Revista Diapasón

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La historia de la música ha invisibilizado la presencia de las compositoras, que han compartido espacio y tiempo con los grandes artistas que conocemos en el presente.

Las mujeres no lo han tenido fácil para poder desarrollar una carrera profesional en la música, y más aún en especialidades como la composición, que se ubica en el ámbito de la creación, reservada en exclusividad para los hombres.

Escrito en diapason – 18 noviembre, 2021

Por ello, la historiografía ha borrado de los libros, o más bien ni siquiera ha escrito, la presencia de las mujeres que, gracias al contexto familiar, personal, geográfico y/o político han tenido la oportunidad y han luchado por hacerse un hueco en el espacio cultural de su existencia.  Este es el caso de la excelente compositora Marianna Von Martinez, reconocida en su época por su talento, su extraordinaria ética y su diligencia, contemporánea de Mozart, Haydn y el poeta Pietro Metastasio, que tuvo la fortuna de crecer y educarse en un ambiente ilustrado que potenció su talento y le dio alas para desarrollar una vida profesional alrededor de la música, rodeada de los artistas más reconocidos de Viena y sus visitantes.

Sonata para teclado nº 3 en La M

Nicolás Martínez, español exiliado en Nápoles tras la guerra de sucesión española se afincó en Viena en 1730, ejerciendo de maestro de ceremonias del nuncio papal. Allí se casó con Maria Theresia, de origen alemán y 24 años menor que él, con quien tuvo trece hijos, de los que seis llegaron a edad adulta y fueron educados en el pensamiento ilustrado. La quinta de estos seis era Marianna Martínez, nacida el 4 de mayo de 1744. Nacer y residir en la culta ciudad de Viena, centro del Imperio, cuna musical de Mozart, Haydn y Beethoven, fue uno de los factores que le propiciaron las posibilidades de vivir por y para la música.

Por otro lado, la residencia de Martínez constituyó una gran oportunidad para el desarrollo artístico de Marianna, pues la antigua casa Michaerlerhaus hizo coincidir en el tiempo y el espacio a Marianna, Metastasio y J. Haydn, contribuyendo al desarrollo y proyección de la compositora. La familia Martínez ocupaba el tercer piso de la Michaelerhaus, en esta misma planta, se alojó el poeta y famoso libretista Metastasio, que había sido nombrado poeta imperial.  La profunda amistad que se creó entre ambos tuvo sus consecuencias en el desarrollo de Mariana, al tomar este la decisión de ejercer el papel de mecenas y mentor de la pequeña, a la que llamaba mi Santa Cecilia. Adoptándola como un proyecto artístico, contactó con Niccolò Porpora para que le impartiera clases de canto y composición e influyó para que también contribuyeran a la educación musical de Mariana Giuseppe Bonno y Johann Adolf Hasse. Este último comentaba que la cantidad de horas que Mariana dedicaba a la composición le perjudicaba la voz en el canto por la posición de la cabeza inclinada hacia la partitura. Mariana era considerada una niña prodigio, que no se conformaba con la interpretación musical, estudiando concienzudamente para convertirse en una gran compositora. Así mismo, el compositor Joseph Haydn, instalado en el último piso de la casa de los Martínez tras ser despedido del Coro de San Esteban, contribuyó a su formación musical impartiendo clases de clave, así como de composición, a cambio de estancia y manutención. Haydn llamaba a Marianna la pequeña española y su amistad duró el resto de sus vidas.

Metastasio estuvo presente en la vida de la compositora hasta su fallecimiento, aconsejándola y apoyándola constantemente. Charles Burney describe a Martínez como el “alter idem” de Metastasio. Así mismo, Charles Burney, a su paso por Viena la describe “recibida por los asistentes con enorme respeto” y, tras pedirle la interpretación de una obra valoró “su actuación superó, en verdad, todas mis expectativas. Cantó dos arias compuestas por ella misma sobre poemas de Metastasio acompañándose al clavecín de manera juiciosa y magistral”, a lo que sigue un aprecio por su técnica al instrumento, la voz y “un dominio extraordinario del contrapunto”.

Desde el punto de vista político, la emperatriz María Teresa de Austria vivió durante los primeros 36 años de vida de Marianna y esto favoreció a la compositora, pues alentó su proyección artística dado que, para la emperatriz, una mujer no dañaba la imagen pública del reinado, lo cual favorecía su aparición en público y la posibilidad de presentar sus composiciones. De este modo, se convirtió en una joven intérprete famosa en su tiempo reconocida por la corte, siendo una de las favoritas de la emperatriz, que la reclamaba frecuentemente para actuar frente a ella. Su manera de tocar el clave fue comparada con la de C. Ph. E. Bach y su interpretación vocal y su composición era apreciada por sus difíciles saltos, su ornamentación, la imaginación melódica y su exquisito uso del contrapunto.

Como Francesca Caccini y Barbara Strozzi, se dedicó paralelamente a la interpretación y la composición.

A los 16 años compuso la Misa en Do para la Misa Mayor en el día de San Miguel, en la que fue reconocida como una de las compositoras más preparadas de su tiempo. En la década de 1760 y 1770 compuso misas, conciertos, sonatas para teclado -de las 31 que compuso sólo se han conservado tres-, arias italianas y cantatas. Destacan la Obertura en Do M, llamada sinfonía al contener tres movimientos, compuesta en 1770, de estilo galante, con algunos elementos expresivos que se pueden ubicar en el empfindsamkeit, la Cantata La Tempesta y el Miserere mei Deus, adaptación musical de salmos para coro, solistas y bajo continuo. Como era costumbre en la época, se dudaba de las capacidades creadoras de las mujeres, por lo que ciertas voces cuestionaban la capacidad de conseguir logros de una persona de esa edad y sexo, planteando que su obra era compuesta realmente por un hombre, lo cual refleja la calidad de su obra.

Obertura/Sinfonía en Do M

Colaboró con el poeta Saverio Mattei, que la buscó tras el fallecimiento de J.A. Hasse sobre 1770. Su colaboración dio de sí obras que fueron interpretadas en Nápoles en Cuaresma, como el Miserere interpretado a inicios de abril de 1772. María Carolina de Austria, reina de Nápoles, quedó encantada con Marianna. Se conservan en Nápoles la Selección de arias compuestas para el deleite de Su Majestad de Marianna Martines. Mattei decía de Martines: “metempsícoris divina nos ha dado en la señora Marianna, si se me permite decirlo de este modo, a la hermana de Moisés”. Marianna fue invitada a viajar Nápoles, mas no acudió a la tierra natal de Mattei, con lo que finalizó la colaboración entre ambos.

Su educación fue, por lo tanto, exquisita, participando de la vida artística vienesa, como las veladas musicales en la casa veraniega de los Ployer, donde compartía con personalidades como Leopold Mozart, W. A. Mozart, Haydn, Albrechtberger y Josef Weigl. Uno de sus grandes reconocimientos fue ser admitida, por unanimidad, como miembro de la Academia Filarmónica de Bolonia como miembro de honor, en 1773, con el título Accademia filarmónica Onorata, siendo citada como “su aliento genial, la nobleza de la expresión y la asombrosa precisión de sus composiciones”. Fue la primera mujer, tras 108 años de existencia de la entidad, en ser admitida, siendo reconocida como un símbolo de la superioridad alemana. La Gaceta di Bolognna escribe: “¡Y qué raro y especial honor se rinde aquí al bello sexo, que ahora cuenta entre sus miembros a una mujer a quien tantas ciudades tienen razón para envidiar!”. Marianna escribió para la Academia la adaptación del Dixit Dominus, salmo 109, ante el que la Academia expresó el asombro de la belleza, ingenio y nobleza de expresión, sin embargo, no se interpretó la obra por la renuncia de Marianna de viajar al estreno de su obra.

Retrato: Anton von Marons (pintor de la emperatriz María Teresa). El pie del cuadro indica: Maria anna Martines. Pupila de Pierto Metastasio, nacida en Viena, el cuatro día antes de las nonas de mayo, 1744, [miembro] de la Sociedad Académica Filarmónica.

