficos directores. Así, un director de la Sección de Honor (o sea Llíria, Cullera, Buñol y algunas más) será de una gran categoría, por norma general. Los directores que empiezan deberán dirigir bandas de música de categorías inferiores. ¡Qué sistema más natural, espontáneo y tremendamente efectivo hemos creado, casi sin darnos cuenta! Los milagros siempre aparecen cuando se trata de nuestras sociedades musicales.

Muchos de los grandes directores valencianos se iniciaron profesionalmente trencant la mà con nuestras bandas. Nombres como los directores de la Banda Municipal de Valencia Pablo Sánchez Torrella, Rafael Sanz Espert y afamados directores de orquesta como Manuel Galduf, García Navarro, Cristóbal Soler, Álvaro Albiach, etc. tuvieron en nuestras bandas magníficas plataformas para el aprendizaje práctico de su profesión. Empezaron por las bandas más modestas, continuaron con las más “importantes” para posteriormente dar el salto a la profesionalización. Esto lo hacen en Alemania o en Venezuela y todavía no habríamos parado de aplaudirles, pero lo hacemos aquí y todo parece muy natural, como si no costara nada. ¡Ya sabemos cómo somos!

Durante mucho tiempo, estos directores eran a su vez profesionales de bandas, orquestas y conservatorios que, pluriempleados, obtenían unos ingresos extra. Otros, por el contrario, dirigían varias bandas más modestas lo que les permitía vivir con cierta solvencia. En definitiva, todo un nicho de empleabilidad muy importante.

Pero jamás hicimos nada para formar adecuadamente a estos profesionales ni siquiera ajustar sus competencias a las necesidades de los empleadores (los responsables de las sociedades musicales). Incomprensiblemente, nuestros conservatorios públicos jamás han incorporado estudios reglados de dirección de banda. Ni nadie hemos diseñado itinerarios formativos que enseñen a estos directores, no solo la técnica general de dirección, sino también a sacar el máximo rendimiento trabajando con voluntarios, a dirigir y coordinar una escuela de música, a entender el funcionamiento de una sociedad musical. En resumen, a ejercer con excelencia y éxito la dirección musical de nuestras sociedades musicales.

Y la verdad es que nos hemos regulado bastante bien, aunque el modelo admite importantes mejoras. Nos encontramos ante otra historia clara de éxito: la formación de magníficos profesionales de la dirección que tuvieron en nuestras modestas sociedades musicales una oportunidad de prepararse de manera intuitiva pero tremendamente práctica.

Ha llegado la hora de que mejoremos esta situación, de que articulemos importantes acciones de formación colaborando todos juntos y potenciando el modelo. Si formamos mejor a estos directores, los auténticos líderes de nuestras sociedades, mejorarán nuestros proyectos, la calidad artística de nuestras agrupaciones, el clima organizativo, etc. Y también evitaremos conflictos. No nos engañemos, cuando el maestro no actúa bien, la fricción de poder con la junta directiva o con los mismos músicos origina la crisis del proyecto y la división. Por ello, hay mucho en juego.

En definitiva, los músicos valencianos tienen, en el ámbito de la dirección, una magnífica oportunidad para desarrollar una carrera profesional sostenible, bien remunerada y con importantes alicientes de prestigio y de promoción personal. El carisma de muchos ellos les acaba convirtiendo en auténticos mitos en algunos casos. Pregunten en Llíria por los maestros Malato y Varela, o en Benaguasil por el maestro Peñarrocha, o en Manises por el maestro Micó. La lista es interminable.

Formemos a estos profesionales de manera adecuada y tomemos conciencia todos de la oportunidad de desarrollo y de empleabilidad que esto representa en nuestra Comunitat y  en toda España. ¿No es maravilloso?

Manuel Tomás Ludeña

La Verdad/FedBandasMurcia, Jueves, 3 octubre 2019

Hace ya un tiempo vio la luz mi libro sobre El Oficio de Director de Banda, del cual a continuación realizo una breve síntesis con el objetivo de promover la reflexión del lector.

Director es el que guía, el que concierta el grupo. Es la persona a cuyo cargo está la dirección de algo.

