En la sección “Habla la Banda” de la Revista Diapasón, seguimos conociendo a músicos veteranos de la Banda de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla; sus inicios, instrumento, curiosidades o anécdotas, y opiniones relacionadas con la música.

Escrito en diapason / 28 abril, 2022

En esta ocasión hablamos con el clarinetista yeclano Manuel Quiles Carpena. Esto es lo que nos ha contado:

P. ¿Cuándo y cómo te adentraste en el mundo de la Música?

R. Mis inicios en la música fueron a través de un primo mío, que tengo en común con José Miguel Ibáñez (Lupi). Mi primo fue un día a mi casa a visitar a mi abuela, y me dijo: “Te voy a apuntar a la Academia, a la banda de música”. Yo me asusté, porque no sabía ni que había banda de música, y ahí quedó la cosa. Luego, recuerdo que un día entre semana, mi primo fue a mi casa y me dijo: “Vente”, y me llevó al Reloj.

Entré a la banda con quince años, y recuerdo que esto sería con trece o catorce, una edad en la que te gusta más jugar al balón, que tocar en una banda de música.

Fuimos y me apuntó. Hablamos con D. José Ortuño y empecé con el solfeo. Me dieron la Montera, porque en aquella época, tenías que sabértela de memoria y luego decírsela al maestro. Y así empecé.

También recuerdo que, por no ir solo, porque me daba vergüenza, le dije a un amigo mío, que es Vicente: “¿Te vienes y te apuntas tú también?” Y se vino conmigo, nos apuntamos los dos a la vez.

P. ¿Cómo llegó a ti el clarinete y por qué te gusta?

R. Cuando llegábamos a la lección 37 o 53 del método Eslava (no recuerdo el número exactamente), ya empezaban a pensar en el instrumento que te iban a dar. En aquella época, no había tanta variedad de instrumentos como ahora. El maestro, si faltaban clarinetes, te decía: “Pues vamos a probar con un clarinete”.

A mí me costó bastante centrarme y sacarle punta al clarinete; de hecho, recuerdo que un día, no me salía, y el maestro me llegó a dar un fliscorno, pero quedó en una anécdota, porque al final, él se puso cabezón con el clarinete y yo también, y al final lo sacamos adelante.

Realmente, el clarinete llegó a mí de rebote, pero después de 39 años que llevo con él, la verdad es que cada vez me gusta más, por su sonido… Por poner un ejemplo, en las películas alemanas, además de la trompa, en los sobrecantos, el sonido del clarinete es el rey.

P. ¿Qué cosas buenas te ha traído la música y por qué es importante para ti?

R. Yo creo que la música une. Conforme va pasando el tiempo te das cuenta que la música no es solamente música, son amigos, son ratos que pasas alrededor de la música. Me llevo eso, es una cosa que une. Y si todos escucháramos y tocáramos más música yo creo que entre todos, este mundo no sería igual, sería mucho mejor.

P. A lo largo de cuatro décadas, has vivido desde dentro toda la evolución, en este caso, de la Escuela y de la Banda. ¿Qué te llama la atención?

R. El nivel que está cogiendo la banda. Porque nosotros cuando empezamos, el maestro ponía mucho interés también, pero el nivel que hay ahora no es el que teníamos nosotros. Yo creo que compañeros míos, de mi edad, que estamos metidos en la banda, nos estamos dando cuenta, de que la gente que ahora sale, sale mucho mejor preparada, con mucho más nivel, y tú vas siempre a rebufo, pero bueno, yo creo que la ilusión también hace que sigamos a rebufo de ellos.

P. Todo ese crecimiento va de la mano también, de un rico repertorio de compositores y estilos totalmente diferentes. Si hablamos de gustos musicales, ¿qué obras te han marcado o te gustan a nivel personal?

R. Cuando yo empecé, se tocaba mucha Zarzuela, muchos Pasodobles… Música contemporánea no se tocaba porque éramos cuatro músicos como aquel que dice. Pero a nivel personal, me llama mucho la atención, Luisa Fernanda, es una zarzuela que siempre me ha gustado.

Luego también, con mi compañero Bartolo también comentamos, que se debería tocar y recordar la Zarzuela de vez en cuando, porque la gente joven no la conoce, y muy poca gente la escucha.

Me quedo con la Zarzuela, la echo en falta.

P. Si nos centramos en la convivencia de generaciones dentro de la Banda, has compartido atril y conciertos con muchos compañeros. ¿Cómo destacarías esa convivencia entre generaciones?