Coincide en el tiempo su ingreso en la academia con el ascenso social de sus hermanos, nombrados Caballeros, lo cual la ubicó en aristocracia, pasando a llamarse Marianna Von Martinez. Otro gran reconocimiento que obtuvo fue el haber sido nombrada Doctora honoris causa por la Universidad de Pavia por su contribución al mundo de la música.

La composición, relativamente aceptada en las mujeres, abarcaba plantillas de pequeño formato como sonatas a solo, arias, o pequeñas agrupaciones de cámara, aceptándose el clave, el arpa, o la voz y rechazándose los instrumentos de viento y de la percusión y las agrupaciones de gran formato. En ese momento, el acceso al teatro -ópera- estaba vetado a las mujeres que ejercían la composición, por lo que Marianna, en su afán de escribir obras que exigen de una gran plantilla, abordó otros géneros musicales como oratorios, misas y oberturas.

En marzo de 1782 la Tonkünstler-Societät de Viena ofreció la interpretación del ambicioso Oratorio Isacco figura del Redentore, cuyo texto pertenece a Metastasio, en el Kärtnertotheater, en Viena. La plantilla reunía a una orquesta compuesta por la cuerda, oboes, flautas, fagotes, trompetas, trompas y timbales, más un coro de unas doscientas personas. El estreno estaba acompañado de la interpretación de obras de J. Haydn, W.A. Mozart, L. Beethoven y G. F. Haendl.

Otras obras de gran formato son In exitu Israel para solistas, coro y orquesta, Psalm 112 para coro y orquesta y los Tres Conciertos para clave y orquesta en Do M, en La M y en Sol M.

Tras la muerte de sus padres y el fallecimiento de Metastasio, en 1782 hubo una serie de cambios en su actividad musical. El poeta, que siempre había prestado su ayuda a la familia, contribuyendo a su ascenso social, dejó su herencia a la familia Martínez, incluyendo dinero, su clavecín y sus partituras. Con la comodidad económica que se encontraron, Marianna y su hermana convirtieron su hogar, junto a sus hermanos y ubicado en un núcleo frecuentado por la élite, en lugar de reunión para artistas de la época, con veladas semanales de gran afluencia de personalidades, que se hicieron famosas en Viena. Esto generó para ellas una importante vida social vienesa en las que participaban músicos como Mozart, Haydn y el joven Beethoven. En estas veladas Mariana, dama soltera que contaba ya con 40 años, maestra de ceremonias de los conciertos que organizaba, participaba como intérprete y tocaba frecuentemente a cuatro manos con W. A. Mozart: el tenor Michel J. Kelly, que estaba muy impresionado por la musicalidad vienesa, afirmó haber visto tocar a Mariana junto con Mozart una sonata del compositor al piano a cuatro manos.

En 1790 fundó en su casa una escuela de canto “para su entretenimiento y por amor al arte” de la que salieron grandes voces del momento. El calendario de la vida artística de Viena y Praga de 1796 menciona a Mariana “ha compuesto misas y muchas arias que están muy cerca del estilo musical de Jommelli. Es una gran ayuda para la vida musical de Viena”

Mariana falleció en Viena a los 68 años de edad, el 13 de diciembre de 1812, en su propia casa habiendo sido la compositora más prolífica en Viena, con más de doscientas obras en su haber, pero pagó caro su prudencia y el no haber salido de Viena, en un momento en que los músicos viajaban a Londres, Praga, Milán y París para proyectar y desarrollar su arte, quedando en el olvido. No ayudó su conservadurismo, su respeto por las normas del decoro de la época, y su extrema precaución en aceptar las imposiciones de su contexto social. A pesar del éxito y la calidad de sus veladas musicales, este tipo de encuentros musicales pasaron desapercibidos para la historia de la música, y, con ello, la figura de Marianna Von Martinez. Otro elemento que no pasa desapercibido es que, aunque obtuvo reconocimiento como compositora, ninguna de sus obras fue publicada en vida. Hoy en día las obras que se conservan se hallan en los archivos de Munich, Bolonia, Berlín y Viena.

Dixit Dominus

Bibliografía/Webgrafía

Beer, Anna (2019) Armonías y suaves cantos. Barcelona, Acantilado

Rice, John (2013) La música en el siglo XVIII. Madrid, Akal

Capdepón Verdú, Paulino. Mariana de Martínez https://dbe.rah.es/biografias/31966/mariana-de-martinez

Marianne von Martinez http://www.revistadeartes.com.ar/xiv-mujeres-comp.html

Mariana Martínez, una hispana en el reino de Mozart https://elpais.com/diario/2003/11/01/babelia/1067645180_850215.html

Banco de partituras https://imslp.org/wiki/Category:Martinez,_Marianne

Silvia Olivero Anarte.

En esta ocasión vamos a hablar acerca de Bartolomé Pérez Casas, sin duda alguna importantísimo y reconocido músico, compositor y director de orquesta proveniente de nuestra Región de Murcia.

Escrito en diapason – 11 noviembre, 2021

Nació en Lorca en el seno de una familia humilde en el año 1873 y a muy temprana edad comenzó a dar sus primeros pasos en la música de la mano de dos de sus familiares: su abuelo, Juan Casas, y su tío, José María Casas. Estos contaban ya con una trayectoria y un rol musical relevantes en Lorca. De hecho, su abuelo fue director de la banda de la Hermandad de Labradores y en 1854 cumplió su objetivo de que la agrupación que dirigía pasase a ser banda municipal, coexistiendo esta agrupación con otras en ese momento en la ciudad.

Con tan solo 9 años Bartolomé ya formaba parte de la banda de Lorca con el requinto. Unos años más tarde su tío José María, consciente de las facilidades que presentaba su sobrino para la música, lo alentó para que se trasladara a Madrid a estudiar en el conservatorio. Poco después, en 1890, regresó a la Región de Murcia para cubrir una plaza de requinto en la Banda de Música del Tercer Regimiento de Infantería de Marina, en la portuaria ciudad de Cartagena, donde también contrajo matrimonio con Angelita Ros Castelo. Debido a sus deberes castrenses y mientras estos se prolongaron en el tiempo, Pérez Casas no pudo continuar presencialmente en el conservatorio, por lo que se vio obligado a estudiar por correspondencia y de manera, además, autodidacta tanto Armonía como Composición con los profesores Cantó y Felipe Pedrell respectivamente. Será más tarde cuando tendrá la oportunidad de completar sus estudios superiores en el Conservatorio de Madrid.

En 1893 ganó por oposición la plaza de Músico Mayor en la Banda del Regimiento de Infantería de España nº48, lugar en el que estudió, de manera teórica y práctica, las peculiaridades y posibilidades que ofrecían los instrumentos de viento y de percusión que conformaban una banda militar. Los conocimientos adquiridos por Bartolomé durante esta etapa lo condujeron en 1897, superando con gran brillantez el proceso de las oposiciones, a alcanzar el puesto de director de música del Real Cuerpo de Alabarderos, formación que superó su nivel artístico bajo su batuta. Fue a partir de 1901 cuando comenzó a compatibilizar este trabajo con su labor de intérprete como violín 2º en la Orquesta del Teatro Real de Madrid.

Por otro lado, siguiendo la línea cronológica de su vida, cabe destacar que entre 1902 y 1903 compuso un Cuarteto en Re Menor con piano, la cual se estrenó en el Teatro de la Comedia. Pero fue en 1904 cuando fue galardonado por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, junto a La vida breve de Manuel de Falla, por su suite murciana de carácter sinfónico titulada A mi tierra. Como se puede deducir de su título, dedicó su creación a Lorca, su tierra natal, y, según entendidos musicólogos, está enmarcada como una de las más grandes obras del nacionalismo español.