En esta definición de lo que es esencialmente un director se debe tener en cuenta de que “el hábito no hace al monje”, por lo que el estar al frente de una agrupación musical no hace por sí sólo de uno un maestro.

El oficio de maestro (lerena dixit) se relaciona con el conocimiento práctico puesto que oficio procede del latín opus (trabajo) y facio (hacer), por eso los oficios se aprenden haciendo, practicando, mientras que a la profesión se accede mediante unas cualificaciones académicas. Es consabido que maestro es alguien que sabe, alguien que domina un arte; no, sin más, alguien que vive de ejercer la enseñanza.

En el proceso de nuestra formación musical como Director, hemos tenido que estudiar, ensayar y dirigir muchas obras de numerosos compositores, muy variados géneros y formas musicales escritas tanto para orquestas de cámara, sinfónicas, como para bandas de diferentes conformaciones y tamaños. No obstante, en ninguna ocasión hemos visto colocar una nota o advertencia del autor que señale o discrimine: …la siguiente obra debe ser dirigida por un director de orquesta…o por un director de banda. En otras palabras, las obras han sido concebidas para muy variadas combinaciones instrumentales. Su estudio, montaje y presentación requieren en todo caso de un profundo proceso de análisis y un conocimiento y destreza profesional que ocupa y exige la preparación y capacitación de cualquier director que se forme para desempeñarse como tal.

La especialización como director de banda, de orquesta o de coro, viene determinada más por cómo es el repertorio que interpretamos o las tareas que día a día realizamos, que por la diferencia del empleo de la técnica de dirección entre una u otra agrupación. Un director debe estar preparado para dirigir a cualquier agrupación musical o vocal tanto amateur como profesional.

Esta formación suele adquirirse en los conservatorios, centros, cursos, etc. Adicionalmente, debemos agregar algo de magia y taumaturgia que establecerán las diferencias entre uno y otro director; pero, hasta ahora, esta materia no forma parte de ningún pensum… es el resultado de ese magnetismo particular y liderazgo personal que puede o no tenerse.

¿Cómo se aprende a dirigir?, es una pregunta frecuente que nos conduce a una reflexión profunda. En el mundo de las bandas se contesta al respecto y habitualmente: a fuerza de práctica.

En estos casos y si el aspirante a director no tiene preparación técnica alguna, hará víctima de su inexperiencia al público, a la banda y al compositor, para adquirir la técnica del oficio “a fuerza de práctica” en un período de antiartística actividad al frente de la agrupación.

Del mismo modo que un instrumentista, el director deberá de alcanzar la técnica de su instrumento antes de atreverse a presentar en público. Ha de formarse técnicamente en un instrumento que no posee, por lo que a parte de su estudio individual le convendrá realizar prácticas de dirección con estas agrupaciones.

Habitualmente se cree que para dirigir a agrupaciones infantiles y juveniles no hace falta estar preparado técnicamente, sólo con tener conocimientos globales es suficiente. Los grandes maestros no opinan lo mismo. El director de bandas infantiles o juveniles tiene que estar más preparado si cabe que el de otras agrupaciones musicales. Y es que la técnica debe de ir acompañada de psicopedagogía, siendo el director un educador musical que ha de conocer en profundidad las características y funcionamiento de todos los instrumentos de su agrupación; además de poseer una completa formación pedagógica para trabajar con niños.

Nuestro instrumento es un conjunto de individuos, un instrumento viviente. En el oficio tendremos que afrontar cuestiones no sólo relacionadas con la música en sí; sino también en lo referente a las relaciones humanas.

El Maestro de banda tiene que estar preparado tanto técnica como humanamente para trabajar con su grupo. Dentro de este perfil, tiene que ser un músico integral con una buena preparación tanto como director, intérprete, arreglista/orquestador, gestor cultural y psicopedagogo. Deberá conocer la historia de las bandas, de su propio repertorio, así como contar con una buena formación auditiva y una capacidad de análisis desarrollada y aplicable a toda la música. Lo más importante de su persona es que cuente con vocación, con aptitud y con actitud por el oficio a desenvolver.