R. Yo coincidí con Perete, con Ángel padre, con Fulgencio Olivares… y esa convivencia entre generaciones siempre ha sido con respecto. Ellos te ayudaban, pero siempre existía un respeto y un cariño a ese tipo de personas, porque al final, ellos fueron los que fundaron la escuela de música y la banda, y siempre les miro con admiración.

Con el paso del tiempo, yo que llevo ahora 39 años, observo que a día de hoy, ese respeto sigue existiendo, no hay diferencia de que uno sea más mayor u otro, cada vez que se entra al ensayo hay respeto, y yo creo que nos une la música, simplemente eso.

 

P. ¿Qué dirías sobre Ángel, nuestro director?

R. A Ángel quiero agradecerle, que yo en una época de mi vida me lo iba a dejar, por X motivo, ya que por la calle unas veces puedo tocar y otras no, y al juntarse varias cosas, un día recuerdo que fui a hablar con él y le dije que por la calle no iba a tocar que, si había algún impedimento de que los compañeros dijeran: “Él en los conciertos sí, y en la calle no…” Y él me dijo: “Manolo no te preocupes, el día que puedas, toca por la calle, y el día que no, no”. Eso a mí me llenó mucho, porque así pude seguir, y es un buen momento para agradecérselo. Además, yo creo que Ángel es como un psicólogo, porque todos le contamos problemas a él, y yo creo que él también se tiene que desahogar y no se desahoga. Quiero agradecérselo.

Y también, otra figura que quisiera recordar, son las mujeres de los músicos. En mi caso, mi mujer Tere. Si tú tienes a una persona que te apoya desde el principio, se lleva mucho mejor, porque ser músico conlleva tocar en las fiestas, fines de semana, festivos… y al final te dejas a la familia. Por eso, es bueno también agradecérselo.

P. Por supuesto, desde aquí un homenaje a todos ellos. Por otro lado, y en cuanto a momentos felices o anécdotas, ¿cuáles guardas con especial cariño?

R. La salida, mi Recogida, fue el segundo año que la hacían. La recuerdo, muy nervioso, no dormí en toda la noche, y el oír a la banda desde lejos por la Calle Santa Bárbara, al lado de la Ermita, me produjo una emoción bestial. Sobre todo, mi madre lo vivió con mucha ilusión, y mi abuela, que estaba en la cama, y no podía levantarse, lloraba de emoción. Además de los éxitos que se han cosechado, para mí, a nivel personal, me quedo con ese momento.

Y luego hubo una anécdota, en Holanda, que por circunstancias de la empresa, nos tuvimos que ir tres músicos y algún familiar del director al día siguiente de la expedición, y volvimos un día antes. Cuando llegamos allí, para un músico de pueblo como yo, el tocar allí en Kerkrade, o en escenarios como el Palau de la Música, Víctor Villegas, Romea, o ciudades como Málaga, Tarragona, Madrid… es un gran logro. Sin tener estudios profesionales, el poder salir fuera de tu país, montar en avión para tocar con el resto de la banda… Para mí, es un orgullo. Yo nunca había pensado, cuando entré en la banda, que íbamos a llegar donde hemos llegado.

P. De eso se trata, de seguir disfrutando de la Música y seguir en este camino con el paso de los años. ¿Te gustaría destacar algo más?

R. Sí, lo que quisiera destacar es que los cimientos de la escuela están, pero quiero recordar también a la gente que ya no está, y fueron los albañiles de esos cimientos. Que no hay que olvidarlos nunca. Yo creo que para que esto esté aquí, hubo gente antes, tanto directivos como músicos… y creo que esto va por buen camino. La música es Cultura, creo que se debería apoyar más a la Cultura, y que cuando están aquí los zagales haciendo música, no están haciendo otras cosas que no deberían. Porque la música, para mí, une más que desune.

P. Importante mensaje, por supuesto que sí. Antes de despedirnos, le agradecemos a Manolo su amabilidad por recordar con nosotros tantos momentos y reflexiones importantes. Para terminar, ¿nos recomiendas alguna obra que te guste para disfrutar de ella en vídeo?

R. Yo recuerdo, cuando empecé a escuchar Radio Clásica hace muchos años, la obra de L’Arlessiene, de Bizet, la recuerdo con mucho cariño.

Muchas gracias a vosotros. Que la música siga así, y que se apoye siempre a la Cultura, y a la Música.