Fue en el año 1908 cuando, coincidiendo con la fundación que llevó a cabo de la Sociedad de Instrumentos de Viento, el rey Alfonso XII le encargó la instrumentación y armonización oficial de la Marcha Real, declarada como Himno Nacional de España por Decreto de 17 de julio de 1942, la cual se ha mantenido vigente hasta 1997. Según parece, la primera grabación de su instrumentación fue dirigida por él mismo e interpretada por la Banda de Música del Regimiento de Infantería Wad-Ras nº.53. A partir del Real Decreto del 10 de octubre de 1997, momento en que el Reino de España adquirió los derechos de autor de la Marcha Real (hasta ese momento pertenecían a los herederos de Pérez Casas), la versión sinfónica oficial pasó a ser la realizada por Francisco Grau, que es la que perdura hasta nuestros días.

En 1911 decidió solicitar su baja en el ejército para dedicarse a la docencia en el Real Conservatorio Superior de Madrid tras obtener plaza por oposición como catedrático de Armonía. Allí impartió clases hasta su jubilación a distinguidos músicos como Adolfo Salazar y Victorino Echevarría (antiguo director de la Banda Municipal de Madrid), entre otros.

En 1915 fundó y dirigió la Orquesta Filarmónica de Madrid, formada por profesores y músicos de la Banda de Alabarderos, cuyo objetivo era difundir y fomentar la música sinfónica. Tanto fue así que los conciertos que realizaron fueron los primeros de música sinfónica retransmitidos a través de la radio, en los que sonaban composiciones del momento como La Mer y La Valse de Debussy o el famoso Bolero de Ravel.

En 1925 la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando lo nombró Académico Numerario, cuyo discurso de ingreso trató sobre el tema “Los conciertos como signo de cultura musical en los pueblos”.

En el año 1938 fue nombrado director de la Orquesta Nacional de España y ocho años más tarde fue designado comisario general de la Música en el Ministerio de Educación Nacional, puesto que ocupó hasta el momento de su muerte en 1956.

Su ciudad natal condecoró a este lorquino ilustre con el nombramiento de Hijo Predilecto de la localidad. Además, una calle de la ciudad porta su nombre junto a una escultura que le rinde homenaje, así como un instituto de Educación Secundaria recibe también el nombre de tan grande músico.

Así, podemos afirmar a viva voz que Bartolomé Pérez Casas fue uno de los músicos murcianos más admirados en todos los círculos culturales de la época e indudablemente una de las figuras más importantes de todo el siglo XX.

José Luis Palao Azorín.

 

A continuación, a través de este enlace, pueden acceder al catálogo de obras de Bartolomé Pérez Casas en la página de la Biblioteca Nacional de España:

https://datos.bne.es/persona/XX1024688.html

Webgrafía:

  • Real Academia de la Historia:

https://dbe.rah.es/biografias/5379/bartolome-perez-casas

  • Región de Murcia digital:

https://www.regmurcia.com/servlet/s.Sl?sit=a,82,c,373,m,1935&r=ReP-2248-DETALLE_REPORTAJESPADRE

https://www.regmurcia.com/servlet/s.Sl?sit=a,64,c,373,m,1871&r=ReP-27451-DETALLE_REPORTAJESPADRE

Hay cientos de temas sobre los que se puede escribir en torno a la música, pero creo que todos pueden esperar su turno en mi bandeja de salida, la actualidad manda.

Escrito en diapason – 4 noviembre, 2021

Estaréis cansados de la palabra pandemia, pero un poco de paciencia y esto ya sólo habrá sido una maldita pesadilla en nuestro pasado, pero hasta que esto pase, el cuerpo me pide dedicarle mi pequeño homenaje al músico en general, castigado duramente por esta situación.

Pero tampoco me apetece quedarme en la superficie, reflexionando sobre los problemas económicos que acarrea no poder trabajar, ya que esto ha castigado a muchos sectores, prefiero profundizar en la mente del músico.

Me siento autorizado por que tengo un pie dentro y otro fuera, quiero decir que soy un simple alumno de guitarra, principiante, pero tengo la perspectiva adecuada para poder entender ciertas cosas y la vez alucinar con otras, los que ya son músicos no lo perciben, ya lo tienen interiorizado y los que no, menos todavía.

Hablo de la dificultad de la música, a ver si me explico; Cuando empiezas te sumerges en un mundo imposible de comprender plagado de palabras que no habías oído en tu vida; anacrusa, pentatónica, fusa, coda, mixolidio etc., y el único tresillo hasta ahora era el de tu casa.

Y luego llega el instrumento, ¿habéis intentado soplar una flauta travesera, o colocar los dedos para hacer un acorde de guitarra si sois profanos?? Imposible.

Está demostrado que cualquier persona que se lo proponga puede aprender a tocar algún instrumento, pero eso solo serán los cimientos para los que quieren construir su vida en torno a la música, ya que, o tienes la suerte de que la diosa Atenea se acuerde de ti y te dé por componer sinfonías con 5 años como le sucedió a Mozart, que no es lo habitual o como casi todo en la vida, el éxito vendrá con el trabajo… mucho trabajo.

Y voy a hilar más fino, podríamos pensar que el músico lo hace a cambio de alimentar su ego recibiendo los aplausos del público, quizás la fama o el dinero, pero ¿qué hay del músico de orquesta o banda???

Este para mí es el gran músico, mi gran admiración y la razón de este sermón, me explico:

Se pega una vida entera estudiando horas y horas partituras complejas, intentando alcanzar la perfección, captando pequeños matices, a veces solo escuchando a los demás para intervenir en el momento adecuado, y lo más importante, a sabiendas de que él solo no es nadie, que su trabajo solo tendrá sentido en conjunto, que su nombre no aparecerá en los carteles, no grabará duetos con Melendi y en su camerino la única sorpresa será encontrar 30 compañeros sudorosos limpiando las boquillas comentando la jugada.

Me parece un acto de generosidad inusitado, en esta época de postureo, ni siquiera puede obtener la satisfacción de hacerlo para él mismo como entretenimiento, como yo saco canciones del Sabina o Fito, no puedes llevarte una tuba a la playa!!!

Y ahora vete por los pueblos los días FESTIVOS de invierno o en Julio vestido de traje para alegrar los corazones ajenos.

En definitiva, trabajo muy difícil para recibir muy poco a cambio, a veces nada, o incluso les cuesta el dinero a niveles de orquestas locales.

Creo que no tenemos ni la más remota idea de lo importantes que son, o somos, que desde la Edad Media o antes, ya sea en verbenas, músicos de cámara, para bailar, para hacer un viaje, hasta para trabajar la música nos acompaña y detrás hay un tipo que dio prácticamente su alma y su tiempo, por alegrar la tuya y tu tiempo.

Y aquí, en nuestra ciudad tenemos a la mejor banda del mundo, pero cuando los escuchéis observar a cada uno de sus componentes, aquí dos más dos no son cuatro, son cinco o mejor dicho diez más diez suenan como treinta y además, ellos como conjunto lo han tenido este año peor para ensayar y poder tocar, único alimento de sus almas, así que mi más sincero homenaje…

MÚSICA MAESTROS

Alfredo Pérez.

Fotografías: Archivo AAMY.

Puede que a muchos os suene este apellido. La Historia de la Música (la que va en mayúsculas, la más académica y convencional, la que se pierde un poco en aquellos tiempos que fueron antes y después del Barroco-Clasicismo-Romanticismo) nos dice que fue uno de los dos discípulos de Schoenberg.

28 octubre, 2021 Escrito en diapason

Anton Webern (1883-1945)

Los tres juntos, Schoenberg y sus dos discípulos Berg y Webern, forman la que se ha llamado Segunda Escuela de Viena. La primera la forman las famosas tres B: Bach-Beethoven-Brahms. No sé si lo habrán notado, pero todos ellos son centroeuropeos, cuestión que ha suscitado ciertos recelos entre estudiosos y musicólogos. De alguna manera, la Historia de la Música (la de las mayúsculas) parece estar bastante centrada en determinadas coordenadas espacio-temporales, siendo esto algo que ha ido cambiando con el paso del tiempo, pero que sigue bastante arraigado. Sin embargo, no voy a entrar más en ello porque podría darnos para otro artículo fácilmente.