En las bandas amateur, la labor del director debiera de ser la de un educador tanto de las nuevas generaciones como de las comunidades de adultos. Esta labor es de una gran responsabilidad e incumbiera estar en permanente interlocución con las autoridades municipales y regionales, para su fortalecimiento y apoyo en las políticas culturales. El director no sólo debe poseer una buena pedagogía, sino que ha de desarrollar unas pautas psicológicas y sociales de conexión con su entorno.

Al director corresponde el fomentar la creatividad del grupo, pero de una manera individualizada; desarrollando en los jóvenes y a través de la música su propia personalidad que los lleve a conocerse y expresarse con independencia. Esta formación cuidada y personalizada debe de ser ética y respetuosa. Ejerce de pedagogo y debe de ser creativo y capaz de individualizar los procesos de aprendizaje, disponiéndolos en una metodología grupal. Deberá además de construir su propio proyecto y método de enseñanza, sin repetir o copiar fórmulas. Cada escuela-banda que no pertenezca a un Plan Nacional, será diferente de las demás siendo las variables las que condicionan el medio.

Los nuevos proyectos a constituir en las escuelas aparte de musicales, han de ser educativos, culturales y sociales; teniendo como objetivos principales el educar desde la música, acercarla a la sociedad y transformar a través de la misma el entorno de los jóvenes músicos del municipio. El nuevo proyecto educativo y social que se ponga en funcionamiento debe de contemplar todos los puntos y factores que influyan en la educación del niño. Así mismo debe ser la combinación de una calidad artística con una profunda convicción ética, desde la confianza en el valor educativo de la música para la dignidad del ser humano.

La idea de enseñanza y pedagogía del maestro se basará en lo que es una banda en sí: un equipo. Por eso desde el comienzo los niños deben de tocar juntos en un colectivo. Las prácticas en conjunto son la mejor herramienta para la integración social y la más motivante para el estudio de los jóvenes.

El director deberá orientar parte de sus esfuerzos en buscar el apoyo de las políticas y los programas culturales de la administración municipal, tendientes a valorizar el papel de la música en el desarrollo del individuo y la vida social.

Estos factores se deben tener en cuenta anteriormente al trabajo humano y musical que vamos a desempeñar con nuestro instrumento. Nuestros objetivos deben ser claros y precisos, marcándonos unas metas reales a alcanzar.

El no afrontar nuestra propia realidad y la de nuestro entorno nos conducirá al fracaso. Aparecerán pronto las frustraciones dadas bien por impotencia, incapacidad o desmotivación, al no alcanzar nuestras pretensiones.

Este mal lo padecen todo tipo de profesores que programan un repertorio únicamente para lucirse, no sentirse frustrados o para compararse con otros compañeros; pudiendo entonces decir orgullosos que yo dirigí la sinfonía de…

Tarea compleja la que desarrollan los directores de nuestras bandas. Ante las adversidades debemos de ser más profesionales si cabe en nuestro trabajo, tener mucho oficio y para llegar a ser maestros contar con una gran aptitud, actitud y vocación por nuestro ¿oficio, profesión?

Por Carlos Diéguez Beltrán,
Director de la Escuela Municipal de Música de Ortigueira (Galicia).
Presidente de la Asociación Nacional de Directores de Banda.

Nació en Napoli en 1964. A la edad de nueve años fue galardonado con medalla de Plata en un Concurso Pianístico de Nivel Nacional mediante la presentación de composiciones propias.

Inicio su carrera concertista a los diez años comprometido en recitales y conciertos que aún hoy se pueden apreciar en diversos países Europeos.

En 1979 obtuvo el diploma de Idoneidad en M. Direttore Instrumental de Banda y al mismo tiempo en el Curso Inferior de Composición en el Conservatorio de Parma. Se formó en Ejercitación Coral con el M. Romano Gandolfi ( Maestro del Coro en el Teatro a La Scala en Milano y en el Teatro Real de Madrid ) y dirigió numerosos Coros Polifónicos en Italia y en el exterior. Estudió pianoforte con Roberto Stefanoni, Roberto Cappello y Giuseppe Massaglia graduándose después de seis años de estudio y obteniendo el máxima puntuación.