También merece la pena que les informe de un aspecto: en la Historia hay dos compositores con apellido similar: Webern y Weber. No los confundan o serán blanco fácil de los más listillos: el que nos atañe es el que lleva la ene al final. El que va sin ene es Carl Maria von Weber (1786-1826), compositor romántico (alemán también), conocido por la ópera El cazador furtivo. El que nos ocupa es el otro: Anton Webern (1883-1945).

Pues bien, Schoenberg, sin desprenderse del todo de la tradición, pero tratando de ser innovador, creó un sistema de composición (dodecafonismo) que se basaba en la serialización de las alturas. Para quien quiera saber más aquí puede leer:

https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0716-10182012000600011

Sus alumnos continuaron componiendo en este estilo, siguiendo con mayor o menor rigor estas serializaciones. Webern compuso música tanto empleando este sistema como sin él. Pero lo realmente interesante de Webern es que sentó las bases de gran parte de los derroteros que tomaron los compositores más vanguardistas que vinieron después.

Yo, personalmente, me quedo con dos aspectos. La importancia del gesto y del timbre en sus obras. Por una parte, condensaba el material que empleaba en pequeñas células o motivos donde se encontraba el, digamos, ADN de todas sus piezas. Y, por otra parte, tenía en cuenta aspectos tímbricos, es decir, no “solamente” importaban las notas y figuras en sus composiciones, sino que era muy importante la manera en que estas se tocaban y las características tímbricas de cada gesto musical. Cuando hablamos de timbre nos referimos a las cualidades intrínsecas del sonido, que dependen de factores físicos y acústicos un tanto complejos, pero que nos permite, por ejemplo, diferenciar entre un do3 tocado por una trompeta y el mismo do3 tocado por un piano. También el mismo do3 tocado por una trompeta con sordina o sin sordina. Si quieren saber un poco más de este elemento pueden leer: https://es.wikipedia.org/wiki/Timbre_(acústica)

La cuestión es que el timbre no había sido tratado en demasiada profundidad por la mayoría de los compositores anteriores, pero él comienza a poner el foco en este parámetro del sonido que, más adelante, será el eje vertebrador de muchas composiciones del s.XX. Un ejemplo de esto fueron los compositores espectralistas (les recomiendo este podcasts del programa Mikrokosmos de algunos compañeros del Conservatorio Superior de Música de Valencia en el que hablan de esto: http://www.upv.es/rtv/radio/microkosmos/64409)

Las obras de Webern están compuestas teniendo en cuenta al milímetro cada uno de los elementos de la música. Puede gustar más o menos, pero técnicamente son casi perfectas. Seguramente como consecuencia de esto, sus composiciones son generalmente breves y toda su obra está grabada en apenas dos CD.

Para lo último me he dejado el tema de su muerte, bastante curioso y controvertido. Circulan varias hipótesis en torno a ella, pero como yo no me atrevo a decantarme por ninguna, les dejo aquí un par de artículos por si les ha picado la curiosidad.

https://www.nosolocine.net/la-absurda-muerte-de-anton-webern-es-ist-aus-por-oriol-perez-trevino/

https://www.jotdown.es/2019/05/musica-y-muerte-de-anton-webern/

Esther Pérez Soriano.

“Y para hablar de todo, en el pueblo hay una banda de música que presta su servicio, amenizando las funciones del mismo o anunciando la inauguración de alguna tienda”.

En 1891, Ildefonso González y Valencia, profesor de instrucción primaria en Carabanchel Bajo, escribió una extensa crónica que termina con la frase con la que se abre este artículo.

Es la primera mención que existe a una banda de música en Carabanchel. Esta fue la pista que me hizo tirar de la cuerda para profundizar en la historia de las bandas de música en nuestro barrio.

Aunque Ildefonso González hace esa mención, apenas hay información sobre la existencia de la banda de Carabanchel Bajo hasta 1908, año en que sí sabemos, según la prensa de la época, que había una banda en el pueblo que actuaba en diferentes eventos y festividades. Incluso, en esos años, Carabanchel Alto tuvo también su banda.

Se funda oficialmente en 1912

Mariano Gómez Camarero

Sin embargo, hay que esperar hasta abril de 1912, momento en que nace la Banda de Música de Carabanchel Bajo, con el amparo de su ayuntamiento. En ese momento, Mariano Gómez Camarero, un reconocido y joven músico toledano, consiguió ganar la plaza de director ante 17 aspirantes. Bajo su batuta, la banda disfrutó de sus mejores años y consiguió su premio más destacado, imponiéndose a las bandas de Leganés, Colmenar de Oreja y San Martín de Valdeiglesias en un importante concurso celebrado en el Parque del Retiro en 1915. La foto que abre este artículo muestra a la banda en plena actuación. Dicen las crónicas de la época que fue tal la asistencia de público a este concurso que las autoridades tuvieron que poner orden porque el aforo estaba más que completo.

Desde ese momento, la banda de Carabanchel gana mucho prestigio, actuando en diferentes municipios de Madrid e incluso en Toledo, donde va invitada por el ayuntamiento de la ciudad por ser la cuna de su director. En esos años, la banda es muy activa y actúa en multitud de eventos y fiestas de Carabanchel: desde las tradicionales fiestas de Santiago (25 julio) a las celebraciones por el fin de curso de la Escuela de Reforma Santa Rita; la inauguración de comercios o las corridas de toros de la plaza de Vista Alegre, que se inauguró en 1908. En ese momento se afirmaba con rotundidad que, tras la Banda Municipal de Madrid, la de Carabanchel era la mejor banda de toda la región. Y estaba formada por trabajadores, todos obreros, entre 30 y 40 músicos en total.

La partida de Gómez Camarero

En 1925, Gómez Camarero deja la banda para trasladarse a Córdoba, donde refundaría la banda municipal de esta ciudad. La mudanza la hizo con su familia, su mujer Trinidad Muñoz Grandes, hermana del capitán general Agustín Muñoz Grandes y junto a su pequeño hijo Mariano Muñoz, que había nacido en 1919.

La pareja se conoció y se casó en Carabanchel, acomodándose en la casa de los Muñoz Grandes, situada en la actual calle Eugenia de Montijo (por aquel entonces, Marqués de Salamanca). En esa casa, situada frente al ya desaparecido pub Chaiz, nació su hijo Mariano.

La actividad de Gómez Camarero en Córdoba fue muy prolífica, pero fue herido en la guerra civil, quedando inválido y muriendo en 1938. Su viuda, Trinidad, volvió a Carabanchel donde murió en 1976, siendo enterrada junto a su hermano Agustín en el cementerio de San Sebastián.

Segundo director: Victorino Echevarría

Tras un paréntesis después de la partida de Gómez Camarero, en que se suceden algunos directores con menor reconocimiento (maestro Linares y Francisco Gómez), asume la dirección de la banda de Carabanchel, al menos desde 1933, el maestro y compositor palentino Victorino Echevarría López, prestigioso compositor y director que llegaba de Berlín tras disfrutar de una importante beca de estudios.

Bajo su dirección estalla la guerra civil, momento histórico en que la banda de Carabanchel juega un papel clave. El argentino Víctor de Frutos relata en su libro “Los que no perdieron la guerra” cómo Victorino Echevarría se acercó al cuartel de reclutamiento de milicianos, situado en Campamento, para ofrecer a su banda al ejército republicano.

“Los músicos se hicieron presentes; sin poderlo afirmar, no eran menos de treinta, portando sus imprescindibles instrumentos. Fueron alojados en un pabellón independiente donde pudieran ensayar a su gusto, sintiéndose cómodos en la nueva situación”, señala De Frutos.

La alegría de los soldados fue inmensa. «Tendríamos a la Banda Municipal de Carabanchel, que era considerada la segunda en categoría después de la Banda Municipal de Madrid. Su director, al pedir un fusil, no dejaba dudas de que interpretaba el deseo del resto de los integrantes de aquella institución», narra De Frutos en su libro.

Y concluye: «Es difícil imaginarse la emoción que sentimos los responsables improvisados de aquella organización cuando vimos desfilar a la Banda Municipal de Carabanchel al frente y, de cuatro en fondo, a los carabancheleros del Batallón Primero de Mayo».

Retrato de Victorino Echevarría, por el pintor Rafael de Infantes

El fin de la banda

Victorino Echevarría fue director durante al menos siete años, pues tras la guerra civil, la banda de Carabanchel se disolvió y no volvió a actuar o, al menos, no he encontrado ninguna referencia.

De hecho, en enero de 1948, momento de la reapertura de la parroquia de San Sebastián tras los daños sufridos en la contienda bélica, actúa en la Plaza Mayor de Carabanchel la Banda Municipal de Madrid, dirigida por Jesús Arámbarri.

En ese mismo año, Victorino Echevarría se convirtió en director suplente de la Banda Municipal de Madrid, que fue la única que sobrevivió a la contienda y a la anexión de los pueblos que circundaban Madrid a la capital. Al final, en 1953 se convertiría en director adjunto de la banda madrileña y en 1961 en director titular, consiguiendo también importantes éxitos con esta formación.

La Banda Municipal de Madrid durante la reinauguración de la Parroquia de San Sebastián (20 de enero de 1948)

Seguimos conociendo más de cerca a algunos profesores de la Escuela de Música de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla, así como determinados aspectos pedagógicos, históricos o curiosos relacionados con sus asignaturas y la Música en general.

En esta ocasión, hablamos con José Luis Palao Azorín, profesor de Percusión en la Escuela de Música de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla. 

Escrito por diapason – 14 octubre, 2021

Esto es lo que nos ha contado:

P.- Desde el año 2017 eres profesor en la Escuela de Música de nuestra ciudad. ¿Cómo enfocaste esta asignatura a tu llegada y cuáles son los principales aspectos a destacar?

R.- Bueno, comencé a formar parte del claustro de profesores con el fin de apoyar a Toni Lajara, mi antiguo profesor de percusión y buen amigo, y la verdad es que tenía una ilusión muy grande -la cual sigo, por suerte, conservando- por impartir clases en la que desde bien pequeño había sido mi Escuela de Música y, casi se podría decir así, mi segunda casa. La verdad es que el enfoque que traté de darle a la asignatura de Percusión fue semejante al que tenía Toni, ya que para mí era el modelo a seguir. Consideraba muy importante seguir sus consideraciones y directrices para remar ambos en la misma dirección. Los alumnos que tuve al principio y que procedían de Toni tenían muy buen nivel y eso permitió que me encontrase muy cómodo y que poco a poco fuese cogiendo más experiencia como docente de percusión. A día de hoy estoy muy contento con todos los alumnos y las alumnas que tengo.

P.- La percusión es una gran familia compuesta por numerosos instrumentos. ¿Cómo se secuencian en el aprendizaje? ¿Por cuáles soléis empezar y por qué?

R.- Así es. Todos sabemos lo completa y compleja que es la familia de la percusión. Podríamos, grosso modo, establecer una división de dos grandes grupos: los instrumentos de percusión determinada, que son capaces de producir las notas musicales, y los de percusión indeterminada, cuyos sonidos no están afinados en una nota exacta.

Dicho esto, a la hora de empezar con la percusión, solemos iniciar a los alumnos en la caja, que es el instrumento del que consideramos que surge la técnica básica de un percusionista. Poco después comenzamos con los timbales (primero se empieza con dos y paulatinamente, con el tiempo, se van agregando el resto) y, por último, con las láminas. De este modo, en todas las clases se ven estos tres instrumentos que consideramos principales. Una vez que el alumno va haciéndose con dichos instrumentos, se suele introducir la batería, ya que esta requiere de una mayor concentración y esfuerzo a la hora de la coordinación corporal.

Como se suele decir aquí en Yecla: “Cada maestrico tiene su librico”. Quiero decir con esto que cada profesor tendrá su manera, pero esta es la que, bajo nuestro punto de vista, a los alumnos más efectiva les resulta.

P.- ¿Qué consejos sueles dar a tu alumnado, a la hora de mejorar el ritmo, la coordinación, etc.?

R.- El principal aspecto a tener en cuenta a la hora de estudiar percusión es tener claro que somos, como les digo a mis alumnos, “los reyes del ritmo”. Para conseguir una estabilidad rítmica es necesario aliarnos con nuestro mejor amigo: el metrónomo. Es realmente importante que los alumnos lo utilicen desde el comienzo, ya que es la manera más eficaz de conseguir uniformidad y rigor en el ritmo. No obstante, también hay diferentes métodos que se ponen en práctica en las clases para que el alumno vaya interiorizándolo. Así me lo enseñaron mis profesores y trato de inculcárselo a mis alumnos, pues es algo primordial en la formación del músico y más concretamente en la de los percusionistas.

Por otro lado, para mejorar la coordinación creo que lo más útil es la práctica y no caer en la desesperación. Es importante en la enseñanza de la música inculcar la paciencia para que el alumno no se desanime, ya que los resultados pueden no ser en muchas ocasiones inmediatos. Resulta curioso ver cómo hay algunos alumnos que empiezan con dificultad en la coordinación y progresivamente van superándose a ellos mismos hasta llegar a ser unos excelentes intérpretes.

P.- Y en cuanto a hábito de estudio, cuéntanos lo que “no se ve”. ¿Cómo suele ser el día a día de un percusionista cuando ensaya?

R.- Bueno, en este sentido, siempre a la hora de estudiar es importante que el alumno comience el calentamiento con unos sencillos ejercicios de técnica que guarden relación con la lección o estudio que deben trabajar. De esta manera el alumno podrá hacerse una idea de las figuras rítmicas que le aparecerán en la lección y podrá ubicarse en el tempo que tendrá la lección que tiene que estudiar. Después pasará a centrarse en la lección propiamente dicha y la dividirá en pasajes con ayuda del profesor, identificando a priori qué partes podrían ocasionarle problemas a la hora de estudiarla. Más tarde, poco a poco, se irán enlazando todas esas partes y se irá consiguiendo el tiempo, los matices requeridos, la musicalidad y el resto de cuestiones musicales dependiendo del nivel. Creo que esto funciona de manera similar en el resto de instrumentos.

Pero, sin duda, una de las cuestiones que más quebraderos de cabeza nos da a los percusionistas es la manera de estudio. Claro, nosotros no siempre podemos tener en casa marimba o timbales por ejemplo, así que a cada alumno de percusión de la Escuela se le asigna un rato a la semana para que vaya madurando lo que está practicando y lo que se va a estudiar en las clases siguientes. También es importante que el alumno estudie las lecciones en casa, aunque sea solfeándolas únicamente o, por qué no, buscándose un medio para “simular” los instrumentos, como la mayoría de estudiantes de percusión hemos tenido que hacer en algún momento.

P.- Para terminar, nos gustaría que citaras a grandes percusionistas de diferentes estilos y nos recomendaras algunas de sus obras o interpretaciones para poder verlas en los siguientes vídeos y aprender con ellas.

R.- Algunos de los clásicos y populares percusionistas, además de compositores, son Emmanuel Sejourné, John Beck, o Ney Rosauro, entre muchos otros. El primer enlace que os dejo es el siguiente del Concerto No.2 for Marimba & Orchestra de Ney Rosauro, dividido en tres movimientos:

Primer movimiento: 

Segundo movimiento:

Tercer movimiento:

También podemos citar algunos importantes percusionistas actuales como Conrado Moya (marimbista español internacional), Gratiniano Murcia (timbal solista) o Raúl Benavent (percusionista de la RTVE). Aquí podéis encontrar una interpretación a la marimba de Conrado Moya de ‘Chaconne’ (from Violin partita in D minor, BWV 1004) de J.S. BACH.:

¡Muchas gracias José Luis!