Continuó cursos de Alto Perfeccionamiento Pianístico en Italia y Francia con los Maestros Giuseppe Massaglia y Arturo Benedetti Michelangeli.

Maestro acompañante y preparador de cantantes líricos y comprometido en la formación de conjuntos de Cámara, así mismo, colabora permanentemente con artistas del Coro, del Teatro, de la Ópera y de la Academia Nacional de Santa Cecilia de Roma.

Fundador del Coro Polifonico Multietnico «Daniele Manin», con el cuál se presentó ante el Presidente de la República y Su Santidad Benedetto XVI° en colaboración de la Fundación Italo-chinese «Inphinito» de Roma y ante las más altas autoridades del estado en numerosas ocasiones.

Fundador y Presidente, aunque Director Artístico, de la Academia Nacional de la Canción Napoletana y de la Ópera, con sede en Roma y patrocinada por el Ministerio de la Educación de la Universidad e investigación, Galardonado con la Medalla de oro como premio «Foyer des Artistes»1993 por la Dirección de la Orquesta. Ha compuesto música de cámara y Sonatas para Piano y La corriente crítica lo llama «el improvisadores más brillantes de nuestro tiempo».

Director Artistico del concurso Internacional Pianístico «Città di Anzio».

Fundador y Director Artístico del concurso lírico Internacional «Città di Sermoneta»(LT) y Profesor de los cursos Ministeriales de Diferenciación didáctica en los Metodos Montessori y Froebel.

Fundador y Director Artistico estable de la Filarmonica Straussiana Italiana, de la StraussOperettEnsemble y de la Smile Quartet.

Es suyo el proyecto para dirigir el Coro y la Orquesta Ritmico-sinfonica Juvenil del Ministerio de Educación, Universidad e investigación, formada de 120 jóvenes entre los 10 y 20 años, provenientes de toda Italia aprobado por los Ministros de Educación. Carlo también dirigió las dos orquestas juveniles más importantes de los Estados Unidos: la «Concordia Wind Symphony Orchestra» y la «Los Gatos». Particularmente experto en la aplicación de la informatica a la música, ha Colaborado como arreglista en producciones de nivel internacional. Compuso bandas sonoras para Películas, documentales, y espectáculos teatrales.

Ha practicado el jazz y en particular modo, el blues y el swing, en los Estados Unidos. Ha grabado para PRODIT Discografía.

Entre las actuaciones más recientes están la Dirección de la Orquesta Sinfónica de Roma y de Lazio y la dirección del Concierto de la noche en los Museos de Roma en mayo 2009. Realizó una gira en los Estados Unidos en calidad de Pianista Concertista y M. Acompañante al Pianoforte de tres Tenores Italianos. El Coro y Orquesta del Ministerio de la Educación y el Coro Polifónico Multi-etnico del cual fue Fundador y lo dirigió hasta el mes de junio de 2010 participando permanentemente en las manifestaciones Nacionales e Internacionales más importantes a menudo como únicos representante de Italia, como en el Festival Internazional del Arte de Tjianjin, en julio 2009 en China y recientemente presentado en la Embajada de China en Roma con ocasión del Año Nuevo. Muy recientes 3 de sus conciertos en Madrid, uno en la Escuela Superior de Canto. Tanto como solista y como acompañante de piano maestro pianista con la soprano Mónica Luz y una conferencia sobre Dante y Música en el Teatro Tor Bella Monaca, en Roma. Carlo Monticelli Cuggiò es uno de los principales exponentes de la improvisación e nel piano y de la música americana de los años 50 y 60 y es considerado el Director d ‘Orquesta más preparado en el Directorio Europeo de Famigia Strauss d’ en Austria y ‘Operetta.

El Presidente del Concurso Internacional EPTA ITALY ROMA, pianista de fama Marcella Crudeli, lo llevó como miembro del Jurado, en ‘2015 y 2016 edición, junto a nombres de prestigio como Sergio Calligaris.

En el 29 de abril 2018 Carlo recibe el Mozart Arward de el Stiftung Mozarteum de Salisburgo para la A.M.I. ( Associacion Mozart de Italia)

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