Cecilia O.

Colaboradora AAMY.

Hace poco más de un año, el mundo recibía un mensaje a través de las redes sociales del compositor Óscar Navarro.

Un mensaje de agradecimiento y celebración por su proyecto de trabajo, pero también un mensaje de reflexión, puesto que el contenido aborda de una manera muy directa, la necesidad del apoyo y respeto entre músicos.

Escrito en diapason – 7 octubre, 2021

Es por ello, que desde la Revista Diapasón queremos aportar nuestro granito de arena y seguir difundiendo su mensaje, recordando una vez más sus palabras.

Muchas gracias Óscar por ponerle voz y explicarlo tan claro, así como por colaborar con la Revista Diapasón:

…14 de septiembre de 2020…

Buenas tardes a todos, ¿cómo estáis? Espero que muy bien.

Hago este vídeo hoy, porque precisamente es un día muy especial y es algo que nunca he hecho y que ya tocaba. Hoy quiero mandar un mensaje sincero, y de agradecimiento, a muchísimas gente que seguro se sentirá identificada cuando os lo cuente.

Y es que hoy, justamente hace 7 años que mi pareja Noelia y yo, iniciamos un proyecto de trabajo juntos. En su día, lo pensamos como una locura, una aventura, pero los dos estábamos súper convencidos de que nadie le iba a poner tanto cariño como el que le íbamos a poner nosotros mismos.

Después de cada obra compuesta, detrás de cada vídeo que os comparto con mi música, detrás de cada concierto… hay una partitura musical. Sí, ese papel que colocan tantos y tantos músicos en el atril para ensayar y para hacer llegar la música a todo el público. Ese papel que ha hecho que la música quede plasmada para siempre y que muchos músicos puedan disfrutar de ella. Parece algo casi sin importancia, un papel, pero os voy a contar algo muy importante: sin ese papel, sin esas partituras, la música acabaría perdiéndose.

Podemos llamarle papel, o en estos tiempos, podemos llamarle archivo digital o archivo PDF, como queráis llamarle, lo importante es lo que os voy a contar ahora…

En nuestro caso, detrás de estas partituras hay un equipo de trabajo muy importante, es un grupo de personas que trabajan con nosotros cada día, con mucho cariño y dedicación; para que cuando yo termino de componer una obra, ésta pueda llegar a todo el mundo en las mejores condiciones para ser interpretada.

Por un lado, tenemos al COPISTA, el encargado de organizar y maquetar la partitura, para que luzca profesional, y que los músicos y directores tengan todas las facilidades para leerla.

Después tenemos a nuestro TRADUCTOR, el encargado de que todas las explicaciones y textos de la obra estén en varios idiomas, para así poder llegar a mucha más gente.

Más tarde comienza la labor del DISEÑADOR, que es la persona que se encarga de crear la portada, única y exclusiva para cada una de las obras. Es la persona que con su imaginación, sintetiza todo el significado de la obra en una ilustración y que servirá de portada a la obra.

Por otro lado, está mi querida NOELIA, por supuesto, la que cada día, bien pronto, se levanta y se pone frente al ordenador para organizar todo el proceso mencionado anteriormente: maqueta los textos que se incluyen en la obra, es la encargada de registrarla para que nunca se pierda, y en definitiva, es la capitana del barco y la gran responsable de que todo esto funcione obteniendo así, el producto final, es decir, la obra finalizada para su difusión.

Una vez la obra ya está finalizada, entra en acción el proceso de impresión de la obra; es decir, la persona que abre su IMPRENTA cada día, para hacer las impresiones que finalmente serán distribuidas a las bandas, orquestas y músicos en general. Esta persona imprime y revisa cada día los juegos de partituras, para que lleguen en perfectas condiciones al músico.

Posteriormente, el PROGRAMADOR WEB, es el encargado de poner las obras a disposición del público a través de nuestra tienda online www.oscarnavarromusic.com y en dos distintos idiomas (español e inglés), para que las obras puedan llegar a todo el mundo. Es el encargado también de añadir toda la información, vídeos y demás material, que aclare cualquier duda antes de adquirir las partituras; y lo más importante, para que el proceso a la hora de adquirir las partituras sea lo más fácil posible.

Finalmente, tenemos a la persona que se encarga de la ATENCIÓN AL CLIENTE, que es la persona que resuelve las dudas o cuestiones con los clientes durante todo el proceso.

No os podéis imaginar, de verdad, lo felices que nos sentimos de tener un equipo de trabajo que cada día realiza su jornada siendo parte fundamental de esta editorial y que lo hace con tanta ilusión y dedicación, que para mí es lo más importante.

Es por ello que este mensaje se lo dedico a todos aquellos que hacen el esfuerzo de adquirir los materiales de manera legal, por decirlo de alguna manera. A esas personas que cuando adquieren una partitura, contribuyen a que sigamos creando música cada día y, a valorar y respetar a toda la infraestructura personal que hay detrás de cada partitura. Muchísimas gracias, de verdad, a todos.

No os podéis imaginar el daño y tristeza que causan los materiales fotocopiados ilegalmente, por decirlo de alguna manera. Unos materiales donde el esfuerzo que os he mencionado, no se ve valorado y la recompensa por todo el esfuerzo, al final se desvanece.

Cuando adquirís partituras originales estáis haciendo algo muy grande sin daros cuenta, estáis contribuyendo a que el esfuerzo sea valorado, a que nos levantemos cada día, orgullosos de nuestro trabajo, pero sobre todo estáis contribuyendo al respeto entre los músicos. 

El papel en sí no tiene casi valor. Pero pensad ahora, después de lo que os he contado, en todo lo que hay detrás de una partitura.

Pensad ahora en un mundo donde ya no se escribiera música, porque directamente ha perdido todo su valor.

Pensad ahora, en un futuro en el que ya nadie apueste por esto, porque sinceramente no tiene valor.

Yo no concibo un futuro sin música, y para ello tenemos que estar todos unidos y respetándonos, desde directores, profesores y demás músicos en general.

A todos vosotros a los que cada día adquirís vuestras partituras en nuestra tienda, os damos todo el equipo, las gracias de corazón. Y a los que todavía no lo hacéis, pues os invito a que os paréis a pensar si de verdad vale la pena; yo creo, que valorar el trabajo y valorarnos, siempre vale la pena. Tenemos que apoyarnos entre todos y respetarnos, porque todos somos músicos; esa especie de locos a los que nos apasiona lo que hacemos y que nos levantamos cada día con ilusión para luchar por nuestros sueños.

Muchísimas gracias de verdad a todos, por hacer esto posible.

Muchísimas gracias también a todos, por haber leído este mensaje.

Os mando un fuerte abrazo y cuidaos muchísimo.

Besos. Ciao.

Enlace vídeo:

Escrito en diapason – 30 septiembre, 2021

El año 2019 asistí a la Presentación en la Casa de Cultura del libro “La velocidad de las nubes” de la yeclana Ana Fructuoso Ros, Finalista del III Certamen Literario “MUJER AL VIENTO” que organiza el Ayuntamiento de Torrejón de Ardoz, y en el que colabora “Entrelineas Editores” publicando los libros. “La velocidad de las nubes” es una interesante novela que puede evocar sentimientos de cotidianeidad, de cercanía, de similitud, de escuchar la misma música, de leer los mismos libros, de vivir momentos de otras vidas semejantes, de conocer los mismos caminos,… es, pues, una novela que permite interactuar con una escritora que ha habitado y vive nuestras mismas calles. El libro lleva incluido un curioso índice, detrás del epílogo y delante de los agradecimientos, un índice sin la numeración de páginas habitual, un listado titulado “Banda sonora” con dos apartados: “En inglés” y “En castellano” en el que se incluyen cantantes y grupos musicales con las canciones que la autora ha ido nombrando a lo largo de la novela y actúa  como si fuera una “playlist” de nuestros nuevos dispositivos tecnológicos, una “Banda sonora” que, según la autora, está preparada por su hermano, Juan Antonio Fructuoso Ros (“Ross” o “Juan Antonio Ros” que es como se le conoce en el panorama musical), un músico con relaciones familiares en Yecla que se desenvuelve desde hace muchos años en la música alternativa como multi-instrumentista, arreglista, productor…, comenzó su andadura como baterista y guitarrista en distintas bandas de su ciudad y ha participado en los primeros festivales nacionales (BAM, Benicasim, Festimad) y al otro lado del charco en la primera edición del IPO (Internacional Pop Overthrow) de Los Ángeles, ha publicado álbumes como “Sugar”, “Ross”, Supersonic Spacewalk”, “Rossland”, “Rumor“ y “Rumor 2“, “A Collection For Enemies And Friends”, “Durante el fin del mundo,… ha formado parte de grupos y ha actuado en solitario.

Echándole una ojeada a esta “Banda sonora” de “La velocidad de las nubes” podemos analizar e imaginar los años en los que transcurre la trama de la novela y nos remarca la importancia que la autora ha querido dar a la música, reflejo de una realidad concreta en esos tiempos en los que las canciones, las melodías, los ritmos que escuchábamos estaban presentes con un efecto fuertemente dinamizador y a la vez diferenciador frente a la música que habían oído las generaciones anteriores, con propuestas que dejaban paso a musicalizar ideas literarias como las obras de los poetas del siglo XX que se hacían canciones, u otras como dar forma de melodía o poner ritmo a las reivindicaciones sociales y a la búsqueda de las libertades, sin olvidarnos de la música clásica y la puesta en valor de nuevas propuestas para escucharla. Canciones que pertenecen a la memoria colectiva y que pueden ser esos momentos, que tumbados boca arriba y mirando al cielo, permiten ver pasar las nubes como los sueños y apreciar sus formas y su velocidad como en el título de la novela.

Hay muchos libros en los que los autores remarcan la conexión de la música y las lecturas y hacen que la música, con todos sus significados, sea un personaje más de la trama como en la novela “Y si el sol sale por el oeste” de Davinia Rubio, publicada en Diversidad Literaria, sin un índice exclusivo o una lista de títulos, pero con las canciones y sus letras integradas totalmente en la escritura. Otra forma de entender la conexión de música y literatura es la novela “La Reina del Sur” de Arturo Pérez Reverte que, según las palabras del autor, es un “narcocorrido” de 500 páginas, “Yo no tengo la capacidad de hacer un corrido de tres minutos. No tengo ese talento. Entonces decidí hacer un corrido de 500 páginas… La novela tiene estructura de corrido. Cada capítulo lleva un título de canción. “La Reina del Sur es una obra de ficción que dio a conocer en otros ambientes a grupos míticos de México como “Los Tigres del Norte” o los “Tulcanes de Tijuana” que cantan los narco-corridos, ese tipo de canción que es la épica de la delincuencia y el narcotráfico, como los corridos clásicos son la épica de revolucionarios y gestas míticas del México tradicional.

Y en ese engarce entre música y literatura no podemos olvidar a Haruki Murakami con sus exclusivas “Playlist”, en Spotify y otras aplicaciones digitales, que pueden tener más de tres mil canciones favoritas y que pueden perfectamente acompañar la lectura de sus obras, incluso en algunas la música da pistas de la trama y se imbrica entre las palabras como parte del mismo espacio textual. Haruki Murakamies un autor, que a muchas de sus obras les ha puesto el título relacionado con la música, a la que le da un papel destacado como uno más de sus personajes en las novelas; que habla de sus inicios trabajando en una tienda de discos o, después, sirviendo copas y poniendo música en “Peter Cat, algo parecido a un club de jazz” que regentaba junto a su mujer Yoko en Kokubunji, Tokio, donde también, alguna noche, había actuaciones en directo; que tiene una colección de más de 6000 discos de vinilo y que, últimamente, ha publicado el libro “Música, solo música” junto al, también japonés, director de orquesta Seiji Ozawa. “Música, solo música” no es una novela, es más bien una reflexión personal basándose en sus propias experiencias vitales, en la línea que también ha utilizado en “De qué hablo cuando hablo de escribir” sobre el oficio de escritor, o en “De qué hablo cuando hablo de correr” con los conocimientos del tema como corredor que ha participado en más de veinte maratones y su correspondiente tiempo de preparación, en este caso, “Música, solo música” no es un monólogo como los anteriores, es un diálogo con un director de orquesta japonés, famoso en todo el mundo, como es Seiji Ozawa y los dos maestros, en sus diferentes oficios, muestran sus conocimientos, hablan y reflexionan de todo tipo de música, sobre todo la etiquetada como clásica, desde los grandes compositores como Beethoven o Mahler al jazz o la ópera, dejando traslucir preferencias, afinidades, debates y discusiones sobre la gestión y el trabajo de la Música en mayúsculas, con múltiples referencias al diferente trabajo de cada uno. Una lectura interesante que, por supuesto, se puede acompañar de su correspondiente “playlist” en las plataformas digitales con las composiciones, canciones y títulos que nombran los dos autores a lo largo del libro y que es un repaso a partituras e interpretaciones míticas de la Historia de la Música, una obra que te mantiene entretenido y que puede incentivar para buscar y conocer otros horizontes, una buena reflexión sobre música y lectura.

M. Esperanza Esplugues M.

En el repertorio musical de la semana santa hay marchas que tienen conexión con imágenes, actos específicos, personas relevantes, etc. Y en esta ocasión vamos a ahondar en este tema con la marcha “Candelaria” de Manuel Marvizón.

 

Escrito en diapason – 23 septiembre, 2021

En el extenso abanico de compositores que hoy en día abunda, Manuel Marvizón quizá no sea de los más presentes en el repertorio actual pero sí que es uno de los compositores con mayor relevancia musical dentro e incluso fuera de lo que es  la Semana Santa. Probablemente no sea tan popular ya que su estilo no está muy asociado al de Cornetas y Tambores  o al de Agrupaciones Musicales porque  su música está más ligada al estilo de Banda de Música pero no por ello deja de ser importante.

La vida de Manuel Marvizón Carvallo (Sevilla, 1956) no comienza principalmente en la música pues en realidad comenzó su educación adulta como estudiante de medicina y psicología en la Universidad de Sevilla. Ya a la edad de 24 años, mientras estudiaba en la universidad, fue cuando ingresó en el Conservatorio Superior de Música de Sevilla para estudiar, armonía, solfeo, piano y arpa. Este cambio radical supuso el surgimiento de un compositor de corazón y alma que ha escrito y sigue escribiendo grandes obras maestras, de hecho, su primera marcha fue “Madre Hiniesta” que es una de las más celebres marchas de la semana santa. Manuel, no solo es un compositor brillante en la música procesional si no que fuera de ésta ha escrito obras para muchos artistas como Los del Rio, María del Monte o Alejandro Sanz entre otros. También para el mundo audiovisual, televisión, publicidad y radio, donde en esta última hay que recordar que la sintonía que utiliza el locutor de radio Carlos Herrera en su programa es de él. Como hemos mencionado anteriormente, su primera aportación musical a la semana santa fue “Madre Hiniesta”, obra que compuso en el año 1997 para su pregón en la Hermandad de la Hiniesta a la cual pertenece. Luego le seguiría “Azul y Plata”, “Candelaria” y un largo etcétera.

CANDELARIA

En el repertorio musical, tan extenso y rico en variedad de estilos, existen grandes maravillas musicales que han pasado a la historia. Marchas que son momentos o lugares y que marcan la vida de las personas a las que les gusta la semana santa. Este es el caso de la marcha procesional “Candelaria” de Manuel Marvizón.

Para saber que es o qué significado tiene esta marcha tenemos que saber que “Candelaria” es, en primer lugar, la imagen de María Santísima de la Candelaria, talla que data del s. XX esculpida originariamente por Manuel Galiano en 1924 y que es propia de la Hermandad de la Candelaria, hermandad sevillana sita en la Iglesia parroquial de San Nicolás de Bari. Por otro lado, el vínculo de la Hermandad de la Candelaria con el locutor Carlos Herrera es principalmente, a parte de su amor a su ciudad adoptiva que es Sevilla y otras cosas, es también porque Carlos Herrera pertenece a la Junta de Gobierno de esta hermandad en calidad de Diputado de Caridad y Obras Benéfico-Sociales.

Candelaria”, se compuso exclusivamente para el pregón de la Semana Santa de Sevilla que realizó el locutor de radio, Carlos Herrera, amigo personal de Manuel Marvizón, del que ya hemos hablado antes. El encargo salió del propio Carlos Herrera para poner música a ese acto tan importante para él. Como dice el compositor; “Es un traje a medida […] Carlos Herrera es español, amante de la copla, de la Semana Santa, de nuestras costumbres…” La marcha fue lo primero que se escuchó en el pregón realizado por el locutor en el año 2001, adelantándose en primer instante a la ya tradicional marcha “Amarguras” de Manuel Font de Anta que siempre se interpreta en el pregón de la Semana Santa de Sevilla.

La marcha, en Re menor, comienza con una introducción de carácter sobrio, estable, en el que se marcan todos los tiempos para asentar el ritmo de la marcha y que el paso se acompañe de ello. Posteriormente comienza el tema principal que se irá repitiendo durante la marcha de manera clara o difuminada. Un tema muy alegre y apasionado que da el carácter de la obra, abriendo y cerrándola. Como característica de las marchas de “palio”, tras este primer tema, aparece un contracanto en los instrumentos graves propio de este estilo, a lo que podríamos llamar como tema “b”. Esta primera sección de la marcha finaliza con un solo de oboe con tintes de música nacionalista y recordando a la música de los grandes compositores andaluces.

La segunda sección vuelve con el tema principal pero de forma difuminada, con ligeros cambios y con nuevos colores que la enriquecen mucho más. En esta parte, se entiende como un gran puente hacia la parte final ya que va moviéndose en diferentes tonalidades. De esta forma, la marcha sigue creciendo hasta llegar a ese “tutti” final con el maravilloso tema principal donde inevitablemente se arranca siempre con el aplauso del público y finaliza de forma clásica a raíz de un redoble de caja.

En la música procesional siempre se remarca o casi siempre un estilo a través de la típica “cadencia andaluza”. Esta marcha en mayor medida no tiende a buscar esta “marca” y siempre la armonía gira hacia arriba en vez de hacia abajo. De esta manera, se va generando una ligera tensión afable porque nunca suele resolverse, como pasa con la “cadencia andaluza” y le da otro sentido a este tipo de música.

Para finalizar, espero, desde estas líneas y desde este sencillo análisis que este artículo les acerque a la música de este compositor tan bueno que ha dado la ciudad de Sevilla. A continuación les dejo con la marcha para que puedan escucharla y disfrutarla.

Roberto Puche.

Los Huracanes, Grupo de música pop dedicado también al rock and roll y al rhythm and blues. Fundado en 1965, desarrollando su actividad hasta 1974. Interpretó canciones propias como: Creo que te quiero, El calcetín,  Esta tarde a las siete, La canción del malayo  y Podrás pensar, y también versiones de otros autores: Algo por nada y For your love.  Aunque el conjunto obtuvo éxitos y gran popularidad a lo largo de su carrera en la ciudad de Valencia y sus alrededores, no consiguió el mismo el mismo reconocimiento en otros lugares de España.

16 septiembre, 2021 Escrito en diapason

Los Huracanes

Fue el primer conjunto de música pop español que editó, en 1966, un álbum que sólo contenía canciones compuestas por sus integrantes. En la etapa de más éxito estaba constituido por Víctor Ortiz (cantante y compositor), el único miembro que siempre formó parte del grupo y quien antes había sido integrante del dúo Los Pantalones Azules y del conjunto Los Guanaches; Pascual Olivas (cantante y guitarrista) que previamente estuvo con Los Milos y Los Top-Son; José Segura Suárez “Malayo” (bajo eléctrico), que luego pasó a ser miembro del Adam Grup; José Casquel (guitarra rítmica) y Julio José Andreu (batería).

Durante los años que existió el conjunto los cambios entre sus integrantes fueron continuos y muchos de sus componentes formaron parte también de otros grupos musicales juveniles: Agustín Jiménez y José Miguel Martínez de “Los Guanaches”, éste último y Miguel Ángel  Herranz de “Los Top-Son”: José Llusar de “Els 5 Xics”, Vicente Balaguer de “Los Kramer” y Abel Mena Ponce y José Morató Tarazona de “Los Protones”.

También fueron integrantes de Los Huracanes en algún momento Joaquín Luz, Juan Roberto González y Roberto Martínez. Esta serie de cambios eran habituales en muchos conjuntos formados por músicos jóvenes, pues era una época en la que muy pocos intérpretes podían interpretar profesionalmente estos estilos musicales. El conjunto se reunió nuevamente en el año 2001 integrado esta vez por Víctor Ortíz, José Miguel Martínez y cuatro músicos más, contratados para ofrecer algunas actuaciones esporádicas.

Discografía:

Sencillos: Todo nos sonríe/Cambio. Belter. (1969)Donde están los mozos/Soñar con la verdad. Belter. (1969). Bad Moon Rising/Good Goll. Belter. (1969). My Sweet Lord/Piensa en mí. Belter (1971). Hello Buddy/ La Gorda. Belter (1971).

For You Love. Regal SEDL (1965). Lo que tú me haces sentir. Regal. SEDEL (1966). Días sin mañana. Regal. SEDL. (1966). Esta tarde a las siete. Regal SEDL (1966). El conquistador. Regal. SEDL. (1966). Decídete Regal. SEDL (1968). Algo para nada. Belter. (1969).

L.P. Los Huracanes. Regal LSX (1966)

Todas sus grabaciones en Discos Regal y Belter.

 

JUAN CAMACHO

Juan Camacho Coy (Valencia, 16-2-1947-Madrid, 2110-1982). Cantante y guitarrista. Aprendió a cantar y a tocar la guitarra de manera autodidacta. Comenzó su carrera musical a finales de la década de 1960 como guitarrista del conjunto “Los Ángeles Negros”. Posteriormente fue también guitarrista del grupo Los Diapasons. Durante 1971, mientras realizaba su servicio militar en Madrid, formó parte del grupo de rock Los Relámpagos, donde tocaba la guitarra y cantaba, participando también en la grabación de su álbum Piel de Toro.

En el año siguiente comenzó su carrera como cantante en solitario. La voz de Juan Camacho, sin la potencia que caracterizaba a otros cantantes valencianos como Nino Bravo, era sin embargo adecuada para la interpretación de un amplio repertorio de canciones ligeras. Todas de tema amoroso. Editó sus primeras grabaciones en 1973 y dos años después participó en el XVII Festival de Benidorm, el más importante entre los que en España se dedicaban a la denominada canción ligera; ganó ese festival con la canción A ti mujer, que con el paso de los años se convirtió en su mayor éxito y le facilitó el ser conocido en numerosos países de Hispanoamérica. Esta obra todavía es incluida en ediciones fonográficas de carácter recopilatorio, como la editada en España Homenaje a Discomoder o la costarricense Musicalmente tuyo. Otras canciones con las que también obtuvo el reconocimiento del público joven y afirmaron su prestigio como cantante son: Llámame, Mía y Sabor a mí.

Discografía: Juan Camacho, CBS.1973 Vamos a bailar/Es mi canción. Arriola. 1973. A ti mujer CBS. 1975. Sabor a mí/Un año nuevo. EPIC EPC. 1975. Tú y yo/ Me falta. EPIC EPC.1979. 

Alfonso Hernández Cutillas.